Pestilencia

Exportador de crudo e importador de gasolina. Es México.  Aquí, antiguas huellas en el camino de la explotación del petróleo desde 1920. La opinión de J.A. Saade Atille  cuando funcionario, en 1978, del Complejo Petroquímico de Poza Rica:

– A la industria petrolera mexicana la mantienen a flote los técnicos responsables, mientras algunos dirigentes sindicales y políticos persisten en hundirla.

Nombra la prehistoria de la corrupción en PEMEX: Jaime J. Merino y Pedro Vivanco, caciques de los 50s, y a contratistas que tiempo más tarde se aprovecharon de la corrupción: políticos priístas, dirigentes sindicales y compañías transnacionales.

– Porque México es tan rico en energético que esta riqueza es sólo  comparable a la cantidad de pillos que se aprovechan de tanta riqueza. Políticos y líderes sindicales están acabando no sólo con PEMEX, sino con el país entero. Los políticos sólo se acuerdan de PEMEX para acomodar a sus recomendados en puestos claves o cuando quieren que tal o cual contrato se otorgue a alguno de sus colaboradores.

La prehistoria del energético. El Demócrata, marzo de 1920: “Nuestro redactor entrevista a uno de los principales inodados en el escándalo petrolero, el General Jacinto B. Treviño, que acaba de terminar su labor como ministro de Industria, Comercio y Trabajo:

– Señor, ¿qué hay de las onerosas concesiones petroleras que se sabe fueron otorgadas por usted durante su estancia en el ministerio de Industria?

– ¡Ya estoy cansado de tantas tonterías! ¡Debe usted saber que si en algún ministerio se hizo labor honrada, fue en el mío!

En la Junta Consultiva del Petróleo el reportero interroga al ingeniero Vázquez Schiaffino: “¿Qué hay de cierto en que las concesiones federales fueron dadas por el Gral. Treviño a sus puros amigos?”

– Efectivamente, ello es verdad. Pero esto, además de lógico, es muy humano. Ocurrió también durante la época del señor Carranza y la del Gral. Díaz. Eso es lógico, es simplemente humano.

El Gral. Salvador Alvarado se defendía públicamente y aclaraba la forma en que obtuvo una concesión para construir un oleoducto entre el puerto de Tuxpan y la ciudad de México: “En cuanto a las apreciaciones que se hacen respecto a que yo, sin ser petrolero, haya hecho un magnífico negocio con esa concesión, me concreto a manifestar: es un error considerar que esta clase de empresas sólo corresponden a extranjeros”.

Sigue El Demócrata: “Ya está plenamente comprobado que el multimillonario petrolero Bohey depositó en manos del clero de Tampico la cantidad de 400 mil pesos para que se proceda a la construcción de un templo católico. También se evidenció ya la circunstancia de que el petrolero norteamericano Dihey, para salvaguardar sus cuantiosos intereses de posibles atentados sociales en su contra, acordó erogar 500 mil pesos más, para la fundación y sostenimiento de obreros católicos. Así se pretende, por medio de la fe cristiana, del oro norteamericano y de las prédicas religiosas, que se enfrenten entre ellos mismos los obreros sindicados que ostentan las perniciosas ideas de Lenin y Trotski, sobre todo en fábricas y talleres».

El gobierno seguirá manteniendo su política nacionalista en materia de petróleo. Esta misma semana se han otorgado concesiones a A.P. Wichers, a la sociedad anónima E. Thomas y Cía., y a otras dos compañías extranjeras».

Más tarde se iban a emparentar PEMEX y la familia Mouriño. Mis valedores: es  el país de la industria petrolera. Es «nuestro» petróleo. Es nuestro país. (Es México.)

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