¿Día de qué?

¿Libertad de qué? ¿De prensa y expresión? ¿En México? ¿No huelen las tales a formol y cadaverina? Lo afirma el matutino:

La monotonía de la adulación y el invariable optimismo de los diarios serviles, acabaron por hacer que sus opiniones sean rechazadas, sus palabras desconocidas, sus mismas informaciones tenidas por falsas o adulteradas. Está unánimemente condenado por su opinión, que al condenarlo condena naturalmente al gobierno que la inspira. En vez de amigos, el periódico de esta categoría sólo concita malas voluntades al Poder Público. Sólo en defensa de las leyes y al amparo de ellas un periódico se hará respetable y hará, por lo tanto, sus opiniones dignas de respeto…

Hermosos conceptos, y tan actuales, estos  que publicó Excélsior. Pues sí, pero lástima: los publicó no el Excélsior de hoy, sino el de 1917,  y  más lástima aún: que aquel Excélsior haya venido a caer en este de hoy día,  96 años más tarde, donde hace meses apenas el articulista ponderaba “la sonrisa de Calderón”. Sobre la industria de los medios el periodista:

Todos ellos están atravesados por la corrupción. Es un problema que va de los chayos entregados a los reporteros hasta las componendas entre los empresarios de la prensa y el poder político.

Porque los medios son industria y comercio, una industria y un comercio tan costosos que su creación exige recursos económicos fuera del alcance  del periodista. No hay uno, ni un grupo de periodistas, que sean los dueños de una industria, impresa o electrónica; de existir, su sobrevivencia dependería, a su vez, del Sistema. El periodista no es más que un asalariado al servicio del dueño del diario o  la estación de radio o de televisión, una industria con intereses comerciales.

En tanto instrumentos, los medios no juegan más papel que el que le asignen sus dueños. Así, podrán ser instrumentos de cultura o medios de incultura; medios de dominio o medios de liberación; elementos para unir a un pueblo o para desorganizarlo; para elevarlo o para hundirlo. Es la propiedad sobre el medio de comunicación la que determina al servicio de quienes se coloca, a favor de qué causa, de qué valores, de qué clase social.

No existe la información por la información. Se informa para orientar en determinado sentido a las diversas clases y capas de la sociedad, y con el propósito de que esa orientación llegue a expresarse en acciones determinadas. Es decir: se informa para dirigir. En ese sentido, el mimetismo de periodismo y política llega a ser total. El grueso de las ganancias de la prensa escrita,  radio y TV no proviene de la venta de noticias, sino de las ventas de espacio para la publicidad a las otras empresas, principalmente al gobierno. Ellos le darán o negarán subvención mediante publicidad y otras concesiones, en la medida que prensa escrita, radio y TV defiendan los intereses de los anunciantes.

Al seleccionar las noticias que apoyan su propia política y omitir otras, los medios producen en la mente de las masas una impresión totalmente alejada de la verdad, lo cual ejecutan dentro de la exactitud más minuciosa al reproducir los hechos. El dueño del medio, por interés económico y para privilegiar el de los patrocinadores mientras se somete al usuario, su enemigo histórico, al de marras lo atiborra de crimen, sexo, deportes, telenovelas, escándalos y todo lo que alimenta a las masas de ombligo a abajo.

¿Libertad de prensa, libertad de expresión? ¿En México? ¿En el  México del PRI, de Televisa, de TVAzteca?  (¿Sí?)

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