Es la Gordillo, estúpidos

Elba Esther Gordillo, mis valedores. ¿Habrá en el rejuego político del país un personaje así de polémico y controvertido? ¿Existirá uno con tal carencia de escrúpulos y que a punta de componendas y tortuosas maniobras haya fincado una carrera política para pepenar (arribismo, claudicaciones  y un pragmatismo grosero) un poder excesivo y una muy explicable riqueza? Esta figura ambiciosa y nepótica, desde que la inventó Salinas, ha sido el ave de las tempestades dentro de lo más deleznable que excreta la  poliquería nacional. Tal es  la que fue carta de «triunfo» de Calderón  y que hoy tantos Corderos quisieran tener de aliada. Pero la peor de las acusaciones:

Un cargo pesó mucho tiempo sobre sus lomos que a estas alturas parece haberse extinguido: el asesinato del maestro Misael Núñez Acosta, perpetrado un 30 de enero de 1981 en Tulpetlac, Edo. de México. Hasta ayer año con año, por estas fechas, acusaban maestros, estudiantes, padres de familia y dirigentes de organizaciones sociales:

“¡Misael no murió. Elba Esther lo mató!”

Todavía el año pasado lo reiteraban ex-dirigentes del Concejo Central de Lucha (CCL):

El crimen fue un acto planeado y aprobado desde el Estado, perpetrado con la autoría intelectual de Elba Esther Gordillo y la cúpula charra del SNTE.

Y la consabida exigencia de que la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado revise el expediente de homicidios de maestros. Antes de morir acusó Carlos Jonguitud, involucrado también en el asesinato del profesor:           – En la lucha, Elba es capaz de todo.  Yo vi a esa mujer en la miseria, y ahora mírenla. Eso de que su abuelo le dio millones son vaciladas para Ripley

Ella, sí, la controvertida “líder moral” del magisterio, que detenta la franquicia de Nueva Alianza (PANAL) y que ensanchó aún más su poder político cuando auxilió a Calderón a encaramarse hasta la residencia oficial de Los Pinos para que ahora el PRI, como en los tiempos de Madrazo, la deje fuera de una alianza ya concertada de antemano. Gordillo.

En fin, que no he percibido este año la protesta pública que provocaba por estas fechas el asesinato del profesor Núñez Acosta y la e-xi-gen-cia (inútil como todas las exigencias de la masa social al Sistema. Pregunten, si no, a la historia y a la realidad objetiva) para que  la Fiscalía especial (FEMOSAP) revise el expediente de ese y de los tantos más homicidios impunes de mentores del SNTE. A propósito de tales asesinatos y de la posible ingerencia de Carlos Jonguitud y Elba Esther, en la tertulia de anoche, el maestro jubilado:

– Más material para su denuncia está el crimen de Agua de Berros, Oax., donde hace 3 décadas fue asesinado Estaban García Martínez, testigo clave en el esclarecimiento del homicidio de la profesora Concepción Ríos Casimiro, ocurrido 2 años antes, y secuestrada Margarita (5 años de edad e hija del sacrificado), como represalia porque el campesino colaboró con las autoridades para esclarecer el asesinato de la maestra. Tiempo después la niña seguía desaparecida.

Está ahí el caso del profesor Vicente Amaya Hernández, masacrado por cinco pistoleros en Pinotepa Nacional, Gro., horas antes del Día del Maestro. Ya habían dado muerte al maestro Cenobio Fito López y secuestrado al mentor Modesto Patolzin. En Oaxaca también, y caciques los victimarios, el crimen del profesor Alejandro Martínez Delia perpetrado en 1990, continúa impune hasta hoy.

En este espacio ya no cupieron más víctimas. (Volveré.)

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