Es por México

Yo invito a todos ustedes, mis valedores, a que se unan conmigo en favor de una causa que me parece ventajosa para el país, y que promueven los vecinos de la tertulia de Cádiz. La iniciativa fue bautizada por el joven juguero, y el nombre aceptado por mayoría de votos y una sola abstención: la mía «El Señor de los Cielos» válgame En fin Ya escucho al suspicaz: «¿Qué clase de tipos son los convocadores?» Aquí la semblanza de algunos:

Don Tintoreto, lavado y seco y a todo vapor, se angostan o enanchan corbatas. Ciudadano honorable sensible al momento político que vive el país. Opina Sabe opinar. Aun se rumora que lee Libros, sí. Teoría política De compañera fiel: doña Tintorera, noventa arrobas de sobrepeso.

El Cosilión, individuo de clase media del que apenas me voy a ocupar. Cómo podré perdonarle que sea él, precisamente, el suertudo marido de La Lichona, frutal sota moza de los ojos garzos y un rulo rubio en la frente que día con día a todas horas, sube y baja, baja y sube los cuatro tramos de escalera de Cádiz, ella enguantada en ese blusón y esos mallones tres tallas más ajustados de lo que piden, exigen, demandan sus formas. (Hace rato pasó a mi vera canturreando una de Shakira. Cerrando los ojos la dejé pasar…)

La Señora viuda de Vélez (Ovando, le agrega El Siquirí). o sea La Maconda neopanista adoradora de los espinosos Espino y Espina, que apenas ayer sostuvo una viciosa relación con mi primo el Jerásimo, licenciado del Revolucionario Ins. (que levanta cabeza y mueve la cola), y que anda hoy en sospechosos devaneos con alguna mafia de abogados católicos, allá ella y su vida privada que cada quién hace del suyo un papalote, según reza el cantar.

La tía Conchis, conserje del edificio. ¿Tendrá López Obrador partidaria más fiel, adoradora más extremosa fanática más contundente más visceral fundamentalista que La Tía Conchis? Un libro se ha sorbido en su vida, uno solo, pero lo compra por tirajes (ella sola absorbió la primera edición y la reparte en el barrio como otras distribuyen la hojita parroquial). ¿El título del volumen? «La maña nos robó la Presidencia.» Y qué foto la del tabasqueño. Qué foto. (No olvidar la invitación al proyecto «El Señor de los Cielos«)

Un invitado del joven juguero que desentona en la tertulia: El Siquirí, pendenciero y bravucón, mascafierro y tragaldabas de mecha corta y bandolero corazón. En el barrio bajo donde malvivía dejó fierros en la lumbre, y se afianzó al grupo gracias a la amistad que amarró con la Jana Chantal. Alta ella frondosa medias cuadriculadas y mini-mini de licra Cintura cimbreante al andar y modales untuosos, La Jana Chantal lleva aretes por todas partes y unas fregaderitas prendidas en cejas, labios, lengua y zonas que a mí no me consta Se le queda viendo a usted, y esa caída de ojos preludia la caída A quien lo solicite doy las señas telefónicas, y un detalle menor: La Jana Chantal es, de día el Tano, vulcanizador de repelos de llantas que Texas nos avienta por la cara. Para terminar, El joven juguero:

Su puesto de jugos y similares sobrevive apenas, a penas, a quejumbres, que expone en la tertulia- «Cuando Zedillo, muy de mañana las tandadas de marchantes: A mí me va preparando un licuado tamaño familiar, y me le pone harta azúcar, con leche cremosa plátano macho y dos huevotes de yema cuata espolvoreados de canelita en flor». Y ándenle su licuado tamaño familiar. Pero en eso que llega Fox. Mi licuado me lo sirve chiclán, con un solo huevito. No vaya a ser el colesterol, uno nunca sabe’. Y sale el chiclán, y ya a finales del sexenio: «Mire, démelo ora sí que sin huevos, que nomás empanzonan, y después de todo para qué nos sirven los huevos’. A hoy, con Calderón: Me lo sirve en vasito de veladora y le suprime también la leche, que desde anoche el grueso lo traigo muy delicado y la caseína me lo acabaría de engrosar. Luego aquella diarrea, y como ando con tos…»‘

Calla el juguero. Lo oigo suspirar. Ah, las tristuras. El maestro: «Hablemos de nuestro plan». Y nos muestra el tabloide donde aparece una foto, y qué foto, la síntesis de la más aplastante mediocridad: rostro fofo, mofletudo, papadón; lo que falta de pelo sobra de anteojos; apenas cuarentón y ya un vientre adiposo, el físico acojinado a carnazas. La vulgaridad…

– Es un tal Germán Martínez, delfín de Calderón para presidente del PAN, desde donde intenta lanzarlo a Los Pinos. ¿Este, pinta de estadista.?

Que de cuajar la maniobra, ¿habrá llegado allá arriba una figura más vulgar que esta de la foto? Y el plan: entre todos forzar a Martínez a someterse a la misma cirugía y con los mismos especialistas que ‘El Señor de los Cielos‘. De la operación sale con rostro menos mediocre o el delfín del «chaparrito, jetoncito», se queda en la plancha como el traficante. En cualquiera de los dos casos, ¿no sale ganando el país? Del plan urdido en la tertulia, mis valedores, ¿qué opinan ustedes? (México.)

Un comentario en “Es por México”

  1. así es valedor, la alternancia que fué un sueño guajiro que en el imaginario colectivo se deasarrolló y fincó como posibilidad de única salida en el ex vendedor cocacolero que fundó e institucionalizó a «la pareja presidencial», nuestro mayor tropiezo.Tendremos que hacer una y mil tertulias como la de cadiz y concluir que la única opción de real alternancia la tendremos con un candidato que por ahora anda en campaña permanente e itinerante

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