«Esplendor teotihuacano»

Es noticia de la semana anterior, mis valedores: Que Wal-Mart Stores Inc. afronta importantes riesgos legales tras revelar que investiga a su filial mexicana por posibles violaciones de una ley estadunidense que prohíbe el pago de sobornos en el exterior. Los ejecutivos de Wal-Mart, según reciente publicación del The New York Times,  en  2005 se enteraron de las acusaciones de sobornos generalizados (hasta 24 millones de dólares) utilizados para ganar el dominio del mercado mexicano. Válgame.

Semejante noticia, aunado al segundo aniversario (ll de abril) del «asesinato» en la cárcel de Cd. Nezahualcóyotl de Emmanuel D’Herrera, luchador civil cuya muerte en prisión se debió a su oposición radical a la instalación de Wal-Mart en la zona de Teotihuacan, me lleva a reproducir para todos ustedes algunas manifestaciones de la indignación que el suceso originó entre dos o tres defensores del «patrimonio cultural de la humanidad». Ciento y tantos millones de mexicanos, esos mismos a los que los medios de condicionamiento de masas, con el pretexto del inminente proceso electoral,  traen a estas horas como agua en batea, ni siquiera se enteraron de la acción desbozalada de la transnacional y sus compinches aborígenes.  Escribí aquí mismo hace tres años y meses:

Vaya, pues. Todo sea por congraciarnos con el turismo tipo Falfurrias. A lo zafio, a lo ignorante e impune, los gobernantes de este país lesionan no únicamente el patrimonio petrolero y de materias primas, sino también el acervo cultural de los mexicanos. Ahí está el atentado a las supervivencias del mundo mágico que heredamos de nuestra raíz indígena, que ésos (ésos eran un tal Peña Nieto, por aquel entonces gobernador del Estado de México) convierten en escenarios de un Hollywood tercermundista para audiciones de música, pasarelas de modas y bataclán. ¿Ante semejante desmesura gubernamental de qué sirven las protestas de arqueólogos, antropólogos y especialistas preocupados por nuestro patrimonio nacional? ¿Cuál de esos funcionarios mediocres, cultura de “Selecciones”, va a tomar en cuenta semejantes protestas?

Leo en La Jornada que en el Estado de México se cumple a estas horas y a marchas forzadas el tan anhelado sueño del gobernador y aspirante presidencial Peña Nieto de jugar un papel protagónico en el ejercicio politiquero y competir con las obras de beneficio social (no con “spots”, al estilo de Fox y Calderón) que en esta ciudad lleva cabo el equipo del aspirante presidencial Marcelo Ebrard. El de el Estado de México, con la complicidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia ha otorgado concesiones a diversos mercachifles de la industria del espectáculo para que transformen Teotihuacán,  la Ciudad de los dioses, en todo un espectáculo de fuegos artificiales, luces robóticas (lo que eso sea) y rayos láser “full color” (en inglés, para exhibir nuestra frustrada aspiración de gringos segundones). Y en cuanto se eche a andar el sistema de luces “full color”, a complacer al turista texano…

¿La opinión de estudiosos y devotos de un patrimonio cultural de la humanidad como es la Ciudad de los dioses?  Todo un clamor de rechazo, disgusto y exigencia de que alguien amarre las manos de Nietos tan ignorantes que a base de quincalla y oropel van a dañar la majestuosidad de  las supervivencias del universo prehispánico, el de nuestra raíz autóctona. Resplandor teotihuacano, dice el analista, es un «espectáculo multimedia» estilo Televisa.  Pues sí, pero… (Sigo mañana.)

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