Qué ansias, qué ansias…

Vida, nada me debes; vida estamos en paz. Esto querría recitarle, Martha, de haber confianza entre nos, porque algo tengo que agradecerle: muchos volvemos a la armonía tras de la crispación que nos provocó su delirio de suceder al marido en el cargo. Tantos, ante la aberrante situación, clamábamos, alarmados: «¿Qué diablos ocurre con la pareja? ¿Dinastía real..?»

Por fin calmó sus ansias de novillera, un alivio para los tendidos de sol. Bien sé qué complejos y represiones del ente humano son irrefrenables: el sentido de la propia insignificancia y el hambre compensatoria del protagonismo, de afianzarse a los tres pelos de la fortuna y pepenar fama, dinero, poder; de echarse encima cada día y todo el día toda la luz de todas las candilejas: radio, periódicos, TV, revistas frivolas de papel couché. La gloria, el nirvana para quien, como usted, nunca ha sido, nunca fue, nunca va a poder ser, que bien lo afirma la Biblia «Nadie puede elevar a su estatura un codo».

¿Que las masas le hubiesen dado su voto? Sí. A su marido, señora, se lo otorgaron. Por desdicha, las masas son huérfanas de cultura política, y como niños se van con el sonsonete de las promesas, y venga más tarde la desilusión. ¿O no es orfandad habérselo dado al marido de usted sin sopesar sus cualidades como posible estadista, político, gobernante? No se percataron de que su marido, Martha, no es un político ni nunca lo ha sido, sino un empresario, vale decir un enemigo histórico de la clase social que votó por quien más tarde, lógico, no gobernó para los votantes sino para los empresarios. Ah, si las masas se interesaran por la cultura política una décima parte de lo que les apasionan el clásico pasecito a la red y las aventuras púbicas de públicas aventureras, pantaletas en vivo y a todo hedor...

A su marido, señora, una alianza de fuerzas logreras y ventajistas lo trepó hasta la cresta, para que él desde arriba traicionara a sus aliados de ocasión y defraudara a los gobernados, algo mil veces peor. Su obra acusa que de estadista no tiene un pelo, ni aun de político regular, sino de lo que siempre ha sido, un gerente de aguas negras, cervezas, botanas y similares. Un amago de político que hubiese en él, y aun de hombre de vergüenza, le hubiese impedido a tiempo continuar esa farsa (trágica farsa porque afectó a millones) que la pareja exhibió hace tiempo: «yo te lego el gobierno, cariñito azucarado, y te las cuido (las espaldas) porque tienes (tenemos) mucha cola que te pisen».

A mí, al verla a usted desatada, se me fruncía (el ánimo): ¿pues qué, ni el empresario ni su Martha la más leve pizca de recato, decoro, vergüenza, autocrítica, dignidad? ¿Habrá en la pareja salud mental, que tan poco le importa la salud pública? En su tiempo el marido, complaciente, se justificaba: «Un enorme sector de paisanos muestra su preferencia por mi señora…»

Y en gran acercamiento permitía que la tele se las mostrara a las masas. Como una Galilea de esas, una Sabrína más, una Chapoya cualquiera: que mostrase sus aspiraciones, sus ansias de figurar, las intimidades de su vida de recámara adentro. El no se engañaba, señora: a las masas el cinescopio me las tiene aturdidas, manipuladas; un picaro con audacia las haría votar por la Niurka o cualquiera otra aventurera de esas. Las masas se van a la propaganda, al falso carisma, al relumbrón. Las masas, señora, precisan de ídolos, no de estadistas. Quienes hubiesen votado por usted son los mismos que votaron por el marido empresario, y ahí el naufragio, las ruinas, México.

Selló su boca, señora. El peligro quedó conjurado. Renuncia a su pretensión delirante una mujer sin méritos, experiencia, preparación, aptitudes; una ama de casa que de vil chiripazo llegó hasta el palacio de gobierno y, signo de la mediocridad, con la altura se mareó, perdió la dimensión y se despeñó en el boato, la exhibición, el derroche, el rastacuerismo vil. Pero de ahí a la aberración de pretenderse gobernante…

¿O qué, doña Martha? Si fuese su esposo piloto aviador, ¿estaría usted capacitada para sucederlo en los controles de vuelo y tomar a su cargo el destino de los pasajeros? Ellos, ¿quedar a merced de una ama de casa sin otro curriculo que el suyo propio, y este o aquel programita asistencial, teletonero, magnificado (intereses bastardos) por una industria del periodismo que exhibe a la matrona entregando al chamaco una bolsa de colaciones? Su marido, señora, solía decirlo: ‘Le gusta ayudar a la gente y la va a seguir ayudando».
Qué desfachatez. Un gobierno de «caridades», que no de justicia, ¿es como para alardear? Los recursos de sus «caridades» ante las cámaras de TV, ¿salían del propio bolsillo? Ahora que el marido tuvo que abandonar el poder, ¿qué margen de maniobra tendrá usted para sus «caridades»? Vamos, Martha

En fin. Dejó su chifladura de heredar la silla de Nayarit que dejó vacante su esposo, el empresario Antonio Echevarría El y usted ya no andan haciendo el ridículo como la Marta esperpéntica con el tonto de San Cristóbal, de amarga memoria para las masas. (Uf…)

Paso sin ver

– Grotesco, su mundo. ¿Cómo podrán vivir esos salvajes tan a la zaga de nuestra civilización? ¡Todavía son monógamos, o casi; todavía acostumbran cubrirse el cuerpo con trapos y, ¿me creerán ustedes?, su cultura culinaria aún no descubre la exquisitez del platillo de carne humana! Patético, ¿no?

En semicírculo, bajo el ramaje y a la orilla del mar, los nativos, pupilas abiertas de par en par, gesticulan ante los horrores que de las tierras exóticas les narra el recién regresado al solar, esta islilla extraviada, puntito que se confunde con una travesura de mosca en el mapamundi. (Tetas colgantes, la anciana le apronta en hojas aromáticas esos trozos de carne de rosado color…)

Caprichos del sino, mis valedores: ese de cuerpo desnudo y pelleja acharolada acaba de visitar nuestro mundo libre y democrático, y ahora retorna a su isleta. Los lugareños acosan a preguntas al Marco Polo nativo que ahora, belfos salpicados de briznas de carne (rosado color), les trata de explicar el horror de las plagas que azotan a un mundo miserable que se localiza a años luz de este paraíso bendito rodeado de tiburones por todas partes…

– Y qué plagas: radio, cine, televisión, internet y guerras, y crímenes, y neoliberalismo y pobreza, corrupción y violación de mujeres, de niñas, de niños, de leyes, de todo. Esos salvajes ponen su destino en una fementida deidad, superchería enajenante a la que, sin conocerla, le rinde culto fetichista y se viven mendigándole dones que como pedigüeños nunca conseguirán: justicia, igualdad, seguridad. En su nombre los brujos todo les prometen, pero nunca nada les cumplen En su primitivismo, los nativos la alimentan no como debe ser, con corazones sangrantes como nosotros a nuestros dioses, sino, ¿lo creerán? con dinero; montones, que al engaño de la fementida deidad los malvados brujos, con la mano del IFE, arrancan a unas masas empobrecidas.

– ¿Y cómo se llama tan perversa deidad?

– Democracia la nombran. Yo el único prodigio le conocí: que en su nombre los picaros empobrezcan aún más a los fregados y aún más enriquezcan a los que tienen más. Un solo rito de igualdad, rito grotesco, les conocí a tales bárbaros, que las masas practican en sus muladares y en alardosas mansiones los victimarios. (Abiertas, redondas, platos de peltre las pupilas nativas.)

– En parejas o en grupos, esos salvajes practican cierta orgía espeluznante: se plantan ante una mesa (sin viandas), y de la mañana a la noche y desde la noche hasta el amanecer, a enajenarse en su rito vudú. Bien puede sobre sus testas restallar la centella, y el cielo desflorarse en relámpagos y estallar la tormenta. Puede aullar en la calle la sirena de los bomberos y llegarles la lumbre a los aparejos. Ellos, en trance..

– Salvajes inmundos -se horroriza el de las horadaciones (belfos, orejas, nariz) adornadas con huesos de pescado-. «¡Bárbaros!»

– Una extraña palabreja vomita este entre dientes, y como en clave responde el otro, y alguno mira a los otros como extraviado, y suspira o rechina los dientes. Y sus semblantes: rabia, angustia, desesperación, que se trenzan con accesos de una felicidad maligna, enfermiza; y de repente el bandazo a una ansiedad mal contenida. Así horas y horas.

Que de hablar, a monosílabos; que los rostros reflejan la desaforada alegría y los impulsos homicidas; que a lo disimulado se atisban unos a otros como sospechando todos de todos, y alguno, de súbito, el triunfo. «Furiosos se advierten y al borde de las lágrimas, o serios, herméticos, enigmáticos. Qué agonía en este rostro, qué aire de triunfo en aquél, y de sentenciado al patíbulo en el otro. Y es que del rito dependen ruina o riqueza Suicidio, tal vez.

– Pues sí, pero el rito satánico, ¿cómo le llaman?

– Juego le llaman, irónico; juego de cartas. Apuestas. Las autorizó un hombrecito atacado de «sospechocismo» (un Creel que para sus nefastas medidas de gobierno se justifica: «Yo estaba en el limbo»), y acarrera carretadas de billetes a las arcas de un pobre rico lamedor de sus heridas: Hank Rhon. Dinero de las almas candidas; de los pobres de espíritu, qué les parece.

Silencio. Estupor. «Pero lo trágico: ¿ven este papel? Periódico le nombran. Noticias. Agosto. La instalación de casinos atraerá a 1.5 millones de turistas y 8,600 millones de ganancias. ¡Ya legalizaron el juego y para allá van los casinos, esos burdeles del rito satánico de la baraja, y ahora sí: a ese desdichado y democrático mundo más droga y violencia, más prostitución, y alcahuetaje de proxenetas, aún más inseguridad y lavado de dinero, y el enriquecimiento de unos pocos aprovechados contra el empobrecimiento de hordas de aturdidos. Envilecimiento global. ¿No es aquel un mundo de bárbaros». El nativo calló…

Todos, la reflexión Yo, frente a la metástasis de los desplumaderos, paso sin ver. Y que el tahúr Hank Rhon siga lamiéndoselas. Ah, Creel. (Ah, México.)

Lula primero, Dios después…

Yo soy un desempleado brasileño, si, pero tengo más fe en Lula que en el propio Dios…

Tal clamaba a finales del 2002 un ciudadano carioca, S. Amaral, cuando la estrella de Lula Da Silva refulgía sobre toda la extensión de la tierra amazónica, y cinco años más tarde vale la interrogante: ¿seguirá enhiesta e incólume la fe de Amaral en el nuevo sol brasileño? De ser así, ¿no habrá perdido la memoria histórica? Porque los que precedieron a Lula como candidato presidencial también lo tupieron a promesas, ¿y..? Ahora resulta que como trabajador, Amaral acusa la desgracia de ser desempleado, y como católico la de ser un blasfemo. Que más fe en Lula que en el propio… (Dios.)

A estas alturas, mis valedores, con Lula de visita en esta su casa, ¿ya se habrá derrumbado la fe del esperanzado en su mesías, como acá en nuestro México se volvió lodo biológico toda la fe de los 17 millones de cabezas calientes que un histórico 2 de julio del 2000 se lo dieron al Lula guanajua, su voto «útil», y más tarde se concretaron a lamentarse y a lamentársela? Amaral, mis valedores, ¿qué diría de Lula a estas horas, si se lo hubiesen impuesto como Calderón a nosotros, a la pura ley de la Casa Blanca, los ovarios de Fox y los hovos de Marta y Gordillo..?

Acostumbrado a irradiar emociones por doquier, Lula buscaba abrazarse con la multitud, que lo ovacionaba en estado de éxtasis…

Lula, en Brasil. Fox en México, hermanos de leche (de la mala leche de sus demagogos). Como si lo estuviera viendo, que eso mismo sucedió por acá:

«En la explanada todo era fiesta banderas, fotos de Lula, más como una estrella de rock que como presidente. Un centenar de militantes le cerró el paso, querían tocar al Hombre nuevo. La multitud lo ovacionaba en estado de éxtasis (…) Al grupo que lo esperó toda la noche, Lula los saludó. En su estilo. La lluvia anunciada, como para limpiar una historia de desigualdades (mira, mira); la historia acababa de escribir una nueva página, la más esperanzadora de todas en este continente, que ayer comenzó a mirarse a sí mismo (¡!). La fiesta continuó toda la noche. Para entonces Lula y el pueblo seguían mirándose de frente». Las masas ingenuas: «Hoy, 18 de junio, Lula más popular que nunca!» Y el candido: «¡El pueblo asume el poder..!» Válgame

De éxtasis, clamó a lo aspaventero el cabeza caliente en el matutino. Un éxtasis que fue hermano, ¿lo recuerdan ustedes? del éxtasis mexicano en aquella macabra noche de julio del año 2000. ¿Se acuerdan de la nocturna parafernalia al pie del Ángel que fue de la Independencia? ¿Y? ¿Qué quedó del fervor que en tales cándidos que nunca faltan y siempre salen sobrando logró provocar el segundo marido de Marta, ese mismo con el que la susodicha va a casarse toda de blanco hasta los pies vestida, y en el mero altar mayor de la catedral metropolitana, en misa mayor y de tres oficiantes, con Norberto Rivera a la cabeza, milagros del oro y el poder? Ay, qué ansias, qué ansias, como acaba de exclamar la madre de varios presuntos sinvergüenzas. Ya se le queman a la ex- de Bribiesca. ¡Vamos, México!

Pero en fin, que tras el delirio de los alboroteros y la psicosis colectiva, ¿qué fue lo que vino quedando, aparte del basural al pie del Angel de la Independencia? Ya asesinado -fue un ajuste de cuentas- el vendaval de esperanzas irracionales que provocó en millones de Amaral tricolores a los que atacó la furiosa compulsión de creer en que el nuevo mesías iba a traerles un «cambio» que es sólo tarea de todos nosotros, el paisanaje, ¿qué memorable quedó del quelitón de la Marta, que no sea el surrealismo tropical y el esperpento? Siete por ciento de crecimiento anual, un millón 300 mil empleos anuales, combate a la pobreza de las y los, etc. Palabras, palabras, puras condenadas palabras, que dijera Hamlet. Flatos y diarrea de saliva. Saliva y no más. Pura saliva El comentarista se refirió al delirio colectivo que provocó el arribo de Lula al palacio de gobierno:

«Su toma de. poder ha generado un entusiasmo en Brasil similar o superior al que produjo la asunción de Fox en México. Pero así como la Presidencia de Fox ha generado decepción después de un corto período en las cabalas de Los Pinos, es muy probable que lo mismo ocurra con Lula en un par de años». Años, engaños y desengaños más tarde, habría que preguntársele a S. Amaral. En fin. Y a todo esto, ¿cuáles fueron las promesas de campaña de Fox (del Pan de Azúcar) al filo del éxtasis, del orgasmo politiquero? Las habré de enumerar un día de estos. En tanto, mis valedores, lo advierte la Historia:

Decepción, muro final del callejón sin salida para los Amaral cándidos. Decepción y desánimo, y vuelta una vez más a la esperanza inútil con los Lula de siempre; con los eternos Fox; con los odiosos impuestos. Brasil. (México.)

Prostitución

En materia de derechos humanos es decepcionante el trabajo de Felipe Calderón. En su gobierno continúan detenciones arbitrarias, tortura, uso excesivo de la fuerza violaciones y procedimientos judiciales sin garantía. La impunidad es el componente mas arraigados en los casos de abuso…

Tal acusa Amnistía internacional en reciente documento que titula «Estado de los Derechos Humanos en el Mundo». Mis valedores…

No sólo maestros y militantes de la APPO, en Oaxaca, pueden señalar al gobierno como violador de las garantías individuales. También, y con más razón, los grupos marginados de la comunidad: indígenas, discapacitados, personas en pobreza extrema o con religión o preferencia sexual distinta. Están también, por supuesto, las y los trabajadores del comercio sexual, tema al que me referí ayer, cuando inicié el desglose de los siete pilares de la prostitución, según documento que me hacen llegar los interesados. Aquí, el segundo pilar y subsiguientes:

En México, la imposición de las representantes elegidas y seleccionadas desde el poder político o por parte de los dueños o encargados de los lugares donde se ejerce el trabajo sexual; son llamadas madrotas. Ellas fungen como capataces o jefas de personal, una especie de líderes sindicales al servicio de sus compañeras de oficio. Las «madrotas» son las personas con quienes trabajadoras y trabajadores sexuales se inscriben o debían inscribirse; son las administradoras de las calles donde se ejerce el sexo comercial, y tienen el derecho de repartir lugares en la calle para más tarde lucrar con las trabajadoras sexuales que allí ejercen. Fueron ellas las que en ocasiones se abrieron paso a sangre y fuego, casi siempre con el respaldo de una red de tratantes de personas para que ejerzan el sexo comercial; en otras, las menos, han sido elegidas por sus compañeras para la defensa de sus intereses comunes. Son el último eslabón de la explotación económica, sexual y psicológica de trabajadoras y trabajadores sexuales.

Mazatlán, Sin., 6 de ag. Para no pagar el permiso por ofrecer sexoservicio, centros, casas de masaje, bares u hoteles ven la posibilidad de cancelarlo, por la temporada baja, que no torna rentable dicho servicio…

Y sigue la denuncia de algunos involucrados en el comercio sexual del D.F. «La decisión de retirarse o no del trabajo sexual, sólo deber ser incumbencia de la persona involucrada, sin mediar presiones de tipo alguno, y menos aún de funcionarios públicos. Aquí el proteccionismo coadyuvó con las prácticas existentes de explotación sexual».
Y que en el segundo pilar del lenocinio se ubica la obligatoriedad de realizarse periódicamente exámenes de salud, a pesar de las convenciones internacionales que los prohiben, y que tienen el carácter de ley suprema de la nación, pese a las disposiciones de la Ley General de Salud, la Ley Federal contra la discriminación, la Horma Oficial Mexicana y las Recomendaciones de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en México.

En ocasiones, el servicio es gratuito; en otras más tiene el mismo costo que para las demás personas, y algunas más representan un costo excesivo. Los funcionarios públicos encargados de establecer las políticas públicas o los legisladores ven a la trabajadora sexual como el vector que transmite enfermedades, generalmente sin evidencia científica. Generalmente se utiliza la «madrota», a la representante, encargado o propietario del lugar donde se ocupan las personas dedicadas al sexo comercial, como intermediarios para «recabar» la documentación que pruebe la participación del o la trabajadora en programas de salud que las autoridades delegacionales, municipales y estatales, pretenden convertir por la vía de los hechos en sistemas discriminatorias de control sanitario.

Tercer pilar: la credencialización de las y los trabajadores sexuales, que se tomó como un documento que autorizaba el ejercicio del sexo comercial. Quienes resultaban positivos al VIH-SIDA o a otras ITS, pasaban a un engranaje clandestino de prostitución, donde la extorsión y la violencia son de mayor envergadura. Hay lugares como León, Gto., donde se cobran cuotas para el resello periódico, y otras en donde la cuota no ingresa a la Tesorería.

Cuarto pilar: el empadronamiento para crear un censo, padrón o listado, sin fundamento jurídico alguno. Hoy se exigen fotocopias de credencial de elector, carné de citas y resultados de los exámenes de detección a que se haya sometido la trabajadora sexual, utilizando la mediación de «madrotas», representantes o propietarios de hoteles, pero esto no con la finalidad de «regular» la oferta del sexo comercial, sino de establecer cuántas trabajadoras hay para calcular el dinero que se les va a cobrar por permitirles trabajar. «¿Se imagina..?» (Claro que me imagino. Sigo algún día)

Los 7 pilares de la prostitución

México ha fracasado en su promesa de proteger los derechos humanos, y tiene una asignatura pendiente en su sistema de justicia, plagado de impunidad y abusos de las autoridades…

Y la tremenda requisitoria de Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, no sólo se aplica a Oaxaca, sino también a los sectores de la comunidad tradicionalmente marginados, desde indígenas y discapacitados hasta la preferencia sexual distinta y las y los trabajadores del comercio sexual. A propósito…

Como desafío a la marginación de que son objeto, un grupo de obreras sexuales proyectan dar a conocer sus experiencias de labor (testimonios e historias personales, asuntos de salud y derechos humanos, poemas y textos propios y de escritores invitados, etc.) en un periódico que da voz a quienes hasta ahora no lo han tenida el Red Light Despatch

Pues sí, pero lástima: lo anterior ocurre no en nuestro país, sino en La India. En Nueva Delhi, concretamente Aquí, mientras tanto, el trabajo sexual es catálogo donde cabe toda suerte (mala suerte) de corruptelas del policía o de las autoridades encargadas del servicio sexual, como también de las administradoras del sexo comercial. Represión, explotación, discriminación, despojo de las fuentes de trabajo sexual, «cuotas» obligatorias, amenazas de detención, riesgos con quienes solicitan los servicios, presiones de la comunidad, descrédito, en fin Todo por la falta de un marco jurídico que proporcione los correspondientes derechos laborales a quienes prestan este servicio social, y que obligue a los patrones de tal industria a cumplir con sus responsabilidades patronales. Cierto, sexenio a sexenio se promete legitimar el lenocinio a través de iniciativas de ley que como iniciativas perecen Pero nada más. Todo se queda en las promesas de siempre. Lástima

Las y los trabajadores del sexo comercial, mientras tanto, se agrupan y organizan para la mutua defensa, y entre las medidas que adoptan con tales fines está la de crear conciencia de su problemática en toda la sociedad Fue así como el pasado ll de julio la Red Mexicana de Trabajo Sexual y la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer «Elisa Martínez» salieron a la calle y celebraron el Día Nacional del Trabajo Sexual, acto con el que recuerdan a la comunidad que «tenemos memoria y no olvidamos los agravios que nuestro sector de la clase obrera padece día con día». Qué bien

Aquí la voz de quienes carecen de voz. Ellas y ellos explican a ustedes que siete son los pilares del lenocinio que detectan en el país, y así los desglosan- el primero comenzó la legitimación de los llamados «puntos de tolerancia», que eran «administrados» por las representantes o «madrotas», como en el medio las denominan, quienes todavía hoy se sienten dueñas de dichas calles que, dicen ellas, «Enrique Jackson, cuando funcionario del gobierno del DF, nos entregó de manera verbal en 1986″, con croquis y mapas que todavía hoy resguardan como documentos testamentarios.

Como el «Reglamento gubernativo de justicia cívica del DF», al igual que sus modificaciones posteriores, estipulaban como la falta administrativa ofrecer servicios sexuales, se llegaba a «arreglos con la autoridad» para que «se llevaran a un número determinado de trabajadoras o trabajadores sexuales», y así cumplir con la presión vecinal. Y todos, o casi todos, contentos.

En otras ciudades de la república existen zonas de tolerancia La política de tolerar sexo comercial surge ante la falta de un marco jurídico claro, que establezca derechos laborales y obligaciones patronales con claridad, como con el resto de oficios y profesiones, y en el caso de quienes son trabajadores o trabajadores sexuales independientes, su reconocimiento por parte de los congresos locales como trabajadores no asalariados.

Desde el establecimiento en México de la primera casa de mancebía en 1938, las autoridades proyectaron la creación de «perímetros autorizados» para el ejercicio del comercio sexual. La aplicación de la «tolerancia» nunca trajo consigo la despenalización del delito del lenocinio, quedando abierta la posibilidad de que se castigue a encargados de los lugares que se niegan a pagar las cuotas impuestas por autoridades corruptas donde las u los trabajadores sexuales se ocupan Segundo pilar: consiste en obligar a las y los trabajadores sexuales a participar en programas sociales para «reinstalarlos» en la sociedad. Un ejemplo paradigmático fue el programa de «desarrollo social» que se operó desde el Centro Comunitario Abelardo Rodríguez en el DF, donde a cambio de no asistir, se pagaban «cuotas» para que las representantes les pasaran lista de asistencia y donde, para asistir, también se pagaban derechos, al margen del mismo programa original. (Sigo mañana)

¿El aletazo de la muerte..?

Quiero decir, ¿se me estará llegando la hora? Porque de otra manera no me explico esta sensación de lejanía, de tristura, de indefinida melancolía y el traer a estas horas, a mal traer, cortado el humor y el ánimo contristado. ¿Será tal vez que, inexorable, se me echa encima un cumpleaños más? Y como me lo advirtió a tiempo Marx (Groucho): «Ese vicio de cumplir años va a acabar por llevarte a la tumba«. ¿Será? Anoche mismo, pensando en que estoy por cumplir un año más, que a la postre será un año menos, el sueño se me espantó a los calosfríos de una «saudade» y unas remembranzas que me llevaron a mis tiempos muchachos. Y aquel repentino suspirar. Haya cosa…

¿Efectos de mi inminente cumpleaños? Pudiera ser, por más que me extraña: a mí me ha dado por cumplirlos cada año y nunca, hasta ahora, se me ocurrió hacer examen de conciencia, esa especie de balance, auditoría y gran total de lo que ha sido mi vida hasta hoy, y sintomático: he vuelto a creer en milagros. Hoy que a lo imprudente me acerco a la Gran Interrogante digo entre mí: ¿cómo no creer en ellos si de pronto me descubro creyente de todo lo celestial que me troquelaron en el seminario, inmune al innoble espectáculo que escenifican esos desbozalados cuya conducta pudiera convertirme en ateo? Sí, las sotanas politiqueras de Norberto Rivera y Cía Porque en verdad os digo, carísimos: tanto daño a las masas sociales no lo ha producido ni el mismísimo fundador de los Legionarios de Cristo, el presuntamente paidófilo padre Maciel El de marras arruina, arruinó poquísimos, si lo comparamos con el alto clero politiquero de este país. Laus Deo…

Achaques de mi nueva juventud: a resultas del presunto cumpleaños ahora me dio por lavar, almidonar y planchar mi conciencia, de modo tal que comienzo por extender mi perdón a todos mis amigos y el agradecimiento a la bondad, la lealtad y la fidelidad generosa de mis enemigos.

Por cuanto a los gobernantes de mi país, tarde lo reconozca cuán equivocado estuve con Ernesto Zedillo Yo, por supuesto, no voté por él. Mi voto fue en contra, pero pesó más el voto del Innombrable a favor. Yo, a la hora de las capitulaciones, y aunque por su culpa no traigo cash en la bolsa, a Zedillo le doy mi perdón Me dejó ir un Fobaproa que ni bitoque de lavativa, pero total, con poner flojitos los músculos. La factura (del Fobaproa, no del bitoque) todavía la estoy pagando, pero un consuelo me queda: ya no será por los cincuenta años que tardarán ustedes en acabar de pagarla Carlos Salinas…

Lo perdono, al muy orejón. Nagual de Reagan y la Thatcher juntos, el pelón nos metió (¡ay, Dios!) esa bestia rabiosa del neoliberalismo, con lo que nos dio en toda la mother-nización. Ya lejos de todo, y de todo tan cerca, al De la Madrid que nos enjaretó al mother-nizador lo perdono, como perdono al que nos impuso al mediocre de las cejas alacranadas. Yo, porque las tengo más tiernas que Sasha Montenegro (las telas del corazón), con mis tiernas perdono a López Portillo, dondequiera que esté, ojalá que donde sospecho.

Momento, no alebrestarse Demagogo fue, y populista Petrolizó la economía elevó la deuda externa, propició la inflación y peor, todavía escribió Mis tiempos.

Pero yo lo perdono. Qué milagros no obrará un examen de conciencia cuando lo estremeció el aletazo de un nuevo cumpleaños, un cumpleaños para mí cada vez más viejo. Y qué hacer…

Echeverría: dañero mayor; sus políticas de corte populista empobrecieron presente y futuro del país, y peor todavía LEA fue el cerebro gris de las guerras sucias, las guerras frías y las guerras de baja intensidad que el autoritarismo instrumentó desde la década de los 50s. LEA, exterminador de las verdaderas izquierdas, a las que asesinó con la cooptación de esas sanguijuelas talamanteras y peseteras, viejos Chuchos de la «nueva izquierda«, beneficiarios de la cultura de la derrota, que hoy desmantelan el Sol Azteca.

Díaz Hordas: en el filo de una daga se anda paseando la muerte. Brigada Blanca Tlatelolco. Helicópteros. Luces de bengala Plaza de las Tres Culturas, almácigo de cadáveres. Campo Militar. Díaz Hordas. México. Zedillo, Salinas y antecesores. Yo los perdono. Con un poco que me apuren, les pido perdón…

Pero no equivocarse. No es el miedo a la muerte. Es sólo que media vida la pasé renegando de los pri-gobiernistas, execrándolos como bestias del Apocalipsis, pésimos gobernantes que, sin la más pequeñaja de las cualidades del estadista, se dedicaron a arruinar al país. Yo era el equivocado, pero no en mi rencor contra tan funestos logreros; equivocado porque creía, iluso de mí, que después de semejantes dañeros no podría encaramarse a Los Pinos uno peor. ¡Y uno peor se trepó, y peor todavía a él se le trepó Marta, y ella sobre todos nosotros, y con ella todos los hijos de su reverenda Marta! Y lo peor de lo peor, que después de ellos, para que les tapara sus sinvergüenzadas, los hijos, Marta, el 2°. marido y Washington nos embombillaron al sucesor. (¡Dios!)

No te va a doler..

La verdad de México es una larga obra de las mentiras mexicanas…

Y sabe muy bien lo que afirma Rodolfo Usigli, creador de ese estereotipo del mexicano embustero que es El Gesticulador. Yo, a propósito, reitero lo dicho el antepasado domingo en la radio: Muchos y muy variados son los agravios que el presente gobierno infiere a la denominada sociedad civil. ¿Cuál, cuáles, de todos ellos, son los que más lastiman o han lastimado a alguno de ustedes? ¿La impunidad que otorga Gobernación al represor de Oaxaca? ¿El respaldo que, a modo de pago de facturas, el de Los Pinos otorga a uno de los gobernantes más desacreditados como es Mario Marín, el de Puebla? ¿Tal vez el trato diferenciado y la impunidad que el gobierno concede a las pretensiones desorbitadas del alto clero católico, situación que nos convierte en habitantes de un desdichado país de clero político y gobierno religioso? ¿El descarado pago de facturas, con bienes de la nación que teóricamente pertenecen a todos nosotros, que a ojos de todos liquida el de Los Pinos a la «lideresa moral» del magisterio (¡imagínense, lideresa moral!), esa Gordillo a la que su compinchaje con Fox y el sucesor impuesto le ha significado, entre otras prebendas, la Sec. de Educación Pública, donde Gordillo impuso a un Tomás Ruiz, prófugo de diversos partidos políticos e incondicional de la susodicha; la Sec Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, donde atornilló a su valido Roberto Campa Cifrián; y una más: la Gordillo salió gananciosa, asimismo, con la reciente reforma del ISSSTE (¡con el PENSIONISTE, imagínense!), que manejará con la mano del gato, en este caso Miguel Ángel Yunes, su servicial. Mis valedores…

Cuántos agravios del Poder contra unas masas indefensas; cuántas ofensas a la medida para la auto-flagelación, para la auto-compasión, en proporción directa a nuestra creencia errónea de que proceden de un aliado, de un protector, de un padre simbólico. Cuándo lograremos procesar la conciencia de enemigo histórico de ese cambio histórico que precisamos para darnos un gobierno al que obedecer como sus mandantes, cambio que habremos de lograr nosotros, cuando aprendamos a organizarnos no en multitudes, sino en comités auto-gestionarios. Porque, de no ser nosotros, nadie nos hará semejante cambio de Poder. Entretanto, por hoy, y mientras no aprendamos a pensar y a la autocrítica, a los actos de violencia seguiremos respondiendo con unas estrategias a cual más de estériles, de obsoletas por rebasadas, que se sintetizan en el puro reniego, la exigencia pura y la toma de la calle. iEste puño si se ve! Pero lástima, sólo lo ven los habitantes de una ciudad ya de por sí congestionada, que tantos humanos hemos acabado por deshumanizar, cruel paradoja. El Sistema, entretanto, con ademán despectivo:

– Ni los veo, ni los oigo, ni los siento, y háganle como quieran…

Bueno, sí, pero un momento, que cuando menos en este espacio periodístico se impone el ejercicio de pensar. Mis valedores: ya que nos referimos a ese Poder que así nos agrede, que así nos agravia, ¿se han puesto a pensar ustedes de dónde salieron los agresores instalados en el gobierno? Priístas primero y panistas más tarde, ¿no proceden, acaso, de esta misma sociedad que se vive renegando de tales? ¿Y cuál es la salud mental de nuestra comunidad? La comunidad, ¿no acusa una falta total de valores, de principios y convicciones de índole política, cívica, religiosa, etcétera? ¿Es nuestra sociedad poseedora de los zumos, de los jugos, de la enjundia y el vigor, de la fortaleza para parir estadistas, o tan enferma se advierte que sólo genera esa califa de logreros, rapaces y depredadores, a los que caracteriza una aplastante mediocridad? Miren, observen a los individuos que componen la nomenclatura, la burocracia, el entramado del gobierno actual, Obsérvenlos, del más alto de la pirámide al resto de la estructura gubernamental. ¿Qué pueden observar en todos los funcionarios del gobierno actual? ¿Estadistas mediocres? ¿Qué contestan ustedes? Bueno, sí, pero nosotros, que así nos flagelamos frente a las depredaciones de los mediocres en el Poder, ¿cómo nos comportamos en la comunidad, unos con otros?

El sistema colonial, que protegió la hipocresía y la mentira en indios, mestizos y criollos, es la primera fabrica oficial de la «verdad» mexicana…»

Aquí, una muestra del catálogo descomunal de «verdades mexicanas».

«Se lo entrego mañana, sin falta». «Sin falta te pago mañana». «A mitad de precio, por ser para usted». «Le queda que ni pintado». «No, mami, no me dejaron tarea». «Ay, mami, cómo crees; si también van a ir sus papás». «¡Reinita, no te va a doler! Claro, después me caso contigo». «Tú has sido el primero y serás el último». «Aquí la queremos mucho, suegrita». «La del estribo». «El licor, ¡ni olerlo!». El de la funeraria: «Cuánto lo siento». (Seguiré.)

Vendepatrias

La mas reciente iniciativa del empresario Luis Alberto Coppola, senador por Baja California: eliminar las restricciones fijadas en el 27 constitucional para que los extranjeros puedan ser propietarios directos de tierras o aguas en la franja de 50 kilómetros a lo largo de las costas nacionales… (Iván Restrepo.)

Baja California esta vez. Con Baja California reproducimos el proceso de 1832. Como si Texas nunca hubiese ocurrido, y con Texas la pérdida del 55 por ciento del territorio patrio. ¿Debemos entender que Baja California será, es, de hecho, un nuevo territorio de Estados Unidos? ¿Y las enseñanzas que imparte la Historia? ¿Esas qué? ¿Se nos olvida que así comenzó el proceso que iba a culminar con el despojo de medio territorio patrio, una de las páginas más desdichadas en la historia de nuestro país? ¿Tan pronto hemos olvidado que todo comenzó con el territorio de Texas, codiciado por el vecino imperial, que con el auxilio de apátridas, inmigrantes y arrimadizos, iba a convertirse en una estrella más en la bandera de Estados Unidos? ¿Así que esta vez el proceso se inicia con Baja California..?

Como si Texas nunca hubiese ocurrido, ahora me topo con noticias como ésta (¡y nos dejan indiferentes, cuando no es que nos pasan inadvertidas!): La Paz, Baja California Sur: «La falta de fuentes de trabajo estable orilla a propietarios de terrenos urbanos en poblaciones de este municipio a venderlos a extranjeros. Es común ver en poblados tan tranquilos y atractivos como Todos Santos (entre La Paz y Cabo San Lucas), incontables letreros anunciando en inglés la venta de casas, terrenos y otras propiedades junto a la playa o en zona urbana. La situación de las familias las obliga a allegarse fondos para su mantenimiento o la educación de sus hijos. Esta es una de las incontables causas de la transculturización en la zona, aunque no en el grado que se observa en el sur de la península, donde las costumbres y tradiciones se han perdido totalmente…»

Con notas como la siguiente, de Santa Catarina, Morelos, ¿olvidar Texas? «Este poblado indígena, desde su pasado ancestral, nunca ha permitido la venta de tierras comunales a extranjeros. Ahora, cuando el pueblo se opone a la venta de 5 mil hectáreas a los extranjeros, los indígenas son denunciados antes las autoridades. Con el decreto presidencial de 1929, que reconoce como área comunal 28 mil hectáreas, no se puede vender ninguna porción de tierra, y ahora la familia Canalizo ofertó lotes de terreno inmerso en la zona ecológica. Denuncian, al propio tiempo, la venta ilegal de 50 hectáreas».

Texas. Guadalajara, Jal. «A precios de súper-ganga, el gobierno de Jalisco está por vender, o vendió ya, a la empresa norteamericana Morey Hospital, 39 hectáreas de tierra que no le pertenecen porque son parte del patrimonio de la comunidad indígena de San Juan de Costán. El gobierno autorizó la enajenación de 30 hectáreas de la ex hacienda de La Mora a un precio tan bajo que los indígenas consideran ridículo, para favorecer a una transnacional que no precisamente quiere establecer un hospital de beneficencia, sino un centro hospitalario de alta especialidad para personas muy ricas». Reciclamos Texas: «En los próximos 5 años, cadenas hoteleras estadounidenses como Sheraton, Hilton y Hyatt tienen previsto invertir 700 millones de dólares para desarrollar 25 nuevos proyectos en destinos de playa como Cancún, Los Cabos, Cozumel, Acapulco y la Ruta Maya…»

México, Texas. «Hasta empresarios de Liechtenstein, minúsculo país europeo de una extensión de 160 kilómetros cuadrados, tiene inversiones en zonas prohibidas: playas, fronteras y riberas de México. La inversión extranjera en este rubro es casi toda de empresas estadounidenses. De los 3 mil 146 fideicomisos turísticos en zonas prohibidas en México, con inversión extranjera, un 92.16 por ciento proceden de los Estados Unidos».

Y quedó corto el espacio para incluir la erisipela de los San Miguel de Allende (¿de Allende?) y demás pustulillas que ponen en riesgo integridad y salud del país. Así, no olvidarlo, comenzó Texas. Hoy lo afirma Jorge Hank Rhon, candidato del Revolucionario Ins. a la gubernatura de Baja California:

Ya andan diciendo que quiero vender el estado de Baja California a los chinos. Pues si, si les voy a vender terreno para que inviertan. Obviamente va a ser negocio y se llevarán sus utilidades porque son suyas, pero sus inversiones aquí estarán, generando empleos…

¿Y nosotros, mientras tanto? Nosotros, bandera en alto y botella en mano, a festejar como lo que somos, héroes por delegación, los triunfos de «nuestros» futbolistas que participan en ligas y copas, y de «nuestros» atletas que consiguen medallas en juegos olímpicos. «¡Sí se puede!» ¿Y Baja California? ¿Y el imperio? ¿Y los apátridas? (Bah…)

Changaderas

De origen oriental, la presente fabulilla alude a cierta comunidad de antropoides en donde ocurrió lo que ahora relato para todos ustedes. Fue en luengos ayeres y en tierras remotas, magia y encantamiento, donde sucesivos amansadores, adiestradores y manejadores, iban a ocupar la cabaña de los pinos y tomaban a su cargo la administración de los habitantes del bosque, donde coexistían changos de todo pelo, alzada e instintos, desde los monitos tihuís hasta los orangutanes y gorilones de buen tamaño. Y la paz, o casi…

Pues sí, pero válgame, que de repente, impuesto por el dueño del bosque, un nuevo administrador llegó hasta la cabaña de los pinos. Y aquí el elemento mágico: ni el nuevo -el novato- entendía el lenguaje de la población, ni la población entendía el del impuesto, fenómeno que, unido a la novatez del de marras, produjo en el bosque un clima de descontento, de turbulencia y de crispación que comenzó a originar conatos de violencia contra el que despreciaban por advenedizo. Y en el bosque soplaron vientos de chamusquina por culpa de los errores del novatón. Inquietante. Pero sigue la magia: los del bosque no entendían el lenguaje del improvisado, pero quienes sí lo entendía, y a la perfección, eran algunos periodistas del bosque, quienes día con día se aplicaban a disimularle sus medidas erráticas, cuando no, de plano, a aplaudírselas. Y había cacahuates y nueces paras los tales. La gloria Porque esa era una de las obligaciones del hombre de la cabaña emboscada los pinos: manejar los dineros con qué alimentar toda suerte, mala suerte, de changos, tarea que cumplía a discreción, dedicando de aquellos dineros una mísera pizca para alimento del bosque: frutillas, castañas, cacahuates, en fin. Así, nunca antes de él, dicen los viejos de la comarca, el bosque había padecido por el peso de tanta escasez, tanta hambre, tal inanición. (De allá, de las montañas, las aguas bajan turbias…)

Pues bien, pues mal, pues pésimo: cierto mal día el hombrecillo decidió que alimentar a los cuadrumanos era tirar los dólares (moneda oficial de la colonia gringa) y restringió drásticamente la ración de alimentos, y lógico: se prendió la inconformidad y con ella los focos rojos. Alzando la izquierda, la ceja, el de la cabaña observó que los habitantes del bosque comenzaban a agitarse, protestar, tomar la calle y alzar los puños, y organizar plantones y huelgas de hambre, y marchas contra el novato. Y aquello era pelarle los dientes: «¡Este puño sí se ve!» Marcha-plantón con bajada de calzones. Aun se perpetraron fogatas en PEMEX. Ah, chintetes… «¡Este puño sí se ve!» Ájale…

Y qué hacer. Pero el de los pinos tenía un as en la manga, que lo mismo era as de copas que de bastos, y de oros como de espadas, según la situación. Y a acudir a la patrona espiritual. Cuál Guadalupana, Rice. «¿Aló? Perdone que la importune, ¿pero qué cree.?» Al otro lado de la línea la zorra aquella (por lo sabía, por lo ladina, por lo efectivo de su estrategia para conjurar toda suerte de crisis en toda suerte de bosques a base de toda suerte de argucias de mala ley; de ausencia de toda ley); ella le proporciona la solución, y fue entonces:

– ¿Así que no estáis conformes con la ración de comida que os doy?

– ¿Y cómo tiznaos vamos a estarlo, si nunca antes desde don Porfirio no habían tenido tan muertos de hambre. ¿No, compañeros? Y el orangután la peló, la dentaduera Allá, por Reforma, el tumultuoso contingente avanzaba, puños en alto. Mantas, pancartas, consignas vituperosas contra el impuesto: «¡Falso, impostor!» A grito pelado. Levemente pálido, el hombrecillo reculó tres pasos y miró de ganchete la caseta adosada a la cabaña «Mi querido capitán», susurró, ya susurrándose de miedo. «Ay, santa Rice bendita». Tuvo que enfrentar a los levantiscos: «¿Cuál es la ración de comida que recibís?»

– Tres viles castañas en la mañana y cuatro en la tarde. ¿No son hijeces?

«¡Revolución!» Los descontentos llegaban al monumento de la Madre. «En la madre. Qué se me hace que les dejo ir una partida de doberman equipados con fauces de alto poder, como la que le acabo de mandar a Ulises«. «¿Conque os parece poco vuestra ración de comida?»

– Y cómo conacos no. Tres castañas en la mañana y cuatro por la tarde. ¿No son changaderas del modelo neoliberal?

– Buenas noticias: desde hoy vuestra dieta va a mejorar: ya no se on darán tres castañas por la mañana y cuatro por la tarde, no. De hoy en delante recibiréis no tres, sino cuatro castañas por la mañana Por la tarde, tres…

Ahí reventó el júbilo: «¡Así sí! ¡Sí se puede! ¡Una diana aquí para el del PAN y la sal..!» Y que gori, gori, hip, hip, y que alabío, alabao, y que vienen de ahí esos aplausos, y dos que tres machincuepas, y alguno, incluso, como no queriendo, habló de reelección. «¡Sí se puede..!»

Yo me quedé pensando, nomás pensando. Qué más. México. (Mi país.)

Patria o muerte

Si en América se esculpiera dignamente la estatua de Martí habría que hacerlo con la representación de una de nuestras montañas. Martí es un personaje de libertad, es uno de los grandes hablistas de la lengua castellana, poeta y literato, hombre de pluma y de pensamiento…

Esto, y mucho más. José Martí es el héroe de América por antonomasia, y el poeta y apóstol. Martí es el libertador de Cuba, sin más, de esa Cuba que el pasado 26 de julio conmemoró su liberación, una más, del enemigo común, el imperio de los Estados Unidos.Y el genio americano presidió la conmemoración.

Yo estoy todos los días en situación de dar mi vida por mi país y por mi deber -puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo-; para impedir a tiempo, con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso…

Al día siguiente, con su propia sangre, iba a cimentar su palabra Pues sí, ¿pero cómo pudo, se pregunta el estudioso martiano, comprender que se abrían nuevos peligros para América Latina y que se hacía necesario declarar la hora de su segunda independencia? ¿Qué elementos de la nueva etapa histórica en que entraba por aquellos tiempos el mundo capitalista -el imperialismo- alcanzó a conocer Martí? El mismo parece responder a la interrogante, y responderla con esas palabras que se han tornado lugar común por tanto y tanto que las repetimos:«Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas. Y mi honda es la de David…»

Las entrañas del rapaz, del depredador de mundos y pueblos, que en los viejos tiempos así se expresaba del territorio que se extiende al sur del Bravo:

Basta una ojeada al mapa de Norteamérica para comprender que México forma geográficamente y por otros conceptos un todo con los Estados Unidos (…) ¡Hermosa provincia tropical, en verdad, para adquirirla para nosotros! De ahí, el pabellón de las estrellas seguirá hasta el Cabo de Hornos, cuyas olas agitadas son el único límite que reconocemos para nuestras justas ambiciones…

Y entonces la voz del profeta la guía del baqueano, las advertencias del adelantado que miraba más allá de su tiempo:

«¡Cuidado! Estados Unidos tiene sobre nuestros países miras muy distintas a las nuestras; miras de factoría y pontón estratégico. Cuidado con el trato con Estados Unidos. Jamás hubo en América asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia ni pida examen más claro y minucioso, que el convite que los Estados Unidos (potentes, prepotentes, repletos de productos invendibles y determinados a extender sus dominios en nuestra América mestiza) hacen a las naciones americanas de menor poder…»

Martí trabajó para la patria, trabajó para América. Marti es una idea. Su palabra anda; su espíritu, vela. Se sienten sus pisadas calientes de santo por la expiada, ungida senda del honor y la gloria de América…

De la doctrina martíana «Ese convite (el de Estados Unidos) podrá festejarlo con prisa el estadista ignorante y deslumbrado; podrá recibirlo como una merced el político venal o demente, y glorificarlo con palabras serviles. Pero el que vigila y prevé, ése ha de inquirir qué elementos componen el carácter del que convida y el del convidado, y si están predispuestos a la obra común por antecedentes y hábitos comunes, y si hay riesgo de que los elementos temibles del pueblo invitante se desarrollen en la unión que pretende, con peligro del invitado…»

Martí fue muerto en combate, y ante el espectáculo de su muerte Rubén Darío clamó ante los americanos, que es decir todos nosotros, porque esto ocurría antes de que los estadunidenses se adjudicaran el término de «americanos«, y con ellos lo repitieran las mentes colonizadas de nuestros pueblos al sur del Bravo: «ellos, los americanos«. Clamó Darío, repito:

Sí, americanos, hay que decir quién fue aquel grande que ha caído…

Y aquel grande fue nuestro genio americano, cumbre señera del espíritu humano, uno de los primeros anti-imperialistas de la América mestiza y el inspirador de la nueva liberación de Cuba, que celebramos todos los mexicanos, o casi, el pasado 26 de este julio. Y cómo no celebrarlo, si nuestro país fue la segunda patria del héroe. En sus mismas palabras:

Más ha hecho México en subir hasta donde está, que los Estados Unidos en mantenerse decayendo, de donde vinieron. ¡La civilización en México no decae, sino que apenas comienza…!

José Martí el libertador, y con Martí los héroes hazañosos, de Maceo a Fidel, Cienfuegos y el Che. Patria o muerte. (Vencieron.)

Recurso de regímenes totalitarios

El 26 de julio, mis valedores, se cumplió un aniversario más del asalto al Cuartel de Moncada, en Santiago de Cuba, que marcó el inicio de la revolución de Fidel y sus barbones de Sierra Maestra Pues sí, pero como Washington no se resigna por haber perdido su mancebía y patio trasero, no cesa su acoso a la Isla en el intento de derrocar a Fidel con la inmediata respuesta de los cubanos. Recuerdo, a propósito de la epopeya del 26 de julio, que en el 2001 cuando el pueblo cubano resistía una más de las embestidas de Washington, realizó la Gran Marcha del 10 de Junio, que se llevó a cabo en La Habana Casi nueve millones de cubanos. Washington, por supuesto, minimizó la manifestación tumultuaria tachándola de «recurso de regímenes totalitarios», y que los cubanos fueron presionados para participar. Y a los de Washington no les faltó razón. No, al menos, en el caso de cierto ciudadano de Cuba que así, por mi conducto, hizo pública su denuncia:

¡Sí, yo marché y firmé obligado..!

Al menos en mi caso, tienen razón los voceros, agencias cablegráficas y medios de prensa, cuando aseguran que los cubanos fuimos obligados a la Gran Marcha del pasado día 10 y a firmar la Iniciativa de Modificación de la Constitución. Efectivamente: yo acudí presionado al Malecón, y estoy convencido de que igual les ocurrió a otros de los nueve millones de participantes de todo el archipiélago. De esa misma forma suscribí el documento, que al final resultó avalado por ocho millones 188 mil 198 cubanos mayores de 16 años de edad.

Me obligaron, sí, pero no fue nadie del Gobierno ni el Partido (…) No hizo falta esa presión. Me obligaron la memoria, la actualidad y el mañana. Temprano en esas fechas, Félix Varela tocó a las puertas de mi corazón (…) Al ilustre Presbítero lo acompañaban el Céspedes Padre de la Patria, el Generalísimo dominicano que convirtió el machete en alma independentista, el Bayardo Agramonte el Calixto de tres guerras y una estrella en la frente, el Maceo de «fuera» en el brazo y en la mente, el Marti Autor Intelectual, el Camilo del pueblo y el Che de América

Me obligaron los 20 mil hermanos torturados y asesinados por esbirros de la tiranía batistiana, esos mismos prófugos de toda justicia que se pasean por las calles de Estados Unidos, donde gozan de privilegios otorgados por las autoridades para detonar explosivos, atentar contra dirigentes de otros países, aumentar fortunas con el tráfico de drogas y de personas, secuestrar a niños…

Me sentí obligado por el Enero de Libertad y el Girón de Victorias; por los niños alfabetizadores y los campesinos que si hoy pudieron leer y firmar, fue gracias a aquella gesta de cartilla y farol. Me obligó la alegría de saber que la tasa de mortalidad infantil es de apenas 62 por cada mil nacidos vivos. Y es que disponemos de más de 67 mil médicos a 2 pasos del hogar, y de los cuales casi 2,000 prestan sus modestos esfuerzos a 110 pueblos desposeídos en otras tierras del mundo. Me obligaron los científicos de la ingeniería genética y la biotecnología, que fabrican armamentos, pero para hacerle la guerra a plagas y enfermedades y salvar millones de vidas en cualquier rincón del orbe. Y las sonrisas infantiles, arrancadas de una muerte segura por la vacunación contra 13 dolencias curables, que flagelan a la niñez en otras latitudes.

Me obligaron los millones de alumnos en todos los niveles de la enseñanza, cada vez mejor preparados por sus valientes maestros, en más de 50 universidades, de sólo tres que existían en 1959, y en los miles de escuelas con equipos de computación, televisores y videos para las teleclases hasta en el más recóndito rincón de nuestra geografía, incluso allí donde hay un solo pequeñín con su profesor y un panel solar, porque aún el paraje no se encuentra ubicado en el 95 por ciento del territorio nacional electrificado.

Fui obligado a marchar y a firmar por los abuelos que saben de su vejez garantizada (…) y por las mujeres, que no sólo conquistaron su derecho a la igualdad, sino que han sobrepasado a los hombres en muchos frentes. Me obligó el orgullo de la Escuela Cubana de Ballet y el Cine verdaderamente nacional, real a partir de 1959. Y los más de 60 títulos olímpicos…

Y por último: marché y firmé el documento obligado por Bush, ese que fue colocado en la Casa Blanca por el fraude de los sargentos políticos de Miami, y quien con sus discursitos volvió a ofrecerle la Enmienda Platt edulcorada, con más sabor a palos que a zanahoria, a este pueblo mío que se cansó de decir yes desde hace mucho, cuando aprendimos a no bajar la cabeza como esclavos, para impedir a tiempo que se extiendan por las Antillas los EU y caigan con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América

¡Si, yo marché y firmé obligado..!

Ah, los cubanos. Qué orgullo de patria, gobierno, comunidad. ¿Y nosotros? ¿Patria, Calderón, tú, yo..? (Agh)

Yo, el apóstata

Vintila es mi nombre, y soy un apóstata Hace algún tiempo (cuánto, no lo podría precisar), como Crisanto VII, habitaba la sede papal. Hoy, en esta covacha del monte pergeño la defensa de mi persona y mi acusación contra Dios. Sepan los que esto leen:

Más antes, como Crisanto VII me alimenté con aves, carne roja y vinos de suprema calidad. Hoy, el remordimiento tardío del Dios Uno y Trino me envía un pedazo de pan en el pico del cuervo mientras que yo, como Job: «Porque antes que mi pan viene mi suspiro», clamo a las reverberancias del sol y a los remolinos del viento…

Mi suspiro, sí, pero la conciencia permanece tranquila ¿Y la del Omnisciente? Ayer, mirando el animalejo con mi sustento en el pico, mi corazón arrojó la bocanada de iracundia «¡Dios! ¿Con un mendrugo pretendes lavar tu conciencia?» Y ahuyenté a su servicial. Luego endurecí la cerviz y me preparé para el azote de Su iracundia «He blasfemado contra EL. Su rayo me fulminará». Pero no. El Increado, tal vez con pena de sí y de mí, disimuló mi blasfemia Sigo vivo (vivo es un decir.)

Esto lo asiento en el papel porque en verdad os digo: El que reina sobre vivos y finados está en deuda conmigo, que agostó y agotó mi fe en EL. No será con un cacho de pan como habrá de pagarme, por más que tal vez mi fe no valía lo que un cacho de pan. Dios no encuentra cómo pagarme Cada mañana al despertar, percibo en redor su reverberante presencia que me busca el perdón. Yo, entonces (¿con qué materiales reedificarás el edificio de mi fe, del que no dejaste piedra sobre piedra?), le doy la espalda y me aplico a la primera micción del día Yahavé suspira Lo percibo retirarse a hurtadillas.

Descorazonado…

Sabed, los que leéis: el principio de todo aconteció a comienzos del verano. Llovía, me acuerdo. Yo, con la cristiandad preparábame para los alimentos espirituales del Oficio Divino, y en cuanto alimentos terrestres, para los frutos de un otoño en agraz, y fue entonces: como tentación del Maligno apareció el visitante de la oscuridad: cuerpo amojamado, gancho la nariz y las pupilas gélidas. Esto, en el calor agobiante de la tenebra..

– ¡Vade retro, Mefistófeles..!

– No tal. Soy un mortal como tú mismo. Nicolás Maquiavelo me nombran. Florentino soy, y enseño a los príncipes el arte de gobernar a los hombres son. Te saludo.

Me reveló su embajada atroz: de la Santa Casa requería un aposento apartado. Su objetivo sería cierta entrevista que de inmediato habría de concertarse., ¡entre los dos contrarios per sécula seculorum..!

Yahavé y Satán. Satán y Yahavé. Negocios del espíritu

Se estremecieron las sombras.

– Logré convencerlos. Van a dialogas. Posible alianza, ¿sabes?

Nuevo estremecimiento. Vibró el calor. Una esquila, a lo lejos.

– ¿Pero cómo, qué dices? ¿Alianza entre el Increado y Luzbel? Imposible El cielo y la tierra pasarán, pero El que reina sobre tronos y protestades, nunca de los nuncas. Jamás.

– Yo, Maquiavelo, obrando según el deseo de quien me envía hasta tu presencia logré persuadirlo.

Me escandalicé: «¿Cómo una alianza entre el Bien y el Mal? ¡Compinchaje sería más que alianza y vendría a destruir toda la edificación teológica con tantos trabajos edificada a lo largo de siglos! ¡Semejante maniobra asesinaría la Verdad, y con ella valores, principios, virtudes y convicciones! ¡Nunca! ¡Jamás!

Hielo afiliado, su voz: «¿Conoces ciertas manipulaciones que en la ciencia política denominan razones de estado? No morales, no inmorales; amorales. Las he asentado en este librillo, tómalo y lee».

Como si me aprontara una sierpe; un escorpión, un basilisco. «Tómalo. No hay libro bueno ni libro malo. Eres tú, como lector, el que le confiere valor. Bondad o maldad. Tómalo».

Algo me formó a alargar el brazo, a abrir la mano, a tomar esa brasa ardiente a leer esos caracteres recovecosos que a lo borroso recuerdo aludían a alguna suerte (mala suerte) de rey, de príncipe o algo de ese tenor. El, advirtiendo mi reticencia mi repugnancia para semejante lectura, de memoria me citó algunos de los «consejos» que en el librillo daba a los gobernantes. Y qué consejos. Pragmatismo puro; impuro, más bien. Maloliente Contra mi voluntad escuché las «razones de estado» con que el florentino intentaba justificar la grotesca entrevista del Bien y el Mal. ¿Conmigo como testigo? ¡Nunca! (La conclusión, el lunes.)

Sombras nada más…

Sombras de sombras. Carne de cañón. Eso son las masas.

Tal afirma el analista, y Antonio Machado, poeta:

Masas son, y a las masas se les puede ametrallar impunemente…

Ortega y Gasset, por su parte, su sustancioso ensayo se refiere a La rebelión de las masas. Yo, a propósito, miro y sopeso nuestra realidad nacional; analizo el estilo personal del presente gobierno, con sus inauditas ofensas a los gobernadores así en los asuntos de chinos y clero político como en los asesinatos y desapariciones de luchadores sociales en Oaxaca, y con la sentencia de sesenta y siete años y meses a los macheteros de Atenco mientras a las honorables familias Montiel y Bríbiesca Sahagún, la abyecta impunidad. Luego observo a las masas, embebidas en la radiactividad con que de forma irreversible las perjudican los medios de condicionamiento de masas, y aquella desazón…

Porque descorazonada, mis valedores, pensar en la conflictíva relación de las masas con el Sistema de poder. Ayer mismo, ante la realidad objetiva del país y la nefasta relación Estado-sociedad civil, me puse a meditar en el origen de una crisis recurrentes tan provechosas para el Poder cuanto virulentas para el paisanaje, que así nos sacuden en los rubros de inseguridad pública, economía familiar y violencia en los hogares, y pienso: ¿nosotros ni a chicotazos de crisis accedemos a pensar, a ejercitar la autocrítica, a crear estrategias que, descartada la de la fuerza armada, en la que el Sistema de poder es infinitamente superior, reviertan una situación para nosotros calamitosa? Lo afirmó el lunes pasado Agustín Basave, analista político:

Cualquiera que haya visto la extensión de la pobreza y la profundidad de la miseria en este país sabe que es un milagro que no tengamos más inestabilidad social. Las condiciones en que vive la mitad nuestra población son moralmente inadmisibles y prácticamente insoportables…

Pero no, que ante la virulencia de la crisis actual esas masas no se rebelan, no reaccionan, no van más allá de los reniegos inútiles; ellas, que a principios de cada sexenio siguen esperanzadas, hoy todavía, en el gobernante en turno. «Con Echeverría sí!», juraron una vez terminado el horror de Díaz Hordas. ¿Que ese no nos dio lo que de él esperaban? Pero con López Portillo sí. Con el de las cejas alacranadas sí; con el mothernizador, con Zedillo sí…

– ¡Pero esta vez sí! ¡Con Fox ya «la hicimos»! ¡Con Fox ya logramos sacar al PRI de Los Pinos..! (Esa terca esperanza)

Y como perpetuos adolescentes, e-xi-gir al que tomamos por nuestro aliado. El sexenio va a terminar, como termina siempre desde el primero Nopalito de la historia reciente del país, con una nueva desilusión colectiva ¿Es tan conflictíva situación qué papel jugamos nosotros? ¿Nosotros pensar, reflexionar, autocrítica? No, que somos pasivos y dependientes, y para nosotros ahí están, siempre oportunos, los medios de condicionamiento de masas. Esos habrán de revivir nuestras muertas esperanzas; en ellos nos va a aturdir la propaganda embustera del Instituto Federal Electoral, IFE, que día con día, hora con hora, minuto a minuto, manipulará al paisanaje con la cantaleta de que la democracia consiste en emitir un voto en determinadas fechas, jurándole que el voto es la solución de todos sus problemas, que se sintetizan en dos palabras: economía familiar.

Y nosotros: ni golpes de desencanto, desilusión y pobreza creciente nos harán reaccionar y percatarnos de que el voto, cuando mucho, nos da la facultad de elegir al candidato de las propuestas más atractivas, pero no el poder para forzarlo a cumplir sus promesas de campaña. Así una y otra vez. Y nosotros, adolescentes perpetuos, a tomar al Poder como padre y aliado, y por lo mismo ¡e-xi-gir-le!, para que el Poder, desde su espacio en la superestructura, a lo desdeñoso nos revele el antídoto contra nuestra estrategia:

– Ni los veo, ni los oigo, ni los siento. Y háganle como quieran.

Fue en este punto, mis valedores, cuando hace algunos ayeres, desde la radio, yo les repetía «Con esa semejante fórmula nos mantiene bloqueados: ‘No se puede, y háganle como quieran’. Nosotros, debidamente organizados no en multitudes vociferantes sino en comités auto-gestíonarios, vamos a demostrarle que sí se puede».

Radio y la TV escucharon la frase que a diario repetí durante años, la piratearon para luego enjaretársela a unas almas de Perra Brava que ahora vociferan frente al clásico pasecito a la red: «¡Sí-se-pue-de!». Lástima

Intenté entonces llegar al origen de tal aguante, de semejante pasividad y capacidad de las masas para absorber sufrimiento, pobreza, inseguridad pública y la corrupción lucrativa e impune de esos sinvergüenzas Tartufos por los que presuntamente votaron, y de repente, con el análisis del sociólogo lo entendí: esta sociedad está enferma, y… (Mañana)

Vive Sandino

Estoy mirando la foto, mis valedores. Cuatro personajes levantan el pulgar de la diestra mientras sonríen a la cámara. Ellos son los presidentes de Honduras, Manuel Zelaya; Martín Torrijos, de Panamá, y el de Venezuela, Hugo Chávez, que con el sandinista Daniel Ortega celebran el aniversario número 28 del triunfo de la revolución sandinista que remató en el palacio presidencial de Managua la mañana aquella de julio de 1979. Dos epopeyas me trajo a la mente la foto de marras: la de Augusto César Sandino, que con su «ejército loco» (29 hombres) arrojó de la patria al invasor gringo. La segunda de estas epopeyas fue realizada en el barrio de Monimbó.

¿Qué es aquella luz allá lejos? ¿Es una estrella? – Es la luz de Sandino en la montaña negra. – Allá están él y sus hombres ¡unto a la fogata – con sus rifles al hombro y envueltos en sus colchas, – fumando o cantando canciones tristes del Norte, – los hombres sin moverse y moviéndose en sus sombras…

«Pero las naciones tienen su sino. Y Sandino no fue nunca presidente, sino que el asesino de Sandino fue el presidente ¡y 20 años presidente!» Veinte años en los que el asesino oprimió, deprimió y reprimió a Nicaragua. Pero Sandino había dicho después de la primera derrota: «El que cree que estamos vencidos no conoce a mis hombres (29 ¡y con él, 30! ¡contra Estados Unidos!). Temple, heroicidad

y amor patrio, los compatriotas de Sandino supieron arrojar de su Nicaragua, años más tarde, a un Somoza al que aborrecían. Aquí el testimonio de la epopeya del barrio de Monimbó:

«General, he leído que ofrece ayuda a Monimbó. Estimo que esta su ayuda es tardía. Ya Monimbó no espera nada de usted. Sepa que Monimbó tiene que escribir muchas páginas en contra suya. Ya es muy tarde para que usted piense que Monimbó le dé la cara a usted» Alfonso Dávila B., abogado y juez. Extracto de carta a Somoza

«Me llamó la guardia para dialogar con el comandante. Yo no fui. Les dije que ya no era tiempo». A. García G.

«En Masaya pelearon entre dos y tres mil muchachos. Monimbó siempre estuvo a la vanguardia». A. Dávila, abogado.

«Los muchachos no eran guerrilleros. Los fueron haciendo guerrilleros». J.M. Pacheco, sacerdote; y el estudiante J.R. Ortiz: «Desde que sentí en el alma la muerte de un compañero, yo me decidí a tirar bombas…»

«Como Somoza es un asesino que mandó traer armas contra el pueblo, dijimos: no sólo sus armas van a estar presentes, también las bombas de Monimbó. Al principio las hicimos de mecate; después ya eran de masquinteip». Ramón Serrano, comerciante.
«La guardia venía y siete, ocho muchachos le tiraban las bombas; se metían a sus casas, llegaba la guardia y los muchachos ya en sus camas, haciéndose los dormidos y aguantándose para no reír». J.T. Roca, vecina.

‘Yo no podía tocar el tambor en lo oscuro porque decía la guardia que yo levantaba al pueblo. Entonces tuve que avisar casa por casa, para lo de las bombas». A. García G., alcalde de vara, y L.H.: «A los bombardeos, las mujeres sacaban sus espejos y los ponían al sol para que los pilotos no vieran nada y se deslumhraran». «Dos guardias se habían escurrido por los solares corriendo, pero nuestro pueblo los agarró, los entregó y fueron fusilados por el propio pueblo». J. Siria P., sastre.

‘Ya todo el mundo decía que Monimbó estaba en cenizas, pero eso era mentira. Monimbó estaba vivo, estaba de corazón vivo». A. Ruiz, vendedor.

«Mandé fuera a mis hijos. Les dije: hijos, cúbranse ustedes, déjenme a mí. Yo soy nada más un espíritu que anda por las calles». O.A.

«Una noche aparece ese chavalo. Ya no vamos a comer, le digo. Estoy acostumbrado a no comer, me dice. Te van a matar, le digo. Tiene ocho hijos mi mamá, me dice. Le quedarán siete. Y entonces voy y le digo a mi marido: Somoza tiene perdida la guerra». Lourdes 0. De B.

«Cuando supe del triunfo me sentí feliz. Le daba gracias a Dios de que todos mis hijos estaban vivos. Sentí como si hubiera vuelto a nacer». F.E., panadero. «Al final me puse a llorar de impresión y de alegría porque no parecía que ya hubieran triunfado los muchachos». Ofelia Ortiz, hogar.

«Todos nos abrazamos de alegría». G. Sánchez, comerciante.

«Dicen que viene la contrarrevolución. Yo creo que no. Y si viene, aquí están los muchachos para esperarla. Ellos están dispuestos a entregar el último cacaste para no dejar morir a Nicaragua». G. Sánchez.

Es medianoche en las montañas de las Segovias. – ¡Y aquella luz es Sandino! Una luz con un canto: ‘Si Adelita se fuera con otro…’

La Adelita: tal fue el canto de guerra del «ejército loco» que venció a Estados Unidos. Nicaragua. Sandino. (Barrio de Monimbó.)

Raza de víboras

Les conté el viernes pasado, mis valedores, la parte inicial del episodio en el que un tal Adelaido Da Silva, mago y fakir brasileño, permaneció cien días, con sus noches, en una jaula de cristal de dos por tres metros de dimensión, en la silenciosa compañía de varias docenas de las más venenosas serpientes del mundo. Ahora les relato el final de una aventura que para el mago y fakir resultó desastrosa Y si no, júzguenla ustedes.

Por lo pronto, la marca mundial de convivencia con víboras continúa en poder de un Peter Snyman mueblero, nombre ya registrado en el Libro de Records Guiness Las «hazañas» que algunos, huecos de toda obra de beneficio social que les garantice «no morir del todo» en la memoria colectiva, se lanzan a acometer con tal de lograr la trascendencia Lóbrego.

Abatir esa marca mundial del mueblero intentaba Adelaido Da Silva, y en su jaula contaba los días y las noches de agónica coexistencia con cobras egipcias, víboras de cascabel, mambas y serpientes «de capucha». Pues sí, pero de repente, la madrugada del día numero 100 de permanencia en la jaula gritó aquél, destempladón:

– ¡Me rindo, sáquenme de aquí!

¿Qué qué? «¡No rajuelées, no recules!» -grito estridente de los fanáticos, la Pena Brava del mago y fakir-. «¡Muéstrale al mundo que Brasil es algo más que samba garotas y fuchebol! ¡Si se puede! ¡Tú puedes..!»

– ¡Puedo madres! ¡Sáquenme de este infierno! ¡No puedo más!

– Cómo de que no puedes más. ¡Aguántate! -Alarmado, el promotor-. «¡Ya estás por romper el récord! ¡Que un momento de debilidad no te lleve a perder un futuro de fama y dinero! ¡Tú puedes!»

– ¡Fama y dinero a la miércoles! ¡Por el Cristo del Corcovado, sáquenme de aquí! («Sin pestañear», la silenciosa compañía miraba al gritón La cobra se la pelaba semejante hilera de colmillos.) «Sáquenme de aquí..!»

– ¡Aguántate! Si ante unas docenas de animalitos te rindes, ¿crees que vas a poder con el futuro maravilloso que te aguarda acá afuera?

– ¡Renuncio al futuro! ¡Me rajo, de plano! ¡Me rindo, no puedo más..!»

Todo ha terminado. He ahí al fracasado, gacha la testa y los músculos lacios. Ya que el facultativo lo toqueteó, le tomó el pulso y revisó sus reflejos, un furioso promotor y representante de inversionistas lo increpa iracundo:

– Por tu culpa se pierde todo el dinero invertido en la empresa Tú te quedas afuera de los grandes dineros: ¿y nuestras inversiones qué, Adelaido?

– ¿Cómo de que perdido el dinero? ¿Pues qué, no estoy preparado para la empresa? ¡Pasé cien días entre ese animalera de miércoles! Dormí con mambas de este grosor. Amanecí con cobras entre mis compañones. Después de las víboras, ¿no voy a estar preparado para ocupar el puesto que se me ofrece en el gobierno de México? ¡Eran víboras! Estoy
impuesto a convivir con ellas. ¡Amanecí con una de cascabel anidada en los sobacos!

– ¿Y qué son esas inocentes criaturas de Dios comparadas con las tarántulas y
coralillos que te esperan en México? Una de cascabel se te durmió en los sobacos. ¿Te imaginas que amanezcas con la Gordillo enroscada al pescuezo? Conviviste con cobras. ¿Podrás convivir con Norberto Rivera y Onésimo Cepeda? Con reptiles pudiste, sí, ¿pero dos docenas de ofidios qué peligro significan frente a las docenas de yunqueros, legionarios de Cristo, opusdeístas y caballeros de Colón..?

– No, y el provida Serrano Limón, no lo olvides.

– Ese no pasa de renacuajo. Víbora de siete cuartas el Ramírez Acuna torturador de altermundistas. Ese sí que es veneno puro. No, Adelaido, todo lo que se invirtió en tu entrenamiento ya es dinero perdido. Si no pudiste con cobras egipcias, ¿vas a poder con cobras mexicanas del tamaño de Joel Avala y Romero Deschamps? ¿Podrás con los Abogados Católicos..?

– Para mí, sabandijas y renacuajos.

– ¿Y los Chuchos de Nueva Izquierda? ¿Renacuajos también? ¿Y los panistas Espina y Espino? ¡Espinosos semejantes escorpiones! Y un víborón del tamaño de Hank Rohn el priísta, ¿podrás enfrentártele? ¿Sabes que en San Cristóbal el nido de víboras sigue vivo y coleando? (Lo dije con «o» y no con «u», yo también le temo a los ofidios.) ¿Tú, preparado para esas víboras?

; Vamos México! Ya acá afuera como cobras, nada cobras; ni tú, ni nosotros. Porque el que te contrató de asesor, uno chaparrito, jetoncito de…

– ¡Ese! ¿Ese, dijiste?

– Ese, que te la ofrece de auxiliar de Mouriño, mago y fakir español.

«¿Víboras de esas? ¿De esos fakires? ¡Ay, ay!» Y Adelaido, apretándose el vientre, corre y se encueva tras una puerta que dice: WC. Diarrea «¿Ves? Te faltó entrenamiento. El futuro, perdido.» (Lástima)

Nido de víboras

Adelaido Da Silva, mis valedores, mago y fakir del nordeste brasileño. Tal es el protagonista de la presente fabulilla de mi invención, que se inicia con una nota de prensa que transcribo tal cual:

Adelaido da Silva, mago y fakir brasileño, acaba de abandonar violentamente la jaula de cristal en el interior de la cual convivió durante más de cien días con dos docenas de las más venenosas víboras del mundo, en un frustrado intento por superar la marca mundial en la especialidad. Puesto de inmediato en manos de médicos especialistas que lo mantienen en observación, pudo comprobarse que Adelaido mantiene una envidiable salud, si bien su sistema nervioso se encuentra alterado, en tanto que el insomnio ha hecho presa del mago y fakir del nordeste brasileño.

De no creer las hazañas que algunos, huecos de toda obra social que les garantice «no morir del todo» en la memoria colectiva, se lanzan a acometer con tal de lograr la trascendencia. Eróstrato, por ejemplo. Pastor avecindado en Efeso, buscó esa hazaña que lo llevara a la inmortalidad, y no sólo encontró una al tamaño de su mediocridad: prender fuego al templo de Diana (Artemisa), una de las 7 maravillas del mundo antiguo. ¿Que si logró pasar a la historia? Diccionarios y enciclopedias consignan su nombre, y aun la fecha de su fechoría: el 356 antes de Cristo. Así los que nombra la nota de prensa:

«La marca mundial de convivencia con víboras venenosas continua en poder de Peter Snyman, un mueblero que la estableció en junio del año anterior, en que abandonó la jaula de cristal infestada de serpientes venenosas convertido en una verdadera piltrafa humana, con el sistema nervioso deshecho, pero feliz porque está convencido de que a partir de su hazaña no existe en el mundo un ser humano que logre abatir la marca por él impuesta, y que se encuentra debidamente registrada en el Libro de Records Guiness…

Y que para Latinoamérica, afirma el diario, es una lástima que Da Silva no lograse romper la marca mundial y entrar al libro de records, por más que no era su propósito central Y la fabulilla: casado, veintiocho años de edad, durante los meses que duró la prueba Adelaido da Silva, mago y fakir, permaneció dentro de una caja de cristal de dos por tres metros, durmiendo a ratos en una cama de clavos, sin probar alimento sólido y en la silenciosa compañía de dos docenas de serpientes venenosas. El fakir persistía en la espeluznante hazaña, desoyendo las atractivas súplicas de su ardiente Chaira (los de adjetivos, al revés):

– ¡Salte ya de esa jaula, Adelaido! -a gritos la esposa, pegada a la tapa de cristal-. ¡En Aracuju te necesitamos! ¡Antes que el oro está tu familia!

– ¡Es por ti y los meninhos que estoy aquí, hecho un ñudo ciego entre este animalero de miércoles..!

– ¡Cuál miércoles, si ya es viernes! ¡Ay, Adelaido, demuéstranos que nos amas y abandona ese nido de víboras!

?l, con voz temblorosa por la cercanía de los colmilludos: «¿Y perder este entrenamiento y la oportunidad que me ofrecen si bato el récord? De esta hazaña depende nuestro porvenir, no lo olvides.

Terco magnífico. Adelaido, mago y etcétera, seguirá conviviendo con 6 mambas negras, 6 cobras egipcias, 6 víboras «de capucha» y 6 «de los árboles», cada una de las cuales instila en una sola dentellada veneno suficiente para matar un toro, cuanto y más a un mago y fakir, así sea brasileño. A ratos vigilantes y a ratos durmiendo «a pierna suelta», los ofidios acompañan al que sueña con fama y riquezas. Chaira, entre lágrimas:

– ¿Por qué arriesgas así tu vida, Adelaido? ¿Por qué entre semejantes ofidios, Cristo del Corcovado?

Que es condición insalvable para lograr fama y fortuna Chaira, terca amadora «De tu magia comerías en Aracaju, sin necesidad de enroscarte con las de cascabel».

– ¿Comería? ¿Por qué crees que terminé en fakir? Pero en esta jaula tengo mi gran oportunidad. De oro, meninha De oro puro, calcúlale.

Las víboras, nomás mirando. Una de las «de capucha» le sacó la bífida Otra le peló los premolares. Y el rosario de los días que se desgrana día tras día, todos los idénticos, con sus noches crispadas de pesadillas, en las que seis cobras egipcias… (Afuera los asistentes, los nervios tensos, le dan aliento, y aquellas porras: «¡Sí-see-pue-de- sise- pue-de!») Chaira ya suplica ya amenaza ya gemía percibiéndose viuda, y se moría en vida Los ojillos hipnóticos, en la jaula observan al trémulo ojillo que los observa Así desgranábase la mazorca de los días, y así el olote soltó una centena de granos. De repente, en la madrugada del No. 100, válgame, quién lo creyera (Eso, este lunes.)

Una pradera recalentada

Juan Rulfo, mis valedores. Convoqué ayer el espíritu del fabulista de lo real maravilloso que para sus tragedias humanas de agonías y venganzas, odios y locura, y amor y pasiones (vida y muerte, en suma), creó toda una fantasmagórica geografía de caseríos donde los poquísimos vivo sobreviven en silencio, y camposantos donde los muertos no cesan de hablar. Invoqué el espíritu de Rulfo no porque en estos días esté releyéndolo, sino que fue la lectura de los matutinos lo que me llevó a humillar la testa, suspirar y quedando abstraído en mis reflexiones, y fue entonces…

De repente recordé añejo editorial gráfico de Naranjo, que apareció en un matutino de época; lo encontré tan actual y oportuno, que me di a la glosa del susodicho, cuya mínima acción ocurre en una geografía desapreciable que en mucho me recuerda a la de Comala de Rulfo, caserío de encantamiento que sobrevive en la entraña del abandono y en la almendra de la soledad. Y comencé la descripción de una geografía que, doncella recalentada, soporta los evites ardorosos de un sol padre, garañóa Aquí finaliza la descripción de la escenilla que describe Naranjo en su editorial gráfico.

Mediodía de sol. Y aquí lo inquietante: que auras, cuervos y zopilotes han comenzado a estrechar sus círculos en un firmamento estallante de luz. Y es que a medio llano, entre areniscas y roquedales, aquel cordoncillo de polvo. ¿Un predador muriéndose de sed, al que los rapaces de pico y garra no permiten la paz de una agonía tranquila?
No. Ya me acerqué un poco, y no. Un lobo no puede ser, que el bulto aquel es más grande, del tamaño de una res, o quizá dos, tres, un hato de reses. ¿Pero reses las rugosidades de la lagartija y las escamas de la víbora? Si se trata de un caballo matalote, de un par de vacas, de una punta de bueyes, pues… pobres. ¿Desde dónde vendrán agonizando de sed? ¿Desde qué lejana región que habitan el hombre, el agua, la vida cabal? Desde mi escondite observo los cuervos: van descendiendo en círculos de negrura, con siniestro rumor de alazos. Bajan los cuervos, bajan las auras, bajan los zopilotes graznando, graznando, tras la carne mortecina Crrac, crrac…

Pero no, no es un lobo, no es una res, no es un par de caballejos decrépitos. ¿Qué es eso que levanta un nudillo de polvo en la medianía de un paisaje de lumbre y sofocación? ¡Dios! Y se mueve todavía Eso, lo que eso sea, está en trance de agonía Lo que sea, debe estar entreabriendo el hocico, debe lengüetear los belfos un negruzco pedazo de carne que aulla de sed, silencioso. Claro, sí, se mueve todavía. A ver, déjenme acercarme. Quizá en algo pueda auxiliar al agonizante

¿Pero a mí también? ¿También a mí me afectó el calor? ¿Estaré viendo espejismos? Parpadeo, me los froto, los párpados; los abro, los ojos; los entrecierro. No. Eso no puede ser. Delirios del calor. Alucinaciones de la sed. Ya mis sentidos me están jugando malas pasadas. Es que… no, que no puede ser. Simplemente me niego a reconocer lo que miran mis niñas. Y es que…

Me acerqué un poco más; me oculto tras de esta peña Observo al causante de la polvoreada, minúscula a la distancia Mis valedores: no es un lobo agónico, no es un coyote de belfos sangrantes, ni un par de cuacos. Acémilas, tal vez. Bueyes. A ver…

Animas de la ficción, de lo real maravilloso. Eso que miran mis ojos, ¿lo pasan ustedes a creer? Demencial. Eso es una a modo de barquichuela semienterrada en el polvo que unos individuos, quizá enloquecidos de sed, de soledad, de insolación, a punta de remos intentan forzar hacia adelante Distingo a los tales. Por su catadura de irracionales parecen integrar un arca de Noé en miniatura Esa su traza de facinerosos: uno con cara de represor, otro más, de corrupto, de perverso el de las 300 arrobas de peso sobre los lomos, y todos irremediablemente mediocres. Y ocurrió, mis valedores…

Ocurrió que de repente: ¡prrom!, el bombazo. ¡Prrrommm! Dos, tres, ocho estallidos que inflaman el horizonte. ¡Prrom!, una quemazón y semejante humareda que amenaza con tiznarlo todo, comenzando por ese que finge no enterarse de nada y que se alza en el frente del arca cuan pequeño es, empañados sus bifocales y la ceja izquierda alacranada para aparentar una personalidad inexistente. ¿Le distinguen ese rostro mofletudo y ese gesto que pretende hierático? ¿Le ven su pequeño y regordete parado, su índice? ¿Oyen lo que está diciendo frente a la mortecina soledad y con la lumbre ya llegándole a los aparejos? ?iganlo:

– ¡A las mexicanas y mexicanos! ¡No hemos perdido el rumbo..!

Yo, azorado, observo el incendio, huelo la quemazón, percibo el calor de la hornaza Pero él afirma que todo va bien. ¿Ustedes le creen? (Yo…)

Espejismo y delirios

Juan Rulfo, mis valedores. Su Pedro Páramo magistral, sus magníficos cuentos, ¿los habrá leído alguno de ustedes? Invoco aquí, ahora mismo, la memoria del Juan Rulfo de los pueblos fantasmales: Contla, Luvina, Comala. Convoco también el ánima en pena de los muy reales Real del Oro y Veta Grande, Zacatecas, poblados afantasmados que, antiguos emporios mineros, de repente se agostaron al agotarse los socavones paridores del oro y plata, caseríos tan reales que perecen de encantamiento, que anochecieron prósperos y amanecieron a ser espejismos, delirios y ánimas en pena aventadas al socaire de los socavones estériles. Pedro Páramo…

Ahí se quedaron y así están todavía semejantes pueblos, en olor de abono y en la viva almendra de la soledad, como sarna de la geografía nacional, mutilados vestigios de un antiguo esplendor: cuadrículas de bardas barbonas de zacate, patios abandonados donde florecen el chicalote, la flor del toloache, el huizapol, los matojos. Nomás…

He visto esos pueblos abandonados, afantasmados, y se me encoge el ánima al contemplar semejantes bardas en derrumbe que van derritiéndose lentamente bajo atorrenciadas tormentas, y esos zaguanes sin puertas y esas puertas sin zaguán, y unas retorcidas callejas de piedra viva, y los esqueletos de casas carcajes de andamios, horcones y vigas náufragas, en agonía de portillos, de polilla y comején. En los patios, antaño ñervosos de vida -de vidas-, se ha aposentado la víbora de cascabel. Junto a la fuente seca ventosean sus crías las ardillas, y en los sombríos corredores se dan los murciélagos y unas mariposas negras de este tamaño, miren. Que anuncian la muerte, dicen los díceres…

He visto también esa hilera de cuartos que alguna vez fueron dormitorios, y donde en catres de latón dorado se multiplicaba la vida, y esas ventanas, cuencas de calaveras, y esas casas que son abrojera de esqueletos apiñados en derredor de una iglesia en ruinas, una iglesia como aquella en Luvina, relato de Rulfo. ¿Ese rumor? El viento, posiblemente. Algún eco de los ecos que se aquerenciaron en estas ruinas. Y ya…

Pero, mis valedores, voy a nuestra realidad, así la que alude a la economía familiar como a la de yumbos y retumbos de la estridencia politiquera, una realidad tan en ruinas como Veta Grande o Luvina. Al reflexionar sobre nuestra realidad de todos los días se me ha venido a la mente cierto añejo dibujo de Naranjo, editorialista gráfico, que publicó en el matutino de hace algunos ayeres. La glosa del dibujo de marras iba más o menos así, ayer tan actual como hoy día:

Llanura desértica, geografía desapacible, pariente pobre de Veta Grande o de sus hermanas muertas, Árida llanura cercada de lomeríos, y más arriba un sol que al punto del mediodía parece a punto del estallido. Monótono, persistente, ese son de cigarras. Arriba, en la lumbrosa claridad del firmamento, una rueda de cuervos, de auras y zopilotes que otean la lóbrega geografía detrás de la carne podrida Crrac, crrac, el reclamo de los negros pajarracos. Crrac…

Cerros pelones, crestas azulencas, peñascales y lomeríos. Al pie del cretón de roca, abismos, gargantas áridas, resolana y sofocación. Un viento de rescoldo eriza la pelleja del llano y alza remolinos de polvo en la lejanía del poniente En la lejanía, porque aquí, en el primer plano, todo es nopaleras cenicientas, y al pie, nidos de coralillos y víboras de cascabel. Más allá, chaparrales, huizapoles, y huizcoloteras, toda esa botánica de lo chaparro, lo enteco, lo encanijado, lo sietemesino, lo que ha nacido muerto de sed; ese yerbajo que se da a la aridez, más allá del pueblo minero que murió desangrado de sus venas de metal…

Observen los alrededores: resequedad y un sol como garañón, y ahogo, ardor, chamusquina, piedras tornasoladas de metal, y sobre las piedras lagartijas de ojillos hipnóticos que se adormecen bajo la carga del sol contemplando, inmóviles, una geografía que parecen querer aprendérsela de memoria. Tercas, pétreas a fuerza de sol. Pero, ¿y eso..?

Por allá, a lo lejos, se ha alzado un rastro, un cordoncillo de polvo. Algún coyote de belfos ennegrecidos y lengua inflamada que anda en agencias de morirse de sed, ya en las boqueadas últimas. Testigos de honor, la culebra y la tuza, la tarántula y la resolana; las reverberancias. El universo de lo calcáreo, de lo pétro, del vivo fuego del sol en aquella geografía que viene quedando, ánima del purgatorio, a mil leguas de todo lo vivo, que es todo lo que tiene el agua al pie Aquí no: muerte y soledad. Y ya. Pero aquel cordoncillo de polvo que se agranda al ir acercándose ¿Qué ánima desdichada pudiese avanzar en el…? (Mañana)

Por ignorancia…

Su gente podía ser muy valiente, pero carecía de condiciones intelectuales. Y para rebelarse y andar armado hay que estar preparado intelectualmente.

Tal afirma Félix Serdán Nájera, exguerrillero de las fuerzas de Rubén Jaramillo. De Genaro Vázquez, paradigma de guerrillero, lo juraba hace algunos años cierto Abel V. Salgado, diputado:

«La guerra sucia continúa en la entidad. Las demandas de apertura, equidad y justicia social enarboladas por Genaro Vázquez, a 30 años de su asesinato, siguen vigentes».

Rubén Jaramillo, Genaro Vázquez, los hermanos Gámez y este Lucio Cabañas, profesor rural que en un enfrentamiento con fuerzas del ejército murió el 2 de diciembre de 1974, y de esto hace treinta y tres años. Del guerrillero, lástima, sólo quedan la leyenda popular de una enorme valentía personal y el rito de las honras fúnebres. Y no más. De estar vivos, ellos y los más de 500 desaparecidos de la guerra sucia de los años 70 serían la punta de lanza contra un régimen que encamina el país hacia la ultraderecha clerical y el privilegio del poder económico. Hace unos años, junto a la estatua del profesor rural levantada en Atoyac de Alvarez:

A los padres, a los huérfanos, a las viudas de la lucha social les decimos, no cesen, no den marcha atrás, la ACNUR está con ustedes, adelante, lograr la liberación de México y una patria nueva o morir por ella…

Pero esto, con la estrategia adecuada, la triunfadora, porque hasta hoy, ¿qué ventaja, así sea de este tamaño, reporta al fregadaje un sacrificio demencial, del calibre del que denuncia cualquier guerrillero, si es que aún vive para poderlo contar?

«Cubetazos de agua fría para seguir con toques de picana. El cuerpo sirve de cenicero para apagar cigarros: en las plantas de los pies, el cuello, las partes nobles. Los límites de la resistencia son probados con métodos como el pozo, que consiste en golpear al torturado hasta dejarlo sin aire para enseguida sumergirle la cabeza en agua y provocar el ahogamiento. Pero no te dejan morir; viene luego el agua mineral en las fosas nasales, y para ti lo mejor es que te maten y no sigan torturándote, porque en la tortura te matan muchas veces…»

Lucio Cabañas: apenas 30 años más tarde, dos de los generales que lo persiguieron, Arturo Acosta Chaparro y Humberto Quirós Hermosillo, permanecieron encarcelados por delitos de guerra sucia y de narcotráfico. Sí, que aunque uno de ellos ya alcanzó la impunidad, está escrito: los matanceros de ayer serán las roses de mañana, porque el tiempo va colocando hombres y cosas en su lugar. Apenas ayer Lucio Cabañas fue descalificado como bandolero, delincuente, criminal. Hoy, el maestro y luchador civil se mira de frente, en bronce, con el bronce del prócer Juan Alvarez. A 30 años de su muerte a manos de las fuerzas federales, en Atoyac de Alvarez fue recordado con una estatua de bronce, una velada cultural y una marcha cívica Y la paz.

Pero si demandas y guerra sucia (secuela de la acción guerrillera) siguen vigentes o amenazan con resurgir, tal como lo preludian los incendios en las tuberías de PEMEX, ¿entonces? ¿No es el momento de la autocrítica para medir la eficacia de las estrategias de lucha aplicadas a ese cambio histórico que no debemos esperar de los Jaramillo, Genaro Vázquez, Lucio Cabañas o Marcos? Porque, mis valedores, una mala (o muy buena) noticia:

El cambio histórico que precisamos para darnos ese gobierno al que obedecer como sus mandantes (Aristóteles) lo hacemos nosotros a base de una organización celular autogestionaria, o nadie lo hará por nos. Y si se está preparado intelectualmente, esto significa que se ha acudido a la Historia y aprendido de sus enseñanzas, y logrado la autocrítica, y entonces no nos vamos a ubicar en los terrenos del enemigo para que nos destruya de forma «legal», y quienes sobrevivan tengan que denunciarlo más tarde. Es la historia

Movimientos guerrilleros, Lucio Cabañas, Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, maestros disidentes, Ejército Popular Revolucionario, y el manual de la contra-insurgencia, que aplica sañudamente el Poder: desacreditar para aislar. Desacreditar al EPR al achacarle los incendios de PEMEX, y al EPR vincularlo con los maestros para que ellos, contra todo principio de teoría política, se deslinden de su aliado de lucha contra el mismo adversario; y una vez desacreditados y aislados, reprimirlos sin ningún costo político ante las masas sociales, y así reiniciar en México la guerra sucia de Echeverría. Mis valedores: nos vencen por ignorancia..

Rubén Jaramillo, Genaro Vázquez, los hermanos Gámiz, Liga 23 de Septiembre, Lucio Cabañas. (A su memoria)

Sobre héroes y tumbas…

Es una declaración irresponsable de Elba Esther Gordillo, «líder moral’ del SNTE, que se pretenda vincular el conflicto magisterial en Oaxaca con el Ejército Popular Revolucionario.

Muy actual el desmentido de los maestros disidentes, y muy oportuno, pero no equivocarse, mis valedores: la anterior declaración no es de fecha reciente, ni mucho menos. Como si el tiempo no hubiese transcurrido, la acusación de la Gordillo, con el desmentido de la Dirección Política de la CNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, fue generada en el mes de julio del 2006, y hoy (por la lucha del fregadaje contra el Sistema de poder no pasa el tiempo) exhibe su continuación en las notas aparecidas apenas el pasado viernes:

Relacionan a la APPO con los ataques del EPR». Y el instantáneo desmentido de los maestros:

«Es una trampa. Calderón intenta ponernos como chivos expiatorios, al vinculamos con los presuntos atentados reivindicados por el EPR contra ductos de PEMEX Reiteramos: no tenemos relaciones con los grupos armados. Nosotros nos conducimos bajo vías legales, políticas y sociales. Relacionamos con el EPR es una trampa

«Es una trampa», clamaron los maestros, que con ello cayeron, exactamente, en la trampa que denuncian, la de la provocación que les tendió el Sistema de poder (manual de la contra-insurgencia), que consiste en lo siguiente: al arrojar semejante falacia entre dos organismos hermanos en el enfrentamiento contra el mismo Sistema, uno de ellos (los maestros) se apresura a marcar el deslinde, y con ello provoca la animadversión del EPR contra una APPO que de esta manera, con todo y que exprese la verdad, ha desconocido a su aliado de lucha contra el Poder. Así fue como la APPO cayó redonda en la provocación de su adversario. Lo dicho, mis valedores: nos vencen por ignorancia…

En fin, que leí la nota del año anterior; leí la nota de hace unas horas, y de inmediato identifiqué otra de las mañosas estrategias que apunta el manual de la contra-insurgencia para vencer a los no enterados: «Desacreditar para aislar. Aislar para reprimir…»

Asi al vincular una y otra vez al gremio magisterial de Oaxaca con la guerrilla, Gobernación y Los Pinos intentan desacreditar el movimiento de los maestros para ejercer contra ellos la represión sin ningún costo político ante las masas sociales. A propósito…

Dije guerrilla, mis valedores, y de inmediato se me vino a la mente la vera efigie del Che Guevara, la estampa de Genaro Vázquez, la foto de un Lucio Cabañas de aspecto pacífico, sentado y empuñando el fusil, y la otra, estremecedora, con el cadáver del guerrillero, y en semicírculo, para la foto y con aspecto de cuervos que se preparan al festín de la carne muerta, una tandada de sardos satisfechos después del triunfo. Recuerdo, asimismo, las fotos de los heroicos cadáveres de quienes en una acción tan inútil cuanto generosa entregaron su vida al colocarse en un terreno donde el enemigo histórico es infinitamente superior en fuerza legal y armada En Madera, Chih., los hermanos Gámiz; anónimos casi, que originaron la creación de la Liga 23 de Septiembre, hoy también arrasada y tantos más que de la lucha salieron en calidad de cadáveres, cuando no, tantito peor, de cooptados por el Sistema Mis valedores…

¿Habrán conservado ustedes la memoria histórica? ¿Conocerán, por consiguiente, la crónica de tantos que de la cárcel fueron liberados por Echeverría en calidad de vendidos (otros tantos, de comprados) a raíz de los sucesos del Dos de Octubre de 1968 en Tlatelolco, en la «exitosa» maniobra de destruir desde dentro al Comunista Mexicano..?

La guerrilla dije, y recordé a aquel Lucio Cabañas Barrientos, maestro rural cuya labor docente se ubica en las antípodas de la que ejerce la maestra Elba Esther Gordillo, y al que a chicotazos de injusticias el gobierno forzó a la guerrilla Aquí, ahora, recuerdo al guerrillero y profesor rural, a la distancia de treinta y tres años de que cayó en pleno combate en la serranía de Guerrero. En esbozo, su retrato hablado, escrito:

México, 2 de diciembre de 1975. Paisanos, tengan presente, no se les vaya a olvidar. No se les olvide que fue hace 33 que en la serranía de Guerrero cayó en combate el comandante Lucio Cabañas, guerrillero y maestro rural. En Atoyac de Álvarez y a las cinco y media de la tarde de diciembre del 2002, nostálgicos fieles del insurgente inhumaron sus restos y los fueron a depositar en el punto en que se alzaba el tamarindo a cuya sombra el combatiente se manifestaba contra el gobierno. (Sigo mañana)