Agua, y no más

Que perdí el rastro de las extranjeras mandadas traer por el  presidente Salinas, dije a ustedes ayer. ¿Por qué hasta ahora no nos hemos topado con ellas, si el clima se advierte propicio para que se dejen ver? Traídas para realizar un servicio público, siguen ociosas. ¿Las jubilaron antes de que desquitasen los gastos? ¿Artritis y decrepitud en algún apartado refugio? Yo, intrigado, de tanto en tanto las buscaba en los matutinos, desde la sección de sociales hasta la reina de todos los «medios»:  sangre, chamusquina y violencia social. Pero de las extranjeras, nada; ni sus luces. Haya cosa…
Pero ándenle, que hace algunos ayeres una de tales fuereñas se dejó ver por las playas de Cancún ¿La de la foto será una de las residentes de esta ciudad, o Cancún tendrá los tamaños para darse el lujo de la plantilla propia de muñecas de tan alto precio? ¿Tanto así habría progresado Cancún? ¿Lujos tales brinda a la población?
Por aquel pie conocí a las fuereñas, me refiero al pie de foto: “Tanquetas antimotines, blindadas, llantas anti-bala, cañones lanza agua, cañoneras para desde su  interior disparar tinta indeleble. Unidades de exportación. Cobra y Textron, las marcas”. ¿Costo por unidad?  Nada más 500 mil dólares. La factura, ¿quién la pagaría?
Después, de repente, volvía a toparme con ellas. Una cierta mañana volví a mirarlas robando cámara en los matutinos (y supongo que también en el cinescopio, pero ése y yo, ni vernos). Yo, entonces, desde este burladero mandé un recado a todos ustedes: «¿Alguno se interesa en las tales? Vayan, conózcalas, pero de lejecitos, que en su territorio son peligrosas. Sí, es muy fácil llegar hasta ellas, que a estas horas están de guardia,  resguardando el jacalón de San Lázaro. Se trata de las tanquetas que compró para todos nosotros el de Gortari. Y lo que tuvimos que pagar por ellas (dólares, nuestra moneda nacional), y su capacidad y radio de acción para agredir descontentos e imponer en Los Pinos a cualquier impostor. Ah, México…
Y fue así como un mal día, de repente, ¡el jacalón de San Lázaro amaneció grifo de tanquetas anti-motines! Protestó de inmediato Alejandro Encinas,  que era jefe de gobierno del Distrito Federal:
¿Hace cuántos años que en este país no habíamos visto una tanqueta antimotines en las calles? Es un mal signo y el mejor indicador de cómo están las cosas. Yo no quiero un país como el que estamos viendo en las inmediaciones del Palacio Legislativo de San Lázaro, en donde sean las tanquetas antimotines y no los cuerpos de seguridad las que rijan la normalidad de la vida institucional.
¿Que qué? ¿Cuáles tanquetas antimotines?, replicó el vocero presidencial de Fox:  “En todo el mundo nadie las conoce como tanquetas ni como tanques. Son vehículos que arrojan agua. En todos los países democráticos tienen estos vehículos, porque permiten enfrentar manifestaciones sin que haya daño corporal.
Eso, y no más. Vehículos que arrojan agua de los 7 mil 570 litros que cargan en la panza no representan agresión alguna para los descontentos que se atrevan a protestar públicamente.  Eso, y no más, son las máquinas de represión que importó Salinas para imponerse en Los Pinos y en todo México el pernicioso modelo neoliberal. Simples vehículos hidrantes, como simples vehículos que arrojan plomo son las armas del Ejército, la Marina armada y los cuerpos policíacos, con un saldo de  apenas cien  mil cadáveres…
Cuidado, mis valedores. Es la hora del descontento obrero-estudiantil. Mucho cuidado con las tanquetas. (México.)

Sicalíptica

¿Dónde estarán a estas horas? ¿Qué tierras anden pisando?  ¿Cuántas son y en dónde se encuentren, que de un día para otro les perdí el rastro? Sólo en fotos las pude mirar, y eso muy de tarde en tarde, pero qué soberbia estampa la de todas ellas. En aquellas fechas me preguntaba por dónde andarían, quién o quienes las tenían discretamente apartadas del mundo, en dónde las escondían y de qué. Buscaba alguna respuesta, pero nada. De ellas, ni el rastro. Ellas, andavete…
Y la de preguntas que me provocaban: ¿esas extranjeras arribaron al país todavía virgencitas, o ya su currículo conocía trato con individuos, con grupos, con turbas, vaya uno a saber. Y aquella incertidumbre…
¿Su llegada a nuestro país? Al igual que Don Lázaro propició la entrada de León Trotsky, los Niños de Morelia y los muchos  trasterrados de España que tanto nos dieron a valer en todos los campos de la vida pública, así el arribo de esas extranjeras fue auspiciada por Carlos Salinas. Ellas se aquerenciaron en nuestro país por obra y desgracia del vende-patrias de vocación entreguista y re-matador del patrimonio nacional, que es decir el de todos nosotros. Las introdujo al país  ese perito en asesinatos políticos y complots contra aspirantes presidenciales que no compartan su vocación pro-yanki. Fue ese truhán quien las trajo a alternar con el paisanaje, aunque sólo en muy contadas ocasiones.  Quizá alguno las haya visto en el cinescopio desplazándose por la vía pública a lo despacioso, a lo fachendoso y retador, con la cadencia de modelos de modas en la pasarela.
Bueno, sí, ¿pero dónde están a estas horas? A saber. Desde recién llegadas les perdí el rastro y hasta años más tarde las pude ubicar, por un corto tiempo, en las playas de Cancún, donde vacacionaba una convención de ricachones, de aquí y de allá, en cuyo obsequio salieron ellas a prestar sus servicios. Yo, una vez más, las avisté sólo en las fotos del matutino, que las captó en plena playa y ante la expectación general. Su vera efigie cubrió los diarios, aunque no estoy seguro si fue en la primera plana o en la sección cultural. Ha de haber sido en “Sociales”.
Recuerdo que recorté la estampa de alguna, la coloqué sobre mi mesa de trabajo, y aquella discreta excitación: alta como todas ellas, maciza de formas, extranjera, como las demás. Yo la miraba en la foto, la examinaba, la quise reconocer. ¿Será, no será..?
Y sí: enredada con alguno de uniforme, quién lo creyera. Coronel, general o algo por el estilo. Ahí, entre la multitud, la advertí entera, plena de vida y como buscando con quién desfogarse, motivosa que no fuera. Porque ella sabe tirarse a fondo, nomás con que alguno me la haga reaccionar a todo lo que dan su temperamento y capacidades. Entonces sí, esos orgasmos (multi-orgásmica, cada orgasmo de larga duración.) Ahí andaba, alharaquienta, dándose a notar, siempre robando cámara. Ella y las de su camada dónde estarán, me llegué a preguntar después de que vi su foto en Cancún y a todas volví a perderles el rastro.
Y aquí el contrasentido: elitistas como son todas ellas, siempre a las órdenes del gran capital, aparecen a cualquier hora allí donde son requeridas por los que les pagan sus buenos servicios, pero también donde se congregan los pobres, y esa es regla que no sabe fallar. ¿Cómo localizarlas, pregunta algún verriondo de sangre en hervor? Calma, que no es preciso rastrearlas: son ellas las que se encargan de localizar a aquéllos con los que se han de relacionar. ¿Y saben ustedes por qué?
(El por qué, mañana.)

Mi retablillo anual

La realidad histórica innegable es que el descubrimiento-encuentro protagonizó invasiones, masacre, saqueo, esclavitud, sometimiento, racismo, deculturación, matanzas de millones de indígenas, humillaciones sin cuento y brutales genocidios. El mestizaje, tantas veces enarbolado y ponderado, no se dio por trato civilizado y comunicación humana, sino por infinitas violaciones, donde nuestras antecesoras fueron humilladas, y sus retoños menospreciados y oprimidos. Y los países hijos de ese mal matrimonio (la espada y la cruz)  son todos tercermundistas y notoriamente corruptos. (M. Rodríguez Estrada: El miedo a la verdad,)
Y todo esto ocurrió con nosotros, y comenzó todo con la hazaña del Almirante aquel 12 de octubre de 1492, cuando dos mundos se machihembran y acaban pariendo mestizos de víctimas y genocidas por igual, mestizos «con mucho de europeos por educación y casi nada de indios» que no acabamos de asumirnos como tales, herederos de una esplendorosa cultura que mal conocemos  o desconocemos del todo, lástima.
Las primeras impresiones del Descubridor:  “Ellos andan todos desnudos como su madre los parió (…) muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras (…) Les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor con que hobieron mucho placer».
Pero también iba a advertir las piezas de oro que los isleños llevaban consigo, y entonces: “No puedo errar en el ayuda de nuestro Señor que yo no le falle adonde nace ese oro”.
¿Alucinación del Almirante? “Cansado me adormecí gimiendo: una voz muy piadosa oí: Dios (…) maravillosamente hizo sonar tu nombre en la tierra. Las Indias, que son parte del mundo, tan ricas, te las dio por tuyas (…) De los atomientos de la mar Océana, que estaban cerrados con cadenas tan fuertes, te dio las llaves, y fuiste obedescido en tantas tierras (…) Y es que yo vide en esta tierra de Veragua mayor señal de oro en dos días primeros que en la Española en cuatro años (…) De allí sacarán oro (…) El oro es excelentísimo (…) y con él, quien lo tiene, hace cuanto quiere en el mundo, y llega a que echa las ánimas al paraíso».
Los fulgores del oro: tal alucinación iba a propiciar el mayor genocidio que registra la historia del orbe. El tamaño de la devastación la entremiramos en la tremenda requisitoria del benemérito Las Casas, Protector de las Indias: “La causa porque han muerto y destruido tan infinito número de ánimas los Cristianos, ha sido solamente por el oro y henchirse de riquezas en muy breves días”.
Colón, esclavista: “Diréis a Sus Altezas qu’ el provecho de las almas de los dichos Caníbales que quantos más allá se llevasen sería mejores (…) que otros ningunos esclavos».
Andaban los Españoles con perros bravos aporreando los indios, mugeres y hombres. Una india enferma, viendo que no podía huir de los perros que no la hiciesen pedazos como lo hacían a los otros, tomó una soga, y atóse al pie un niño que tenía de un año, y ahorcóse de una viga; y no lo hizo tan presto que no llegaron los perros, y despedazaron al niño: aunque antes que acabase de morir lo bautizó un fraile.
En la Visión de los vencidos se recoge el lamento de nuestra raíz indígena, masacrada por nuestra española raíz:  “Y fue nuestra herencia una red de agujeros”. Pues sí, pero “Mientras el mundo permanezca no acabarán la gloria y la fama de México-Tenochtitlan”. Tal es su destino, sin más. El nuestro. (México.)

Teoría de las sustituciones

Semejante teoría consiste en conservar la apariencia externa mientras se sustituye el contenido interno; con la sustitución se adultera la esencia dentro las fachadas originales. Fue así como se mantuvo el nombre de sindicato, pero se cambió su esencia clasista.
Para ello se comenzó por anular dos elementos: independencia y soberanía,  que se logró eliminando el instrumento donde se ejercen estos principios: democracia participativa, con la que las bases ejercían la toma de decisiones y asumían la conducción de sus destinos. Fue sustituida por la actual democracia representativa.
La soberanía: a través de leyes opresivas y  grupos paramilitares a los que se  les dio apoyo policíaco-militar e impunidad se fue  desmantelando la democracia obrera, sustituida por la dictadura de la cúpula. La soberanía pasó a manos de los agentes gubernamentales.
Teoría de las sustituciones.
Con ella se fue desintegrando el acervo histórico del proletariado y se le reemplazó con formas y contenidos que ocultan la visión liberadora original. Fue sustituida por la concepción alienadora burguesa.
Los conceptos con contenido proletario liberador fueron revisado y se les extirpó su esencia, trocándola por una visión enajenada que convirtió esos conceptos en palabras desorientadoras que condujeron los procesos políticos al fracaso de las fuerzas proletarias.
La batalla triunfante de la burguesía consistió en dar la lucha hacia dentro de las clases oprimidas y explotadas e imponer un sistema de enajenación organizativo e ideológico en la mente misma del pueblo.
Este sistema enajenador ha impedido a los explotados ver más allá de lo que la burguesía quiere que vean y los han llevado a  luchar con estrategias y tácticas diseñadas por la propia burguesía para que los pueblos siempre estén en desventaja estratégica con respecto al poder de la citada burguesía. Fue a través de la represión y la corrupción como ésta consiguió conquistar tales logros al invadir los propios espacios del proletariado  para colocar en ellos a sus agentes directos o a los conversos que fueron cooptando, los cuales exaltaron la visión enajenadora con un lenguaje que  embozó el contenido esclavizador de la concepción burguesa.
Tales conversos conocieron la idiosincracia popular y supieron como «aclimatar» la visión enajenante desde las profundidades de las clases explotadas y oprimidas.
Enajenada la visión del proletariado, los dirigentes y/o activistas con sentimientos revolucionarios perdieron la memoria histórica, y con ello las ideas revolucionarias. Se intentó derrotar al capitalismo, pero se careció del conocimiento adecuado para darle efectividad a su quehacer político-organizativo.
El deslizamiento progresivo.
El Partido Comunista Mexicano, que cargaba un gran atraso organizativo e ideológico, pero que conservaba su independencia del Estado, fue destruido desde dentro. Cooptados, sus dirigentes renunciaron al leninismo, teoría enmarcada dentro de una visión revolucionaria del cambio social. Para lograr la liquidación del partido comunista usaron la teoría del deslizamiento progresivo. Al principio ocultaron sus compromisos con el Estado burgués, fueron deslizando las sustituciones y se coordinaron con el aparato represivo para que les «despejara» el campo donde los dirigentes revolucionarios mantenían las tesis del cambio social y liberador.
Con organizaciones dirigidas por colaboracionistas se creó el Partido Socialista Unificado de México, y de ahí… (La historia sigue después.)

Sindicato y partido político

De las mutualidades al falso sindicalismo, mis valedores. En el XVII, con la citada mutualidad, se inició el proceso de organización obrera que iba a culminar con el partido político, el sindicato y, con la teoría de la sustitución aplicada por el Sistema de poder, su degeneración en esos organismos corporativos de control obrero conocidos con el alias de «sindicatos». Lean, a modo de contexto, Reforma laboral, publicado ayer aquí mismo, y el proceso de organización obrera a partir del XVII:
En los inicios el proceso de construcción de la forma no enajenada se dieron, de manera natural e incipiente, los elementos fundamentales que cimentaron la posibilidad de encaminarse a un cambio social de las estructuras económicas: a) solidaridad. b) independencia. c) soberanía. d) democracia participativa. e) revocación de mandato. f) ética política.
Sindicatos. Avanzado el proceso de autoorganización del proletariado y agudizándose la explotación, los obreros observaron que organizados podían pasar de la etapa de solidaridad a la de la lucha por reivindicaciones que mejoraran mínimanente sus condiciones de vida.
La clase obrera empezó a organizarse en una nueva figura que se denominó sindicato. Con esta estructura fue luchando por la reducción de la jornada de trabajo, mejores salarios, seguridad en las actividades laborales, pequeñas prestaciones, días de descanso, etc.
El sindicalismo fue creciendo a nivel mundial, y con ello adquirió gran fuerza y demandó mayores beneficios y condiciones de trabajo: vivienda, servicios médicos, educación elemental, derechos políticos, etc.
Al construirse los sindicatos se fortalece la concepción de la lucha colectiva. Esta visión colectiva del proletariado aporta conciencia de fuerza y permite plantearse metas más altas.
El sindicalismo fue avanzando, y con sus nuevas experiencias en la lucha reivindicativa llegó a la idea de que el talón de Aquiles de la burguesía es la pérdida de sus ingresos económicos.
El propósito es conseguir el mayor incremento posible de goces con la mayor disminución posible de gastos. Esto es la perfección de la economía. (Del liberalismo europeo.)
Con el conocimiento de lo que para la burguesía representan los ingresos económicos y los avances de la lucha colectiva se abre la posibilidad de establecer la huelga como táctica de lucha y negociación.
La lucha práctica y la búsqueda del triunfo lleva a los núcleos sindicalizados a perfeccionar cada vez más sus sistemas de organización y coordinación para enfrentar con mayor eficacia el aparato opresivo-represivo de la clase dominante.
En las contiendas huelguísticas el proletariado observa las formas de operar de su enemigo y se da cuenta de que debe estudiarlo tanto en el campo de la lucha práctica como en la teoría de la guerra. A los sistemas de organización policíaco-militares de los gobiernos burgueses el proletariado responde con réplicas civiles que tornan más eficiente la capacidad de combate.
Partidos políticos y la clase obrera.
En el proceso histórico de la conciencia de clase del proletariado las etapas populistas son superadas por una nueva visión que da pie a la construcción del  partido político. Como todo proceso histórico, el nacimiento de  tales partidos con raíces proletarias empieza con esquemas limitados, pero conforme se participa en el terreno de la lucha política real se acumulan experiencias y conocimientos que perfeccionan la capacidad revolucionaria de la clase obrera y sus aliados.
(Mañana, el final.)

Reforma Laboral

Los obreros pueden encontrar trabajo, pero sobre la  base de que los salarios que se les paguen nunca deben estar a un nivel que perjudique la demanda de la empresa privada.  (Del liberalismo europeo.)
La energía del obrero cuando se organiza, mis valedores. Si esto lo supieran los trabajadores de nuestro país hoy que les asestan rotundo leñazo con la reforma laboral…
– Yo no entendía, me dijo el maestro, por qué se refirió Marx a la dictadura del proletariado. ¿Qué fuerza podrían poseer los obreros frente a su enemigo histórico?
Y que entonces se puso a estudiar a fondo la trayectoria de un proletariado tan débil hoy día, y que fue así como entendió a Marx. «Ahora te explico punto por punto la trayectoria del obrero desde el siglo XVII. Toma nota».
Encendí la grabadora.
– En el XVII la clase obrara inicia su forma de auto-organización creando núcleos de ayuda mutua para auxiliarse en los problemas más apremiantes: apoyo en enfermedades, entierros, accidentes y otras acciones solidarias. A estas organizaciones se les conoció como  mutualidades.
1.- La creación de las mutualidades fue un proceso sencillo y elemental, donde algunos  obreros se unían, dialogaban sobre sus males cotidianos más urgentes y aportaban pequeñas sumas de dinero para brindarse solidaridad. En esta forma de organización la clase dominante (Estado, burguesía) no detectó peligro ninguno y no se entrometió en la composición de las mutualidades.
2.- La iniciativa de organizarse nació en los obreros.  Al no detectar peligro en esta forma de unión el estado burgués permitió que el curso natural de organización de clase siguiera su proceso histórico sin desviaciones, consolidándose así otra característica determinante: la independencia de clase.
3.- Aún en su fase más elemental del proceso de organización obrera, que fueron las mutualidades, la forma de tomar y cumplir acuerdos fue realizada por los propios trabajadores, sin injerencia ajena. Esto garantizó otro elemento fundamental: la soberanía de las mutualidades estuvo en los acuerdos de las asambleas y, por lo tanto, en las bases mismas.
4.- Para ejercer la soberanía de la base organizada se necesitó algún recurso que permitiera a los trabajadores ejercer la toma de decisiones. Esto los obligó a asumir responsabilidades en la conducción de sus objetivos, no delegar en una fuerza ajena a los propios obreros la conducción de sus tareas. La forma que garantizó este principio de soberanía fue la democracia participativa.
La democracia participativa, cuando se convierte en única y excluyente, choca con los principios de pertenencia de las bases sociales, que les arrebata la posibilidad de tomar decisiones, y crea el poder de las cúpulas,  reproduciéndose de esa manera una forma más de control del Estado.
5.- Las desviaciones de los objetivos concretos de las mutualidades fueron detectadas a través de mecanismos que se crearon para transparentar esas desviaciones cometidas por los responsables de llevar a cabo tal o cual encomienda. La soberanía en manos de la asamblea y el ejercicio la democracia participativa  permitió poner correctivos inmediatos, generándose de manera expedita la revocación del mandato.
6.- Dentro de este mismo proceso se practicó un elemento consustancial a la conciencia de clase del proletariado: la ética política. En la conciencia proletaria no existe la categoría de explotación. La clase obrera no necesita hacer trampas a sus semejantes ni convertirlos en sus subordinados. (Esto sigue mañana.)

Un peligro para México

El régimen político silenció a la generación del 68 no sólo con represión, sino también con la imposición, a través de un sistema de medios subordinados, de un discurso de la realidad que convirtió el movimiento estudiantil en una amenaza para la patria, que debía ser aplastada.
Tal afirma en el matutino Carreño Carlón. ¿Hoy no ocurre algo semejante, toda proporción guardada, ante los conflictos del Mexicano de Electricistas, Mexicana de Aviación, Yo soy 132 y demás? Por si algo pudiésemos aprender de la historia, aquí la actividad los «medios subordinados» en los sucesos que precedieron a la masacre del 2 de octubre:
¡Cristianismo sí, comunismo no! Y al pregón reaccionario los fanáticos encendieron en Tlatelolco la hornaza de la matanza descomunal. Fue en septiembre cuando los reaccionarios perpetraron la manipulación de unas masas que, ánimos en llamarada, habrían de caer en la bestialidad del linchamiento en San Miguel Canoa, Puebla. Lo proclamaba, triunfal, El Heraldo, de memoria infeliz:
¡Manifestación Anticomunista en la Plaza México! Cerca de 12 mil ciudadanos y jóvenes (sic) se congregaron ayer para realizar un acto de desagravio a nuestros símbolos nacionales, que derivó en una exacerbada manifestación anticomunista. Gritando: ¡Vivan los granaderos! ¡Viva México! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!, comenzaron a llegar, desde las once y media de la mañana, en compactos grupos que antes habían participado en otra manifestación en la Basílica de Guadalupe. A las 12 horas, 3 mil mujeres, jóvenes y ancianos, habían extendido numerosas mantas y exhibían pancartas: ¡Comunismo en México, jamás! Cristo Rey, tú reinarás, Contra los traidores, ¡Muera la bandera rojinegra, Dios, patria, familia, libertad, Cristianismo sí, comunismo no, Apartidas comunistas fuera de México!
El organizador dirigía las porras: ¡México nunca será comunista! ¡Viva México! ¡Mexicano! ¿Estás dispuesto a defender a tu patria? Los gritos, las porras: ¡México, México!, subrayadas por el rítmico chocar de las manos de los asistentes: ¡Vivan los granaderos! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Muera Castro Ruz! Cuando ya había allí cerca de 12 mil personas, los dirigentes de la Coalición de Organizaciones para la Defensa de los Valores Nacionales dieron la orden y un grupo de muchachos salió al ruedo con un monigote hecho de cartón que representaba a los guerrilleros: gorra cuartelera, camisa y pantalón verde, luengas barbas, en las manos un libro nefando: el diario del Che.
El vocerío creció: gritos exasperantes exigían: ¡Quémenlo, quémenlo, quémenlo!, y quienes tal pedían subrayaban su exigencia con enérgicos ademanes, con el pulgar tenso, apuntando hacia la arena. Aguerrebere, desde el micrófono, estimulaba esas manifestaciones: ¡Queremos Ches muertos! ¡Mueran todos los guerrilleros apartidas!, volvió a gritar, y la multitud respondía exaltada: ¡Mueran! Alguien, en la arena, junto a un camión en el que había unas mantas con las siglas del MURO, exigía nervioso: ¡Gasolina, dónde hay gasolina! Otros acercaron cerillos al guerrillero y, segundos después, todo allí era fuego, gritos incontenibles, casi histeria. Los presentes entonaron nuestro sagrado Himno Nacional.
Mantas, pancartas: El comunismo destruye a la familia, Comunismo en México nunca, Muera el comunismo, Dios, patria, familia y libertad. ¡Viva México! ¡Muera el comunismo! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!
Así y en provecho propio se manipula a unas masas dogmáticas, ignorantes y atacadas (atascadas) de prejuicios. (Lóbrego.)

¿Dos de Octubre no se olvida?

Recuperar nuestra memoria histórica es vital si queremos lograr un verdadero cambio social. Para ello es necesario tomar conciencia de que el enemigo del cambio que precisamos nos ha inoculado ideas obsoletas para que nuestras iniciativas políticas concluyan con el fracaso. El enemigo se moderniza, se desarrolla y utiliza estrategias y tácticas eficaces que le han permitido derrotarnos.
Esta vez Tlatelolco, mis valedores. Veinticuatro horas esperé para comprobar que el rito anual del «Tlatelolco no se olvida», ya vacío de sentido, se impone una vez más sobre el estudio de fondo en relación a la herencia magnífica que nos legó la vertiente obrero-estudiantil de 1968. Porque desdeñamos la historia y aceptamos la  distorsión o dilución a que nos somete el Sistema de poder. Aquel Echeverría…
El llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en Tlatelolco. ¿A dónde vamos?
El movimiento del 68, según lo analiza mi maestro, preso político que no aceptó la falsa «apertura democrática» de Echeverría, estuvo integrado por un triple bloque de fuerzas: la democrático-burguesa, la pequeño-burguesa radicalizada y la de corte ideológico-proletario.
Cuando leemos o escuchamos las ideas relacionadas con el Movimiento Estudiantil Popular Pro-Libertades Democráticas, de 1968 en México sólo alcanzamos a percibir los aspectos anecdotarios de las vivencias de cada actor y testigo involucrado en aquel torrente histórico. No existe, sin embargo, un análisis socio-político, desde la perspectiva de la lucha de clases, del movimiento de 1968 y sus logros: la profundización de la democracia y la reforma universitaria, el sindicalismo independiente y las células obreras, las tomas de tierras y la consolidación de los organismos campesinos independientes, la organización de los obreros agrícolas, la construcción del movimiento urbano popular y, con la toma de predios urbanos, la creación de cientos de colonias populares. Dentro del movimiento surgen también los elementos que integraron los movimientos guerrilleros tanto en el medio urbano como en el rural. Una herencia histórica que, por ignorancia, no sabemos aprovechar. México.
En el panorama internacional representaron una enorme influencia sobre el movimiento del 68 las ideas de la Revolución Cubana, la guerra de Vietnam, el Movimiento Obrero Europeo, el Movimiento Estudiantil internacional, los avances del movimiento en los Estados Unidos (Berkley), etc.
Eso es lo que representa el Movimiento Estudiantil Popular Pro Libertades Democráticas de 1968 en México. la síntesis histórica de las luchas que amplios sectores de la población venían realizando a favor de la democracia y en contra del autoritarismo represivo de un régimen en plena descomposición.
Las luchas sindicales de ferrocarrileros y electricistas, maestros y médicos, etc., irradiaron sentimientos de rechazo al estilo autoritario del PRI-Gobierno. En el campo de la lucha por la tierra, los créditos, el agua, etc., también recibieron una respuesta de intolerancia. En los sectores populares creció el problema de la vivienda que ahogaba a enormes estratos de la población. El estudiantado, a su vez, padecía una fuerte opresión de las autoridades magisteriales. A todo lo anterior su sumó una enorme intolerancia generacional y, sobre todo, eclesiástica, en contra de las libertades y los derechos de las minorías de preferencia sexual distinta.
Y todo esto pasó con nosotros (…) Con esa lamentosa y triste suerte nos vimos angustiados.
(Esto sigue después.)

Aberrante

El PAN, junto con el PRI, aprobó reformas para flexibilizar la contratación y el despido de los trabajadores. No son cambios menospreciables. Se aprobaron disposiciones tan importantes como el outsourcing (subcontratación de empleados); los contratos temporales de 30 días a prueba y de tres meses de capacitación sin que, al final de éstos, el patrón esté obligado a indemnizar al trabajador en caso de finiquito de la relación laboral; la limitación a 12 meses del pago de salarios caídos cuando haya un conflicto entre trabajador y patrón. Estos cambios, por sí solos, son una buena noticia para el país. (Sic. en el matutino.)
Y a mí, en leyendo lo anterior, se me vinieron a la mente los casos de los siameses Chang y Eng que, unidos por un cartílago de 15 centímetros a la altura del esternón, entre l811 y 1874 vivieron, si aquello se pudo llamar vivir, dentro de la carpa de su hogar consecuente:  el circo.
Un purgatorio significó para los de Siam su malformación física. Una gloria representa para los siameses Acción Nacional y el Revolucionario Institucional su trabazón aberrante. Juntos acaban de tramar una maniobra más en favor de hijos y entenados del Capital-imperialismo y en agravio de unas masas sociales que habremos de pagar la factura. Es México.
«Ya estamos a punto de enloquecer», se quejaban los desdichados de Siam. «Dormir juntos, defecar juntos, juntos cohabitar con nuestras esposas, juntos abominar nuestro aliento bilioso, nuestros humores, esta forzada compañía. Separarnos o enloquecer. ¡Sepárennos!».
El PRI y el PAN, por contras: pragmático-utilitaristas, desde el 1988 de Salinas, el «jefe» Diego y Luis H. Alvarez, viven su condición de siameses defecando juntos, juntos respirando sus emanaciones nocturnas y juntos  tramando unas medidas de gobierno que han de representar un nuevo beneficio para el Sistema de poder del que forman parte y un perjuicio más  para todos nosotros, la comunidad. Trágico.
Y en Chang y Eng el terror ante la más leve enfermedad del compañero. “Tiene que haber un médico que nos logre separar sin matarnos».
Pero no hubo médico tal. En un doble camastro finalizaba el errabundaje que a los dos desgraciados los llevó desde Siam hasta Carolina del Norte, en EU. Los siameses originales terminaron su vida una noche de 1874. El  PRI y el PAN coexisten todavía, y con cada medida perjudicial para las masas el par de pragmáticos sale fortalecido, sin que a su condición de logreros afecte el repudio de la comunidad. Aquí, a manera de ejemplo, una somera lista de acuerdos que en nuestro perjuicio han venido tramando los siameses pragmáticos de la politiquería nacional:
En 1989 PRI y PAN votaron juntos la legislación electoral salinista para eliminar las coaliciones y candidatos comunes de los partidos. En 1991 juntos votaron la quema de los paquetes electorales de 1988 para eliminar la evidencia del fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas. En 1992 votaron juntos un resolutivo para apoyar la elevación de cuotas en la UNAM y reformaron el 27 Constitucional para privatizar el ejido. 1993. Juntos votaron  la reforma al Código Penal para permitir la libertad bajo fianza a los servidores públicos corruptos. 1998. Redujeron el presupuesto del DF y las universidades públicas, y aprobaron el Fobaproa.
Y este leñazo más contra las mayorías: luego de maquillarla apenas en un 20 por ciento, los diputados envían al Senado, para su aprobación, el ponzoñoso documento del de Los Pinos. Así se escribe la historia en este país. (México.)

Coccioli

¡Ayúdeme! Si usted no me ayuda… Moralmente, porque nada pido material… tres días, tres noches… No logro dejar… Si usted no me ayuda…
“He pensado en una equivocación: no conocía aquella voz. Luego he oído mi nombre bien pronunciado. He dicho: Soy yo”.
Soy Carlo Coccioli, pudo haber contestado a la urgida voz del  anónimo desesperado, desgajado por el licor y a punto del derrumbe final que, desde el teléfono público, imploraba el auxilio de un hombre que había logrado sobrevivir al naufragio del licor. En páginas estrujantes de la obra documental titulada Hombres en fuga lo asienta el escritor y  valedor de dipsómanos y de animalillos callejeros en desamparo:
“Eran casi las ocho de la noche. Toda la tarde había llovido, esta estación de las grandes lluvias es interminablemente tétrica”. Y que al otro lado de la líneas, la anónima voz:
– Ahora estoy lúcido, es decir, casi lúcido: ¿cuánto durará? Puedo beber hasta 15 días, hasta morir…
– ¿De dónde está telefoneando? ¡Contésteme!
“Un silencio. Después: que estaba en el centro”.
– Escúcheme con atención. ¿Lograría llegar al Cine Las Américas?
Arreglada la cita. Que él era humilde y muy mal vestido. Que al verlo, Coccioli se espantaría. “Nada me espanta”, respondió el novelista. Ni la voz del alcohólico que dieron por desahuciado, ni la de tantos redrojillos humanos que gracias a la humana calidad de  Coccioli, supieron de la resurrección de la carne hasta entonces  ahogada en licor. Redrojillos como Inés, “voz de contralto”:
-Yo no resisto el dolor, jamás supe sufrir; si para dejar la botella tuviese que sufrir, ¡ay!, no la dejaría. Pero aquí..”
Aquí, sí, en el grupo Alcohólicos Anónimos, milagro del humano valimiento, hasta donde Coccioli, suave y sin turbulencias, conducía a los agónicos anhelantes:
“Aquí, en Alcohólicos Anónimos, nos quitan la botella, pero en cambio nos dan algo: nos dan mucho. Lo que nos quitan, o mejor dicho lo que nos quitamos nosotros mismos, nos lo devuelven con usura. El enfermo alcohólico que intente eliminar la botella sin recurrir al grupo no sólo es muy probable que no lo logre, sino que también aumenta sus penas. Aquí, nosotros, vivimos con alegría”.
Bendito sea Dios, que da la alegría.
El canto  de Coccioli tiene, para mí, resonancias bíblicas: “¡Cuán terrible es el grupo, cuán majestuoso, apoyado así sobre lágrimas y sangre, cuán bello, y cuán rebosante de amor, rebosante de amor (…) ¡Cuán bello es el grupo, cuán lleno, lleno, lleno de Dios! Bendito sea Dios que ha creado A.A., el grupo”. Aleluya, le faltó agregar. Mis valedores…
Yo, por traer ante ustedes la memoria del que se fue hace algún tiempo,  pude haber espigado en alguno de los 32 libros que nos legó el novelista italiano avecindado en México, pero prefiero presentarles al Coccioli por quien siento un agradecimiento muy particular porque a cuántos habría auxiliado a salir del licor, esos que en la botella habían requemado vida, destino, futuro, familia, autoestima, dignidad, todo, y que gracias a Coccioli y Alcohólicos Anónimos  resucitaron, resucitan cada día. Hoy nada más no beber. Abstemios el día de hoy. Cada día hoy. Hoy cada día. Nada más. Coccioli.
Actor, testigo y víctima del flagelo, que no habla de oídas ni por afanes de morbo y sensacionalismo, conoció también la salvación. Yo, que nunca he sabido de ese venero que conmigo topó en hueso, le agradezco el bien que hizo, hace y hará a tantos hombres en fuga. Carlo Coccioli falleció un martes, 5 de agosto del 2003. (A su memoria.)

Plaza tomada

Ciudad Nezahualcóyotl esta vez,  mis valedores, esa entrañable  comunidad a la que le trovan M. Iglesias y su Grupo «Canto del hombre y del pueblo:
Nezahualcóyotl querido – tierra de polvo y de sal – tus colonos han sufrido – ¡pero van a despertar!
Despertar, mantenerse despiertos y combatir, una vez más, por la integridad de un territorio que un precio tan alto costó a sus fundadores. La sobrevivencia es su signo, y después de conjurar tantas plagas no es cosa de rendirse al final. Animo.
Tengo en la mente el trazo de Ciudad Nezahualcóyotl, de sus calles con nombres de canciones populares, allá por el centro de una comunidad que conozco desde hace años porque allá impartí uno de los talleres de lectura que más he apreciado. Es por mi afecto a los amigos de aquellos rumbos que la noticia del martes pasado me duele en lo vivo. La Ciudad Neza que yo conocí y aprendí a querer no merece la nota del matutino, que firma Martín Moreno:
¿Quién podrá negar que Ciudad Nezahualcóyotl, en tiempo récord -tres años-, se convirtió en plaza tomada por «La Familia Michoacana» y disputada por «Los Zetas» durante el gobierno del priísta Edgar Navarro?
Así que plaza tomada, tan gallarda ciudad…
Si ustedes conocieran la  epopeya de ese cacho de México que surgió de la nada, que por obra, gracia y redaños de unos heroicos desesperados, vino a nacer en un llano inhóspito donde parecía imposible todo aliento de vida más allá de las lagartijas. Cd. Neza es suma y síntesis de lucha y sudor, sufrimiento y carencias sin límites de aquellos pioneros que habiendo sido desplazados de todas partes, a querer o no tenían que afincarse en algún lugar, y se toparon con aquella inhóspita llanura desdeñada hasta por los coyotes, puro terregal, tepetate y reverberancias de un sol como toro en brama. Se santiguaron, fajáronse ellas sus enaguas y ellos sus pantalones, y ora pues, obre Dios, y aquí me planto y de aquí nadie me saca, faltaría más. Y a imaginar la ciudad…
Y ahí fue el agenciarse la lámina y el cartón,  y alzar aquel remedo de cuartucho, y en  tiempo de fríos tiritar, y asarse en los calores de mayo, y bajo las tormentas de junio andar con el agua al cuello y  la boca  reseca por falta de agua potable. Pero ánimo, paisas, y a la gloria del tabicón ir insinuando la vivienda mientras se lidia con la falta de transporte, víveres y servicios básicos, y la plaga de ratas de campo y la de ratas de tierras, los  fraccionadores,  transas del medro y de la engañifa, y a los fregados fregarlos más…
Pero el destino del paisa es la sobrevivencia: por ahí fueron surgiendo barruntos del centro escolar, el mercado y el templo. Y ábranla, que entre charco y hoyanco va el pavimento, y el agua entubada, la luz, el drenaje, el teléfono y lástima: también  la antena de televisión. Fue así como a pura enjundia, temple y redaños, los arrimadizos de todas partes y de todas partes desplazados hicieron el milagro de cosechar, en aquel desierto, rosas. Ciudad Nezahualcóyotl…
Claro, abundancia, lo que se llama abundancia, tampoco. Vías públicas de primer mundo, no exagerar. La avenida Pantitlán, sin ir más lejos: si al rata Montiel, gobernador por aquel entonces, lo atacó la insensata compulsión de ampliar la zona de sus ilícitos, yo con el alma deseé que su marcha a Los Pinos tuviese la tersura y suavidad del asfalto de la Pantitlán, de punta a punta vibrador cacarizo de baches, donde al transitarla el automovilista, por no morderse la lengua, tenía o tiene que apretarlas. (Esto sigue después.)

¡Ahí les viene Peña!

La inteligencia es sólo una parte del hombre, y no la mejor…
Y a propósito, mis valedores: ¿conocen ustedes algunas obras de Shakespeare? Hamlet, Macbeth, Ricardo III, El rey Lear? ¿Cuántas habrán leído o visto representadas en el escenario?  ¿Recuerda alguno La Tempestad, con tres personajes emblemáticos y a la exacta medida de esos intelectuales que medran enquistados en el Sistema de Poder? Próspero,  invasor de la isla donde ocurre la tragedia y que reduce a un par de nativos a una suerte de esclavitud: a Ariel, genio del aire, la idea y el espíritu, y a Calibán, que personifica el vicio, la torpeza, la rebeldía,  la carnalidad. Pero semejante visión es maniquea y simplista, según estudio reciente de Fernández Retamar, ensayista cubano:
Calibán, el rebelde, era el dueño de una tierra de que fue despojado a la viva fuerza por el invasor, mientras que Ariel es el intelectual obsequioso que se pone al servicio del invasor contra el rebelde nativo y dueño de la isla.
El intelectual toma partido a favor del Poder. ¿El precio por la ejecución del trabajo sucio? La granjería, la prerrogativa, la concesión, el dinero fácil para esos que en los comelitones palaciegos  balan su balada al benefactor:
“Bécame – bécame mucho – como si fuera esta beca la última vez”
Transcribo un fragmento de La Tempestad:
Ariel, todo un intelectual: – ¡Salve por siempre, gran dueño! ¡Salve, grave señor! ¡Vengo a ponerme a las órdenes de tu mejor deseo; haya que hender los aires, nadar, sumergirse en el fango (en el fuego, dice la obra), cabalgar sobre las rizadas nubes, a tu servicio estoy; dispón de Ariel y de todo su influjo”.
Próspero, mientras los perros persiguen al rebelde Calibán:
– Ariel, mi polluelo, pájaro mío: ve y encarga a los duendes que trituren las junturas de Calibán con secas convulsiones: que encojan sus músculos con terribles calambres.
Ariel:- Sí, dueño mío.
Los nombres y las cataduras de los caraduras me ampollan la mente, con sus torvos conceptos de  intelectuales Arieles, genios del aire (ese que constituye el alma del carrizo)  siempre cercanos al Próspero sexenal, a quien justifican todas sus medidas de gobierno, contrarias siempre al interés de las masas sociales.
Hoy sólo algún Ariel temerario se atreve a quemar copal ante la mediocridad del beato del Verbo Encarnado, pero ya todos templan sus cítaras y entonan las primeras romanzas al nuevo santo sexenal tal como en 1968 ventosearon sus loas a favor de Díaz Hordas, de LEA en 1971 y del Próspero sexenal Zedillo cuando se echó con todos sus policías contra la UNAM y  los estudiantes en huelga. De entre las opiniones de los intelectuales Arieles:
IKram Antaki: “Presidente habemus”.
Héctor Aguilar C.:“No obstante lo ocurrido, Zedillo no es ni podrá ser un presidente autoritario”.
Carlos Fuentes: “La UNAM no es una universidad elitista, pero tampoco debe ser de lumpens o de baja clase media ofendida”.
Federico Reyes ¿Heroles?: “El operativo fue muy cuidado, sin víctimas que lamentar. La administración de la violencia legítima también puede ser profesional”.
¡Aquel Carlos Monsiváis!  “Sí, yo firmé el desplegado aprobatorio (de la invasión a la UNAM) porque en ese momento creí que era lo mejor, estaba todo tan empantanado, y por el fastidio ante una huelga tan prolongada. Por eso también participé en un manifiesto de intelectuales, guiado por una certeza: es mejor dialogar en la Universidad abierta y evitar así la represión”.
El resto es silencio. (Ariel.)

Sotanas

Sí hay curas pederastas en México. No somos ángeles. Aunque hombres de Dios… también somos hombres. ¡Y muy hombres!
(José Ulises Macías, arzobispo de Hermosillo, Sonora, en abril del 2002)
De profetas y sacerdotes les hablé ayer, mis valedores; de que el profeta, con su doctrina, convenció a las comunidades, porque predicaba con el ejemplo. Al profeta de la antigüedad, digo con el psicólogo y sociólogo E. Fromm, los poderosos no lo impresionaban. Isaías y Daniel difundieron la doctrina religiosa aunque predicarla los llevase al ostracismo, la cárcel, la muerte. Ellos vivieron la verdad, sintieron la responsabilidad de decirla. “No quisieron ser profetas. Fueron. Sólo los falsos profetas ambicionan el título de profetas. Buda vivió sus enseñanzas; Cristo se encarnó; Sócrates murió de acuerdo a sus ideas, y por lo mismo dejaron una huella profunda en la especie humana: precisamente porque su idea encarnó en cada uno de ellos, que aparecen de tarde en tarde en la historia de la humanidad. Mueren dejando un mensaje que aceptan millones, a quienes se torna entrañable”. Ellos sí, ¿pero esos que se dicen sus sucesores? ¿Qué ocurre con los sacerdotes del clero católico..?
Los sacerdotes: detrás de sus propios fines de dominio y control de las multitudes, ellos se aprovechan de las ideas y doctrinas de quienes con ellas transformaron su tiempo y su mundo. Tal como los profetas vivieron sus ideas; los sacerdotes las administran a la grey que a lo manso se adhiere a esa idea y a esa doctrina, pero doctrina e idea han perdido su vitalidad. Se han transformado en meras fórmulas. Han muerto. Y así permanecen hoy día, sin el poder, sin la potencia transformadora de multitudes, lástima.
Por otra parte, al proclamarse sucesores del profeta y afirmar que viven lo que predican, los sacerdotes confunden a las masas, y ese es un embuste que hasta un niño pudiese advertir, ya que existe una distancia descomunal entre prédica y forma de vida. Allá por 2001 lo declaraba Jerónimo Prigione, por aquel entonces nuncio apostólico del Vaticano en nuestro país:
“El pueblo de México debe perdonar al ex-presidente don Carlos Salinas de Gortari. Se le guarda una profunda gratitud por todo lo que hizo de positivo para el país. Lo positivo ahf queda”.
Esto dicho, publicó la prensa, “en medio de champaña europea y vino blanco importado, bocadillos de salmón, ostión y carnes frías. El nuncio descartó que la pobreza debilite la fe, y oró porque la recuperación económica alcance a las clases más desprotegidas…”
¿Qué ocurre, entretanto, con las masas católicas? Que han sido sometidas a un verdadero y muy efectivo lavado de cerebro, de modo tal que todos los fieles de cualquier religión o credo político, financiero, cultural o social, creen en la prédica de sus sacerdotes: que los consideran congruentes con las ideas que predican. Son masas huérfanas de valores religiosos, pero católicas declaradas hasta en un 87 por ciento, aunque no conocen la distancia que existe entre una prédica de Isaías y la que en 2001 les difundía Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec:
– No; miren: ni Calles, ni Cárdenas, ni siquiera Díaz Ordaz. En todo ese tiempo hasta llegar a Salinas no llegó a haber una democracia real, pues había unas concesiones muy sencillas, pero no una real democracia. Hasta Ernesto Zedillo no hubo una verdadera democracia. Yo no creo en las democracias anteriores. No las hubo. Nos estamos haciendo guajes. ¿Candidato presidencial? Yo no tengo ninguno, porque todavía son pollos todos…
O la prédica de un político y cardenal como Norberto Rivera:- Yo exijo que las autoridades del Distrito Federal revisen con seriedad la acusación de peculado contra mi amigo Oscar Espinosa. Les exijo aclarar si tienen fundamentos para comprobarla.
O las afirmaciones del hoy extinto obispo Luis Reinoso: “La comunidad mexicana no entiende ni acepta la postura del EZLN, ya que es contradictoria. En caso de que nuevamente tomen las armas, serán masacrados por las instituciones mexicanas”.
Profetas, sacerdotes: Efrén Ramos, obispo: “La conversión del FOBAPROA en deuda pública fue una medida en verdad acertada. El gobierno tenía la obligación de preservar nuestro sistema bancario”.¿Profetas de Dios? ¿Sacerdotes del César? (¡Dios..!)

La Historia, cansada de crear…

Del Michoacán conflictivo, mis valedores. Ayer la violencia extrema se ubicaba en Paracho y Apatzingán. Hoy se asienta en Turicato, con esa postema religiosa que nombran la Nueva Jerusalén, hasta donde no alcanzan a entrar ni el Estado ni la instrucción escolar, mientras que la guerra de Calderón ha convertido aquel rumbo, como el resto del territorio, en un cementerio descomunal. Siniestro.
Michoacán. Ayer, atizada por la sotana y la capa pluvial, la Cristera incendió regiones del Bajío y anexas. Anteayer, en un remoto 1875, casullas y sobrepellices prendieron lumbradas en Paracho y Apatzingán, donde actuó como cronista un hombre de genio: José Martí, por aquel entonces habitante de nuestro país.  Para que no se nos muera la memoria histórica:
«Una campaña alimentada por el fuego voraz del despecho y de los odios arma las manos de los malvados con la absolución de todos los crímenes ejercidos aun contra mujeres. (…) Que no tengan  en su camino estos hombres malvados tiempo de ejercer su crueldad, espacio para incendiar poblaciones, días para asentar la victoria de la religión, matando hombres, saciando infamias e incendiando pueblos para mayor prez y honra de Dios.
¿No se averguenzan los católicos mexicanos de acudir para defenderse a estos bandidos prófugos de cárceles, a estos hombres capaces de toda vileza, a los que no cometen un solo acto que no  pueda condenarse con arreglo a la ley común? ¿Qué Dios villano es ese que estupra mujeres e incendia pueblos? ¿No sienten repugnancia de sí mismos los que a tales medios ‘religiosos’ acuden para saciar sus pasiones y  su criminal ‘piedad religiosa’? ¿Qué, el silencio ante los crímenes puede ser arma honradas en provecho propio? ¿Qué, a un hombre honrado le es dado aprovecharse  de los crímenes ajenos, protegerlos, alimentarlos, absolverlos, fundar en ellos una esperanza vergonzosa; esos que no tienen ya valor de defender sus doctrinas por sí mismos?
Pero hablen los periódicos católicos; tenga un de ellos la imprudencia de proteger a esa malvada rebelión, prohíje a estos hombres, vindique sus actos; aplauda estos incendios; predique esta guerra. ¿Qué hacen los periódicos católicos? Lo que hacen en todos los tiempos; vestirse con el manto de la piedad; bajar a tierra estos ojos humanos que se han hecho para mirar de frente a todo; disimular bajo sus vestiduras negras las iracundas palpitaciones de su corazón, y ocultar con la sombra de sus hábitos la sonrisa que, ante los malvados que desolan una comarca fertilísima, se dibuja con regocijo en sus labios contraídos por la satisfacción y silenciosos. No basta el hábito; se ve la sonrisa; las llamas del incendio de Apatzingán les ilumina claramente el rostro.
¿Y es posible combatir con miramientos a enemigos incendiarios y a absolvedores de crímenes, invulnerables en el estado político que les concede el sistema de libertad que atacan, tan leal y tan generoso que los atrae a sus seno y permite que en él se agiten para morderlo y devorarlo?
No puede combatirse con respeto a los que por encima de todo respeto saltan y rompen; no puede verse en calma la instigación impune de una guerra de incendio y bandidaje; no pueden tenerse miramientos constitucionales para los que anidan en el seno de la Constitución con ánimo de herirla y devorarla.
Paracho saqueado y quemado Apatzingán. Pongan los siervos católicos un puñado de sus cenizas al lado de cada una de las custodias de sus dioses».
Y Turicato esta vez.  Y ahora la Nueva Jerusalén. (Dios…)