Los adioses

“Rechifla de más de 5 minutos opaca inicio de campaña de Calderón».
Silbatina fue la música de fondo de su campaña. Feo de aspecto, magro de alzada, desagradable de voz, discurso plagado de lugares comunes y todo él sin una astilla de duende, ángel, carisma, personalidad. Ya que la industria del periodismo, una treinta de mega-ricos, el clero político y el voto corporativo de la Gordillo lograron encaramar a Los Pinos al que mañana han de descobijar, más facha de presidente se advertía en la implacable caricatura de López Obrador reiterada en ciertos diarios que en la foto retocada del que del polvo salió y vuelve al polvo.
«No hay nada peor que prometer algo a la gente y no cumplirle».
Y el milagro ocurrió. Lo que hace 6 años fue intento imposible se logró de repente la noche de ayer. A la vista del que salió antes de tiempo de la Sec. de Energía (cierto préstamo de 300 mil para una casita de interés social) y que más tarde fue  destapado por un boquiflojo Ramírez Acuña, los vecinos de Cádiz intentamos unirnos a la silbatina general que el candidato provocaba en los lugares donde se atrevía a presentarse, pero nada. Como silbar, regazón de saliva, y no más. Pero la noche de ayer el milagro.
«Cambié el rostro al país en materia de salud». (Salucita.)
De no creerse. Como si súbitamente hablaran los ciegos, los sordos vieran y los cojos resucitasen, todos nosotros, vecinos de Cádiz, como los apóstoles al recibir el carisma del Espíritu Santo logramos el prodigio. Porque hace seis años…
En mi depto. y con el tintorero en plan de mentor los vecinos intentábamos aprender el arte del chiflido con qué acompasar la campaña de Calderón.
– La teoría, primero. Hay de chiflidos a chiflidos. Uno es el del patrón y otro el del desempleado. Uno el del CCH y otro el del chavo banda, pero Calderón ha logrado unificar el de todo el país. Millones de mexicanos le chiflan en el mismo tono, con la misma cadencia y una idéntica intención.  Vamos ahora a la práctica.
«Aspiro a erradicar la migración».
Intentamos un silbido discreto, cadencia y modulación. Luego en tono mayor, arpegios y florituras. Nada.
– Flojitos y relajados. Labios, lengua, glotis, epiglotis, gañote.
Ridículo. Uno la abría y aquél lo frunció, este lo paraba, el mostacho, y la tía Conchis bizqueaba. No, y  aquella regazón de saliva; pero como chiflar, de la pura chiflada. “La lengua. Acanálenla. Canalita, doña Pragedis. ¿Nunca puso la lengua de canal?”
Pobrina. Y qué desfiguros de unos labios ancianos que se rizaban al esfuerzo, pero como chiflar…
Terminó la campaña de Calderón. Otros, afortunados, lo acompañaron a coro. Sinfonía de silbidos. Y hasta ahí la historia. Pero 6 años más tarde don Tintoreto cambió de estrategia. Sus notas de prensa:
– Los embustes de Calderón. Ayer: «Haré un México más moderno», y hoy: «Puse las bases para un México más moderno». ¿Captan la engañifa?
Seis años y 100 mil cadáveres más tarde, y una corrupción impune que las familias Fox y Salinas, Gordillo, Sahagún, Montiel y compinches pueden atestiguar, para darle una digna despedida los vecinos hicimos un último esfuerzo. Don Tintoreto: «Su sentido de la autocrítica:»
«Puedo asegurarles que avanzamos por la ruta correcta y que vamos a derrotar a los criminales, para construir finalmente un México de paz, un México seguro, un México donde nadie esté al margen de la ley y donde nadie viva con temor».
¿Sí?  ¡Y el milagro! De súbito los vecinos, y todo Cádiz se estremeció: ¡Fiú-fiu-fiu..!
(Shs…)

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