Los indignados

¿La causa de esa exasperación que los arroja a ocupar los espacios públicos y aun acudir a los hechos violentos, como ocurrió en Roma y Atenas? Esa causa es la política económica y financiera que privilegia los grandes capitales, concretamente a los especuladores de la banca y la bolsa, que agudizan la pobreza, la desocupación y demás formas de injusticia social. Sí, el sistema neoliberal que desde el “Nuevo Orden mundial” hasta “El Consenso de Washington”, impone el Imperio a los pueblos del orbe.

El neoliberalismo. La imposición a la viva fuerza y maniobras torcidas del segundo panista en Los Pinos ha continuado, entre otros perjuicios sociales, con una política neoliberal que la camada de tecnoburócratas proyanquis impuso en nuestro país desde 1983.  Por delinear un retrato escrito del manoseado vocablo “neoliberalismo” acudí a los estudiosos del tema. Aquí recopilo los resultados.

El actual modelo de neoliberalismo, al igual que la propia globalización que lo hace posible, fue implementado por el sistema capitalista en 1944 en Bretón Woods, con la presencia de 44 jefes de Estado y de gobierno, donde el capital-imperialismo, triunfador absoluto de la segunda Guerra Mundial,  implantó para el resto del mundo el denominado Nuevo Orden Mundial, con la globalización, el agio internacional (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, y ahora también el Interamericano de Desarrollo), y el neoliberalismo como sus consecuencias inmediatas.

Han transcurrido casi siete décadas desde entonces; siete décadas que marcan la vigencia de un sistema neoliberal que ha beneficiado a los grandes productores y exportadores mientras arruina las industrias que no pueden competir en ese que nombran “libre mercado”, y que es un capitalismo salvaje desde el momento en que tiene como uno de sus ejes la ausencia de reglas.

Y lo que ha arrojado a cientos de miles, en un centenar de ciudades, a la protesta pública: la mano invisible del mercado libre conduce hacia la injusticia y favorece el oligopolio de riqueza y capitales, dificultando así la igualdad de oportunidades. Su afirmación:

Las potencias industriales ricas han impuesto una mezcla de liberalismo y protección diseñada en función de los intereses de las fuerzas nacionales dominantes, las grandes empresas transnacionales que deben regir la economía mundial. ¿Las consecuencias? Reducir a los gobiernos del Tercer Mundo a una función policial para controlar a sus clases trabajadoras y a la población superflua, mientras las transnacionales obtienen libre acceso a sus recursos, monopolizan la nueva tecnología y la inversión y la producción mundiales. El resultado puede calificarse de “democracia” o “libre comercio” por razones doctrinales, pero es, más propiamente, un sistema de “mercado corporativo”.

El neoliberal es pragmático-utilitarista. Individualista a ultranza, abandona la preocupación por el fomento del bienestar general. El bienestar del grupo es la suma del bienestar individual de cada uno de los miembros del grupo.

El darwinismo en el comercio; la ley de la selva, la del más fuerte. Y pensar que desde 1988 las masas sociales perjudicadas por ese sistema amoral han venido entregando su voto al continuismo del modelo neoliberal. Lo que no logren los medios de condicionamiento de masas a base de una sañuda campaña de manipulación. Mis valedores: ya nos tomaron la medida. Nos vencen por nuestra propia ignorancia. Por nuestra propia ignorancia nos convierten en colaboracionistas del Poder. Sin más. (Sigo otro día.)

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