¿Felicidades a México?

Ilustrativo el suceso ocurrido  con la Bicha y el Rosco,   que comencé a relatar ayer aquí mismo. Júzguenlo ustedes.

Esa mañana los consentidos de la familia ronroneaban su siesta de la media mañana aquí, sobre mi mesa de trabajo, mientras que yo por el matutino me iba enterando de que se remata el saqueo: El Senado de la Repúlica consumó la reforma energética al desahogar el último paquete de leyes secundarias, con el engaño monumental de un cierto Videgaray, según la historia demuestra que tales tufaradas de demagogia son sólo viles embustes:  Ha sido aprobada la Reforma Energética. Mi mayor reconocimiento a las cámaras de senadores y de diputados. Felicidades a México. Y que Hoy se da un gran paso para el futuro de los mexicanos, según el Ejecutivo.

(Lo dicho, mis valedores: ya nos perdieron el respeto. Ya nos tomaron la medida. Nos vencen por nuestra pura ignorancia y por nuestra pura ignorancia nos tornan colaboracionistas del enemigo histórico.)

El desparramadero de bilis negra me amargaba la boca cuando ocurrió el felino incidente. Allá, varios pisos abajo, sin ruido y sin tocar el timbre llegó el veterinario que aplicaría su vacuna a la Bicha y al Rosco. El  mundo en silencio y mientras Mayahuel tomaba como siempre a la Bicha y la acariciaba,  y al Rosco el Ariel, y le sobaba el lomo,  de súbito aquellas fieras se  engrifan, se revuelven y encrespan, y ahí el bufar y el rechinar de dientes. Ya terminada la encomienda del veterinario y el par de mininos escondido en alguna covacha de alguna azotea, mis brazos trizados a arañazos tomaron el matutino y válgame, el arañazo de cierta Bicha  priísta:

¡El PRI retornó a Los Pinos porque los panistas olvidaron sus promesas para acordarse de sus arcas personales!

¡Así lo acusó el PRI de los Salinas, Montiel, esa Gordillo cautiva y ese Romero Deschamps que goza de su inicua libertad! Ahora los arañazos los sufrí en pleno espíritu.  ¿Conque  volvemos a las andadas? ¿Conque las masas nada de escarmentar? ¿Conque logramos encaramar en Los Pinos a ese Tricolor que creó, institucionalizó y durante 72 larguísimos años usufructuó una demencial corrupción lucrativa e impune, a ese que apenas vuelto al poder ya hurta al país su energético para ponerlo en manos de los gigantescos consorcios petroleros del vecino imperial? Mis valedores:

¿Cómo fue que el par de mininos presintió el peligro? ¿Qué intuición les encendió focos rojos en el cerebro? ¿Qué sexto sentido, qué sexto instinto los llevó a  ventear el peligro, ignorantes como estaban de un veterinario que llegó sin apenas darse a notar? ¿Cómo la Bicha y el Rosco lograron presentir los harponazos de las vacunas, cómo ventearon la agresión a su físico? ¿Qué pulsión primitiva de los primitivos tiempos los alertó? ¿Habrá madre más sabia que Madre Natura, que así  dotó a dos mininos del instinto de sobrevivencia capaz de captar el peligro? ¿Por qué esa misma  Madre no nos dotó a los humanos de una centésima parte de la capacidad de ventear el peligro con que equipó al Rosco? ¿Por qué sí a los gatos  y que los humanos soporten, indiferentes, esa plaga histórica del país, el Tricolor de Peña en Los Pinos? ¿Qué nos sobra a los humanos? ¿A los mexicanos que nos hace falta? ¿Qué nos conmueve y nos mueve al asombro y a la indignación? ¿Ya extraviamos de raíz la memoria histórica? ¿Ya perdimos la capacidad de acción? Ese saqueo de PRI, PAN y chuchos  a nuestra casa común, ¿quedará impune? ¿Todos nosotros ajenos e impávidos?  (Ah.)

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