Estas ruinas que ves…

Son las del que fuera en un tiempo el Partido de la Revolución Democrática, el PRD que fundaron personajes de la estatura de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y tantos más,  el partido que fue de los cientos de soberbios ilusos, creyentes de la utopía, asesinados en los tiempos de Carlos Salinas y el sucesor. Son estas las ruinas de otras ruinas, las del Partido Comunista Mexicano que asesinaron los talamanteros del acuerdo secreto, la concertacesión, el colaboracionismo y el trabajo sucio, vale decir: los chuchos talamanteros, peritos en la derrota del partido como fórmula para el logro personal.

Del navío cargado de migajeros han desertado, entre otros copulares, Cárdenas, Muñoz Ledo y un López Obrador que logró hacer de su Morena territorio del régimen díazordacista, donde no se mueve la hoja del árbol político sin la voluntad de… (uf)

Por cuando a las once reformas con las que Peña alardeaba de mover a México, ¿cuántas van a lograrse, cuántas se malograron? Por lo pronto, la  pretendida reforma política no es tal, que la última hasta hoy se llevó a cabo hace ya casi 45 años. La historia:

En 1971, ya como presidente del país, Echeverría se propuso borrar la memoria histórica y los logros de la vertiente obrero-estudiantil del 68, pero ante las masas ni el Estado ni el PRI-Gobierno tenían autoridad moral. El antídoto contra la verdadera izquierda y los aspectos positivos de Tlatelolco LEA lo sintetizó en la cooptación de los copulares del Comunista Mexicano. Plata o plomo, su fórmula.  Los que rehusaron la plata recibieron el plomo o de ellos nunca se volvió a saber. Por cuanto a los que aceptaron la cooptación, muchos de ellos integran la cúpula del PRD o son,  desde el Congreso, “nuestros representantes populares” (Uf.)

El primero de los cooptados fue un tal Rafael Aguilar Talamantes, modelo del mercachifle de la picaresca politiquera, que  malparió el PST, Partido Socialista de los Trabajadores, (el “pesetero”), y después su redituable Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, alias el Ferrocarril. Talamantes se convirtió en enganchador de LEA ante los miembros del Comunista Mexicano. (Fácil resultó desmantela la base, 3,000 militantes, y difícil a la Juventud Comunista, 12 mil.)

Conociendo la catadura del negociante, LEA lo envió, para que lo vigilase, con el policía de la seguridad pública Fernando Gutiérrez Barrios.

Pablo Gómez, Joel Ortega y Arturo Martínez Nateras fueron los siguientes que aceptaron destruir desde dentro el Comunista Mexicano. Aconsejado por Santiago Carrillo, español, Arnoldo Martínez Verdugo pospuso un tiempo la cooptación. Los intelectuales Fernando Benítez y Carlos Fuentes, a coro con Heberto Castillo (el “aperturo”) coreaban la “apertura” de LEA: “¡Echeverría o el fascismo!”

Los ex-militantes del CM habían cambiado declaración de principios, programas de acción y estatutos. Ahora, como clones del PRI tal como Acción Nacional, los políticos de la nueva falsa izquierda, priístas con careta izquierdista, actuarían como “oposición”, con programas y proyectos divididos con el PAN: defensa del aborto y oposición de la falsa derecha. Ya con  el Estado en manos de los grandes capitales, ¿qué pudieran afectar tales pugnas a Carlos Slim?

El Estado, a propósito, detenta el uso legítimo de la fuerza, pero sólo asesina como

advertencia para los levantiscos de los espacios públicos. De Tlatelolco a Tlatlaya e Iguala, pasando por el halconazo, Aguas Blancas, Acteal, El Bosque, El Charco…

(Eso, después.)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *