Cuidado, mis valedores. Mucho cuidado. Mantenernos alerta frente a la reforma energética que pretenden algunos burócratas de vocación proyanki, esa camada de hijos putativos del Consenso de Washington. Cuidado, que de allá, precisamente, procede el Memorandum Brzezinski, fechado hace algunos ayeres, pero vigente hoy todavía. Y si no, juzguen ustedes:
“Debemos incluir las conversaciones sobre gas y petróleo de México dentro de una amplia agenda de cuestiones bilaterales, incluyendo la de los indocumentados. La clave para hacer avanzar las conversaciones bilaterales son los energéticos. Los mexicanos nos han dejado la puerta abierta. Toca a nosotros decidir si ya es tiempo de entrar, o cuándo«. Mis valedores:
¿Habrá entre nosotros asunto más sensible que el petróleo «de México» y más riesgoso que la pretendida reforma de Peña y colaboracionistas del Neo-PAN y chuchos de Nueva Izquierda, que ha terminado por politizarse y provocar opiniones contrapunteadas? Elocuente: a favor los voceros oficiosos y oficiales del Sistema de Poder; en contra, catedráticos de la UNAM, El Colegio de México y demás organismos de estudios superiores. Gráfico.
Así pues, a oxigenar la memoria histórica y atenernos a las advertencias del genio americano, el visionario José Martí, que desde el XIX nos prevenía:
¡Cuidado! Norteamérica tiene sobre nuestros países miras de distintas de las nuestras. Cuidado. Jamás hubo en América asunto que requiriese más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el convide que los Estados Unidos –potentes, prepotentes, determinados a extender sus dominios en nuestra América mestiza- hacen a las naciones americanas de menor poder.
Pero no sólo el patriota y apóstol: ahora mismo y aquí entre nosotros, respecto a la memoria histórica lo afirma C.A. Rojas, historiador:
“La enseñanza actual de la historia de México está muy atrasada. Se sigue pensando que esa disciplina es una ciencia que estudia el pasado. Esto es grave, por no enseñarnos la historia de una forma que nos ayude a explicarnos el presente y no hay un rescate de la memoria de la sociedad. Ante conflictos y hechos políticos, se reacciona de una forma inmediatista, se pierde la perspectiva temporal vasta que nos explicaría los sucesos actuales».
Cierto es, y ante la amenaza de reforma petrolera que intenta el vecino rapaz con el concurso de los funcionarios de vocación proyanki, van aquí expresiones diversas procedentes del país norteño. Primero, en 1808, The Times:
“Basta una ojeada al mapa de América para comprender que México forma geográficamente, y por otros conceptos, un todo con Estados Unidos. Sus ferrocarriles, que enlazan todos los puertos y ciudades importantes, son en realidad una expansión de nuestra red ferroviaria. Sus costas, continuaciones no interrumpidas de las nuestras. La superficie es igual a la totalidad de Inglaterra, Francia, Alemania y Austria-Hungría. ¡Hermosa provincia tropical para adquirirla para nosotros!”
The Herald, de Nueva York, 1871:
“La condición actual de México no promete otra cosa que la anarquía. La nación se desliza sobre el precipicio con tal rapidez que es imposible detenerla. Ha tocado los límites de la desgracia y sus dirigentes parecen determinados a completar su ruina. Tal situación de cosas ha seguido hasta llegar a una total bancarrota, sin que goce de crédito interior ni exterior. México será tarde o temprano absorbida por los Estados Unidos. Tal es su destino manifiesto».
(Sigo mañana.)