Y el lmperio aplaudió…

Washington. G. W. Bush expresa su apoyo al proceso electoral de México, que es transparente, y por lo tanto está listo para trabajar con el ganador de la contienda…

Y yo digo ante ustedes, mis valedores de METRO, lo que apenas anteayer expresé frente a los radioescuchas de Domingo 6, nuestro espacio comunitario de Radio Universidad:

¿Y qué esperábamos? ¿Que esta elección presidencial pudiese perderla el Sistema de poder, cuya sede se ubica en Washington? ¿Que Washington fuese a permitir que aunque en una medida insignificante se fuesen a menoscabar sus intereses políticos, económicos y financieros, al igual que los de sus aliados históricos, vale decir los grandes capitales, los medios de condicionamiento de masas, la iniciativa privada y el Vaticano? El modelo neoliberal impuesto a nuestro país desde Washington, ¿se iba a poner en riesgo así fuese en una muy modesta proporción? Si tanto como eso esperábamos del «Sistema» con el reconocimiento al posible triunfo electoral del candidato perredista Manuel López Obrador, eso significa que no tenemos conciencia de nuestro enemigo histórico. Sin más.

¡Fue una copiosa votación!, alardea la industria del periodismo. Y muy cierto, se logró una copiosa votacióa ¿Y por qué resultó tan nutrida? ¿Por la repentina conciencia política de los mexicanos? No, por supuesto. Semejante afluencia a las urnas se originó en la aplastante maniobra que desplegaron los medios de condicionamiento de masas, con el siguiente propósito: después de un cuarto de siglo de impuesto a fortiorí en nuestro país, el modelo mal apodado neoliberal está del todo desprestigiado frente a sus víctimas, esas masas que así han resentido los daños de la globalización, el Tratado de Libre Comercio, los Acuerdos de Washington, etc. Se precisaba, entonces, que las masas «legitimaran» la prolongación del citado modelo político, social, económico, financiero, etc. La maniobra, al parecer, fue todo un éxito. Lo afirma en Washington Stephen Harper, primer ministro de Canadá:

«Mi país tiene una total confianza en las instituciones y el proceso electoral de México, y estoy listo para trabajar con el próximo presidente de ese país».

Y sí, el objetivo de la enajenación masiva se logró a plenitud y por partida doble: una votación abundante y que la presunta mayoría de sufragantes eligieran, con la globalización, el capitalismo salvaje que, simbolizado en la prolongación del gobierno blanquiazul, nos impone el imperio. Contra un proyecto de gobierno que enarboló de bandera de campaña «Primeros los pobres», se impuso el continuismo de un régimen sintetizado hace algunos ayeres por el todavía hoy presidente del país: «Un gobierno de empresarios, por empresarios y para empresarios». Y millones de víctimas de semejante gobierno votaron por su continuación. Es así como una adecuada manipulación de las masas nos torna, por nuestra ignorancia en colaboracionistas del Sistema de poder, enemigo de ese cambio histórico que como nunca antes estamos necesitando, y que habremos de efectuar nosotros o nadie lo va a realizar por nos.

Tales fueron, repito, los atroces resultados de una adecuada enajenación de las masas: que los más de 14 millones de votantes, las víctimas de la globalización y el libre mercado, acaban de elegir al hombre del continuismo del presente modelo económico, y con ello las victimas eligen a sus victimarios, que de fronteras adentro son gobierno y empresarios, las altas clases medias y los grandes capitales, nativos y transnacionales. Porque de no ser así, y los más de 14 millones de votos que obtuvo el candidato de Acción Nacional fueron de los puros privilegiados económicos, entonces nuestro México es un país primer-mundista, y debe ingresar al grupo de los «Siete», que con Rusia serán, seremos ya los nueve más ricos del orbe Lo proclama Antonio Garza embajador de Washington en nuestro país:

En los días por venir el pueblo de México sabrá que expresó su sentir de manera democrática y que los reales ganadores de las elecciones son los propios mexicanos.

Y aquí vale preguntarse, mis valedores: ¿el Sistema de poder no calculó el riesgo de que esa tan copiosa votación favoreciera al candidato del PRD, un López Obrador de tendencias vagamente «izquierdistas»? Lo calculó y lo nulificó, que el dicho «Sistema» no tiene vocación de suicida En el presente proceso electoral, Washington aplicó su nueva estrategia frente a un paisanaje exhausto por el sistema neoliberal, exasperado y con una crispación encima que se advierte a punto del estallido. (La estrategia mañana)

¡Ábranse los paquetes!, clama Fox

Les hablé ayer, mis valedores, del escándalo que en 1988 y en plena sesión del Colegio Electoral provocó un opositor a la maniobra con la que el priismo impuso en Los Pinos a Carlos Salinas. El provocador de la escandalera fue un diputado federal por el III distrito de Guanajuato, el «neo-panista» Vicente Fox, hoy sospechosamente silencioso después de que al igual que el priismo hace 18 años, él ha logrado imponernos el continuismo de un gobierno de ultraderecha obsecuente a El Vaticano y al modelo neoliberal que determina Washington. Las ironías expresadas por Fox hace 18 años aparecen hoy muy a propósito como para leer entre líneas. Y si no, juzguen ustedes. La crónica:

En pleno recinto legislativo y en la sesión del Colegio Electoral han ocurrido desórdenes sin cuento. Para aumentar el caos, el c. diputado Vicente Fox se levanta y con dos boletas electorales improvisa unas orejas, que exhibe ante el escándalo general…

‘Para hechos», el diputado pide la palabra y en su perorata pone en labios de Carlos Salinas ironías ofensivas. El C. Presidente del Colegio Electoral, Miguel Montes: «Con todo respeto se ruega al orador aclare los hechos que solicitó el uso de la palabra en su intervención (sic)»

Terco, obcecado, el diputado Fox sigue su soliloquio, que atribuye a Salinas hablando con sus hijos. Tomar nota de cómo ironizó Fox hace 18 años:

– Tengo que cuidar, hijos, que por la vía democrática no llegue al poder la amenaza de la desordenada y anárquica izquierda. Ni tampoco, hijos, que participe el poder la reacción; pero mucho menos, hijos, podemos entregar el país a nuestros enemigos, quienes de llegar al poder, impedirían que todos mis amigos priistas, quienes viven holgadamente en sus posiciones políticas, puedan continuar sacando a México del barranco.

(Esto en referencia a reciente discurso de De la Madrid, donde prometió que entre todos sacaríamos a México del barranco. El susodicho siguió con el imaginario parlamento de Salinas:)

– Por otro lado, siento miedo de no poder cumplir con México; miedo, porque la verdad es que la gente no votó por mí, sino mis amigos tuvieron que leñar las urnas; miedo, porque acabo de ver que Miguel, para poder informar al pueblo, tuvo que instalar el primero de septiembre un dispositivo de seguridad que abarcó más de ocho cuadras a la redonda del Palacio Legislativo, porque la situación es extraordinariamente crítica…

Intervino el presidente de la Mesa Directiva: «Ruego a la asamblea guardar atención, pero ruego también al orador que el uso de la tribuna, para hechos, no sea un pretexto para desviar el debate ni para hablar en contra del dictamen, sino estrictamente para lo que señala el artículo reglamentario».

Irónico, Fox: «¿Quién juzga eso, señor presidente?»

Montes: – La presidencia, señor diputado, la que conduce a la asamblea.

Siguió Fox: Yo, Salinas, tengo miedo, hijos. Miedo porque la situación extraordinariamente crítica de la economía pone en entredicho el futuro y la viabilidad de esta nación; miedo, porque el pueblo no tiene qué comer y qué vestir, no tiene cómo satisfacer sus más mínimas necesidades,miedo, porque no puedo evitar cargar a mis espaldas la pesada y nefasta carga que se llama PRI. Estos momentos de reflexión, antes de enfrentar el triste destino que me espera, quiero recomendarles a ustedes que vivan una vida con verdad, que sean congruentes consigo mismos, que rijan sus vidas bajo principios sólidos, metas claras y honestidad en todas sus acciones. Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales…Impaciente, el c. Montes García: «¡Ciudadano diputado Fox! Con todo respeto le ruego que no sea esto un pretexto para hacer el estudio literario que usted está intentando; refiérase por favor a los hechos para los que pidió el uso de la palabra Se lo suplico.

Exasperado, Fox: «¡Me está usted quitando mucho de mi tiempo..!»

Y siguió con la farsa de que hablaba Salinas: «Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales, sino que en apoyo a la Constitución y al derecho pudiera legitimar y aclarar ante todo el pueblo mi triunfo electoral, o que de no haber sido un proceso electoral limpio se me relevara de la obligación de tomar este trago amargo de gobernar contra la voluntad del pueblo, y sobre todo se me relevara de tener que dar la cara a ustedes, mis hijos y mi esposa Pero todo esto, claro, es un sueño». ‘Y así sigue él soñando y soñando. Yo les pido que aunque tenga él que ser el Presidente de México, lo legitimen haciendo siquiera un buen dictamen, de acuerdo a la Constitución, a la ley, a los reglamentos y a la la lógica. Muchas gracias».

Esto, el Fox opositor. ¿Y hoy? Cae más pronto un hablador que.. Por ahí va el refrán. (Ah, México.)

El perro que se comió el jabón

Fox me recuerda tal dicharajo, mis valedores, y es que después de que perpetró la elección de Estado y garantizó el continuismo de un régimen de ultraderecha que prolongue el modelo neoliberal, el de Los Pinos finge desentenderse de la escandalera que su ilegal activismo a favor del candidato panista ha provocado allá afuera y determina de pronto sofrenar su compulsión protagónica para situarse en la discreta penumbra del segundo plano y el bajo perfil. Y aquí no ha pasado nada y allá afuera a entendérsela como puedan.

Y es que a semejanza de un Tenorio que alardeaba con aquello de que: «por dondequiera que voy – va el escándalo conmigo», el de Los Pinos ha convertido el ejercicio político en coleadero, gallera y palenque, plazuela de tienta y redondel para la charlotada Y si no, ¿recuerdan ustedes cuando en 1988 el hoy mansurrón y taimado se opuso, a lo alharaquiento, a la imposición de Carlos Salinas que perpetró el priismo? Y lo que va de ayer a hoy: «¡Que se abran los paquetes electorales!», clamó a lo estridente. ¿Y hoy? La crónica

A la mala y a punta de componendas, complicidades y cooptaciones, Carlos Salinas fue proclamado ganador en el proceso electoral que decidió el relevo de Miguel de la Madrid. El ruiderío y las protestas cimbraron San Lázaro, aunque pocos legisladores se significaron por su estridencia como un cierto Vicente Fox, diputado que a punta de gracejadas, alharaca y escándalo, sacudió el recinto legislativo y a gritos criticó que para la toma de posesión de Salinas «se tuvo que instalar un dispositivo de seguridad que abarcó más de ocho cuadras a la redonda del Palacio Legislativo; habla mucho miedo porque la situación es extraordinariamente critica»

Quien presidía la sesión del Colegio Electoral, un Miguel Montes, intentaba a lo inútil, reducir al orden a Vicente Fox Y lo sustancial de la crónica que tomo de Ortiz Pinchetti: Cámara de diputados. Colegio Electoral. Calificación de la elección presidencial. Madrugada de septiembre de 1988 Miguel Montes preside la tormentosa sesión. Han ocurrido desórdenes sin cuento. Hay boletas electorales -prueba del fraude, según la oposición- regadas por el piso, en las escalinatas, sobre las curules. Se levantan los dos metros de estatura de Vicente Fox y…

El hoy presidente del país era por aquel entonces diputado por el III distrito de Guanajuato, «un exitoso empresario que ascendió los más altos puestos de la transnacional Coca Cola; que se inició en la política gracias al ex-candidato presidencial panista Manuel J. Clourhier». Se acababa de perpetrar el fraude electoral (Bartlett, Diego el barbón), con la quema de casi 25 mil paquetes electorales que pudieran certificar el triunfo de Cárdenas en las urnas. Y fue entonces: en el Colegio Electoral que calificó las elecciones presidenciales, el diputado Fox pidió la palabra y Miguel Montes García:

– Para hechos, tiene la palabra el c. diputado Vicente Fox

Y ándenle, que en plena sesión del Colegio Electoral, el de Guanajuato se coloca un par de boletas a modo de orejas de burro (las de Salinas), e inicia un discurso que aquí reproduzco porque hoy, hoy, hoy, viene a servirnos de elocuente evidencia de la humana sensibilidad, el conocimiento político y el coeficiente intelectual del ex-empresario metido a presidente del país:

– Buenos días. Yo quiero referirme a los hechos del simpático compañero Cuauhtémoc. Anda en su relación de hablar tres veces sobre el candidato Salinas (aplausos, protestas). Yo quisiera invitarlos conmigo a la residencia de este señor Salinas, a verlo ahí en su sala sentado con su señora y con sus hijos y él les está diciendo: Hoy, antes de las doce seré nombrado Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Este es un gran honor y representa la más alta responsabilidad a la que puede aspirar un mexicano: ser el guía moral de 80 millones de ciudadanos, ser el coordinador y promotor del esfuerzo de todos esos mexicanos, ser el motivo de unión y solidaridad de todos los habitantes de esta patria para mantenerle soberana libre e independiente. Quiero aprovechar estos momentos en la intimidad de nuestro hogar para comentarles cómo me siento. Me encuentro incómodo, me siento triste por un lado y siento miedo por otro, miedo de no poder cumplir con esta altísima responsabilidad; sí, hijos, me siento triste porque me he visto obligado a pedir a muchos de mis amigos que aun por encima de sus principios morales me ayudaran a lograr este triunfo y lo tuve que hacer porque pienso que México no está preparado para la democracia que necesitamos continuidad en el mando y que tengo que responder al compromiso que mi amigo Miguel (De la Madrid) me ha transferido para seguir llevando este pueblo mal educado y desnutrido, empobrecido, a mejores estadios de desarrollo. Sus palabras producen revuelo, malestar, protestas. El C. Presidente… (Mañana)

Y como nos ven mansitos…

Como el día de hoy. Como si aquello, horroroso, se estuviera perpetrando hoy mismo, y no hace 18 penosísimos años. Como si estuviese ocurriendo hoy, hoy, hoy. Ahora mismo. Porque en el tiempo circular, el de los sucesivos avatares (galicismo), el símbolo de la historia es una serpiente que se muerde la cola. Y si no, mis valedores: para aquellos de ustedes, adultos que guardan la memoria histórica, ¿no es verdad que el presente proceso electorero, que no es electoral, es copia al carbón (a toda una cáfila de carbones) del que se consumó en las elecciones de 1988, con el candidato presidencial Carlos Salinas (a sus espaldas todo el Sistema de poder) contra un Cuauhtémoc Cárdenas cuyo proyecto de gobierno difería del modelo neoliberal aplicado hasta hoy día por el susodicho Sistema de poder? Hoy parece repetirse el siniestro episodio de 1988. Como nos ven mansitos…

Cómplice del Tricolor fue ayer el panista Fernández de Cevallos. Hoy, los papeles invertidos, son los priistas, declarados y encubiertos, los cómplices del blanquiazul. Víctor Flores, Roberto Madrazo, Campa Cifrián y congéneres. Un poco de historia:

Al respaldar la propuesta del priista Fernando Ortiz Arana de incinerar las casi 10 toneladas de paquetes electorales, la «razón» del panista Fernández de Cevallos: ‘Ya nada representa y nada significan». A la historia nadie la puede reformar. Por eso nos pronunciamos por que se destruyan los paquetes».

Pues sí, pero interrogado al respecto en julio de 1994, él ya como candidato presidencial de su partido, eludió precisar si era necesario reabrir la investigación para llegar a la verdad:

Acción Nacional apoyó al PRI para que se quemaran los paquetes electorales de 1988 porque esa elección presidencial es parte ya de la historia y porque no deben seguir alimentándose ni odios ni rencores. Por ahora yo, como candidato a la Presidencia creo que mi deber fundamental es hacer campaña, tratar de ganar adeptos y ganar la elección, pero no centrarme en los problemas del proceso anterior. Mi tarea fundamental es hacer campaña.

Entrevistado en 1994, el entonces dirigente del PRI, Ignacio Pichardo:

 -La caída del sistema en 1988 es una cosa juzgada, en donde el triunfo de nuestro partido fue validado de acuerdo a la legislación vigente. Para nosotros los priistas 1988 es una fecha de júbilo porque ahí se confirmó una vez más el triunfo de la Revolución Mexicana en el poder político del país.

Misma fecha. A los perredistas, el priista y diputado Florencio Salazar: «¡Ya dejen de andar haciendo acusaciones sin fundamento! ¡Si tienen los elementos suficientes para probar lo que sostienen, preséntenlas o dejen ya de hacer escándalos!» Y Emilio Chuayffet, ex-director del IFE: «En materia electoral, en México estamos desde hace muchos años en una sola linea, en la de la transparencia, y cualquier persona debe tener acceso a cualquier tipo de información. ¿Los documentos del 6 de julio de 1988? Fueron destruidos en 1991, así es que la caída del sistema es imposible indagarla.

Miguel González Avelar, uno de los 6 aspirantes a la candidatura presidencial del PRI: «En 1988 las autoridades no actuaron de manera irresponsable. Hicieron una proyección muy optimista de la capacidad tecnológica que estaba a su disposición; lo que ocurrió realmente es que hubo tal flujo de información que el sistema se azolvó».

Octubre de 1994. Miguel de la Madrid: «¡Yo rechazo que el sistema de cómputo se haya caído! Esas fueron ideas de propaganda política. El fenómeno fue tardanza en las cifras. Eso fue todo. ¡Lo demás son especulaciones sin fundamento alguno!»

Abril de 1999. ¿Hubo, no hubo fraude electoral en 1988? Manuel Bartlett, titular de Gobernación, ¿fue o no fue mapache? El entrevistador, a un Miguel de la Madrid que recula en sus declaraciones de 5 años antes: «¿A qué hora empieza usted a enterarse el 6 de julio de que las cosas vienen mal?» «Después del mediodía» «¿De dónde supo?» «De Gobernación. Bartlett me dice: Oye, las cosas están saliendo muy negativas; las cosas vienen mal». Dije: «¿Vamos a perder? «No tanto, me contestó». Ya como a las siete de la noche me avisó que el DF estaba muy mal, que estaban muy mal en el Edo. de México y Michoacán. Entonces fue cuando Bartlett me dijo: No puedo dar esas cifras. Estarían muy ladeadas, y aunque después sigan las cifras de otros estados en donde nos vamos a recuperar, si damos desde el principio la tendencia a favor de Cuauhtémoc, después no nos van a creer». ‘La decisión de diferir la entrega de cifras, ¿fue de él?» «No, contestó MM. ?l me consultó. Yo estuve de acuerdo».

Salinas y Cárdenas. AMLO y Calderón. Y como el Sistema de poder nos ve tan mansitos… (Mi país.)

¡A quemarlos vivos!

¡Helos, helos, por do vienen, atados codo con codo y entre la grita, la befa, el insulto y los amagos de linchamiento que mal contiene la fuerza pública! Reos de muerte son todos ellos, y ante una muchedumbre frenética son exhibidos en la altitud de esa plataforma que se alza en la medianía de la plaza pública, para luego ser conducidos a los postes del patíbulo y entre el clamoreo de la multitud quedar en ellos atados, con haces de leña apilados a sus pies. Leña verde. Véanlos todos. ¿Los reconocen ustedes?

Y cómo no los van a reconocer, víctimas como son de los tales. Véanlos ahí, el espanto chispándoles de sus cuencas sus ojos: son los rapaces arrancados a la impunidad y juzgados en tribuna popular por el nuevo gobierno, y encontrados culpables por el delito de lesa patria, y sentenciados, sentencia popular a ser quemados en la plaza pública ¡A quemarlos vivos! Helos ahí, a la espera de la sentencia Media mañana estallante de sol.

La muchedumbre contempla el abyecto muestrario de la corrupción de un gobierno que termina mal. Ahí, apergollado al poste, el demagogo que a falsas promesas alcanzó la cumbre, y con él «las y los» ventajistas de su familia, y con la familia la parentela, los validos, los amigos, la mafia, todos, cáfila de logreros y acomodaticios. «¡A quemarlos vivos…!»

El paisanaje se exalta a la vista del corrupto mayor, el vendepatrias adorador del gringo al que vivió culimpinado, que befó en su persona la investidura presidencial y encenagó como ninguno de sus antecesores la banda de los colores. Zafio, verborreico, frivolón, tan alto de físico como hueco del cerebro, y horro de vergüenzas en su nidal, que así se dejó manejar por faldillas al parejo de las cuales convirtió la sede del gobierno republicano en el reino de la baratija, la chabacanería y la pompa tropical y esperpéntica A quemarlo vivo, el clamor popular:

En el poste contiguo, ¿la ven? es la que seis años ofició de «pareja presidencial»: boato, derroche, arribismo, protagonismo. ¡Vamos, México!

He ahí al Manolo, mantecoso gordinflón que buen pasto será de las llamas. Observen con él a toda la parentela de tartufos emparentados con Macieles pedófilos, ricachones Caballeros de Colón, ultraderechistas yunqueros, el místico enemigo de obreros Carlos Abascal y los hedonistas Norberto Rivera y Onésimo Cepeda ¡A quemarlos vivos…!

A quemarlos vivos, clama la multitud. Porque a punta de iniquidades debilitaron a toda una nación; porque se vivieron pintándola color de rosa rosa mexicano, mientras le hipotecaban a la usura internacional y orillaban a las masas a la angustia, la necesidad, los amagos del estallido social. A arrasar con los tales, borrar sus rastros, a derramar sal sobre su memoria y luego a recomponer la heredad. ¡No merecen ya no digamos la palma del mártir; ni siquiera La Palma de Almoloya de Juárez! ¡A la quema! ¡Con leña verde!
Porque para las víctimas ha sonado la hora de la justicia Por eso es que campesinos e indígenas, desempleados e indocumentados, la mujer del hogar y el obrero mal pagado, qué redundancia con sus manos han tendido un cordón de pólvora desde la leña hasta acá, hasta la plataforma donde el juez, hachón en mano, aguarda las campanadas de las doce en punto del medio día La muchedumbre, un soterrado rumor. Y de súbito…

Ahí resonó la primera campanada y resuena la segunda, y la undécima, y ya va a sonar la hora de la verdad. Al reventar el último bronce el juez juntó hachón y mecha de pólvora, y la flama corrió por el cordón tirado a ras de tierra, baldosa, en dirección de los postes donde se agitan y contorsionan los condenados a las vivas llamas. La muchedumbre, el corazón en el gañote y la excitación en unas pupilas lumbrosas de sol. Pues sí, pero, ¿y eso? ¿Qué ha sido, quién fue el temerario insensato? Estupor.

Y es que de súbito aquella anciana (más tarde se conocería que habita en la ciudad perdida de aquí a la vuelta) se desprendió de la multitud, y con trote cojitranto se adelanta, alcanza la flama y la pisotea hasta la extinción.

Silencio. Estupor. ¿Por qué apagó el fuego? ¿Quizá esa indigente, flacura y harapos, algo tiene que agradecer a los del patíbulo? Repuesto de la sorpresa se alza el juez: ¿Por qué? ¿Pero por qué? ¿Una damnificada de los Bribiesca, Sahagún, Fox y congéneres, apagando la flama?

Y fue entonces: la multitud, engarrotada en el silencio, escuchó la vocezuca de la anciana cascada voz:

– Sin pólvora, que no la merecen. ¡Esos nos quisieron embombillar (¿nos embombillaron?) a Feli-pillo y sus cómplices! Sin pólvora A fuego manso. Y no tan deprisa ¡Volvamos a comenzar…!

La referencia que me sugirió la escenilla imaginaba, en la vieja publicación, el juicio de Hitler y la mafia (Fox.)

¿Genocidio..?

Noche del domingo pasado. César Augusto Santiago, vocero del PRI, se lamentaba y se la mentaba «¡Pinche Fox, se nos fue con todo! ¡Lo de Echeverría no tuvo madre. Eso de detenerlo a dos días de la elección..!»

Recordé, en torno a LEA, la noticia del año pasado: Tocará al 5o. Tribunal Unitario en Materia Penal determinar la culpabilidad o no del ex-presidente Echeverría y del Secretario de Gobernación Mario Moya Patencia para lo cual deberá establecer si el 10 de junio de 1971 hubo o no genocidio.


Genocidio. Recordé también el reclamo del líder estudiantil del 68 David Vega, que en 2001, y agitando ante la TV las fotos de Proceso y El Universal recién publicadas (cadáveres descuartizados, tirlangas de civiles, baños de sangre), se encrespó, creo que con toda justicia ¿Más pruebas del genocidio? ¡Esta es una muestra clara de genocidio..!

¿Genocidio? Mis valedores: la culpabilidad de LEA ha sido certificada por el juez respectivo, que a 38 años de Tlatelolco lo acaba de sentenciar a «reclusión domiciliaria». Y yo digo que el año anterior: ¿culpable LEA? Sí,culpable. Si los delitos no han prescrito, ¿debe ser castigado? Claro, sí, por supuesto. ¿Por el delito de genocidio, como quieren algunos? Claro, no, por supuesto, y esto a pesar de las víctimas y los deudos que sobrevivieron al «halconazo», que reclaman un castigo al tamaño del genocidio.

Yo, siempre atenido (más allá de redaños y cabeza caliente) al conocimiento científico, caí sobre mi biblioteca y di con la exacta definición de genocidio, que asiento aquí una vez más, por si hoy que nos avivan esa herida abierta en la conciencia ciudadana que es la «guerra sucia», alguno quisiera mentar el concepto de «genocidio» con conocimiento de causa.

Genocidio (del griego genos, raza y del latín caedere matar, exterminar), es un término adoptado en el Derecho Internacional tras la II Guerra Mundial; creado por el jurista polaco R Lemkin, que en 1993 presentó a la comunidad internacional un memorial en el que pedía la elaboración de una convención de países que prohibiera las ejecuciones en masa En la Segunda Guerra Mundial, con motivo del criminal exterminio por los hitlerianos de la población en los terrenos ocupados, Lernkin hacía una campaña en Suecia y, desde 1941, en Estados Unidos en pro de una convención contra el genocidio. La primera vez que los crímenes de barbarie y vandalismo fueron calificados en un documento internacional, ocurrió en el Sumario Contra los Principales Criminales de Guerra del Tercer Reich en el proceso de Nüremberg de 1945, como «genocidio deliberado y metódico, es decir el exterminio de grupos raciales y nacionales de la población civil de ciertos terrenos ocupados, con el fin de aniquilar determinadas razas y partes de naciones judíos, polacos, gitanos, entre otros» y pueblos, grupos raciales y religiosos, en particular. El ejemplo iberoamericano: «En 1974 la Comisión Internacional de Investigaciones de los Crímenes de la Junta Militar de Chile hizo constar que desde 1973 se perpetraba una acción de exterminio entre los indios araucanos y los gitanos».

Genocidio. En 1946, la ONU inició los trabajos sobre el proyecto de Convención,
aprobado por unanimidad en 1948 y que entró en vigor en 1951 no siendo ratificada hasta 1972. Sólo Inglaterra y EU no la ratificaron, hecho explicable si se piensa en todos los Irak y víctimas del Imperio. Del texto de la Convención sobre Prevención y Castigo de Delitos de Genocidio: «Las partes contratantes, considerando que la Asamblea Gral. de la ONU ha declarado que el genocidio es un delito de Derecho Internacional contrario al espíritu y a los fines de la ONU y que el mundo civilizado condena reconociendo que en todos los períodos de la Historia el genocidio ha infligido grandes pérdidas a la humanidad; convencidas de que para liberar a la humanidad de un flagelo tan odioso se necesita la cooperación internacional, conviene en lo siguiente: En la presente Convención se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) matanza de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial; d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo. Serán castigados el genocidio; la asociación para cometer genocidio; la instigación directa y pública a cometer genocidio; la tentativa de genocidio; la complicidad en el genocidio. Las personas que hayan cometido genocidio o cualquiera de lo actos aquí enumerados, serán castigadas, trátese de gobernantes, funcionarios o particulares».

Echeverría el matancero. (Qué más.)

??A nosotros no nos asustan los muertos»

La memoria histórica, mis valedores, que no se nos vaya a morir. Hoy se cumplen once años y seis días de que en el Vado Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benftez, Gro., las metrallas de la Policía Motorizada destazaron las carnes (premeditación, alevosía y ventaja) de militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, a la que diezmaron a fuego, sangre y dolor. Fue aquel un tiradero de cadáveres y heridos que aventó al duelo a deudos, viudas y huérfanos. Presente en la carnicería, un a modo de representante oficioso del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer: Sotomayor Espino, Rodolfo, sub-procurador del listado. Aquí vale decir: es México.

Días después de los matanceros lo declararía el dicho sub-procurador:

– Si yo acudí a Aguas Blancas fue por órdenes del ahora ex procurador Antonio Alcocer Salazar. El que protegió al ex-gobernador Figueroa para que no fuera procesado como responsable de la matanza fue el propio «sistema».

Ese al que señalaron de autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas tenía un compadre en Los Pinos, uno de nombre Ernesto Zedillo, ¿lo recuerdan ustedes? ¿Lo habrán podido olvidar? Su seña de identidad: el FOBAPROA. Ante la acusación de su subalterno, se defendió en 1997 Alcocer Salazar:

– ¡Yo rechazo cualquier responsabilidad penal en la matanza de Aguas Blancas, ni tengo idea de cómo pueda ir el caso! Yo estoy alejado del asunto, no tengo ni la menor idea Yo ahora soy comisionado del PRI en Chilapa..

Y lo que va de ayer a hoy, y lo que el cheque quincenal del presupuesto ciega, sujeta la lengua e induce al olvido: en noviembre de 1995 y a nombre de algún organismo defensor de derechos humanos se encrespaba una Mariclaire Acosta que años después, desde su oficina del gobierno foxista, se nos tornaría mansa, muda e impávida, hasta que el que la encaramó la dejó caer:

– ¡Rubén Figueroa es un asesino! De alguna manera el compadrazgo entre Rubén Figueroa y Ernesto Zedillo representa un obstáculo para la aclaración y castigo de todos los hechos violentos registrado en Guerrero. A mí me parecería muy lamentable que un Presidente de la República apoyara a un asesino como Rubén Figueroa, y esto sólo porque es su compadre…

Todavía hoy, para defensores de los derechos humanos de aquí y el exterior, «lo sucedido en el Vado Aguas Blancas no es un hecho aislado. Desde que Rubén Figueroa, compadre de Ernesto Zedillo, asumió, la gubernatura (lo. de abril de 1993, digo yo), han sido asesinados 70 miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y 21 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur; han desaparecido decenas de opositores y tan sólo en uno de los municipios, el de Atoyac de Alvarez, se han registrado más de cien asesinatos y 23 secuestros en 22 meses». Detrás de las cifras del oficio de tinieblas, la absoluta impunidad, la desidia del paisanaje, el olvido y la paz. De los sepulcros. ¿Lo dije antes? Es México.

Pero la lucha de deudos y víctimas continúa México, marzo de 1996. En nombre de las viudas y familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al Sea Gral. de la ONU, Boutros Ghali, para solicitar su intervención ante el presidente Ernesto Zedillo con el propósito de hacer justicia ante la matanza de Aguas Blancas. ¿Y..?

Y que se han documentado testimonios de despojos de tierras a favor de poderosas empresas constructoras, aparte de los incontables fraudes electorales cometidos en Guerrero. «Hay señales inequívocas de que Rubén Figueroa sigue apoderándose de las tierras y de las vidas de los guerrerenses. Pero es compadre de Ernesto Zedillo…»

Acapulco, Gro. Enero de 1996.- El fiscal especial para el caso Aguas Blancas, Alejandro Verela Vidales, declara a los medios:

– Se llamará a declarar a Rubén Figueroa / – ¿Cuándo se va a llamar a Figueroa? / – Cuando esta fiscalía lo juzgue pertinente. (¿Y..?)

Mientras tanto, José Rubén Catalán, secretario Gral. del gobierno de Rubén Figueroa, sencillamente regresó a su notaría de Acapulco, donde seguía dando fe pública como notario, y desde donde escucharía que en noviembre de 1995 el entonces Fidel Velázquez acudió al palacio de gobierno para dar todo el apoyo de la también por entonces CTM al entonces Rubén Figueroa, todavía hoy en completa, en impune, en abyecta libertad:

¡Usted, señor gobernador, sabe que a nosotros los cetemistas no nos asustan los muertos! ¡Ojalá que los demás gobernadores hicieran lo mismo que hizo usted, caiga quien caiga..!

México, 28 de junio de 1995. Vado Aguas Blancas, ¿ya lo olvidamos? ¿Y Acteal, y El Charco, y El Bosque? Si los olvidamos, mis valedores, olvidaremos lo que venga después, y entonces… Es México. (Este país.)
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Un almácigo de cadáveres

Esta vez México y la justicia. De los autores intelectuales de la masacre, que no genocidio, del dos de octubre de 1968, uno de ellos acaba de sentir todo el peso de la justicia, y esto a tan sólo 38 años de distancia del reguero de cadáveres desparramados en Tlatelolco. Por sentencia del juez respectivo, Luis Echeverría ya sufre arresto domiciliario. Es válido suponer, mis valedores, que a Rubén Figueroa Alcocer, ex gobernador de Guerrero y autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas, Gro., perpetrada el 28 de junio de 1995, la justicia lo va a castigar, con arresto domiciliario, en el año 2033. Es México. Y para recordar la matanza de Aguas Blancas, a la distancia de 11 años y días…

Fue en marzo de 1996, cuando el entonces secretario general de la ONU, Boutros Ghali, visitaba nuestro país. En nombre de las viudas y demás familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al de la ONU para solicitar su intervención ante el entonces presidente Ernesto Zedillo con el propósito «de encontrar una solución y hacer justicia» ante la matanza del 28 de junio de 1999. Ghali escuchó a la viuda y no hizo comentario alguno al respecto. Hoy hace ya 11 años y algunos días de que el Vado Aguas Blancas, de Coyuca de Benítez, se engrifó de cadáveres masacrados; una masacre, la de Guerrero, que presagiaba la de Acteal, El Charco y El Bosque, los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y tantos crímenes más, impunes. Mis valedores: por que la memoria no se nos muera y porque sepamos a qué atenernos en relación al esclarecimiento de los tantos crímenes más que por ahí andan clamando justicia: el entonces Zedillo prometió hacer pronta y expedita justicia. Sobre la testa de los asesinos iba a caer todo el peso de la ley y todo el rigor de la justicia. Once años pasaron, llegó Fox, ¿y? Lo publicó en su momento el periodista Carlos Ramírez:

El día de su destape, Ernesto Zedillo acudió a una fastuosa residencia y fue recibido por el propietario: el gobernador guerrerense Rubén Figueroa Alcocer, su compadre.

No mucho tiempo después iba a suceder que Anacleto Ahuehueteco, Simpliciano Martínez, Clímaco Martínez y una docena más de paisanos, militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, iban a ser minuciosamente masacrados a mansalva por las balas de una Policía Motorizada que (órdenes superiores) les disparó a discrecióa Detrás, se rumora, estaba un personaje para tantos guerrerenses siniestro, hijo siniestro del siniestro de todo Guerrero: Rubén Figueroa Figueroa, el Figueroa Alcocer compadre del dicho Zedillo. De espectador, con las balas del gobierno sembrando el almácigo de muertos, Rodolfo Sotomayor Espino, sub-procurador de Justicia de Guerrero. Hoy, intocable e intocado, el compadre que señalan como autor intelectual de la masacre sigue, en libertad, administrando el muy camión sus negocios camioneros, uno de ellos con PEMEX. ¿Lo dije antes? Es México.

Secretario general de gobierno con Rubén Figueroa Alcocer era José Rubén
Robles Catalán, y un Antonio Alcocer Salazar el Procurador de Justicia estatal A diez años justos (injustísimos por la impunidad de que disfrutan los presuntos responsables del sembradío de cadáveres), todos los nombrados andan en completa libertad. Como para apuntalar una memoria histórica que en el paisanaje es tan sutil, tan efímera y vulnerable, aquí algunos datos de lo que una vez rematada la labor de los matanceros ha ocurrido a nivel de justicia México, enero de 1997:

«Hace ocho meses, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que no investigaría la matanza de Aguas Blancas, porque después de estudiar el dictamen respectivo de la Suprema Corte de Justicia (que fincaba responsabilidades al gobernador Rubén Figueroa, compadre de quien les dije antes), determinó que no hubo delito federal alguno; sin embargo, ahora resulta que esa misma PGR no tiene en su poder el citado estudio de la Suprema Corte, porque éste nunca se manejó en esa institución«. México.

Pero aún hay más: La PGR también reconoce que no tiene copia del expediente del caso Aguas Blancas, que en su momento le entregó la susodicha corte de justicia, porque toda la documentación se encuentra en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero, debido a que la PGR ya había resuelto su incompetencia en el caso. «Después de que el pleno de la Corte estableció que el ex gobernador Figueroa había incurrido en la violación grave de las garantías individuales, el máximo tribunal de justicia entregó al presidente Ernesto Zedillo, al Congreso de la Unión, a las PGR y a las autoridades guerrerenses, copia de su dictamen, asi como el material aprobatorio, para que actuaran en consecuencia de acuerdo a sus facultades». ¿Y..? (Sigo mañana.)

¡Cuilones!.

Mientras el mundo permanezca, no acabarán la gloria y la fama de México-Tenochtitlan.


Tal se ufanaba el meshica cuando en su imperio no se ponía el sol. Pero, como acontece en todos los imperios, fama y gloria afectaron temple y valor de los guerreros tigres y a los guerreros águilas, hasta un punto en que el Canto de los ancianos se duele Axayácatl:

¿Qué hacen los valerosos? ¿Ya no están dispuestos a morir? -Estoy abatido, estoy avergonzado -Si huís, seréis consumidos -Me rio de vuestras armas de mujer -¡Conquistadores de tiempos antiguos – volved a vivir..!’


Y el imperio se desmoronó. Su caída fue presagiada por ocho prodigios funestos que anunciaron la caída de México-Tenochtitlan a manos del conquistador extranjero. Los agüeros o abusiones se manifestaron en forma de columnas de fuego, cometas, hervor del agua de la laguna, aparición de engendros deformes que como llegaron desaparecieron. Así, ominosa y lóbrega, se anunciaba la caída del Anáhuac y sus dioses tutelares en manos de la tizona y la cruz, genocidio demencial que hizo clamar a los vencidos:

«En los caminos yacen dardos rotos -y en las paredes están salpicados los sesos – rojas están las aguas. Y era nuestra herencia una red de agujeros…


Dramático el sexto prodigio que presagiaba la caída del Anáhuac:

Esa funesta señal fue que muchas veces y muchas noches se oía una voz de mujer que a grandes voces lloraba y decía, anegándose con mucho llanto y grandes sollozos y suspiros: «¡Oh hijos míos! Del todo nos vamos ya a perder. Hijos, mis hijitos, a donde os podré llevar y esconder…?»


Códices, relaciones y crónicas han dejado asentada la nueva historia de México-Tenochtitlan, esa que arranca de la destrucción de los documentos donde se asentaba la historia de los toltecas, acción destructiva que por consejo de Tlacaélel, perpetró el tlatoani Ixcóatl. Queda por ahí un retazo de códice acusadamente apócrifo, que prolonga el sexto presagio funesto:

Noche cerrada Anubarrado el cielo en el valle del Anáhuac. Silencio. Sólo, a lo lejos, el canto lastimero de la paloma torcaz. De repente, negra mancha en la negrura del firmamento, emergió por los aires de aquella aparición espantable, y era la de una mujer de greña y ropaje al viento que, ave agorera, iba y venía en círculos sobre la población de indígenas sumidos en el primer sueño. Ahí rasga el aire del Anáhuac la voz rota La Llorona

– Ay, hijos míos, mis hijitos mestizos, sangre de vendedor y vencida ¿qué leche mamásteis de mis dos senos, que aún seguís renuentes a crecer? ¿Qué enjundia aguachirle segregan vuestros redaños? Esa patética exhibición de debilidad que acabo de presenciar, ¿constituye el santo y seña de todos vosotros en tanto individuos y en cuanto comunidad? Eso que mis pupilas acaban de ver, ¿acusa lo escaso de vuestro temple, vuestra falta de audacia carácter, determinación? ¿Sois, por ventura, huecos y quebradizos? Vuestra ánima ¿la del carrizo? Vuestros redaños, ¿de jelatina? A la hora en que toca a los de corazón bien templado crecerse al castigo, ¿vosotros reculáis? Vuestro sino, mis hijos, ¿el del sempiterno derrotado? ¿Un pueblo cuyo corazón se anega en la sangre de Cuauhtémoc y Tonatíhúh? Eso que acabo de presenciar, mis hijitos, ¿santo y seña de vuestro carácter? ¿Sois pueblo de vencidos que en cosa de 500 años no endereza el testuz?

Os observo, mis hijos, y siento espeluznos: ¿así también, a lo blandengue, procedéis en los negocios de la política, fundamentales para el país? ¿En asuntos del espíritu os conducís como religiosos de fingimiento, de pura apariencia? El fenómeno que acabo de presenciar, que me contrista el ánima ¿signo y símbolo vuestra idiosincrasia de vuestra identidad?

Principios, ideales, creatividad, amor propio, entusiasmo, vergüenza y valor esforzado son atributos del ser superior. Y redaños. Los vuestros, ¿están a la altura de los que una docena de vuestros paisanos acaba de exhibir frente a varones enteros? ¿Si así sois también en asuntos de amor y práctica amorosa digo desde el fondo del ánima ay, mis hijos mestizos. Yo, como el abuelo Axayácatl, estoy triste, me aflijo, porque viendo lo que acabo de ver (en una gota del mar se concentra el océano), pregunto: ¿ese es el pueblo descendiente de conquistadores? Semejantes mediocres (roedores ante las fauces abiertas del gato) en los que delegasteis para la guerra florida del balón en tierras teutonas, y no me refiero a su habilidad sino a sus criadillas, ¿son la esencia del meshica? ¿Son esos cuilones la justa medida del temple, la audacia el empuje la determinación y la valentía del mestizo? Si eso sois, corazoncitos de pollo tierno, que al reto os arrugáis, del alma me sale el pregón lastimero:

Ay mis hijos. Hijitos míos, ¿a dónde os llevaré? ¿A dónde tiznaos, que más valgáis…? (México.)

Oaxaca. Maestros. Guerrilla.

Desacreditar para aislar. Aislar para reprimir.

Y entonces reprimir sin ningún costo político. Eso es lo que estipulan los manuales de contrainsurgencia y eso es lo que el «Sistema» aplica esta vez con los maestros de Oaxaca: vincularlos con la guerrilla del EPR, Ejército Popular Revolucionario. Iniciados ayer, sigo aquí con algunos apuntes sobre el guerrillero Lucio Cabañas, muerto en combate en la serranía de Guerrero en diciembre de 1974. Cito a Carlos Montemayor, analista:

Lucio Cabañas: apenas treinta años después, dos de los generales que lo persiguieron. Arturo Acosta Chaparro y Humberto Quirós Hermosillo, están encarcelados por delitos de guerra sucia y de narcotráfico.

Sí, que está escrito: los matanceros de ayer serán las reses de mañana, porque el tiempo va colocando hombres y cosas en su lugar. Apenas ayer Lucio Cabañas fue descalificado como bandolero, delincuente, criminal. Hoy, el maestro y luchador civil se mira de frente, en bronce, con el bronce del procer Juan Alvarez. El dos de diciembre de hace un par de años, aniversario de su muerte a mano de las fuerzas federales, en Atoyac de Alvarez fue recordado con una estatua de bronce, una velada cultural y una marcha cívica. Y la paz.
Del guerrillero, lástima, sólo quedan la leyenda popular de una enorme valentía personal y el rito de las honras fúnebres. Y no más. De estar vivos, ellos y los más de 500 desaparecidos de la guerra sucia de los 70′ serían la punta de lanza contra un régimen que encamina al país hacia la ultraderecha clerical y el privilegio del poder económico. «A los padres, a los huérfanos, a las viudas de la lucha social les decimos, no cesen, no den marcha atrás, la ACNUR está con ustedes, adelante, lograr la liberación de México y una patria nueva o morir por ella». Tal se clamó hace dos años en Atoyac de Alvarez.

De un símbolo más de la guerrilla lo afirmaba hace un par de años cierto Abel V. Salgado, diputado: «La guerra sucia continúa en la entidad. Las demandas de apertura, equidad y justicia social enarboladas por Genaro Vázquez, a 30 años de su asesinato, siguen vigentes».


Pero si demandas y guerra sucia (secuela de la acción guerrillera) siguen vigentes, ¿entonces? ¿No es el momento de la autocrítica para medir la eficacia de las estrategias de lucha aplicadas a lo único que debe importar a la comunidad, que es el cambio histórico, es que no debemos esperar de los Jaramillo, Genaro Vázquez, Lucio Cabañas o Marcos? Porque el cambio lo hacemos nosotros, con organización celular autogestionaria, o nadie lo hará por nos. Félix Serdán Nájera, ex-guerrillero de las fuerzas de Rubén Jaramillo.

– Su gente podía ser muy valiente, pero carecía de condiciones intelectuales. Y para rebelarse y andar armado hay que estar preparado intelectualmente.

Y si se está preparado intelectualmente, esto significa que se ha acudido a la Historia y aprendido de sus enseñanzas, y logrado la autocrítica, y entonces no nos vamos a ubicar en los terrenos del enemigo para que nos destruya de forma «legal», y quienes sobrevivan tengan que denunciarlo más tarde, denuncia inútil, como esta de David, hermano de Lucio Cabanas:

– El 26 de noviembre de 1974 fueron desaparecidos 10 de mis familiares mi madre, mis hermanos, cuñados y sobrinos. Los soltaron tres años después. Nunca les dijeron por qué, nunca los procesaron ni les abrieron juicio, nunca hubo una sentencia asentada en un documento. Fueron secuestrados y llevados al Campo Militar No. 1, vigilados por soldados. Mis familiares vieron ahí a muchos desaparecidos. A mi hermano más chico, de 15 años, lo secuestraron de la secundaria. Mi sobrina de mes y medio de edad allá cumplió 4 años. Mi madre de 64 años fue a parar al campo militar. Mi hermana minusválida, que es una de las más chicas, allá estuvo también. Esa es la ilegalidad del régimen.

Como para pensarlo. ¿Qué ventaja, así sea de este tamaño, miren, reporta al fregadaje un sacrificio demencial, del calibre del que denuncia cualquier guerrillero, si es que aún vive para poderlo contar? «Cubetazos de agua fría para seguir con los toques de picana. El cuerpo sirve de cenicero para apagar cigarros: en las plantas de los pies, el cuello, las partes nobles. Los límites de la resistencia son probados con métodos como el pozo, que consiste en golpear al torturado hasta dejarlo sin aire para enseguida sumergirle la cabeza en agua y provocar el ahogamiento. Pero no te dejan morir, que viene luego el agua mineral en las fosas nasales, y para ti lo mejor es que te maten y no sigan torturándote, porque en la tortura te matan muchas veces…»

La guerrilla. Lucio Cabanas. EPR, vinculado por Gobernación y Los Pinos a la lucha social de los maestros de Oaxaca. Desacreditar para aislar. Aislar oara reprimir. Todo ello, mis valedores, encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál? (Piénsenlo.)

Sobre héroes y tumbas…


Es una declaración irresponsable de Elba Esther Gordillo, «líder moral» del SNTE, que se pretenda vincular el conflicto magisterial de Oaxaca con el Ejército Popular Revolucionario, EPR…

Al leer en el matutino tales declaraciones de la Dirección Política de la CNTE, Coordinadora Nacional de Maestros, de inmediato identifiqué la maniobra oficial con la estrategia que apunta el manual de la contrainsurgencia- «Desacreditar para aislar. Aislar para reprimir». Ello, sin costo político. Y al vincular el gremio magisterial de Oaxaca con la guerrilla, Gobernación y Los Pinos intentan desacreditar el movimiento de los maestros para de nuevo intentar, ahora con éxito, la represión impune. Pues sí, pero no, que las elecciones están ahí nomás, tras lomita y existe el riesgo de que, en plan de represalia, los maestros recurran al boicot Mucho cuidado…

Dije guerrilla, mis valedores, y de inmediato se me vino a la mente la estampa del Che Guevara, la de Genaro Vázquez, la de Lucio Cabalas y de tantos más, que en una acción tan inútil cuanto generosa entregaron su vida al colocarse en un terreno donde el enemigo histórico es infinitamente superior en fuerza legal y armada En Madera, Chin., los hermanos Gámiz; aquellos anónimos, o casi, de la Liga 23 de Septiembre, y tantos más que de la lucha salieron en calidad de cadáveres, cuando no, tantito peor, de cooptados por el Sistema de Poder. Mis valedores: ¿habrán conservado ustedes la memoria histórica? ¿Conocerán, por consiguiente, la historia de tantos que de la cárcel fueron liberados por Echeverría en calidad de vendidos (otros más de comprados) a raíz de los sucesos de Dos de Octubre de 1968 en Tlatelolco. en la maniobra «exitosa» de destruir desde dentro al Comunista Mexicano?

La guerrilla, dije, y dije Lucio Cabañas Barrientes, aquel maestro rural cuya labor docente se ubica en las antípodas de la que desempeña la maestra Elba Esther Gordillo, y al que a chicotazos de injusticias el gobierno forzó a la guerrilla Aquí, ahora, recuerdo al guerrillero y profesor rural, a la distancia de 32 años de que cayó en pleno combate en la serranía de Guerrero. En esbozo, su retrato hablado, escrito.

En un sistema social dividido en clases, donde el poder lo detentan la oligarquía y el imperialismo, no es de dudarse que todo lo que hagan los sectores socialmente marginados, nunca será bien vistos y siempre serán descalificados, sobre todo cuando se trata del desarrollo de la lucha de clases, de la polarización en un sistema social, político y económico de explotación…

Pues sí, pero no. Yo no estoy de acuerdo con la aseveración del ideólogo que fue del que fue el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo y del Partido de los Pobres, PROCUP-PDLP. Mi propuesta, que es la del maestro y de la Coordinación Ciudadana, es semejante al de la guerrilla en los fines, pero opuesta en los métodos. El maestro no descalifica la causa, justísima, del guerrillero, sino su estrategia de confrontación armada, que ha mostrado y demostrado ser inútil y obsoleta «Habrá que preguntarle a la Historia, maestra suprema y estrella polar de revolucionarios».

Y sí: de Ernesto Che Guevara a Lucio cabañas, pasando por todos los guerrilleros de todos los movimientos insurgentes de nuestros pueblos oprimidos por el Nuevo Orden Mundial del capital-imperialismo, el destino de estos equivocados magníficos ha sido el generoso sacrificio de la vida, y no más. De Lucio Cabañas, como de Genaro Vázquez y tantos más, tenemos que admirar y agradecer sin reticencias la generosidad que supone tomar como propios y echarse encima los problemas que a toda una comunidad le provoca un mal Sistema de Poder, y al ideal de resolverlos (de resolvérselos) aventar por delante la paz hogareña, la seguridad personal, la libertad, la vida de punta a punta y, AK-47 por delante, lanzarse a la guerrilla Por amor al paisanaje, a los fregados de siempre. Sin más. Qué más. Los Gámez, Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Ana María Vera Smith. ¿Qué resta de ellos al final del día? Hoy día, ¿qué resta de su magnífico intento de lograr, ellos solos, sin el concurso de todos, un cambio para todos benéfico? Un recuerdo, y no más; una leyenda, una estatua quizá, y el provocar y exacerbar al «Sistema» hasta el punto de la represión y a la guerra sucia Y nosotros, cabezas calientes, pero corazón frío, a desplegar la estrategia de la mega-marcha; obsoleta, inoperante desde que el enemigo histórico de nuestro cambio le encontró el antídoto:

«Ni los veo, ni los oigo, ni los siento, y háganle como quieran».


Aquí, la réplica que aconsejaba el maestro y que yo repetí durante años (hasta 1998) en la estación de radio XEQ: «A ese Sistema de poder hay que demostrarle, con hechos, que ¡sí se puede!» Esto, para que hoy la frase se haya degenerado (hasta el futbol). En fin. Guerrilla, Lucio Cabañas. EPR y maestros de Oaxaca (Sigo mañana)

¿Infancia es destino…?

(Tal pregunté a ustedes a principios de año. Hoy que él reincide, reitero.)

Corazón del barrio bajo, vivienda de vecindad. Hambre, incuria, abandono, promiscuidad. Yo, aquella corazonada No fue más que eso, un presentimiento, pero ya desde entonces supe que el adolescente se iba a malear. Yo lo observaba hace décadas y meneaba la testa ??Ese desdichado va a terminar mal: en secuestrador, narcotraficante, policía?. No me equivoqué, lástima Peor de lo que temía resultó ahora que ya es un viejo entrado en años, kilos, decrepitud, flacidez, desvergüenza, impudor; uno que ni la gracia ha mostrado de envejecer con dignidad. Patético?

¿Culparlo de su actual degradación? No soy tan drástico, tan radical, si analizo cómo ha transcurrido la vida del infeliz, de la cual es la hechura lógica, y su degeneración un resultado previsible. Porque vamos a ver: su vida de adolescente: un cuarto de vecindad. Desamparo. Orfandad encobijada de un padre, una madre o algún familiar que viera por él en materia de afecto, ternura, amor, guía, consejo. Nada Valimiento de padres no conoció, pero sí, en cambio, los rostros desencajados del hambre, la necesidad, y aquellos amaneceres del fogón apagado, y aquellas noches del estómago vacío, y el jergón inhóspito frente a cualquier amargo de sueño, de sueños?

Suyos fueron la soledad, la desesperanza, la falta de un futuro, de una esperanza, así fuese en cuarto menguante. Como animalito mostrenco transcurrieron sus primeros años en aquella vecindad, en la vecindad de seres tan negativos (por zafios, agresivos, egoístas) que más acentuaron los tintes oscuros de su existencia de solitario. Porque esos fueron los habitantes de la vecindad: palurdos todos, agresivos por insensibilidad, síntesis de la mediocridad, la incomprensión y la incapacidad de valimiento. Con los tales convivió a todas horas, y de todos recibió sólo violencia, rechazo, burletas y zafiedad. ¿No iba a terminar como terminó, en cortesano, servil, lambiscón? Pero no, que lo dice el filósofo: el hombre se prueba con el obstáculo, del cual sale aniquilado o robustecido. Cuestión de temple.

¿Qué llevó al de marras a envilecerse de viejo, ya cuando el humano se pone a reflexionar en asuntos del espíritu, en la trascendencia y la Gran Interrogante? ¿Sería una educación deficiente, que impartía un profesor incapaz? ¿Los condiscípulos, cabezas de piedra que rechazaban todo lo que oliese a instrucción, guía, principios morales y de cualquier otra índole? ¿Serían los tantísimos golpes en la cabeza que le asestaba un vecino tan pequeñajo como ruin y sobrón? ¿Tantos golpes me lo atontarían? ¿La falta de alimento, la sobra de soledad? ¿El desamparo? ¿El haberse criado como falderillo sin dueño, la que cualquiera se cree con derecho a propinar puntapiés? ¿Una absoluta carencia de valores, de principios, de convicciones? Su orfandad, ¿también en el plano de la ciencia política? Su destreza para culimpinarse y besar los zancajos del de más arriba, ¿resultado de su patética niñez? Misterio. El indigente de ayer es hoy el ahijado de la fama, el dinero, la posición social ¿Tenía la necesidad de arrastrarse a lo servil y lamer las botas del prepotente? Ah, los misterios del ser humano?

Del tal observo en la foto su aspecto para mí repugnantón: grueso de vientre y ñengo de zancas, en su ejercicio de servilismo aún se atreve a sonreír, aún tiene el descaro de mirar de frente a la cámara que captó su efigie de servil, y antes de ventosear el cliché del ??granito de arena? dibuja el de la ??ve de la victoria? (índice y medio) mientras sentado a dos nalgas mira la cámara a lo desfachatado para luego ventosear por la boca unos desatinos que, al leerlos, me produjeron la pestilencia de un flato muchas horas atorado en el grueso, el intestino. A ustedes, mis valedores, ¿qué efecto les producen las declaraciones que acaba de arrojar, diarrea nauseabunda, este tal Roberto Gómez Bolaños? Sí, por supuesto, el mismo que comenzó exitosa carrera de cómico y escritor en la serie de televisión como personaje de El chavo del ocho.

??Ha tenido fallas, pero no se comparan con las de los anteriores. Estoy orgullosísimo de haber ayudado con un granito de arena a la campaña del mejor Presidente de México en los últimos cien años?. ¡Esto, porca miseria, en alusión a Fox! ¡A Fox, nada menos! ¡Nada menos que a Fox! ¡Los últimos cien años! ¿Conocerá el menguado la historia de este país? Porque en su boca lambiscona Fox nos resultó mejor estadista que Lázaro Cárdenas; ese Fox cuya gestión presidencial sufre desmedro ante la del Nopalito Ortiz Rubio?
Eso, mis valedores, lo dijo a principios de año. Hoy, de nueva cuenta, con todo y Florinda Refuerza Chespirito las campañas de Calderón; y el camaleónico Sodi; ??¡Síganme los buenos!? Ah, los serviles. ??¡Y no te doy otra nomás porque?!? Y la vocecita mensa, fingida, del futuro lambiscón. ??Es que no me tienen paciencia?. (¡No!)

Los tengo en las manos

Y en mis manos contemplo la ruina que han venido a parar aquellos botines de soberbia estampa, color alazán tostado y de tacón de baqueta, de la punta aguzados y con sus orejetas detrás. Magníficos cuando nuevos, es ley de la vida a la que unos botines no se pueden sustraer, de modo tal que los míos fuéronse maltratando, se me fruncieron, y tan sutil se tornó la suela, que entre mis pies y la madre tierra -o el padre asfalto, según- no quedaba más que la tela del calcetín. Y qué hacer; arrumbé mis bienamados en el asilo de viejos (un arcón de pino, apolillado) y saqué a relucir los del domingo, con lo caros que son, que al pisar pisaba con tiento, como tratando de pesar lo que una pluma. Pero en eso, en una de esas, desde la calle: «¡Zapatos qué componer…!»

Corrí al arcón, saqué mis botines y bajando a la calle los puse en manos del remendón, que al momento los miró, palpó, sopesó, examinó de un lado, del otro, y por abajo, y por atrás, cuidado con la albureada, y su veredicto: «Tacones, suelas corridas, y pior que nuevos». Una hora me pidió para demostrármelo, y ahí mismo instaló su taller ambulante Yo, luego de un rato de plática con el remendón, subí a depto. a seguir la lectura del clásico en el universo sonoro de mi señor Bach. Y la paz…

Y así, en paz, pasó la hora convenida, pero nada aún. Pasaron dos más, y otros tres cuartos de hora, hasta que finalmente, mis valedores: tengo en mis manos los botines de marras, y qué ruina de botines, qué metamorfosis han venido a sufrir, que ante ésta la de Kafka es juego de niños. Me explico:

Su colon de café oscuro como los confié al remendón, se tornaron negruzcos, con rosetones lívidos aquí y allá. Del material: se me había prometido, y eso pagué, suela de la mejor calidad; pero aquello tiraba a cartón mal pegado con plastas de engrudo. Por cuanto a la forma: de cálido albergue que fueron para mis pies, que algo tenían de atributo femenino, mis botines se convirtieron en una covacha inhóspita, desapacible, erizada de salientes, recovecos, hondonadas, una a modo de estalactita a la altura del gordo y una estalagmita contrapunteándose con el talón. Yo, los botines en las manos, pienso, medito y desde aquí digo al tal zapatero, donde a estas horas:

Y tan honesto que parecía, y tanta confianza que me inspiró al hablar, cuando mirándome a los ojos me juró por su santa madrecita que habría de utilizar lo mejor de su arte y su baqueta para revivir mis botines. Pero botines vemos, remendones no sabemos. Horas antes, ¿se acuerda? ¿Verdad que no ha olvidado de lo que charlamos? Con tanta vehemencia y pasión trató el tema hasta que terminó vaciándose, figura retórica, porque se vació usted en quejumbres contra la clase política que malgobierna el país, y esto en provecho personal, de familia, de grupo, de clase. Aún parece que oigo su voz, levemente gargajosa: «De veras que esos Mondeles no tienen madre». Que madre nunca han tenido, pero sí madrastra, una francesa, le aclaré. «Tan rata la franchute como los hijastros nativos, ¿no? Desmiéntame». Se fue sobre las manos «empuercadas de heces Fe-Cal (así le nombró), de la esposa Margarita y del Diego cuñado. No, y la beata familia de los Bribiesca Sahagún, con los ribetitos de Caballeros de Colón, Legionarios de Cristo e hijos de toda su Balaguer Escribá». Y que esos jijos de los candidatos que nos embobilló el «Sistema» y que «ya estoy hasta la madre de sus promesas, todas más falsas que las de mi honesta esposa la Chiquis, a la que le acabo de caer en la maroma, lástima que la maroma fue a pegarla en mi propia cama y con un vecino vendedor al narcomenudeo».
Ya a estas alturas mis botines habían entrado al quirófano. Yo, con lo que ha quedado de los tales, le digo: usted, como millones de paisas, vive exasperado frente a las promesas de los gobernantes siempre incumplidas, y sus siempre impunes sinvergüenzadas. Usted, entretanto, como el taxista, el abogado y el industrial, el restaurantero y millones de buscavidas, ha venido perdiendo el viejo orgullo del artesano, su moral personal. Usted, desde su mínimo margen para la corrupción, tiene como segunda naturaleza la pequeña engañifa y el escamoteo: dar lo menos para sacar lo más, Usted, como tantos, se rige a la divisa: «El que tiene más saliva traga más pinole». ¿Y así quiere en Los Pinos a una Marta honesta? ¡Vamos México, no friegue! ¿Así quiere gobernantes que no se enriquezcan, como Madrazo, en el puesto? ¿O qué: Manolo Bribiesca no tiene el mismo «derecho» que usted de poner, por baqueta, carnaza? Y mi duda: ¿será usted un corrupto al por menos contagiado por la corrupción al por mayor de los Montiel y Bribiesca o los Bribiesca y Montiel lo son por culpa de una sociedad de corruptos al menudeo? ¿Pretender que esta sociedad, una como esta, Dios, vaya a parir una estadista? Cada pueblo tiene los corruptos que se merece, acuérdese Por cuanto a mis botines, pues… (RIP.)

«¡Les prometo que en mi gobierno…!»

– Ustedes tienen razón. Siempre será más agradable ser dormido con arrullo de promesas que despertado a pleitos y descalificaciones. Que sea la de los candidatos una sinfonía de promesas, aunque sepamos o debiéramos saber que ni están en condiciones ni en disposición de cumplirlas. ¿Eso queremos?

– Es que ya chale -el juguero-; que ya le bajen, digo. No que antes, tan bonito que era con el PRI-Gobierno. Yo me recuerdo que…

– ¿Bonito? ¿Se le hacía bonito que apenas el dedo presidencial señalaba al elegido se nos dejaba venir encima el estrépito de una claque oportunista y servil, así del partido oficial como de la «oposición», que en cargada de búfalos enloquecía en estridencia de adhesiones, empellones, tumultos, alabíos y matracas, chiquitíbunes y una abyecta exhibición de lambisconería al elegido por el dedo del dios sexenal. ¿Aquello le parecía más agradable? (El maestro abrió su libreta de pastas negras). «Aquí, un esbozo de lo que fue el destape de aquel López Portillo, ¿lo recuerdan ustedes? ¿Habrán podido olvidarlo? Escuchen: 22 de septiembre de 1975. Apenas Echeverría ordenaba al PRI que designara de candidato a López Portillo, rápida de reflejos aquella oportunista Sara ?rnelas, dirigente de vendedores de lotería:

– No, qué va Yo qué iba a imaginarme que don Pepe era el bueno. Qué va Lo que pasa es que vino un billetero que vendía cachitos en el zócalo, y me dio la novedad, y fue cuando entre todos le organizamos al licenciado su mitin de apoyo. Pero esto de las chamarritas con las iniciales de don Pepe a la espalda fue algo de veras vaciado, muy simpático, ¿no? Resulta que en cuanto supe lo del licenciado, que en ese momento llamo a todas las billeteras y ahí nos tiene, que en menos que se los cuento les pegamos las letra Jota Ele Pe, y nos fuimos al edificio de la Secretaría esa ¿Cual era, tú? -Y al recibir la respuesta de uno de los billeteros-: Hacienda sí, allá frente al zócalo, ¿no?

Y lo que entonces significaba la «oposición»: de inmediato, el PPS, Partido Popular Socialista (el «nini-ni», según el dicho popular: ni partido, ni popular y mucho menos socialista), proclamó a López Portillo su candidato oficial. Y declaraba el diputado pepinosocialista Ortiz Mendoza «¡Sí, nosotros los del PPS reconocemos como nuestro candidato a don José López Portillo! ¡Pero no lo hacemos porque se trate de la cargada no, sino como una táctica y una estrategia típicamente marxista.!» Lázaro Rubio Félix, del PPS: «No, no es respaldo el que le damos al licenciado López Portillo. El PPS designa solemnemente su candidato a don Pepe. Esto es muy distinto a darle respaldo». Y un diputado Javier Herrera T., también del PPS: «¡SÍ! ¡Sí somos paleros del PRI al reconocer como nuestro al licenciado JLP! ¡Somos paleros del PRI, si así nos quieren llamar, porque somos obreros y tenemos palas… para enterrar a todos los reaccionarios de este país!»

Y otro del PPS, diputado también: «Sí, mi partido declara a don José nuestro candidato oficial. Es que sin nuestro apoyo, perdería muchos votos».

JLP protestó como candidato del PRI a la presidencia de la república Los diarios, entonces, criticaron el ruiderío que alzaban todos los círculos políticos con ocasión del susodicho destape. Protestó, en el graderío del recinto, aquel Zarate Aquino, gobernador -entonces todavía- de Oaxaca «Sí, hacemos ruido, y qué bueno! Si destapar a nuestro candidato no es asistir a un velorio…» Y Oscar Flores Tapia gobernador de Coahuila «Mire, el ruido y el entusiasmo son uno de los aspectos fundamentales de la democracia». El candidato salió de gira En la Magdalena Contreras, el maestro de ceremonias: «¡Vamos a ensayar una vez más, para que el candidato del pueblo no nos vaya a agarrar en frío, sino bien calientitos! ¡Venga de ahí tres vivas para nuestro candidato, dos para nuestro partido y uno para México!»

Y un Servando López, orador: «¡Licenciado, no hay López que no sea bueno, ni bueno que no sea López!» Y el cantante «Tony» Aguilar: «¡Vea usted, licenciado! ¡Fíjese cómo por acá, en Ojo Caliente, todas las muchachas son de ojo caliente!» En Tlaxcala Beatriz Paredes, diputada «¡Aquí, licenciado, hoy ocasiones en que los momentos rebasan al polvo de los siglos y transforman la carencia de los años luminosos y lúcidos, porque son la conjugación del devenir histórico y porque tienen la luz que se les da., el Hombre!» Otro lambiscón: «¡En sus iniciales, licenciado, tenemos la conjugación fiel de que habrá de cumplir con lo que ha estado prometiendo durante su gira por la campiña mexicana! ¡Porque la Jota es Justicia la Ele Libertad, la Pe de Portillo Paz, y la Pe de Pacheco… Patriotismo!»

– ¿Y qué, contertulios, ¿era del PRI-Gobierno, con sus «apoyos» de costumbre y tan logrera «oposición», un proceso electorero más agradable que este que hoy padecemos por cuestión de un «destape» político para el que no estábamos preparados? (Pues…)

Me da una lástima…

Pobre de madre Natura, mis valedores. Para mí que una pena muy honda la agobia desde hace unas décadas. Y si no, ¿por qué ese su estado de ánimo tan ceniciento, que se traduce en tales amaneceres erosionados por la tristura y la melancolía, y estas mañanas tan desabridas, puro desánimo y opacidad, como si llegasen al mundo ya envejecidas, arrastrando los pies? Qué distinto hace veinte, treinta años: cada día, cada hora, «el cogollo del minuto» era un poema de júbilo, y un estallido de alegría, y aquel sol, y aquel firmamento, y el viento un artista que, cuerpo y alma sinfónicos, transformaba en ballet las frondas de todos los árboles. La madre Natura de aquellos tiempos, ¿por qué entristeció, por qué se ha marchitado frente a mis ojos? ¿Ya en la senectud? ¿Ya en plena «tercera edad»…?

La noche del pasado sábado, por ejemplo, ¿por qué así de silenciosa y ausente del mundo, tan a la medida del ejercicio de los viejos: recordar? Recordar antañones amores, esos entrañables fantasmas que nos fueron inolvidables, y que hemos olvidado para nunca más. Tú, la de las garzas pupilas, ¿dónde estás? Tú, ¿cuál es tu nombre, que grabé en aquel arboluco del parquecillo provinciano? Usted, que conmigo juró los «nunca, nunca», y los «por siempre jamás», ¿qué rumbos anda pisando? Sombras nada más, y un retrato
desleído, un mechón de cabellos, una rosa marchita entre dos poemas de amor. Ellas, mis inolvidables ya olvidadas, alguna esta noche dirá de mí: «Aquel esperpentillo que con su labia logró ilusionarme, ¿vivirá o habrá muerto a estas horas?» Y el suspirillo, tal vez. Ah, la tristura del anochecer, culpa de madre Natura, que ya no es la misma que fue hace tres décadas…

Esta noche mi mente corre y recorre paisajes, tiempos, espacios. Caigo entonces al vetusto salón de cine, el de mis citas tempranas con el temprano amor. Añoro la antañona película y se me viene la estampa del héroe hazañoso. Raúl de Anda, mis valedores, ¿lo recuerda alguno? En oyendo ese nombre, aquellos de ustedes ya doblan el Cabo de Buena Esperanza dirán conmigo: ¡El Charro Negro! Qué tiempos. No lloro, nomás me acuerdo…

El Charro Negro, magno héroe popular; todo de negro hasta los pies vestido y la fragorosa 38 especial en la diestra, a galope tendido del alazán cruzaba de lado a lado la pantalla del cine de barrio para rayar el penco en los meros hocicos del hacendado sobrón, el jefe político avorazado y los cuícos que en el climax de la película queman las chozas de los lugareños mientras el hacendado, su endemoniado corazón convertido en policía de Atenco, intenta la violación de la aldeana inocente. Ah, pero en tal punto, rayando el penco. El Charro Negro, una 38 en cada mano y el vozarrón gargajoso:

– ¡Alto ái! ¡Quietos todos! ¡Levanten las manos!

Y la gayola, que se cimbra de gritos y aplausos. Qué tiempos. Y aquí llegó El Charro Negro, para el que quiera algo de él…

Qué tiempos. Años, daños y desengaños más tarde, llegarían para alegrar la pantalla del cine las beneméritas del bataclán y el saínete. Hoy, en el ejercicio de la nostalgia, recuerdo a aquella soberbia Susana Cabrera, a la que algún reportero, micrófono al frente: «¿Profesión?» «Payasa», contestó ella sin titubear. Susana Cabrera. Aquí la recuerdo en su espléndida caracterización de güila barata, piruja del arrabal, vientre rotundo, medias cuadriculadas, zapatos de latiguillo y tacón de este grandor; transparente el blusón, con escote que deja las pechugas a la intemperie; en el rostro de buscona, cargazón de cosméticos y jetas estallantes de carmín; y esas caderas cautivas en una mini-mini tres tallas menos de lo que pide, implora, exige su nalgatorio. Bajo las ojeras de pintura las ojeras del vicio, la depravación y las desveladas. En este cachete un lunar simulado, y en el cogote una verruga auténtica. Y las postizas de este tamaño, las pestañas, y al cuadril el bolsón. Susana Cabrera en su caracterización de la güila de barrio. Una muy especial:

En la zurda la balanza y en la diestra el pomo de cacardí. De venda en el rostro la pantaleta, con los ojillos apicarados al descubierto. Ah, la justicia, ramera vieja y viciosa, alcahueta de corruptos y alcahuetes que los solapan. Los Fox (La Estancia, el Tamarindillo, etc.); los Bribiesca Sahagún («Vamos México», Manolo y parentela); los Montiel. Peña, el gobernador cómplice, y la familia de Feli-pillo. En el polo opuesto, dramático, las mujeres asesinadas en Juárez, los mineros de Sicartsa y Pasta de Conchos, San Salvador Atenco, herida que no cesa, los maestros en Oaxaca, y patético: que frente a una justicia alcahueta y depravada esas masas que se niegan a asumir viven y penan huérfanas de un Charro Negro en quien delegar, un Gavilán Justiciero, un Zorro Vengador y demás fantasmones que pare y aborta la imaginación onanista del cine cimarrón. La justicia de mi país, esa putona del Sistema de poder. (Ah, México.)

Puro chile

El fútbol, como espectáculo para las masas, sólo aparece cuando una población ha sido ejercitada, reglamentada y deprimida a tal punto que necesita cuando menos una participación «por delegación» en las proezas donde se requiere fuerza, habilidad y destreza, a fin de que no decaiga por completo su desfalleciente sentido de la vida…

Del incidente ocurrido entre los vecinos y este servidor la noche del domingo pasado les hablé ayer, y que todo comenzó con mi intento de salvar la tertulia, que se había abaratado con la presencia de aquel par de asuntos a cual más de mediocres, manoseados y pacotones: los candidatos a la presidencia del país y el clásico pasecito a la red. Imagínense.

Tienden los comentaristas a acentuar el carácter estético del juego; se habla del estilo de los jugadores del mismo modo que se puede hablar de una escuela pictórica, por ejemplo. Pero no debemos engañamos: se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura. Se simula un serio estudio de algo de lo que no hay nada que aprender, enseñar o comentar, más allá de algunas elementales reglas de juego…

Mis valedores: fue entonces. Yo, harto de oír lo que oía: «¿Saben ustedes cuál debiera ser la divisa del México futbolero? El chile».

¿Que qué? ¿Qué fue lo que dijo el catastrofista amarguetas pseudo-neo-comu-nistoide? Iracundia general y la propuesta de El Síquirí: una ofensa de ese tamaño a los símbolos patrios ameritaba que me caparan. «¡Entíbenmelo!» El juguero suavizó la sentencia: «Nomás con que lo linchemos». Y que vengan de ahí los garrotes, la lata de gasolina. La llegada del maestro me salvó, y pude explicar lo del chile:

– Fue la figura de un chile, con el nombre de El Pique, el símbolo del torneo futbolero «México 86». Aquel fenómeno delirante de enajenación, muy parecido a la locura con que se recibían las visitas de Juan Pablo II, se inició con la gran esperanza de los triunfos futboleros para el equipo nacional, y terminó como es previsible que en el «Alemania 2006» termine el equipo tricolor, tan incoloro y mediocre, con la consiguiente desilusión de una fanaticada a la que el duopolio de televisión ha metamorfoseado en Perra Brava. En los animalitos de Hamelín y su flauta mágica, más propiamente.

– Una vez terminado el «México 86», me acuerdo, Palomo el monero publicó una caricatura dividida en seis cuadros, con el Juancho Pueblo recargado en el tronco del nopal, gorrón alón, soñando que México era campeón futbolero. El torneo fue descrito en cada uno de los seis cuadros, desde el sueño triunfalistas de Juancho Pueblo el candido hasta la desilusión final. Ya he descrito los primeros dos cuadros. Aquí, el tercero: todo ha terminado. Cuadro por cuadro, en la imaginación del Juancho El Pique va siendo despojado de su atuendo futbolero, y al final queda en lo que siempre fue, en lo que siempre ha sido: puro chile Cuarto cuadro: Ave maría…

No miren, disimulen Ese que el Pique lo ha perdido todo, que el torneo futbolero me lo dejó encueradito y tapándose sus vergüenzas con el gorro alón. ¿Y los aullidos de triunfo de los merolicronistas? ¿Y aquel estentóreo: ¡Goool de México!? Estos, Fabio, hay dolor, que ves ahora… que verías, si no fuera por el gorro alón: los genitalitos de El Pique, a la intemperie el par…

Quinto cuadro: en el Goloso de Santa ?rsula se lucen los extranjeros, que sí saben jugar. Acá afuera Juancho Pueblo a pagar la factura: más carestía en la canasta básica, más desempleo, más depresión, más opresión, más represión ante las muchas más protestas ciudadanas. México, ya sin su simpático Pique vestido de futbolista. Trágico.

Cuadro final: terminó el sueño. Juan Pueblo despertó a la realidad, esa que, incrédulos, miran sus ojos, unos ojos que entre la orilla del sarape y el filo del gorro alón le rebrillan queriéndose chispar de sus cuencas: ahí tiene, enfrente, lo que de El Pique sobró al final del torneo luego del fementido espejismo de ilusorios triunfos y galas y honras y beneficios que en baladas, romanzas y odas (no odas, loas) le trovaron los alquilones de Televisa Juancho Pueblo ve, horrorizado, que El Pique se ha quedado sin rostro, sin brazos ni piernas, sin balón, sin botines, sin chaquira y lentejuelas, sin nada Sólo eso le quedó a Juan Pueblo en calidad de símbolo perpetuo: puro chile, sin más. Yo allá, en la tertulia, y aquí, frente a ustedes, con mi conclusión:

Del «México 86» y los gobernantes, mis valedores, ¿al final qué le viene quedando al Juan Pueblo? De lo que le han prometido los merolicronistas de la política la economía la religión y el clásico pasecito a la red, ¿qué le quedó al crédulo? Puro chile. Y no más. Lean la historia patria (Más del tema un día de estos.)

Lo capáramos…

Tal fue, en la tertulia de anoche, la comedida propuesta de El Síquiri contra mi persona, una vez que me atreví a proponer el chile como símbolo patrio de esa Perra Brava, delirante como en los tiempos de las visitas de Juan Pablo II, en que todos los medios de condicionamiento de masas han convertido a los mexicanos con el pretexto del «Alemania 2006» de fútbol. «A caparlo, por atentar contra nuestros símbolos patrios, comenzando por Volpe». Menos riguroso, el juguero: «Nomás lincharlo, al güey». Los buenos oficios del maestro lograron amansar la gallera, y entonces: «Exponga sin miedo su tesis. Hablaba de que el chile, o algo así, ¿no?»
Yo, protegido por la autoridad del maestro, reinicié mi tesis en torno al pimiento morrón y la Perra Brava con la glosa del soberbio, expresivo editorial gráfico que al final del torneo futbolero «México 86» publicó en el matutino Palomo, monero de profesión. Dividido su dibujo en seis cuadros, aquí describí ayer un retazo del primero, con el que se inició el «México 86» y un Juancho Pueblo convertido en Perra Brava que desde que arranca el torneo futbolero se prepara como campeón del mundo. «Y goool… de México!» ¡Lo platicamos todos! El final del primer cuadro del editorial gráfico de Palomo:

Es mediodía en el Valle de México.
Contra un fondo de volcanes (la Mujer Dormida y el Popo, a su lado, la entraña de fuego, requemándose por dentro), un mexicanito típico, según manoseada imagen del turismo extranjero, dormita bajo el gorro de palma, sarape de la nariz a los huaraches y los lomos contra el órgano (el pitahayo, el nopal, el cacto, para evitar suspicacias). Es Juancho Pueblo, que al punto del mediodía sueña sus sueños color de rosa, rosa mexicano, mientras de su mente se alza un globito con «sus» tricolores elevando a los cielos de Anáhuac la Jules Rimet Hermoso el placer onanista de Juancho Pueblo, en su papel de Perra Brava del clásico pasecito a la red…

Las imágenes de su sueño, qué imágenes las de sus sueños: onanismo puro y pura fantasía. Al dormitar, Juancho Pueblo se arrulla en el nirvana futbolero que le tejió la televisión por lengua y salpicaduras salivosas de sus merolicronistas; ahí, en el sueño de Juancho Pueblo, qué gloria de Pique: enfiestado y relajiento, guapachoso y juguetón, triunfalista y jacarandoso, que en el inicio del certamen futbolero se prepara para elevar al cielo la Jules Rimet. «¡Y goool… de México! ¡Nuestra es la copa!» Al conjuro del gol toda una nación de meshicas enardecidos experimenta un éxtasis de Perra Brava porque México pasó a cuartos de final. Y qué imágenes, engendros puros de la campaña de patriotería triunfalista que (ayer, como hoy mismo) le embombillaron los medios de condicionamiento de masas. ¡Y es que el milagro se había producido; ¡La Esperanza Verde lograba lo que nunca antes: llegar a cuartos de final! ¡Mé-xi-co! -Y ya!

Al conjuro del pregón todo un pueblo de Perra-Bravas enardecidas toma la calle, toma la plaza, toma la glorieta del Ángel, toma a pico de botella y la corneta en esta mano (de plástico. No la mano, la corneta), y en esta otra la de cacardí, danza su danza triunfal. ¡Y vengan esos buches al pie del Ángel, y a desparramar el confeti, y a menear las carnazas con las estallantes de la Chica Chiquitíbún; y a zangolotear esos brazos, esas piernas, entrepiernas, entrepompis, entrevistas bajo la licra de la rnini-mini. ¡México está en cuartos de final! ¡Esta noche, mexicanos, es la noche de la transfiguración! ¡México… y ya! Cuadro segundo:

Pero para la Perra Brava iba a llegar la previsible desilusión. Al fin de la fiesta y ausentes los triunfos que se habían prometido, ¿del «México 86» qué vino quedando a la fanaticada? Nada más que fatiga, desilusión, cruda etílica y basural de confeti tricolor.

Lástima: frente a los alemanes (como esta vez frente a los de Angola) el delantero mexicano falló el penal. En los sueños onanistas de Juancho Pueblo el globo de colorines (verde, blanco, etc., los del agónico PRI) estalló en el aire de junio, y «El Equipo de Todos» quedó fuera del Mundial. Pasmado de asombro el Pique (dibujado como sueño sobre la testa de Juancho Pueblo, y que representa su sueño, su pesadilla) se ha quedado atónito. En torno del enajenado que el duopolio de la TV metamorfoseó en Perra Brava desaparecieron las multitudes delirantes, la Chica Chiquitibún, los alaridos de triunfo, todo. No hubo ganancia en dólares, pero sí ganancia en basura tricolor a montones. Solo y su alma el Pique, un balón desinflado en la diestra, pela los ojos, aterrorizado.

Después… (Mañana, el final.)

¡Los valientes no asesinan.!

Suerte la mía, que el maestro llegó a la tertulia en el momento preciso, donde impuso su autoridad y calmó la gallera. «¿Por qué la dificultad, contertulios?»

Nomás porque establecí un parangón entre los dos entes en los que hoy delegan las masas: los candidatos presidenciales y el clásico pasecito a la red. «¿Saben ustedes cuánto nos cuesta el proceso electorero? ¿Existe una proporción entre tantos millones que nos arrancan de nuestros impuestos y la calidad de ‘estadista’ del que llegue a Los Pinos?»

– No, pues no -el joven juguero-. Y menos si de chiripada va llegando el yunquero cuñado de su cuñado…

De acuerdo todos. Alguno meneó la testa; otro, a modo de oración, musitó una ristra de altisonancias. «¿Y no ven el paralelismo entre la pacotería del candidato que se encarame en Los Pinos y los matalotes que en el «Alemania 2006» concentran la enajenación delirante de unas masas manipuladas por el duopolio televisivo que así las sumerge en el consumismo?

– ¿Qué qué? A ver si entendí bien (bien que lo entendió El Síquirí): ¿Está usté insinuando que el Kikin y el Cabrito son tan chafas como Campa y el cabro Calderón? ¿Está comparando «nuestra» Selección con Madrazo? ¿Compara nuestros símbolos patrios con El Peje y Calderón?

– No, porque el símbolo patrio de los mexicanos que la televisión metamorfosea en Perra Brava es el chile.

– Ándale, güey, ya sacastes boleto (en un susurro el Síquiri, zafio y confianzudo que no fuera.
Lo alcancé a oír). Miradas como puñales (de los de hoja damasquina). El joven juguero, tensa la voz: «Lo capáramos», y La tía Conchis: ‘Yo opino que nomás lo linchemos. ¿Quién se apunta con el garrote, quién se trái la lata de gasolina? Mi salvación, el maestro. «¿Por qué la crispación, contertulios?»

– Es que los mexicanos puro nacionalismo, y el que ofende los símbolos patrios tiene pena de la vida y no amanece en su colchón. ¿Sobres, vecinos..?

Yo, azozobrado. Al enterarse del problemón, el maestro: «Nuestro anfitrión tiene razón. Pues qué, ¿no fue un pimentón el símbolo del «México 86»? El Pique, ¿no lo recuerdan?

– Yo sí -don Tintoreto-. Un pimiento morrón o algún otro picante de los tantísimos y tan variados que Madre Natura oferta a sus hijos dilectos, los mexicanos. Un chile fue, una especie de miembro activo.

– Miembro activo Hágamela buena -sonrió la tía Conchis, sonrió la Maconda. Los hombres nos atragantamos. «Miembro activo del equipo mexicana Señor valedor, ¿podría describirnos el símbolo del México 86?’

Ya apaciguada la gallera y aún tembloroso me di a describir El Pique un picante con la punta hacia arríba y los rasgos de un rostro autóctono con que el dibujante lo humanizó: jetón, mofletudo, prieto retinto y panzón, ojillos de apipizca, gorro alón, zancas estevadas, pantaloncillo y botines de la Selección Mexicana. Ese fue El Pique, un pimiento tamaño familiar que los merolicronistas de radio y televisión exaltaron hasta la náusea con andanadas de manipulación patriotera: «¡Mé-xi-co!» (Aún no se empleaba mi frase, que tanto repetí en la XEQ, estación de radio donde laboré en un tiempo: «¡Sí se puede!» El Sistema de poder nos tiene bloqueados psicológicamente: «¡No se puede y háganle como quieran!». Y yo: «Por medio de la organización celular autogestionaria vamos a replicarle: «¡Sí se puede!» Cuándo iba a imaginar que mi frase, copiada por Madrazo cuando candidato al gobierno de Tabasco -«Quién dice que no se puede»-, descendiera hasta el grado de convertirse en el asunto de El Pique. La frase, en realidad, es del maestro.)

Al fin de la fiesta y ausentes los triunfos que se habían prometido, ¿del «México 86» qué vino quedando a la fanaticada? Fatiga, desilusión, cruda etílica y basura de confeti tricolor. Mis valedores: porque en el «Alemania 2006» la historia amenaza repetirse sin que el manipulado escarmiente, en la tertulia se me ocurrió proponer el chile del «México 86» como el auténtico símbolo patrio de la Perra Brava. ¡No lo hubiera dicho! Ya amansadas las crispaduras, el maestro me invitó a exponer mi tesis, y yo, por ser más explícito, la inicié con la glosa del viejo editorial gráfico de Palomo, caricatura que dividió en seis cuadros. El primero:

Es mediodía en el valle de México. Contra un fondo de volcanes (la Mujer Dormida y el Popo, a su lado, la entraña de fuego, requemándose por dentro), un mexicanito típico, según manoseada imagen del turismo extranjero, dormita bajo el gorro de palma, sarape desde la nariz hasta los huaraches y los… (Mañana.)

Se me paró…

Se me quedó rígido, recalentado y apestoso a chamusquina (el motor del BMW. Del volks cremita, más propiamente). Noche resfriada a lloviznas nocharniegas, que rajueleaba a lo lejos algún furtivo relámpago. Yo, buscando al mecánico que me reviviera el difunto, eché a andar por la desolación de aquellas callejas desconocidas del norte de la Ciudad, pero nada, sólo llovizna y soledad. Soledad y llovizna Caminé hasta extraviarme por remotos andurriales, cuando, de súbito, allá, en la explanada ascua viva de luz, música y animación, la feria de barrio. Ahí no llovía y qué brillante espectáculo en aquel incógnito rincón del mundo. Me acerqué, y al amor de la luz, la música y las fritangas, me detuve a mirar. De repente:

– Un espectáculo de lo más aleccionador, ¿no le parece?

Ájale, y éste, ¿de dónde salió? Lo observé del ganchete, y quien haya leído el Fausto se lo va a imaginar: alto, seco de carnes, negra su vestimenta y por ojos unas brasas que me recordaron las del Rosco, mi gato, o los de un reptil. El Mefistófeles de barrio al Fausto de pacotilla

– Elocuente retablillo de la politiquería cimarrona, ¿no le parece?

Nada de retalillo le advertí, y menos politiquero.. El Mefistófeles:

– Gustosamente me ofrezco a auxiliarlo a rastrillarle los símbolos.

Me molestaron su voz y modales untuosos. ‘Yo no veo más que lo usual en las ferias: la rueda de la fortuna el volatín, los carritos chocones, una carpa de títeres. Lo usual. El parentesco con el ejercicio político no se lo veo.

– La rueda de la fortuna dijo usted. La atracción principal de la feria ¿Ve a los que ocupan las canastillas? ?igalos. Al girar de la rueda qué de empujones, qué de alaridos, imprecaciones, acusaciones, todos intentando a todos arrojar al vacío. Y si no, ¿ve al chaparrito, peloncito, de lentes? Sí, el de las «manos limpias». ¿No andaba muy seguro allá arriba? Mírelo ahora, besando el suelo, pero con sus dos nalgas. ¡Quiere llorar! Y el que lo empujó, bien macizo en la cumbre. Aunque a dale y dale lo van a tirar. ¿Ve el volatín de caballitos? ¿Quiénes cabalgan en los caballos de la fila delantera?

– Oiga, ¿no son los muy hijos de la honorable, opusdeísta, católica y legionaria de Cristo familia Bribiesca Sahagún? Ese cara de caballo, ¿no es Arturo Montiel, rodeado de familiares? Al otro como que quiero reconocerlo.

– Diego Zavala cuñado incómodo de Feli-pillo. Lo acaban de encaramar en el volatín. En el otro extremo, ¿quiénes montan los caballitos?

– ¡Todos los procuradores, comenzando por el Cabeza de Vaca..!

– Vuelta y vuelta el volatín. ¿Cuándo calcula que los caballitos de la justicia logren alcanzar a los caballitos de los sinvergüenzas ahijados espirituales de Norberto Rivera y Onésimo Cepeda?
Tragué saliva «La lotería de frijolitos, ¿la ve? Campo y tablas. Corre y va corriendo. ¡La gubernatura la diputación, la delegación política!»

¡Y lotería!, gritaron algunos. Los perdidosos (el diablo, los bastos, la muerte, sus cartas) se levantaron aventando frijolitos, y a probar suerte a otra lotería, demetrio-sódicos dejaran de ser. O a probar suerte con los aros.

– ¿Ve? El del tenderete les dio una dotación de aros, y véalos arrojándolos sobre figurillas de barro, plástico, vidrio. Pobres. No se percatan de que la figura es más gruesa que el aro, y así cuándo ensartase una oficialía, una diputación. Ni enajenando el aro propio. Ahí, los carritos chocones.

En la patrulla chocona el grito retador «Ese del volks cremita, ¿qué no oye? ¡Oríllese pa’ la orilla! (Es «pa» la orilla, M.A. Flota Cuando me imiten, imítenme bien.) Me estremecí. «Oiga, qué de patrullas, de fori-fáis, de colmillos en el escuadrón de grúas». ¿Y la boleta de infracciones?»

– Arreglo discrecional. Pal chesco. De quiñentón pa arriba Allá, ¿ve el palenque? El gallero, por intentar el milagro de que gane su gallo (ese chaparrito, peloncito, de lentes), ya purgó de balines al gallo amarillo y le melló el filo de los espolones. El muy marrullero, concesionario de la «partida», juega siempre con cartas marcadas.

La carpa de enanos, joronches y demás contrahechos: Ortega Espino, Palacios, Dante Delgado. Unidas por la panza se arrastraban dos sierpes siamesas, plañidera voz: «Fue un castigo de Dios porque juntas firmamos el IVA, el Fobaproa el IPAB». ‘Tírele al blanco»: la cabeza del dientoncillo. «¿Ve? Fox y compinches lograron bajarlo de la rueda de la fortuna».

Todos en compló contra el güerejo, que una y otra vez eludía los pelotazos de los rudos, un Yunque en cada mano, que antes de lanzar el proyectil, los muy beatos se persignaban. «¡Me la persignan!», el dientoncillo.

– ¡Y se la van a persignar! (Se me chispoteó.) Silencio. Volví la vista, pero el Mefistófeles, andavete De súbito, un rayo en seco. Me la persigné. Por las dudas. (Qué más.)

Un Quijote ridículo

Don Quijote de la Mancha, mis valedores, espejo y flor de la andante caballería ¿Lo habrá leído alguna de ustedes? ¿Recordará el episodio del gañán Juan Haldudo y su criado Andresillo? Lo cuenta Cervantes:

«La del Alba sería cuando don Quijote salió de la venta tan contento, tan gallardo, tal alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo». Y cómo no andar contento, si la noche anterior y en regocijante parodia de solemne ritual un ventrudo ventero y una ilustre fregona con sus ribetes de putancona le dieron el espaldarazo en la orden de la andante caballería, renegrido humor de Cervantes…

Los rosados dedos de la aurora se insinuaban apenas en el oriente cuando ya el de la Triste Figura se echaba al camino y, anchos los campos de Castilla, ahí va al paso de Rocinante, venteando el rastro de huérfanos, viudas y demás desvalidos a quienes acorrer. Y ocurrió que el de lanza en astillero y adarga antigua no había avanzado gran trecho cuando ahí no más, en el bosquecillo, tan plañideros lamentos. Ahí se yergue el de la Triste Figura, infla el pecho y clama a toda voz:

– ¡Gracias doy a los cielos por la merced que me otorga, pues tan presto me pone en ocasión de cumplir los deberes de la andante caballería..!

Rumbo a los lloros picó espuelas a Rocinante, y de súbito ahí, en el claro del bosque, atado a una encina y desnudo de cintura arriba un muchachejo dolíase a los varazos que en viva pelleja le planta un gañán.

– ¡Alto, rufián mal nacido! ¿Por qué así castigas las carnes de ese infeliz?

Válgame El villano, a la vista del lanzón, detiene la vara, y dulcificando la voz y aún insinuando una sonrisa

– Sosiégate, caballero, y dígnate a escuchar. Juan Haldudo es mi nombre, y el de éste, Andrés, que me pastorea un hatajo de cabros. Tan descuidado me ha resultado, que el muy cabro añejón a cada rato me llega con un chivo de menos. Yo, por bien educarlo, con la mejor intención le plano los lomos.

-.¡Miente, señor caballero! Lo cierto es que aquí mi patrón me debe ya varios meses de sueldo, y esta es su respuesta porque le cobro la deuda

– ¡Y en mis barbas no mientas, o con mi lanza te paso de parte a parte..!

Total, que mi Don Quijote le mandó desatase a su víctima, lo llevase a casa a curarle las mataduras, y de inmediato le diera el monto del débito.

– ¡Y ay de ti, villano, si osas desobedecer a uno de la andante caballería!

Juró cumplirlo el gañán. Lo jurado, jurado. Y ocurrió que el justiciero salió del bosque y al cielo elevó sus ojos: «¡Bien te puedes llamar dichosa, ¡oh sobre las bellas bella Dulcinea del Toboso, pues te cupo en suerte tener sujeto y rendido a toda tu voluntad a un valiente caballero como lo es y será don Quijote de la Mancha (…) que han quitado el látigo de la mano a aquel despiadado enemigo que tan sin razón vapuleaba a aquel desdichado infante..!»

Y el loco seguía con su soliloquio: Yo seguiré luchando por una migración segura, ordenada y con respeto a los derechos humanos. Con el presidente Bush seguiré trabajando para que nuestros paisanos puedan vivir con dignidad junto a su familia…!»

(Tal dijo el viernes, 9 de junio en Hermosillo, Sonora, un cierto Don Quijote de esperpento y pacotilla Y se lo creyó, el muy prozódico, pa su…)

¿El gañán Bush, mientras tanto? Ya que el justiciero saliera del bosque el muy mal-alma se pepenó al Andresillo de acá de este lado: «Venid acá, «hispano grizzly, frijolero del sur. Os quiero pagar lo que os debo, pero por lo mucho que os quiero, voy a acrecentar la deuda para acrecentar la paga.»

Y ocurrió que el gañán Bush Haldudo, asiendo del brazo al Andresillo indocumentado, le tornó a atar a la encina y le acomodó tal ración de varazos que lo dejó por muerto: «Ciudadanía, residencia legal? Ahí te van unos miles de soldados recién llegados de Irak Armas largas». Y al recordar la reciente disputa «¡Hijo disputa, qué tal os sabe la paga! Y ahora llamad en ayuda vuestra al Quijote balín y prozaico, loco que se imagina desfacedor de entuertos, mediocre vil, verborreico! ¿Qué esperáis, Andresillo? ¡Llamad a Fox, y que de paso se traiga a Sancho Derbez y hasta a la Dulcinea Sahagún, madre de cabros Bribiescas! Ya veréis que este entuerto no os lo deshace por más hondo que se ande exhibiendo como protector de indocumentados…!»

Y tíznale, retazo va y varejonazo viene contra el indefenso indocumentado. ¿El quijote prozaico, entretanto? Ese, en campaña política (ancho es el campo de Castilla), clamando, en su pastillosa locura

– ¡Oh entre todas dichosa, Dulcinea Sahagún, pues que pariste unos hijos que a tu ejemplo son modelo de honradez. Yo, flor y espejo de honestidad, vigilo para que nunca se empañen las virtudes de los Fox, Bribiesca y Sahagún.

Espléndido. (Fox.)