Comes y te vas

Cuestión de hombría, de valor y valores, de virilidad, de sacar la cara por las propias acciones y responsabilizarse de ellas. Semejante rasgo de varonía no puede ser atributo de un individuo sin atributos, de un enfermo mental, según ha sido calificado por El Vaticano Vicente Fox. Esto a propósito de que hace unas semanas se cumplió un aniversario más del episodio aquel, estridencia y bochorno, que llenó o debió llenar de vergüenza a todo el país, y fue cuando el comandante Fidel Castro exhibió en toda su estatura de zafio, vulgar, cortesano del gringo y un redomado embustero a ese enfermo mental que por culpa de tantos llegó a la presidencia de México.

Apenas estallaba, fragoroso, el escándalo, cuando Fox se apresuró a negar públicamente que él, como se publicó en diarios diversos de aquí y allá, hubiese dicho aquel «comes y te vas» a Fidel Castro; el cual, entonces, digno como siempre, reprodujo en la radio y ante un centenar de periodistas de países diversos la cinta magnetofónica donde Fox decía al comandante, palabra a palabra (¡y el insensato le hablaba de tú!) eso que ahora negaba haber dicho. Cuilón, como el meshica apostrofaba al que carecía de tanates. Cuilón. El mexicano quedaba ante el mundo como un vil embustero falto de la hombría suficiente para dar la cara por sus propias acciones. Patético, Fox

Como patético me parece un Germán Martínez, dirigente del PAN, que ante sus correligionarios y de cara a la contienda electoral, pone a Fox como ejemplo de estratega para ganar una votación «haiga sido como haiga sido».

– Cuestión de enfoques, dijo al llegar a este punto el juguera en la tertulia de anoche, y se sirvió otro pocilio de infusión. «Cuestión de hovos, más bien. De falta de ellos, porque ah, cómo estorban para mantenerse erguido, ¿no, maestro?», dijo don Tintoreto.

– Porque la carencia de tales atributos parece ser condición para mentir, claudicar, agacharse al besamanos y bañarse en miércoles con tal de defender a los Fox de ayer y hoy en los «comes y te vas» de siempre. Las pruebas:

Lo vi abrir su libreta de pastas negras. ‘Tero no sólo Germán Martínez. «¿Qué me dicen de la estatura moral del funcionario que acaba de escoger Vicente Calderón (me abstuve de hacerle notar el error) como secretario particular, que sólo para eso se lo jaló desde la embajada de México en El Vaticano? Escuchen la crónica del papel que jugó este Luis Felipe Bravo Mena cuando el escándalo del «comes y te vas», previamente negado por Fox, y que con la cinta grabada el comandante Castro exhibió como un vulgar embustero. Así lo defendió un Bravo Mena entonces presidente del PAN y hoy flamante secretario particular de Calderón:

– Yo rechazo, categórico, que el presidente Vicente Fox haya mentido al negar que hubo una petición para que su homólogo cubano, Fidel Castro, saliera del país antes de la llegada de G.W. Bush a la cumbre de Monterrey. ¡Yo no aceptaría de ninguna manera que hubo una mentira!

Y que si Fox hizo la petición de que Castro saliera antes del viernes, fue porque un presidente que es anfitrión de una cumbre tiene el deber y el derecho de hacer todas las gestiones que estén a su alcance para que la reunión en la que se van a encontrar líderes de todo el mundo, «en la que obviamente no existe similitud entre todos», tenga éxito, y que el clima del encuentro sea positivo y rinda los frutos que se esperan.

‘Yo creo que el presidente Fox hizo la gestión de una manera amigable, caballerosa, franca, buscando el esquema que permitiera un clima positivo, constructivo y exitoso de la reunión. De ninguna manera es una presión; el mismo tono del diálogo b demuestra».

– ¿Qué se necesita (el maestro), de qué se carece o qué se tiene de sobra para afirmar lo que el hoy secretario particular de Calderón? Escuchen (escuchamos): «El que ha roto todos los marcos de la cortesía, la caballerosidad y los mínimos diplomáticos que siempre se guardan en todos los países del mundo es el presidente Fidel Castro, en un exabrupto, por una venganza, debido al voto de México en Ginebra. Nuestro presidente obró de buena fe y con recta intención, pero el que ha demostrado que no merece la buena fe ni la recta intención es Fidel Castro».

Ese es el hombre que Calderón se acarreó desde El Vaticano (que tachó a Fox de enfermo mental) para hacerlo su secretario particular. Previsor, ¿no? Para que en una de esas saque la cara por él. ¿No, contertulios..?

Silencio en la sala En la calle, aullidos de ambulancia Influenza porcina Yo pensé: El Vaticano los cría y ellos… lo pensé nomás. De temerario lo digo, si a mí también, como a Bravo Mena, me faltan… (No, si les digo.)

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