Chanchos nada más

De mi viaje reciente a San Miguel de Allende les conté ayer, y que a este citadino, tan distante de Madre Natura, un sol como toro en brama me sancochó los sesos y me arrojó a la mortecina región de la fiebre y los delirios. Mi sanmigueleña: «En el balneario te sentirás bien».

Al balneario enfilamos por una carretera que, en pleno mediodía, hervía de reverberancias. Yo, con la fiebre, ¿comencé a delirar, a hablar solo? «El frescor de la granja te va a aliviar». La vi a lo lejos, alcancé a decir: «Allá no, parece casa de gringos» «Es de gringos y cochinos», dijo ella. «Cochinos y genocidas, que desparraman por el mundo sangre, miseria, dolor y lágrimas».

Que eran cochinos de los otros, de los que más allá de los cisticercos a nadie hacen mal, y que el gringo era amigo, y que alguna tisana me daría para retirarme el ardor de la sangre.
Y allá vamos. Como calabaza en tacha, mis sesos, a punto de estallar como conflicto Fox-Chávez, que no es de los sesos sino de los esos.
Y el solazo, y la resolana, la sofocación y el ahogo. Llegamos. Oí vagamente: «Los de la capital, mister Cheney, que no aguantan nada».

El frescor de la finca. Más allá de la malla ciclónica, la promiscuidad de cochinos graneados, unos cuinos y otros ovachones; añejones algunos, los hocicones y los güerejos
trompa rosada, los enteros, los capones, los de espinazo de erizadas cerdas, los gruñidores talachones, y el alboroto: «¡Oink, oink!» Mi cabeza, mis neuroncitas, que se me tateman en el horno…

En la oficina el gringo, pegado al teléfono. Larga distancia. Al hablar apapachaba en sus brazos a una cerdita. Enterado de mi dolencia, dijo al teléfono: «Un momento», y entró al otro cuarto, hizo ruido con la limadora, salió con un líquido espeso y me lo hizo beber para luego reanudar su comunicación: «Gracias, sí, tomo nota. Claro, le puedo surtir de inmediato los que necesite. Capones, enteros, media leche, leche entera, buen precio. ¿Cuántos le enviamos? Perfecto. Este fin de semana los tiene en el DF». Colgó.

¿DF? Y ándenle, que al oír DF, la cerdita acunada en las piernas gringas gruñó, pegó un reparo, y válgame; el hombre se destantea, observa a la muy cerda, mírase la ropa (aquella mancha asquerosa), se alza y mete un patadón a la cochina puerca, se limpia tal inmundicia. Y fue entonces: cojeando y sobándose contra la barda, la cerdita:» ¡ Gringo hijo de su perra madre, qué chinche patadón me acomodó de faul en las zonas blandas..!»

¿Que qué? ¡La entendí, entendí el diálogo de los cerdos! ¿Efectos de la pócima, que me producía náuseas, aunque no tan repulsivas como las que me provocaron las expresiones de los puercos, que luego escuché? «Tantito más y me aplica el control natal con la puntera de la bota texana, que hasta vi estrellas!» «¿De Televisa o de TVAzteca,tú?» «De cualquiera, tan colegas nuestras son las del canal de adelante como las del canal de allá atrás».» ¡Mujer, que yo entiendo lo que dicen!» (¿Lo dije o fue la pura intención?) «Pero no me hablen al tiro, que les traigo una noticia de poca. ¡Nos mandan al DF, muchachos! ¿Se imaginan?»

– ¿Te cai? ¡Chido, yo pido mano para embonarme a la campaña de mi colega Demetrio Sodi, a ver de aquí al fin de semana de cuál chichi mama..!

(«¡Entiendo a los puercos!») «Yo escojo ir al sol, pero el azteca! ¡Quiero ofrecerle mis servicios al Chucho Ortega, el del muy puerco pasado talamantero! Para ese Chucho… este puerco, ¿no?»

– ¡A mí que me la den de vocero presidencial y ya la hice, oink, oink!

– ¡Qué les pasa, yo voy a la segura con el brody Madrazo!

Ahí se encrespó la cerdita: «Tú que te acercas al Madrazo y no es madrazo el que les forjo con una campaña: ¿Tú le crees al Madrazo? Yo tampoco. Porque puercos somos ellosy nos, pero hay niveles». («¡Enloquecí, mujer, los entiendo!») Y así todos: que al PRI, que con el ex-presidiario Dante, el de Convergencia, y que nosotros vamos al «Vamos México» para que nos pongan en engorda, y que con Manolo, y… mis valedores: al DF volvimos. Ella: «Qué te daría a beber el mister, que a gritos te pusiste, todo ridículo, a cantar y bailotear un sonsonete absurdo, con una letra más absurda todavía. Lo grabé, óyelo». Espantable, y lo juro: ¡Era la primera vez que en mi vida la oía! La oí:

«Cuando al Zorro, que pasa por muy serio le encargaron formar el Ministerio, – naturalmente se sintió muy ancho, pero, queriendo aparentar modestia- convocó, una por una, a cada bestia. – Tan sólo se negó a llamar al chancho, – pues dijo el muy ladino: – No conviene llamarlo ¡Es tan cochino! – El Perro, que se hallaba ahí presente, – le dijo: ¡haces muy bien! ¡No es conveniente! ??A más de sucio, desastrado y terco, – tiene otro inconveniente todavía: – que si llevamos al Gobierno al Puerco, – va a estar siempre con él la mayoría». Mis valedores: esto encierra su buena moraleja, ¿pero cuál? (Piensen.)

Este horror delirante…

Las alucinaciones esta vez, mis valedores. Yo acabo de sufrir una de las más rudas, y no atino a dar con la causa de la repentina locura que me llevó a imaginar que entendía, al modo de Melampo el del mito, el lenguaje de los animales.. Boca arriba en mi cama, pienso y medito…

¿Sería el sol, sería el bebistrajo? ¿Fue mi conciencia, por haber aceptado la compañía clandestina de aquella mujer casada? ¿Ya estaré para el psiquiatra, de plano? Lástima grande sería, porque los tales suelen cobrar como damisela del parque Lira, por hora, pero mucho más caro, y eso que al cliente le proporcionan mucho menos placer. En fin.

Es de noche. A lo lejos, las campanas de Dulces Nombres. A lo lejos. A oscuras como permanezco, en mi mente se agolpan las imágenes deleitosas de aquél caserío de magia y encantamiento que se desparrama, se despatarra, en la ladera del cerro. Y el sueño, andavete…

Todo ocurrió el pasado fin de semana, en la azozobrante compañía de aquella hembra ajena de dulce voz, sota moza cantadora de las viejas canciones de la tierra vieja, que me llevó a reencontrarme con ciudad de Querétaro (cantera rosa, baldosas, cielo de color azul cielo) y que, tonadas y leguas más tarde, de súbito, al salir de un recodo: «San Miguel de Allende, mi amor…»

(¿Yo su amor, o san Miguel?) Quedé encandilado. Ah, vista magnífica de aquél caserío pespunteado de arcadas, follajes, mu-ros conventuales. Ahí, con un sol en derrumbe, que se estrellaba en el horizonte, la vista de un panorama cubista de luces, luciérnagas, rajuelas de plazas y calles y callejones, de follajes y hornacinas, nidal de nocturnas consejas. Esa calleja empedrada, esos arcos, el patio recoleto, una mansa manada de azoteas sesteando al amor de los flecos de un follaje rabiosamente verde, y el deambular de sombras pueblerinas y, de repente, en la gloria del crepúsculo, el collar que se desgrana: la reventazón de campanas y esquilas a voleo. San Miguel de Allende, bonitos son tus portales…

Ah, el entramado de calles que, al modo de mi Zacatecas la capital, resultan ser una broma pesada. Y ya trepar por el callejón, ya bajar calle adelante, detenerse en el manchón de eucaliptos y contemplar, desde esa eminencia, un caserío de lo real maravilloso que olía a poma, a raíz, a miel recién derramada, que diría Rulfo. Y ese aire diáfano que se me venía encima con el cuajarón azul de todo el firmamento. Yo, de repente, aquella corazonada. Cuándo iba a imaginarme lo que vendría después…

El viajero, de la mano de mi amorosa sonsacadora, aquel deambular de barrio en barrio, ella relatándome leyendas, consejas, díceres y tradiciones orales que hablan (susurran) de personajes hazañosos en olor de naftalina que poblaron, que fundaron San Miguel de Allende…

– En la casuca aquella, al final del callejón, se aparece el ánima de un caballero de alcurnia, libidinoso él, que mancilló a su propia hija, la cual, no pudiendo soportar el horror, ¿qué crees..?

Y que detrás de aquella barda barbona de yedras habitó La Malmirada, que al ser muerto su amante por el marido (ay, Dios) invocó al Maligno, y que el ánima del ajusticiado, y el arriero del camposanto, el monje abarraganado que al entrar en trance de muerte… Las almas de las fieles consejas…

Noche cerrada. San Miguel de Allende me llevó de la mano a deshilar el tejido de su vida nocturna. Salón por salón, peña por peña, antro y antro, yo, con mi agua de chía, mi café de olla, la tisana de manzanilla, viví aquella noche tibia y callada que parecía aguardar a un Flaco de Oro que le romanceara el bolero de mucho amor. (¿No los estaré aburriendo? Sigo, pues.)

Otro día, la gloria de viandas sápidas, aromáticas, cilantro y orégano, dulces dulcísimos, unas pirámides no de Keops sino de nieve chupeteadas al amor de las frondas de la plaza principal, yo cerrando los párpados y abriendo de par en par las papilas gustativas para mejor percibir los sabores: nuez, coco, cajeta envinada (¿no les hace agua?) Nieve con qué torear ese garañón de fulgores y reverberancias que partía plaza por medio cielo, o partía cielo por media plaza. Cuándo iba a imaginarme lo que vendría después…

Tocó turno al recorrido por las vetustas canteras, arte y abolengo, de la Casa de la Cultura: óleo, acuarela, música de cámara. En el corredor, murales, y en el aula el poema de pie quebrado, la endecha, el alejandrino, la octava real Y el sol, que se desplomaba en olas de lumbre.

– Para eso no hay como nadar en el balneario. Allá, a varios kilómetros.

Fue el final del paseo y el comienzo del dramón. Un sol en brama sollamábame el occipucio, y aquel ardor en las venas, las punzadas, él ahogo. «En la alberca te sentirás bien». Y allá vamos. Al dramón. (Ese, mañana.)

Envejecí…

Pero el proceso natural no lo advierto en la pérdida de mis facultades físicas y mentales; esas créanme: como relojito. De fayuca. Defectuoso. Adquirido en Tepis Company. No. Que mi barca ya dobla el Cabo de Buena Esperanza lo advierto en la manía en que me ha dado de evocar a Manrique:

«Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, comtemplando – cómo se pasa la vida -cómo se viene la muerte – tan callando…»

Y este calosfrío como aletazo admonitorio de la muerte, la mía propia y particular. Y el suspirar repentino, leer viejas cartas de amor, mirar antiguas fotografías y de ojos adentro verme en mis tiempos de adolescente y aun antes, cuando todavía mamón -sigo siéndolo-, y que todo era de embobarse con los cuentos de mi Nina, que en noches de luna, muy a la medida de trasgos, fantasmas y aparecidos, se encargó de encender fuegos fatuos en esta mi mente, por aquel entonces virgencita todavía. Leyendas, consejas de diablos y brujas y aparecidos que «aluzaron» mi oficio de fabulador. Hoy mismo recuerdo, al modo de la anti-historia, la conseja del niño que en el bosque recibe, como la niña del cuento infantil, una cornucopia de dones. Va así:

Helos, helos, por do vienen. La viva imagen del desconsuelo, los habitantes del bosque se congregan en derredor de esas carnes desgarradas, y las olisquean, y asordinan el rugido, el bufido, el aullido. Callan. No delatarse, no atraer al cazador. Participantes del duelo, los animales del colmillo, pico y garra, se tornan coro de duelo por los prejuicios que les ocasiona su enemigo, ese depredador. Porque los mata nomás por matar, tala los bosques y envenena los ríos. Pero cómo detener al dañero. Cómo…

Se hace el silencio. A lo lejos, disparos. El ambiente nocturno, electrizado. Allá, en lo alto, fría y luminosa, tersa y distante -como tú, mujer-, la luna. Cómo detener al hombre. Y fue entonces: ahí, en medio del duelo, el ojo de agua cercano se alza en un borbollón impetuoso. Rumorosa, la fuente:

-Soy el ánima de las aguas, que el hombre se empeña en contaminar. Ha envenenado mi fuente, y es hora de planear su castigo. Vengan, congregúense en derredor de mis aguas.

Con el lobo, el coyote y la zorra, y con ellos la liebre, el zorrillo y el gato montes. Todos, embebidos en el rumor de la fuente. «Ahí, en la caverna», le oyeron decir, y sí: el llanto de un recién nacido. «Los animales que yo iré señalando le han de otorgar sus dones». Pero no el canto del ruiseñor, no del gamo la carrera, ni la sapiencia del buho, la fortaleza del buey, la bravura del tigre, no; el don de la víbora prieta, en primer lugar. «Quede este niño en la historia como uno que supo arrastrarse y morder calcañares. Desde hoy tendrá de alimento el polvo del terregal». Del niño fue el don, y el temblor en las frondas. «Sigues tú». Y el perraco: «Sea fiel a su amo y le resguarde casa y demás propiedades. Ladre al que el amo designe, y sea su alimento las sobras del comelitón». Del niño fue el don. En lo alto, las nubecillas el estremecimiento. «Ahora tú, chango macaco».

«Sea, con sus instintos de mono, un exhibicionista desvergonzado, que se la viva besuqueando en público. Sean motivo de burla pública sus piruetas y carantoñas». Del macaco recibió el don. Se adelanta al topo: «Burriciego será, torpón, errático. Las pupilas del niño serán alérgicas a la luz». Fue llamado el murciélago, y el crío tuvo su don: «Vivirá y dormirá colgado de cabeza. El mundo, para él, se apreciará al revés. La catástrofe en todas sus formas, indicada en las gráficas, para él serán éxitos». Del crío el don. La gallina: «Qué sabrá cacarear hasta la náusea, y cuando intente volar, vuelos serán de gallina sus vuelos. Históricamente terminé rostizado». «Suyos sean mi valor y decisión», la liebre. Un retumbo, a lo lejos.

«Para eso, tenga mi voz (la cotorra), y tanto seso al hablar como yo lo tengo, y se haga oír, y padezca diarrea de disparates verbales». El armadillo: «Vituperios y burletas le van a llover; va a ser motejado de torpe, servil, hablantín y rastrero. Sea mi concha su protección». Fue del crío el don de la conchudez. Un repentino relámpago trizó las sombras. Desnudito y remolineándose entre los hierbajos del terreno, el chamaco sonreía, sonreía…

He ahí, mientras tanto, a las bestias, que bailan la ronda en derredor del crío y a rugidos, aullidos y cacareos lo proclaman su futuro vengador. Miren, oigan a la fuente, que en tanto esparce sus aguas parece cantar cuando dice: «Ese algún día gobernará a los dañeros, y será depredador de depredadores». Y alzó y esponjó sus aguas. Ahí, reflexivo, el búho:

«¿Y cómo saber que el engendrín será gobernante de los tales?» «Mírele su entrepierna», responde la fuente, y sí: el crío, como los que le darían su voto en el 2000, era capón. Sin testiculitos. Y a otra cosa, mariposa. (Tan tan.)

Este buey no era arisco…

Ella, la cautivadora, como a Ulises la sirena del mito, ya ha comenzado a cantarme. A lo lejos. Yo, como el héroe, con cera me tapono los oídos. Ella tiende sus redes. De carnada me aprontó una imagen hermosa, hermoseada, relujada con primor. Cerrando los ojos la dejé pasar; a ella que a la distancia me sonreía, me camelaba, guiñábame un ojo. A ella, la maga Circe de laque se me ha quedado la veraefigie en la foto. Y no más. Mis valedores…

Miro su foto en Reforma; la observo hasta bizquear. En ella observo la imagen de una sirena más bien madura, rostro no bello pero hermoso en lo enérgico de sus rasgos, en la apostura de su continente, en su presencia y en lo que el rostro evidencia del carácter de la mujer: firmeza, audacia, decisión, la pura mesura, la ponderación. Pues sí, pero no, que es mujer casada y, por lo que sé, de muy firme moral personal y arraigadas creencias religiosas. Como sea, tal parece que anda en agencias de ganarse mi voluntad, algo que no ha de lograr, de eso estoy muy seguro. Desconfio. Yes que este burro no era arisco…

Por ella misma conozco parte de su currículo, bellamente adornado de cualidades morales como mujer, hija, compañera de su varón. Que ha logrado integrar una muy unida familia; que ambiciosa no es y que, por contras, de modesta se precia, y de ser muy firme en amores y convicciones. La mujer firme de la parábola…

Pues sí, pero no, que mi voluntad nunca va a conquistar. No a mí, este perro viejo en el oficio de seducir y ser seducido. Digo entre mí: «Eso que a mí me dice, señora, se lo dice a tantos». Y en lugar de que me le brinde, me le blindo y me parapeto frente a las artes de mujer seductora que se exhibe ante las niñas, ellas tan candidas, me refiero a las de mis ojos. Al influjo de sus cantos de sirena me refugio tras la muralla y, como ocurrió con Ulises Odiseo, la cera de los oídos (de campeche, no cerilla por mi poca higiene), me evita el peligro de caer rendido al hechizo de su reclamo musical. Yo, de tenerla enfrente, diría a la señora del largo cabello, mirada firme y carácter roqueño: Señora mía (de su marido, mas bien):

Bellas cualidades humanas advierto en su buena persona, ¿pero qué tal si una vez que la declare mi soberana pega usted soberano cambiazo? ¿Qué si y al sentirse segura y firme y respirando otros aires (gracias a mí y a tantos más que cayeran al hechizo de sus cantos), aflora en usted ese pequeño Mr. Hyde que todos llevamos dentro y que, mal que bien, mantenemos encadenado? Porque usted bien conoce que los de allá arriba son aires enrarecidos, que marean y trastornan y absorben el seso, en ocasiones con todo y sexo. Señora:

No creo que usted diese ese cambio atroz; la percibo mujer de espíritu, que es decir de razón, imaginación, lógica, vida interior, sensibilidad y la suficiente cultura como para no caer en los excesos de la arribista; pero usted ha de perdonar mi suspicacia, que la burra -el buey, en mi caso- no era arisca…

Porque, señora, yo le pregunto: ¿se tantea usted con la suficiente autocrítica (sobre todo autocrítica) como para no ir a caer en los alardes baratos, carísimos para mí y los demás, de la nueva rica? ¿Quién me asegura que usted, ya logrado su intento, no perderá cordura y decoro, y entonces aflore en público toda su zafiedad, su ignorancia supina, su codicia desbozalada y una rampante vulgaridad? ¿Qué tal si ya en pleno deslumbramiento usted, por nunca haber sido, busca, por compensación, por no ser, tener? Sus derroches, señora, los pagaríamos yo y la multitud de aturdidos que hubiésemos caído en su hechizo. ¿Qué nueva catástrofe va a ocurrir si le brotan, salpullido de los mediocres, esos intentos rupestres, pedestres, de nueva rica, y entonces y a lo compulsivo le da por figurar, por atragantarse de protagonismo, y alumbrar su insignificante figurilla con todo el falso fulgor de todas las candilejas, y -a mis costillas- cae usted en rodearse de lujos, derroches y toda suerte de alardes de nueva rica? ¿Sería capaz, para fingirse caritativa, de regalar su ropita, que ya para entonces será de segundos cachetes: fondos, faldillas, y los chonchines que yo y los demás aturdidos le hubiésemos financiado? Señora:

Tiene padres, tal vez; tiene hijos, seguramente; toda una parentela. De ser así (los vellos de aquí, de allá y de acullá se me engrifan), ¿caerá en la abyección atascar de dinero ajeno a toda su parentela? ¿Dará mi dinero al padre, al hijo, al espíritu santo? Y lo catastrófico: ¿pretenderá, insensata, heredar el sillón de Los Pinos cuando termine el sexenio de su marido, el yunquero ultrareaccionario Felipe Calderón? ¿Usted, doña Margarita Zavala, buscando la trágica pantomima de «primera dama» ? ¿Como una malcasada cualquiera, usted también? ¿Como una trepadora, una arribista, una valida de la ocasión? No. Lo que es por mí, usted nunca, por la vía de mi voto, va a caer en el bataclán esperpéntico de «primera dama». Para eso, señora, usted vale mucho. (Y ya.)

Ni me las pidieron…

¡Ni tengo por qué darlas..! Explicaciones, sí, las que se niega a dar un Vladimir Villegas, embajador de Venezuela en nuestro país, al reclamarle la cancillería mexicana las rudas expresiones que contra el presidente Fox acaba de externar su homólogo venezolano Hugo Chávez, que lo motejó de entreguista y cachorro del imperio. Ahí, desplegados en la mesa de centro, diferentes periódicos que aluden al deferendo entre los dos países hermanos: «México, inconforme con la respuesta venezolana». «El conflicto no está resuelto». «Fallida conversación entre los cancilleres tensa más el ambiente». «¡Guerra, guerra, lavar con sangre la ofensa!», clamó La Maconda. Horror.

Del tema charlábamos en la tertulia la noche de ayer. «Pobre del libre comercio, con demagogos como el tal Chávez», clamó La Maconda (la Sra. viuda de Vélez, neopanista y adoradora de Diego el barbón).» ¡Demagogo, pero no arrastrado! Explosiva, la tía Conchis, (en su altarcito, veladoras prendidas ante la efigie de López Obrador.) La Maconda:» ¡ Guerra contra la lengua de víbora prieta! ¡ Que Fox le declare la guerra y lo aplaste! ¡Corra la sangre!»

Oí «guerra, sangre», y el escalofrío, y entonces el maestro. «No, esta vez la sangre mexicana y de Venezuela no llegará al río. Por más que los dos países han malgastado en armamento moderno, ¿tenemos la capacidad para un conflicto bélico? De los tanques que harían esa guerra cuénteles, joven juguero.

¿Tanques? ¿De guerra? La tertulia, alerta! yo. ávido, temía oír el relato dramático, traumático; habló el juguero, y la patochada que fui a escuchar:

– Yo chambiaba de recluta en la división de tanques, y aquel 16 de septiembre, el broncón con lo que mejor produce el DF, los embotellamientos. Muy temprano se habían sacado los tanques para el desfile. Se enfilaron por Ejército Nacional rumbo al Zócalo, pero apenas habían rebasado la cuadra y media cuando ¡tíznale, avanzar por el periférico! El tanquista que encabezaba el contingente sacaba la cabeza, movía sus luces direccionales, tocaba el claxon pidiendo cancha para avanzar o llegaríamos tarde al desfile; pero nada, los cábulas automovilistas pura madre que le abrían paso; y ni hablar, que empieza a meterse de las de acá, miren, pian pianito…

No, pero en una de esas que le da un llegoncito a la salpicadera de un volks, y que el del susodicho se baja hecho la madre, y todo carbonoso empieza a mentarle toda su parentela al tanquista, el cual se metió para adentro y cerró su escotilla diciendo: «¡La tuya, botellita de jerez…!»

Otra cuadrita, ¿y que creen? De repente, el motor del tanque número dos comienza a toser, a estornudar y a hacerla de fumarola; y que se echa tres explosiones falsas) y se para en seco. De atrás, un carguero de la Galgos Rojos comenzó a mandarle mensajes en clave, o sea puros trácatatracas, mientras el tanquista se bajaba solicitando unas pinzas, por plis. Sólo consiguió unas de cejas, que un travestí le facilitó. «Pero tienen vuelta. Luego los sardos resultan pero que bien mañosos, si lo sabré yo». Entonces que se arrima al tanquista una mujer policía: «Su tarjeta de circulación, mi estimado. Me va a tener que acompañar».

Y que a donde, y que aquí nomás, a la cárcel clandestina de aquí a la vuelta, y que después del calentamiento de rigor (mortis), lo vamos a pasar al Centro Nacional de Arraigo. «Ora que si llegamos a algún acuerdo, ¿verdá..?»

Para esto, ya el embotellamiento alcanzaba el kilómetro corrido. Entre varios se acomidieron a empujar el tanque y órale: «¡Sáquele el cloch, mi sargento!» «¡Pero que esos de adelante abran cancha!» A empujones lograron echarlo a andar. En la catedral se oyeron los primeros repiques. Tardísimo.

En eso, válgame, que el tanque número tres descubre un huequito entre dos lebarones, y que se avienta como el Borras, pasándose una preventiva. Rápido, el altoparlante de una patrulla que a saber dónde estaba agazapada, cazando marchantes: «Ese del carcachón despintado, ¿qué no oye? Oríllese pa’ la orilla!» Y pues que sus papeles, y que a ver el tarjetón que acredita la propiedad de la cucaracha, y que no le veo el holograma de la verificación, y que va usté a tener que acompañarnos al corralón, y que caray, mi agente, usté pórtese cuatito, por qué no lo arreglamos acá bajita la mano.

Para esto, varios volks se brincaban el camellón o trataban de escapar por la puerta falsa, o sea el sentido contrario. El embotellamiento, seis kilómetros fíat, y entonces: » ¡Eitale, que con una araña le inmovilizaron una oruga de las ruedas!» El tanque, engarrotado. Total, que en pleno desfile, desde el balcón central de Palacio, el general de brigada observó el paso del glorioso escuadrón de tanques, y muy discretamente se puso a contar con los dedos, y que le da un codacito al comandante en jefe: «Para mí que ahí faltan tres tanques…»

Y sí: cuatro días más tarde los fuimos a localizar en el corralón, pero ya todos desmantelados. No creo, Sra. Maconda, que estemos para una guerra, ¿o sí? (Pues…)

Fosa séptica

De los oficios del hombre que he conocido más humillantes me dispongo a hablar, según los exhumo de mi niñez. El primero que viene a mi mente:

A un fulano conocí, proxeneta de profesión, que en el ambiente pacato de mi Jalpa Mineral actuaba parapetado tras de su fachada de sacristán. Para las doncellas era un temor; para las beatas, la atracción del abismo; cuántas casadas tornó malcasadas, y cuántos maridos mancillados no lo retaron a pleito de cuchillo cachicuerno. El del alcahuete, oficio nefando…

Mucho menos abyecto el caso de aquel varón, gallero de pro y hombría cabal, que me inició en los misterios del sexo y mi nacimiento (en plan de teoría, no de práctica). Yo, inocentón a mis 18 años corridos, rechacé su teoría y difícilmente contuve la náusea. Cómo de que una noche mi padre y mi madre… Inaudito. Y entonces un mío tío Raudel, que iba pasando; «¡Jorobado de miércoles, cómo te pones a escandalizar a esta pobre criatura!»

Jorobado. El espinazo de alcayata: «Mejor me infamaran en mi propia madre, menos me ardería que el apodo de jorobado». Pobrín.

De repente el tal desapareció del terruño y durante años me olvidé de él. Pero las vueltas que da la vida, las que damos nosotros: cierto anochecer, yo en Guadalajara y en mero mercado de San Juan de Dios, aquella pizpireta sota moza, chongo, escote y labios de bermellón:

– Llevará sus garnachas, oiga.

La vi, me vio, la reconocí, me reconoció. Yo, mis niñas desorbitadas, las de los ojos. Ella, que a la vergüenza mordisqueaba el rebozo. De bolita. De Santa María legítimo. Yo, estupefacto: «Pero usted, el famoso jorobado, convertido en mujer. Un varón de los calados, hoy todo un travestí!» «¡Travestí, sí, pero calado nunca, que soy virgencito; y miénteme la madre, pero no ese apodo que me sabe a lumbre en ayunas y es el que me tiene con corsé y un chichero color mamey que me está calando el pellejo. Por vida suya, dígame joto como todos, pero no jorobado. Si me ve ejerciendo de pozolera es porque mil veces prefiero que me motejen de Bugambilia, mi nombre de guerra, y no de jorobado». Válgame. Dejé maniobrando entre sopes y tortas ahogadas al jorobado; a la señorita Buga, quise decir. Ah, el ente humano, esa incógnita…
Peor todavía resultó el adolescente aquel, condiscípulo mío de primeras letras en la vieja escuela oficial, cabecita dura y refractaria a misterios como aquel de que acento si la palabra es esdrújula, y oriente donde sale el sol y poniente donde se oculta. ¿0 era el norte? Quien impartía la clase era un ente improvisado de profesor, zafio él, insensible, golpeador e ignorante, que ofreció el pase automático a quien aceptara un oficio que me repugna describir:

Cualquier día de aquellos, a media mañana y en plena clase, entre los 25,30 palurdos que componíamos el grupo escolar, se producía un mal olor. Frijoles, guache, guamúchiles, ¿se imaginan? Ahí el requerimiento del profesor, y ahí el oficiante, gustoso de ganarse el pase automático: convertido en sabueso y en cuatro patas, el Zurrapas, su apodo, husmeaba detrás de cada uno de los payos sentados en su mesa-banco. Lento, reconcentrado en su labor, de repente: «¡Fue este, este, el Juancho Llamas, profesor!»

El cual maloliente, jalado pos los cabellos y a coscorrones con un anillo de este grosor, a lo vergonzoso era expulsado del salón, y cero en la papeleta, «por marrano». El sabueso tenía asegurado el siguiente año escolar.

Y como marcados por el destino: el papá del Zurrapas, el Zurrapas mayor, ejercía un oficio que nadie más: en mi pueblo no existía el drenaje, y la propia escuela, el colegio de niñas, el salón de catecismo y diversos domicilios particulares, se valían para los desechos orgánicos de una caja cubierta con un tablón horadado para satisfacer la cotidiana necesidad. Y como de tanto en tanto las cajas se copeteaban, había que vaciarlas, y ahí estaba el Zurrapas, que de eso sacaba su manutención, y a esto quería yo llegar. Mis valedores:

El oficio del alcahuete ahí sigue, pero el de los Zurrapas ha muerto, y el del gallero precisa de una joroba y un rechazo enfermizo al apodo, y yo digo: lástima; lástima grande que ya no pueda recomendar al casi colega de los Zurrapas que dedique talento, vocación y carácter a vaciar excusados. ¿No sería oficio más digno, más honrado y menos innoble del que ahora ejerce a la vista de todos? ¿La de acondicionar excusados no sería actividad menos degradante que la que hoy ejerce Rubén Aguilar? Y a su edad. Todavía tuviera la cachaza y la desvergüenza de un Luis Ernesto Derbez. Pero Rubén Aguilar, tan decente él cuando vocero de guerrilleros salvadoreños. Mis valedores: ¿tanto se puede descender en la escala de la humana dignidad? ¿Tanto acogotan el hambre y la necesidad, que obliguen al varón a terminar aquerenciándose con la fosa séptica? ¡Vocero presidencial! ¡En el presente sexenio! ¡Dios! En fin. (Allá él.)

Y cuan dulcemente me vengo…

Y si la presente fabulilla siempre me ha parecido oportuna, nunca como hoy cobra, a mi juicio, su estatura cabal. Y si no, juzguen ustedes:

Han de saber sus buenas mercedes que en luengos ayeres y en la imaginación anchurosa de Rabelais existió un reino de encantamiento, que regían Gargantúa y Pantagruel y poblada una sarnienta galería de curas rijosos, picaros de la enfañifa, hembras del toma-y-daca carnal y toda suerte, mala suerte, de vagamundos de esos que en legión van y vienen a contracorriente de leyes y reglamentos. La picardía en pleno, pues…

Pero ándenle, que entre todos ellos andaba el mas bigardón: Panurgo. El tal era un hombre bueno; bueno para nada y bueno de tramposo y camandulero que hagan de cuenta licenciado del Revolucionario Ins. Y nada, que cierto día, navegando este Panurgo en algún navio cargado de carneros que un cierto comerciante llevaba a la central de abasto de la ciudad, de repente ambos trabaron agria disputa por cierto tema teológico que plantearon así: que si Dios, siendo uno, era trino también. ¿Uno y trino? No me choreéis. La disputa terminó en una zanfranza a estacazos. De súbito:

-¡Alto, los valientes no asesinan! – clamó el clérigo de a bordo, un tal hermano Juan. Juan a secas, sin el Pablo, sin el II y sin el feroz anticomunismo pro-yanqui del otro, no me vayan a canonizar a ese Juan que hizo cesar la contienda y a los dos rijosos fumar la mota de la paz. Pero, mis valedores…

Ahí tenéis que el Panurgo de marras era de muy mala condición, mala entraña y corazón bandolero. El bellaco no quedó conforme con la ración de estacazos, y muchos menos con la tesis aquella de que Dios, siendo uno, es trino también. Rencoroso como era el rufián, en un rincón del navio cavilaba buscando el desquite, pero uno que no lo fuese a enfrentar con la justicia; un desquite que no lo llevase, como el veneno o la puñalada trapera, a tener que pagar en galeras. ¿Qué desquite sería el adecuado, Dios según esto uno y trino?

Panurgo, como todo baquetón, era ingenioso, de modo tal que de súbito… helas, eureka, ya estuvo! El perfecto plan. Ya con él en la mente, Panurgo se fue en derechura hasta cubierta, donde deambulaba el comerciante en carneros, y entonces:

– Vengo en son de paz, por que mire su buena merced que no le guardo rencor por aquello de que Dios, de ser uno, es trino también, quiero tratar con vos un asunto de carneros.
Vendedme uno de ellos, mi señor.
– Hombre, todo fuera como eso. ¿Por cuál os interesáis?
– Por aquél que está olisqueándole las verijas a la borrega. ¿Cuánto?
– El más gordo requerís; el más caro también.

Ahí se inició la maniobra del regateo. Que os ofrezco tanto por el carnero, pagadero en tres monedas de oro que son tres odas, y que no odas, que mi animalito no me robé, y que yo no voy a malbaratarlo como si fuera Fox, y mi animalito PEMEX, y vos el gringo. Y que momento, que el que os ofrezco es el precio oficial, y que no maméis, quién carajos va a hacer el aprecio del precio oficial, y que doblad la oferta, ya que se trata del carnero mejor. Se cerró el trato. «Aquí tenéis las monedas, dadme mi animal. Y sí, dando y dando y el pajarito jugando, vos perdonaréis el albur.
Y el remate del plan. Cuenta rabelais que Panurgo, con el carnero pataleándole entre los brazos, de repente inició su plan de venganza, que fue así: el bergante arrimó el animal a la borda y… friégale, que a la vista de la manada arrojó al carnero recién comprado, que cayó de panza en las olas del glauco mar. Y, mis valedores, ¿qué creen..?
Exacto: siendo como es el carnero, y esto lo sabía Panurgo, el animal estúpido por excelencia, que a lo acrítico reacciona al lema de que «lo que hace la mano hace la tras», el animalero de miércoles – de jueves- comenzó a saltar en fila india detrás del que le precedió en el salto a las olas de mar, carneros dejaran de ser, borregada. ¿El mercader, entre tanto? Ese, chillando y jalándosela ??la greña-, en vano intentaba detener a las bestias. En vano. ¿Y Panurgo? El tal, pepenado del palo mayor, se pandeaba de risa:
– Caro me costó el carnero, pero qué sabroso me vengo, por Dios uno y trino. Cómo me vengo, que hasta me estremezco al sabor de la dulce venganza.

Mis valedores: primero fue Arturo Núñez; tras él pegó el brinco Tomás Ruiz, y más tarde Enrique Ibarra, y después el millón y medio de borregos que en el tanto de un mes retiraron la intención del voto al tricolor. Ahora es Roberto Campa, y lo que de veras tendrá que preocupar a Madrazo: quien ya prepara el brinco para abandonar un barco que se hunde es nada menos que otro borrego; Genaro Borrego, ¿se imaginan ustedes? Detrás del Borrego, la borregada, y Madrazo, nomás jalándosela. No si les digo. En fin, (Que los muertos…)

Como México …no hay tos

Y aquellos jaloneos de los patrulleros . Uno ya la había desnudado ( su fusca reglamentaria) cuando habló a la tía Conchis , que accedió a acompañarme en la escalofriante aventura de enfrentarme a la burocracia: ??Pobre hombre , mire cómo lo maltratan . Aviénteles algo pa que lo suelten? . De no muy buena gana les pasé el de acien bajo la visera . ??Sí , mi estimado , pero aquí no vemos brillar el IVA? . Les dejé ir el de cincuenta, y si , abrieron las fauces , soltaron su presa y en la patrulla se alejaron a seguir cumpliendo con su deber.

-Pobre , se ve tan asustado . Una infusión de tila , tal vez …

(Caray con usted , siempre doliéndose de los derrotados.) Lo trepe al Mercedes 500 , blindado ( al volks. cremita , perdón . El Mercedes es el vehículo en que suelen transportar de su residencia a la catedral al reverendísimo Norberto Rivera , él tan pobre como su maestro Jesús). Al rato ya estábamos chupeteando el de tila , cuasia , cuachalalá y gordolobo.
-Dios se los pague . De no ser por ustedes ya estuviera en la cárcel clandestina o nadando de a muertito en el río Tula , como cuando Durazo.

-Pero armar tal escándalo en la Procuraduría del Consumidor ?? dije.

-Es que el de ??Quejas ?? me tiró a loco , el muy jijo de su repelona…

-Y cómo no , con esa reclamación tan extraña , tan fuera de lugar…

-¡Fuera de lugar madres , con perdón! ¡ Al reclamar un derecho no hay fuera de lugar , si no estamos en un Chivas-América! Yo soy un contribuyente , señor , y conozco mis derechos . ¿ O acaso a la runfla de tecnoburócratas , gerentes de Washington , no les estoy pagando Fobaproas y otras madres , con perdón de la señito? Yo llegué muy correcto a la ventanilla : ??Vengo a quejarme porque México me salió defectuoso? , le dije al burócrata.

-¿Ve? Una reclamación muy sui generis…
-Sui generis mis no le voy a decir cuáles por respeto a la seño , pero mi reclamación es muy justa , señor . Mire: cuando se me entregó Mexico , en el discurso se me juró que era a prueba de caudillos , autócratas , licenciados y vende-patrias . Yo tomé mi Mexico todo ilusionado , pero ájale , que al paso del tiempo , tíznale , día con día se me desconchifla cada vez más .Cómo lo habrán dejado los dictadores , que México se me dio una vez más , flamante , y era la gran promesa del pobrerío , que a fin de cuentas fue el que sopló el fuelle de la fragua , y resistió las llamas de la quemazón , y pegó los fregadazos en el yunque, y soportó los del marro , y aportó la cuota de cadáveres . Pero en eso que nos cae el chahuixtle del primer licenciado de los licenciados Montieles: bandido , depredador , corrupto . Y de ahí pal rial…

La moneda , mi señor: cuando recién forjado , mi México minero sonaba con tintineos de pesos 0.720 , una gloria de música . Pesos aquellos que en la mano eran la vida: nos daban el maíz , nos aseguraban el frijol , nos afianzaban los huevos . ¿Y hoy? ¿Huevos hoy día, con una moneda que se derrumbó en el coproníquel vil y degeneró en plástico? Mi México sabía exportar; que si algodón , que el azúcar , el café , la carne , el tabaco . Vaya , hasta huevos , que entonces teníamos hasta pa aventar pa arriba, pal Norte. ¿Y hoy? Exportar crudos pa cubrir intereres de la deuda y 400 mil indocumentados al año , pa no morirnos de hambre los que aquí quedamos.

-Me parece que exagera con su catastrofismo…

-Solo que los catastrofistas somos 106 millones . ¿No tendrá algo por ahí que raspe? Sí , gracias . Pero oiga , cómo raspar el gañote con el rallador de queso . En fin . Mire : México se me dio con garantía , una tal Carta Magna. Flamante , visionaria , humanismo puro: Estado laico , salario justo , derechos humanos , propiedad de las riquezas del subsuelo , clérigos en su lugar. Y Justicia , mi señor . Sobre todo Justicia , esa que es vida , sangre , y oxígeno del paisanaje , sin la cual se erosiona , se vuelve descreído y acaba en cínico. ¡Y resultó ser un muestrario de letra muerta que ya parece apestar! ¡Respóndame!

-Respondan los ??gerentes? de Washington en Los Pinos , no yo ; cálmese.

-Me calmo , pues . ¿Y ustedes? ¿Cuál fue su queja en la del Consumidor?

-Nada , nada de importancia , de veras ?? me azoré- . Para qué acordarse.

-Cuando nos asiste el derecho todo tiene importancia, mi señor .

-Aquí el bigotón (¡cállese , tía Conchis , no abra la boca!) tenía que meterse un chunche por el transputín , y ándele , que a la hora de los mameyes salió defectuoso y se le desfloró los dedos . Y fuimos a reclamar.

-¡Reclamación justificadísima! ¡Ya va a siendo la hora de rebelarnos contra la cargazón de supositorios caducos y defectuosos que nos embombillan , a lo impune , los Foxes y sus honorables familias!

Pensé: pero sigamos , por no asumir , delegando en esos, y… puros supositorios.

(¡Ouch!)

Perra Brava…

La inmensa mayoría del pueblo rara vez toca un balón. En el estadio se convierte en espectador pasivo que participa «por delegación» de los triunfos de su equipo predilecto, a cuyos partidos asiste a distancia, desde una tribuna, enajenandose en el jugador profesional, que adquiere de ese modo categoría de ídolo. Pero ay de su ídolo, si es vencido en la cancha…

Así es, mis valedores: el pasado viernes, tras el escándalo de los derrotados Pumas, traté el tema de la enajenación de los hinchas, esa «perra brava» atacada y atascada de rabia después de que «su» equipo perdió el encuentro, reacción frecuente en nuestro país. Ahora fui a mi archivo y para certificar que nada hay nuevo debajo del sol, rescaté esta nota que tiene, nada más, 20 años de vigencia: «Zacatepec, Mor. Riñas colectivas, con docenas de heridos contusos. Dos horas de destrucción y quema de patrullas policiacas. Una lluvia de botellas, piedras y palos, destruyó las ventanas de los vestidores donde se refugiaban los futbolistas». Lo usual.

Entonces, desde el graderío del estadio rompen a rodar las pasiones crispadas, las imaginaciones de fuerza de los insultos, los frustrados deseos semanales, y la multitud de los partidarios de un equipo determinado sugiere de pronto la imagen de un viejo decrépito que se exaspera en sus vanos esfuerzos por poseer a una adolescente…

Repito la opinión del estudioso: «Tienden los comentaristas a centuar el carácter estético del juego (…), pero no nos engañemos: se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura…»
Recuerdo, a propósito, las declaraciones del gritón Ángel Fernández, que así clamaba ante el micrófono: «¡Yo les he dicho a mis hijos: hagan a un lado los libros, olvídense de las ciencias y la literatura! ¡Olvídense de las ciencias y la literatura! ¡Olvídense del tal Einstein y péguenle duro y tupido a la pelotita! ¡Porque en el futbol está el verdadero porvenir de la juventud mexicana…!» (Uno de los hijos del tal, Alí de nombre Alí, heredó su histrionismo y el gritar destemplado frente al micrófono.)

Y por si algo nos faltaba: «A casi 195 años del movimiento encabezado por Miguel Hidalgo, con el estandarte de la virgen de Guadalupe por delante, los cruzazulinos siguen su ejemplo para vencer a sus rivales. La unidad, la fe y la solidaridad se debió en gran parte al catolicismo que practican y su creencia en la Virgen Morena. Como todos los mexicanos, nosotros somos guadalupanos. El gol regresó desde que la Guadalupana está formada entre ellos al entonar el Himno Nacional. ¡Cruz Azul llega a la final gracias a la virgen de Guadalupe…!» «Intercesión divina». «El niño de los Milagros de la Iglesia de San Gabriel Arcángel, en Tacuba, es el jugador número 12 de la Selección Mexicana de Futbol. Una playera verde, short blanco, calcetas rojas y tenis fueron confeccionados para vestirlo de seleccionado…» En el ESTO: «¡Esperamos que Dios sea atlantista …» Pero ganó el equipo de Santos, y clamó su director técnico : «Dios existe, y Dios está con nosotros..!»

Aspaventero, el de Ovaciones: «Los dramáticos perfiles del futbol ‘triunfo y derrota, sudor y lágrima, pletitud y sufrimiento’ se sucedieron ayer en la Copa, como el deshojar de los árboles en el pálido otoño. Crepitación de anhelos y angustias, clamores rotos por la emoción, sentimientos tan claros como el agua y profundos como el abismo; voces argentinas y cascadas en un mismo orfeón: el penaltie, verdugo implacable; el gesto del vencedor, el visaje del derrotado; la tristeza, mohín insoslayable: el gol, ese martillo que hecho grito penetra en el cielo. En los jugadores distinguí la lágrima…»

Anima y estilo del manipulador de Ovaciones: «Huyó el grito. Pasó la euforia, desapareció el aplauso y el interés se hizo anciano y falleció de tristeza … Antes todo era euforia. Saliva hecha luz. Y ambos, mil noches, terminaron ebrios bebiendo tanta confianza… El conjunto mexicano apesadumbró, y con sus tres caídas produjo muchas lágrimas. Todas de coraje, todas de rabia, todas de dolor…» (Mira, mira.)
Acuciado (cuchileado) por la retórica barata -carísima- del merolicronista, la pública protesta del aficionado «perdedor»:
«¿Por qué, pregunto, por qué? ¿Por qué? ¡Sí, por qué! Por qué dejan que las telas de nuestro corazón se desgarren de desesperación y de tristeza a la vez (sic), al permitir que un señor inepto baraje nuestros ases del balompié! ¿Por qué? Nosotros, mientras tanto, a palidecer y a esperar el milagro. Señores: si en mi mano estuviera, toda esa escoria del balompié sería desollada, arrastrada, y después … colgada! ¡colgada, sí, colgada, comenzando por el entrenador..!» Y entonces vámonos, la trifulca de la «perra brava», perra de los Pumas.
Ah, paisas. (Ah, México.)

«¡ALCA. ALCA…rajo!»

Y que el ALCA truena en la «Cumbre», y que los pueblos de América la sepultaron, y que… mis valedores: aquí, porque terminemos de entender esa rebelión contra Bush que acaba de explotar en Mar de la Plata, Argentina, les dejo aquí, y en las voces diversas de Soros, Thurow, Chomsky y Dietrich, este muy somero retrato escrito, descrio, de eso que han desde siempre y hasta hoy las relaciones de nuestro pueblos del Sur con el imperio del Norte:
«El neoliberalismo es un sistema de dominación y acumulación que no ofrece una salida al futuro latinoamericano. Su inherente tendencia hacia la polarización de la riqueza social y la exclusión de las mayorías define su ciclo de vida como de corto y mediano plazo. Bajo el modelo keysiano-cepalino de la Revolución Mexicana y el contrato social de la constitución de 1917, el PIB per capita del país creció 3.1 por ciento entre 1934 y 1982; la inversión fija bruta per capita se expandió con una tasa media anual del 6.5 por ciento entre 1940 y 1982.. Bajo el modelo neoliberal, el PIB per capita se contrajo, entre 1983 y 1996, a una tasa del 0.8 por ciento anual. Los salarios mínimos pierden el 68.2 por ciento de su poder adquisitivo…»

En febrero de 1945, EU convocó a una conferencia continental para imponer lo que llamó la Carta Económica de las Américas, que fue una de las piedras angulares del mundo de la posquerra, pidiendo «el fin de todas las formas de soberanía en todos los pueblos latinoamericanos», aun si para ello se requerían «Estados policiales». ¿La necesidad de la Carta? Que los latinoamericanos estaban haciendo elecciones equivocadas y exigiendo «políticas diseñadas para lograr una distribución más amplia de la riqueza y elevar la calidad de vida de las masas». ¿Desplazar a los inversores de EU? Inaceptable; no podía permitirse la soberanía. Tenían libertad, «pero libertad para hacer nuestras decisiones». A los intereses de EU. Alguien
tiene que controlar al Tercer Mundo y garantizar que no levante cabeza, que no intente ser independiente. Nosotros lo hacemos; tenemos el monopolio de la fuerza…»

Las mismas preocupaciones subyacen en acuerdos como el TLC, del que la propaganda afirmaba que iba a ser una bendición y una marvilla para los trabajadores de México. La idea se abandonó calladamente cuando los hechos mostraban lo obvio, que al fin se admitió públicamente. El objetivo era «atar a México a las reformas » de los 80s que habían reducido considerablemente los salarios y enriquecido a un pequeño sector de la población y a los inversores extranjeros. Se advertía que «una apertura democrática en Mexico podría poner a prueba la relación especial, si llevara al poder a un gobierno más interesado en desafiar a E.U. por razones económicas nacionalistas». A México se le ató con obligaciones contractuales. México fue lasudado como un triunfo del libre mercado y un modelo para otros hasta que su economía se colapsó en 1994. Los vítores resuenan de nueva cuenta, mientras que los salarios han caído más de un 25 por ciento desde
el primer año del TLC.

«Las privatizaciones y el desempleo causados por las reformas del mercado ofrecen a las empresas occidentales una mano de obra barata, educada y fácil de explotar. A los obreros oeste-europeos que insiden en sueldos, prestaciones y vacaciones se les amenaza: si demandan salarios altos nos nos vamos a México».
«Hay muchos recursos para llevarse, y muchos trabajadores baratos para las plantas de montaje, pero primero les impusimos el sistema capitalista. No lo aceptamos para nosotros mismos, pero sí para el Tercer Mundo. Ese es el sistema del FMI. Al conseguir que lo acepten, podremos explotarlos fácilmente, y procederemos como con Brasil o México…»
«Siempre hemos dado por hecho que Latinoamérica nos pertenece por derecho. Esta es nuestra pequeña región cercana que nunca molestó a nadie. A cambio de sus préstamos, el FMI impone la «liberalización», una economía abierta a la penetración y control de E.U., recortes agudos en los servicios a la población, etc. Estas medidas afirman aún más el poder en manos de las clases opulentas y los inversionistas extranjeros, y refuerzan las sociedades de dos niveles clásicos del Tercer Mundo: los super-ricos y una clase relativamente cómoda que los sirve, y una masa enorme de gente empobrecida, sufridora…»

«La privatización de la educación (su conversión en mercancía); su sumisión bajo los dictados del Banco Mundial (cabeza de lanza del Estado global en la imposición de la nueva identidad afín a los intereses transnacionales), y su creciente subordinación a los intereses particulares, sobre todo del clero católico y del capital privado, son las tres grandes tendencias retrógradas observables actualmente en la transición de la identidad nacionalista-latinoamericana, hacia la nueva indentidad del adaptable worker, cuyo norte es Estados Unidos». En este espejo, mis valedores, ¿no, acaso, se mira
México? (Mi país).

Pero a la TV, ¿quiénes la enriquecen?

Los fregados de siempre . Ellos la enriquecen , según afirma la periodista Elvira García: ??Abandonados , desatendidos por el gobierno , los pobres han caído en manos de la televisión?. Y Leo Zuckermann : ??La TV ha convertido el futbol en una gran telenovela. Cada equipo es una telenovela . Es una historia interminable sin final feliz o triste. Hay momentos de alegría eufórica y de angustia depresiva . La historia de siempre continúa…?

Para lograr tan sañuda cuanto a productiva enajenación de las masas , las televisoras han integrado un equipo de meroli-cronistas histriones de la prosopopeya , el aullido y la vociferación , que a gritos y con un lenguaje de ditirambos ( ??héroes? , ??sublimes? , ??la gloria? , ??la excelsitud?) , han logrado manipular a unas masas aturdidas que terminan por desbarrancarse en el insulto , la agresión , la nota roja . Leo en Reforma del pasado lunes en torno al encuentro que sostuvieron Pumas y América:

??La burla llegó a un nivel máximo cuando desde la cabecera amarilla se comenzó a escuchar: ??¡Cómo yo te voy a querer , cómo yo te voy a querer , ni que fuera yo pendejo , pinche equipo feo . Siempre te odiaré?.

El futbol , como espectáculo para las masas , sólo aparece cuando una población ha sido ejercitada , reglamentada y deprimida a tal punto que necesita cuando menos una participación POR DELEGACI?N en las proezas donde se requiere fuerza , habilidad y destreza a fin de que no decaiga por completo su desfalleciente sentido de la vida…

El resultado: desmanes en CU , daños en propiedad ajena , 318 detenidos y tres lesionados . Y es que si en ese cuerpo enorme y febril , la masa , se inyecta la pasión futbolística , la razón se tambalea. En ese organismo en estado de baja resistencia , el cáncer del clásico pasecito a la red ataca uno tras otro todos los órganos y los roe ferozmente . Porque , puntualicemos:

??El futbol es rey , emperador , dictador , dios , enfermedad , moral , negocio y política.
Todo , menos un deporte…?

¿El hincha , la perra brava , el porrista de la barra , fanático amador y odiador irredento? ??El hincha es , generalmente , un sujeto de cara encendida , mejillas como inflamadas por el sol , bocaza perrara o mastinesca , pelo crecido , ojos canallas y léxico bravosos . Es decir , carne de cañon , que cae a los estadios como langosta , se instala en las zonas populares y desde ahí vocifera palabrotas que hacen rechinar sus mandibulas; con tanto entusiasmo las vomita al frente…?

Pero , mis valedores , la manipulación de los meroli-cronistas no se reduce al par de horas de juego y de transmisión televisiva . No , que a diario y a diversas horas del día , una chorcha de ??analistas? del clásico pasecito a la red se aplica a analizar incidentes nimios del juego . Ah , todo lo que un humano nacido con su dotación de voluntad , razón , imaginación y carácter para las grandes empresas , es capaz de hacer , hasta volverse un mediocre , por la soldada que le apronta Tlevisa o TV Azteca . El estudioso del futbol:

??Tienden los comentaristas a acentuar el carácter estético del juego; se habla del estilo de los jugadores del mismo modo que se puede hablar de una obra pictórica: Pero no debemos engañarnos: se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura . Se simula un serio estudio de algo de lo que no hay nada que aprender , enseñar o comentar más allá de algunas elementales reglas de juego…?

Y que la historia , cansada de crear , se repite . Fue al final de un encuentro entre los Pumas de la UNAM y su ??odiado rival? , el América , que se jugaban en el campeonato futbolero. Al término del encuentro se esponjaba , iracundo , el cronista de Ovaciones:

??Repetimos , para definir lo que fue el juego, en un editorial de 4 palabras : el América , cobarde; los Pumas , impotentes . ¡Que no blasfeme el director técnico contra el arbitraje! ¡Un cobarde no tiene derecho a exigir premios del silbato! ¡Que nadie se enoje tampoco de que la gente esté trinando contra el sistema definitorio del campeonato , y las sospechas comerciales se agudice… ¡por culpa de los cobardes y los impotentes…!?

El Gráfico: ??Esto ya no sirve? , exclamó Félix T.H., de 28 años de edad , y se suicidó arrojándose al paso del pesado autobús . Ya ante las autoridades , los familiares del hoy occsiso , que lo acompañaban en el momento fatal , declaran : ??Felix no resistió el dos a uno que los Pumas le metieron al América…?

Todo esto , mis valedores , encierra su muy buena moraleja , ¿ pero cuál? Piensenlo . Y como el tema da para tantas más reflexiones… (Seguire el lunes.)

Ese la va a pagar caro…

Y cuán reveladores resultan algunos documentos de época . Según consigna la historia , para el siglo V antes de nuestra era no había ciudad italiana , de Sicilia o Asia Menor , por pequeña que fuese , que no tuviera su recinto teatral . En Atenas , por ejemplo , 15 mil espectadores se emocianaban hasta alcanzar la catarsis con Prometeo Encadenado , Las Traquinias o Edipo Rey. Yo , a propósito , hace algunos ayeres envié a un tal Carlos Jonguitud , por aquel entonces ??Vanguardia revolucionaria? del magisterio , el siguiente recado:

Un teatro con cupo para 15 mil asistentes , ¿ se imagina , ??profesor?? El poder y la gloria que hubiese significado para usted atascarlo con realadas y más realadas de militantes del SNTE , sindicato de trabajadores de la educación . Qué lucimiento personal , qué autopromoción con semejante mitin de apoyo en lo que fue el nidal , la simiente de la cultura occidental…

Pero no , ??profesor? , que en un pueblo como el de Grecia no hubiese soportado faramallas vanguardistas . para los de Grecia , la educación ciudadana era sagrada sobre toda otra herramienta cultural , y los hacedores de aquella portentosa cultura no iban a dejar que así como así , por ventaja personal y politiquería , a la pura ley del ovo y la imposición , sse pisotearan los requerimientos educativos de todo un pueblo . ??Esto sería caer en el más aborrecible de los subdesarrollos , que es el mental? , dirían los paisanos de Homero , con toda razón.

El coliseo romano , ??profesor?; yo lo conozco nomás en tarjetas postales , pero así , a ojo de buen cubero , tanteo que le caben sus buenos miles de romanos por aquel entonces absortos en el bárbaro juego de gladiadores , centuriones , leones africanos y mártires critianos. Pero no, ??profesor? ; los romanos hubiesen rechazado el jueguito manipulador , ventajista y politiquero de las adhesiones multitudinarias con el que usted quiere forjarse su equipan en la Sec. De Educación Pública. Lo hubiesen rechazado por circense , teatral y faramallero . Ya oigo a Nerón : ??Antes le prendo fuego a la City que permitir se lesione la educación de nuestros chamacos?. Perfecto.

Pero hablando de estadios , que son su especialidad : Maracaná , por ejemplo . ¿ Se imagina , ??profesor?? ¿No le hace agua , me refiero la boca? Una gloria de estadio : no 150 mil fanáticos del clásico pasecito a la red, si no otros tantos vociferantes maestros ( de la irresponsabilidad , sobre todo ) enfebrecidos de alabíos, alabaos y hurra , hurra , hip , hips . La gloria , ¿ no , mi señor? El nirvana , el onanismo mental . Pero , que los brasileños del fuchebol , y no consienten otro espectáculo . Y qué hacer.

El Astrodome de Houston , con su techo de quita y pon , una de las maravillas del mundo , dicen . Pero tampoco . Cierto que cada que se le hinchasen los ganglios usted lo podría llenar de mentores , sobre todo de madre; pero el pueblo gringo es consiente y civilizado como para evitar actos vandálicos , quintaesencia del subdesarrollo . ??No evitarlos sería volvernos tropicales , bananeros y surrealistas como esos pueblo que se desatienden de la educación para andar de adhesivos y vanguarderos…?

Pues no , pero ahí está el Azteca , que no se raja . Ahí está el Goloso de Santa ?rsula , para el que quiera algo de él y pueda alquilarlo . Ahí está , siempre listo para arropar no sólo a fanáticos velaperpetuos de Norberto Carrera, sino también a esa abyección qu supone pasarse el día en plena hueva ?? con perdón ?? a estadio lleno de profesores , y que las aulas de mi país permanezcan siniestra y lóbregamente vacias , como esta vez ha sido el Cuauhtémoc , de Puebla: 100 mil delirantes de la hueva y el acarrero , vomitando alabíos matraqueros? a nuestro candidato?. Y dígame , ??profesor?: después de retacar de acarreados el Cuauhtémoc a base Dios qué presupuesto gubernamental, ¿dónde va a ser el siguiente acarreo? ¿En algún otro estadio de ??provincia?? ¿ En el Azteca , de plano , con cupo para 107mil cómodamente acarreados con matraca , cencerro , pancarta y todo el instrumental requerido para las malas artes del acarreo , la adulación y la vil lambisconería..?

Tal dije ayer a Jonguitud. Hoy digo al panista Calderón : desengáñese , que esta vez no tendrá estadios repletos de mentores que se lo hagan gordo , el caldo. Los acarreos del ??lidér moral? son tiempo pasado pluscuamperfecto . El monolítico bloque de la borregada magisterial se ha resquebrajado y hace agua , y la Gordillo no es ni la sombra de Jonguitud , su hacedor y al que ella traicionó . No ilusionarse . Usted , para ganarle al Peje , sólo tiene de su parte a los ultra-reaccionarios de El Yunque , la iniciativa privada ,la claque católica de Riveras y Onésimos y Washington . No más . Y créanme : hoy , una alianza con la Gordillo es casi tan perniciosa como una con Fox , ¿se imagina? En fin , allá usted. (Vale.)

He de morir…

Me gustaría vivir siempre , siempre (…) Porque como iba diciendo y lo repito:- ¡Tanta vida y jamás!- Tantos años , ¡ y siempre , muchos siempre , siempre , siempre..!

Porque , a querer o no , mis valedores : se impone hablar de la muerte ; tenerla presente siempre , y por esta sola condición es la muerte nuestra segunda naturaleza y desembocadura natura . No importa la edad . No importa el estado de salud. Nada importa nada frente a la muerte que , dice el filósofo , es posible , aunque no probable . Esa que nos será siempre espantable , y prematura siempre , no importa a qué edad sobrevenga , y lo provechoso : si tenemos presente que nuestro destino es morir , más habremos de apreciar este tiempo , el de nuestra vida . Y qué tiempo mejor para recordad a la muerte , la propia y particula , que estos días cenicientos de principios de noviembre . Memento homo , memento mori…

Cuando yaces agonizante no mueres sólo de la enfermedad . Mueres de toda tu vida . Aprende a morir y vivirás , porque nadie aprenderá a vivir si no ha aprendido a morir . Si no sabes , no te preocupes : la naturaleza te dará todas las intrucciones a la hora precisa.
Ella tomará por su cuenta el asunto…

Así pues , a la distancia de dos días de aquél en que los todavía vivos recordamos a nuestros fieles difuntos ( don Juan , mi padre , mi madre Tula , Remedios la inolvidable, en fin), yo invito a todos ustedes a detener el tanto de un suspirillo nuestra desaforada carrera a ninguna parte , y meditar en la única certidumbre que tenemos en esta vida : la muerte . Porque en verdad les digo , mis valedores : para morir sólo se necesita estar vivo , y sólo está vivo quien habrá de morir , y créanme : es más tarde de lo que suponemos; de lo que desearíamos tantos.

Y no quiero morir . No quisiera morir : -amo la vida porque está colmada de poesía -y de crímenes , y de odio , y rabia y lágrimas…

No; ni el poeta , ni nosotros , sobre todo quienes ya andamos doblando el Cabo de Buena Esperanza. Pues no , pero … Pero habrá que morir . Hay que morirse: -hay que irse muriendo a piedra y lodo . – A soledad , a gritos , a poemas ; – hay que morirse . Nada más.
A secas…

Y como Guardia el poeta , Sabines también:
Mi madre me contó que yo lloré en su vientre. -A ella ledijeron ; tendrá suerte . – Alguien me habló todos los dias de mi vida -al oído , despacio , lentamente . -Me dijo : ¡Vive , vive , vive ! – Era la muerte…

Y la figura de la muerte , a decir de Cervantes , en cualquier traje que venga es espantosa , Y Octavio Paz: «Para el mexicano moderno la muerte carece de significación. Ha dejado de ser tránsito , acceso a la otra vida más vida que la nuetra . Pero la intrascendencia es la otra cara de nuestra indiferencia ante la vida».

Pero temerario y desaprensivo no sólo el mexicano ; lo afirma el filósofo Savater : «Tan obsesionados viven los hombres por la riqueza pavorosa de la muerte , que apenas tienen tiempo para fijarse en la vida(…)pasan el tiempo – lo matan – tratando de alejar de sí la muerte , previniéndola, combatiéndola o viendo morir a los suyos , compadeciéndolos , envidiándoles , calculando el tiempo que les falta para quedarse del todo sin tiempo »

En el México prehispánico , mortecina voz , un melancólico y resignado Nezahualcóyotl: ¿Acaso se vive con la raíz en la tierra? -No para siempre en la tierra; sólo un poco aquí.- Aunque sea de jade se quiebra , aunque sea de oro se quiebra -aunque sea plumaje de quetzal se desgarra. -No para siempre en la tierra; sólo un poco aquí…»

Pues sí , pero algo que desde los tiempos sin memoria obsesionan al hombre , mortal de necesidad ; ¿qué es la muerte? ¿Cuál es el misterio sin fonde de la muerte ? Sabiduría quintaesenciada , la literatura oriental:

«Desearíais saber el secreto de la muerte , pero ¿ cómo saberlo si no buscáis en el corazón de la vida? Si en realidad queréis conocer el espíritu de la muerte , abrid bien vuestro corazón al cuerpo de la vida . Porque la vida y la muerte son uno , como lo son el río y el mar…»

Pero arriba corazones , estos que anidan vivos dentro del pecho , que ya lo afirma el Popol Vuh: «Nosotros somos los vengadores de la muerte. Nuestra estirpe no se extinguirá mientra haya luz en el lucero de la mañana».

Y entonces , mis valedores : porque muerte y lucero están ahí nomas , tras lomita , vivir. Pero vivir a cabalidad , con todos los sentidos , vivos todavía ; vivir hasta atragantarnos , cada día y en el cogollo de cada minuto . Hoy nada más . Por siempre hoy , por más que el «siempre» sea un invento del humano para sus dioses , no para simples mortales . Vivos . Porque habrá que morir. (Memento)

¡Cuán gritan esos malditos..!

Noviembre esta vez , mis valedores . Hemos entrado al mes de los fieles difuntos , los ecos de ultratumba , el memento homo .Noviembre , a la entrada del mes ceniciento , me pongo tristón , memorioso , y me aplico a discurrir del ánima de noviembre , ese fantasmón : Don Juan Tenorio. Y lo estoy oyendo en el aparato: fachendoso , fanfarrón , arricado.
Vida hazañosa…

Noviembre es el mes de Don Juan Tenorio , cuando la tradición se encuentra y da testerazos con el figurón sevillano de oropel , capa y espada , pulmón al viento y desplantes de matasiete , ese macho entre machos que recorre las noches sevillanas siempre en urgida brama de amoríos de traspatio , de trasputín, que algunos resultan los más sabrosos . ¿Por efímeros…?

Noviembre , mis valedores , da vida -efímera también – al romanticismo teatral del XIX español , que en escenario frondoso se nos torna hazañas y tropelías del héroe de fuegos fatuos y lances de encrucijada , el bigardón de la bravata y el voto a tal : el de las imprecaciones a cielos e infirernos y las sabrosas -debí tachar el adjetivo – agresiones de honras femeninas . Noviembre da vida pasajera -pasajera también , como toda que se respete – a la rendida y crédula doña Inés , y ala de Pantoja que a lo largo de los 30 días de este mes vuelve a troncharse al asedio verbal , todo retóricas y prosopopeyas , del labioso logrón de toso lo que huela a cosa femenina , esa gloria – debí tacharlo también .Aquí tomándolo en serio y allá entre befas , morcillas y chabacanas parodias , este mes y sobre el escenario habrá de resucitar la procesión de fantasmones que , pese a su tufo de cadaverina y formol , sobrellevan empaque de inmortales…

Noviembre: del repertorio romásntico español (desde los arranques del XIX) se nos cuela vivito y trovando ese Don Juan de las fanfarronadas y los queveres de alcoba . están aquí las balandronada en metro octosílabo y los arranques aspaventeros del bueno del Burlador , azote de hogares con mozas honestas y hosterías con mozas del partido , que para el gusto del garañón da igual. Aquí llega, raso terciopelo , y aquí clama una vez más , y una vez más para burla , el Burlador de honras femenidas: ¿No es verdad , ángel de amor?

Noviembre : es por gracia de esos imponderables que nunca faltan en la humana industria , que m Don juan se alza a la mitad del foro y resiste el paso de las épocas , las glosas más burdas y las más crueles parodias , las más chabacanas y convenencieras de la industria del espectáculo . Aquí está Don Juan Tenorio para el que quiera algo de él…

Mas ay , que me canso en vano – de tirar golpes al aire…

A propósito; ¿ es este Don Juan , de veras , la representación de un determinado carácter humano? ¿´Se trata de un personaje real , posible , de tres dimensiones? ¿O es un mito , sin más ni más? ¿Quizá no pasa de ser un sueño , y los sueños sueños son? En algún punto de estudiosos se ponen de acuerdo: en modo alguno Don Juan Tenorio representa al prototipo de caballero español , ni el del aventurero , ni el del conquistador de honras femeninas ; los elementos que forman la psicología del Tenorio son irreductibles a un ente humano. es un mito , y los mitos mitos son . Será , pero su estatura de héroe a la altura de las galerías , su empaque de gallo , de macho garañón a ojos del vulgo , su mala fama , tan buena , de revolvedor de agazapados deseos y apetitos mal confesados , ¿quién se los quita..?

Mil embusteros y locos – dan en esos disparates…

Dificil tratar un mito , una entelequia , una sola sombra larga construida con la misma sustancia con que se traman consejas y fantasmones ; difícil habérselas con ese aparecido anual cuya sustancia de la del muerto Comendador , frente al que en esa cumbre del genio humano que es Don Giovanni de Mozart , que ahora mismo estoy escuchando , impreca leporello:»¡Ah , quelche anima sará del altro mondo , che vi cinicen a fondo..!»

Mito será , formol y carantoña engolada muy al XIX español, pero ahí nos llegó , con noviembre , este sevillano de utilería , drama y parodia , para el que quiera algo dél : mi Don Juan el burlador…

Mas …sombra , delirio fue – Yo en mi mente lo forjé…

Y a propósito : ¿quién fue aquél José Zorrilla , creador por antonomasia del Don Juan? Zorrila fue un cirto dramaturgo que vivió once años en México , para de vuelta a su tierra vilipendiarlo; fue uno que llevó vida arrastrada , uno que vendió su alma ( su Don Juan) por mucho menos de lo que vale el dramón ; uno que , impaciente , asentó esta frase novembrino:
Lo que constuiría mi desgracia sería vivir todavía algunos años más . Y firma José Zorrilla.
Conque no paséis afán de aquí adelante , por mí , – que como vivió hasta aquí – vivirá siempre Don Juan… (Vale)

De qué me sirve la vida…

Que la negra noche de mi mal el Lincoln ( el volks. cremita , quise decir) me falló en algún ignoto barrio del norte , les decía el viernes pasado , y que la única luz que columbré a lo lejos fue la de la Reyna Sochil, curados de chilacayote. Afuera , sentado a dos posas y contra el muro los lomos , me enzarcé con cuatro , seis teporochos , en una charla que duró lo que aquella de a litro que me vi forzado a ofertarles. Y qué modo de aflorar y desflorar , al amor cacardiento , penas y lloros , quebrantos y duelos y demás penurias de la vida arrastrada. Habló el de la chamarra verdiosa, dril y cochambre:

-Aquí onde me ve , todo dado a la perdición , yo viví tiempos mejores. Pero la traición de una tirana , cuándo no . ¿Usté no ha sufrido penas de amor..?

Que si las he sufrudo , pensé . Vivo con ellas , y ellas viven conmigo . Nací con ellas enquistadas en la enjundia del ánima , y es hora que en ese ardimiento muero porque no muero , que dijo la santa. ??Penas de esas he sufrido?, dije.

-Pos entonces es usté anormal , ¿ ya fue a ver al siquiatra? Porque sufrir penas de amor y no cacardizar…¿no , ésele, Pitoloco?

Suspiré . Me pegué al gollete del titán. A lo lejos , el aullar de la ambulancia , que en su desgarro parecía gritar : ??¡Ay , mis hijos..! Manolo , en primer lugar . El pretil de la piquera se erizó de gatos , erizados espinazos en la fragua de una brama espeluznante . De repente , un ladrido por el altoparlante: ??¡Ese del volks chocolate, ¿qué no oye? Oríllese pa la orilla..!? Dentro del antro , el cantor anónimo , bordeando arpegios en sol mayor: Celebrando a mi manera ?? la derrota de mi pobre corazón…

Flor de la autocompasión . Acá el catálogo de infortunios remojados en buches del inmundo licor: ??Mi jefecita santa , que se fue y me dejó solo y mi alma en el mundo ?? Mi chamaco ; lo vi morir , mi niño…? ??Me acuerdo que ella y mis muchachos salieron a despedirme , porque me iba a la chamba . Al rato , aquel huracán , la inundación . No volví a saber de ellos . Agarré y puse tierra de por medio . Mi gente…? El gemillido convulso , el sorber de la humedad , la fuga de una realidad intolerable para un carácter de jericalla, menguado por el licor…

Uno me llamó la atención ; ese que , saturado de alcohol , permanecía así , miren , culimpinado , con el rostro aplastado sobre el piso de la banqueta . En su derredor , qué saco: babas , bascas , desechos pestilentes. Hice una seña a los otros: ??¿Y ese ?? Silencio. Algún suspirillo. Bandazos de viento: De qué me sirve la vida… Y entonces uno habló : ??A ése respétele su dolor y su drama, mi señor. Ese nos llegó pero que muy tatemado de su alma , y así lo verá desde hace semanas. Bien se le adivinan las intenciones de quedar en la suerte , y pa pronto , al grito de ya . Ese suicida , Ahí donde lo ve , ya huele a ofrenda de muertos , y lo va a conseguir , de a madre me cai. ¿No , tú , Chipiturco?

Y mis valedores: las tristuras siguieron , y el chupeteo cacardiento , y entonces , válgame , el derrotado aquel , el más vencido de los vencidos , de pronto se removió; de culimpinado , se dejó caer , un temblo , un estremecimiento; la mano , trémula , rastreaba el pomo . Yo , en susuro: ??¿Traición amorosa , tal vez? Un trago , un amamantón. Gomoteó , baba y mocos. ¿Qué tragedia sería la que lo arrastró hasta el averno de los teporochos? ¿una mujer , esa sota moza que amamos tantito más que a nosotros mismos , la Chiquit que de un día para otro se nos fue de la existencia para nunca más , y ojos que te vieron ir , y ahí terminó la existencia para nosotros? Chiquit…

-¿Traición amorosa , dice? No mame . Mire: (El acomedido aquel , sollamando con su aliento mi oreja , me susurró retazos del drama descomnal . Mis valedores :oyéndolo , me estremecí . El asco y la humana compasión ??Querría pagarle otra de a litro , al pobrín.)

-Ese es su drama , y en cosa de días ya nos alcanzó a los que hemos invertido media vida en el pomo , y nos dejó atrás . Ese no llega lejos . Y cómo no , si anda toreando a la muerte y buscando que se lo coja entre los cuernos . Mejor se aventara al Metro , le digo yo , pero cada quién su muerte , osea. ¿Se pone con otro chupito , mi señor? A ver , mi chueco , entre pa´ dentro y arrástrese uno.

Y válgame , me azozobré porque el redrojillo se había venido en sollooozos mal amasados. Algo intentó decir , algo como : ??y él …adre? , pero se lo taponó el vómito . Y para mí fue bastante; me alce y me eché a correr . Que los muertos entierren a sus teporochos . Y yo me pregunto: del suicida qué será a estas horas , si viva o logró su intento , a saber . ¿Su drama? Un priista , imagínense , y le había echado todo su resto a Montiel. Ya tenía asegurado el hueso , y de súbito … ¡De súbito descifré sus tartajeos! (los del teporocho , no los de Montiel.)?y él adre? significaba ??Montiel , jijo de su no sé que madre?. El , los hijos , la Versini. Pero cuatro instituciones niegan investigación alguna contra esos émulos de Gryllo el cerdo: la presidencia del país, Hacienda , la PGR y el gobierno del Edo. de México. (Este país)

Aquí estoy , entre botellas…

??Y cómo no , si ando desgajado por dentro y urgido de olvidar esta pena que me aniquila y no me deja vivir? No, no , un momento: no amontones pretextos para tu vicio, tú con tu pobre carácter de malvavisco. No . Penas todos cargamos encima , y no por eso nos vamos a encenagar en el licor. ¿O exagero , quizá? Porque de mí sé decir que conmigo la cacardiosidad topó en hueso , en tepetate . Pero a propósito: aquí y ahoar me propongo hablar de los vencidos de la vida , esos redrojos humanos que , débiles de carácter y perdida la brega contra un sañudo destino que los superó en redaños , han bajado la guardia y se entregan de lleno al licor , a la vida arrastrada , a la muerte lenta y la perdición. Drogadictos , alcohólicos , espantajos humanos. ¿Alguno de ustedes habrá observado a semejantes bagazos , cascajos , cáscaras basurientas que se arremolinan al amor y al olor , a la pestilencia de la piquera? Son los gorkianos exhombre , los humillados y ofendidos de Dostoievski , las almas muertas de Gogol. Son los destinos trágicos de que habla Cocioli. Los viciosos.

Con varios de ellos me topé un día de estos en un callejón de barrio bajo , en los intestinos de un remoto arrabal , a esa hora de entre dos luces en que la tarde , acosada por la jauría de farolas y esquilas , huye en voladas con la noche amenazándola de desfloración. Del taller de lectura norteño regresaba hacia el sur cuando en eso , de súbito , el cremita , que me la empezó a hacer de fumarola. Tres explosiones falsas como promesa de Fox, peste a quemado como familia de Fox , el vehículo detenido como sexenio de Fox , con un motor más muerto que esperanzas en Fox. Bajé del BMW(el volks cremita , quise decir), y procedí a levantar trompa y trasera ( las del susodicho). Pero nada; sistema de encendido y carburación , cuatrapeados , como Fox..

Náufrago de las cuatro esquinas , detrás de algún valimiento mandé ansiosas miradas hacia callejas y callejones : cuál de los cuatro será el mejor . Elegí el menos lóbrego , y vino a encontrarme , en retazos , la barriobajera tonada que se engrifa de amores y desencuentros , ausencias y soterrados dolorimientos que el alcohol despelleja: Porque esta vida que llevo ?? si no fuera porque bebo no la habría de merecer…

Pian pianito , al amor de la trova que se machihembra al bandazo de viento me fui acercando al charco amarillo que se cuajaba al pie del farol , charco de legañosa luz . Detrás , en la semipenumbra, vetustez y abandono , la reyna Sochil , curados de apio y chilacayote . Aquí y allá , manos anónimas , los consabidos grafitos. Leí :Pipo estuvo aquí . La Lola ya , ??uto yo.(Válgame). Adentro de la piquera , la tonada que reblandecía corazones en salmuera vinosa: La derrota de mi pobre corazón…

Pensé: ??Que por aquí alguno entienda de explosiones falsas va a estar muy brasa , cuando no carbón? . Di un paso , dos , tres. Pisé una cáscara de melón ??¡Ora , güey!? , rezongó las cáscara , que resultó no ser de melón , sino humana. La cáscara que el guey había pisado era una mano . Levanté el botín ( de orejeta , no de los botines que en abyecta impunidad se han levandato los Bribiesca , Montiel , El Tamarindillo Cosme Prestanombres y Cía. Dije:?Perdón , chiquilla o chiquillo?.

-Ah, travieso ( me albureó) . Pero no fijeshion, mi buen . Total , se copera pal pomo , ¿sí?
Piastojeé , y pude distinguirlos : en la banqueta regados al amor del tufo aguardentoso , aquel tenderete de humanos después de la digestión ; uno yacía en posición fetal , otro más se enroscaba , se erguía aquél sobre el eje de la cintura , y chasqueaban todos unos belfos en rescoldo , solamados de sed.
??Un refine , ¿sí ése..?
Teporochones , muy a la orden . Cuatro , seis sin contar los perracos y el par de ratas jariosas que , apalancándose en uno de mis botines , se afanaban en la bíblica maniobra de reproducirse y poblar la tierra( como si para ratas no nos bastasen los Salinas y la Gordillo). Uno de los redrojos aventó aquel gargajo:

-¡Aguas , el esputo..!
-Ya. ¿A su edad y manfloro? De todos modos, verdá , mandamos por el pomo , ¿no? A su salú. Ala de su madrecita. ¿Sí que sí, mi buen ..?

Hombre , dicho así , según lo estipulan las más estrictas reglas del Carreño , por el pomo mandamos , y ándenle , al juego de garganta . Yo comencé a chiquitearme un titán( no de la mitología. De grosella. Conmigo la beberecua nomás no pudo , que topó en tepetate . ¿Y con ustedes , mis valedores? También le hacen frente y evitan la degradación que supone ceder ante la cacardiosa? En fin ).
??Oiga , usté no es de por el rumbo…?
-Me cái que no . Cheneque. Yo lo miro medio de quien sabe cómo.
Mis valedores: pudo más mi interés por lo humano. (Seguiré el lunes.)

Del sancho , denme razón

Que hablen otros del Don Quijote , caballero sin tacha , espejo y flor de la andante caballería. Yo , porque también nos incumbe , les traigo a cuento ( a fabulilla) la presencia del escudero , y es que , ¿ me lo creerán? ocurrió que un día de estos me lo fui a topar por ahí de la media tarde , ya al pardear , en la medianía del páramo castellano . Y qué derrengado lo observé , cual del zafio humor y el maltrato de los payos que en la Barataria me lo tuvieron a yerbas y agua durante los días del fingido gobierno. Ah , el grueso humor de los necios…

Y es que unos mentados duques , por hacer burla de él , fingieron ponerlo de gobernante en la ínsula Barataria , donde fue objeto de chanzas , burletas , donaires y malas bromas de los lugareños , que estaban en el secreto . Ahora Sancho venía , solo y su alma , por los campos de Montiel…

-Qué pasó , no tizne , no venga a mentarme ese corrupto de miércoles.

Por los campos de Castilla . Lo atraje con suavidad , lo senté a la vera de la vereda , le ofrecí un cacho de queso con agua del manantial .? Qué bueno que les largó su gubernatura?, pensé al verlo tan derrengado , sobre todo del ánimo.

-Pero yo renuncié como varón honrado , no como un sinvergüenza Montiel, y no fueron las vejaciones las que me hicieron renunciar ( mascaba con avidez) . Visto está que a mí , sombra negra , me sigue la salación . En la Barataria o con mi don Quijote , da igual : mojicones , garrotazos , malpasaads , manteadas , algunas de manta y otras de madre…

Suspiró , y oteaba la ínsula , que se columbraba allá , en la purísima lejanía . ??No fue benigno el gobierno, por lo que veo? , me atreví a opinar.

Y cómo iba serlo , si todo fue llegar yo a la Barataria y los paisas a burlarse de mí , yo ajeno a la conjura . Un volco de campanas fue el recibimiento , y un soplar de chirimías y badajear de tambores la fiesta de bienvenida. En fingido triunfo me condujeron hasta el sillón donde a lo solemne me invistieron de gobernador. Y a la impartición de justicia…

-¿Usted? ?? no puede sofrenar la indiscreción, qué pena.

-Yo , sí . No seré Mariano Azuela , pero soy varón , cargo las vergüenzas en su lugar y estoy acostumbrado a manejar hatos de cabaras y algún chivón . ¿Algo más se precisa para impartir justicia?

Mientras él seguía mascando yo recordaba la crónica de Cervantes . El asiento de gobernador aún sin tibiar , los payos presentaron a Sancho los casos que ameritaban justicia ; mozas garridas en pleitos de honra , viudas en entredicho , vecinos que se querellan por piezas de oro , en fin. Ahí sentenció Sancho y ahí resplanció la Justicia , mayúscula , no una justicia que mal aborta Montieles , Madrazos , Manolos bribiesca , Fobaproas.
He aquí al escudero inmortal , meneando la vara de la Justicia y absolviendo a éste y condenando a aquél mientras desenreda tramposas querellas y nutre a los lugareños con el fruto dulcísimo de la Justicia , sustento de espíritus . En esas llegó la noche , y sancho se disponía a la merienda reparadora y el lecho no reparador , porque el escudero iba a dormir solo , cuando en eso , la huída…

-¿Huida yo? Está usted muy mal informado. Si hambre y privaciones padecí cuando gobernante , ello fue porque no soy logrero sino hombre de bien , y porque los payos se confabularon para mortificar al escudero metido a gobernador (zapatero a tus etc.), al que mantuvieron a frutillas y tragos de agua , mientras ellos se allegaban perdices y salpicón . Pero perdices son cosa de antaño . Por estas fechas el paisano se alimenta peor que yo mismo: yerbas , nopales y esperanzas. Lástima que ya empiezan a escasear . Más antes , muchas tunas ya limpias de espinas: Hoy , muchas espinas ya limpias de tunas…

-Paupérrima, la tal Barataria.
-Riquisíma, querrá decir : bosques , aguas , buenas tierras y vetas preñadas de todo metal. Hasta petróleo , eche cuentas.
-¿Y los payos enyerbándose a puras yerbas? No entiendo.
-Rica es la Barataria , pero como si no lo fuese; riqueza tal ya no es de los lugareños, que los gobernantes vendepatrias y entreguistas se las dieron a los del Norte. Yo quise recuperar la soberanía de la ínsul , ¿pero solo?
-Cómo de que solo. ¿Y entonces los paisas..?
-¿Esos? A quéjese y quéjese , a reniegue y reniegue , a exige y exige y a espera y espera una y otra vez , irracional esperanza, que esta vez sí se les haga con el nuevo en Los Pinos. Y a desilusionarme una vez más , y vuelta a empezar , rantoncillos desbocados en una banda sin fin. Fue por eso que decidí renunciar: por vergüenza ; ella ajena también. Grábese esto: cuando en la dieta de todos los días no se tiene ala precaución de incluir huevos se acaba sobreviviendo a punta de yerbas , y a puras yerbas ya cuáles huevos. ¿La pescó , bigotón?

Me quedé pensando. Me palpé , por las dudas , y … ¡el puro huequito! (Válgame.)

Muerto viviente , el loco…

Se afirma que los dioses enloquecen a quien quieren perder , pero la realidad es otra : faltos de temple y carácter cuanto sobrados de odios , soberbia , ambición algunos no son capaces de soportar un conflicto superior a sus fuerzas , y entonces se desbarrancan en la sombría región de la locura . De la ficción y a memoria recuerdo , junto a locos notables como los de Maupassant y el del Gogol , al trágico Rey Lear , cuyas locuras de cuando cuerdo lo llevaron a las estrujantes escenas del viejo al que en pleno delirio abate la tempestad. El anciano insensato es , creo , el más humano de todos los trágicos entes de Shakespeare. El más trágico de sus humanísimos personajes . Y en los anchurosos terrenos de la mitología:

Ayax, valiente como ninguno frente a los muros de Troya. Muerto Aquiles y porque lo consideró de justicia. Ayax reclamó para sí las armas del inmortal (ni tanto). Cuando Agamenón cedió esas armas a Odiseo-Ulises, tal fue en Ayax la cólera , que se atrevió a increpar a los dioses, culpa la más penada del Olimpo: la hybris , desmesura soberbia. Ayax fue castigado con la locura , y su mente tomó por guerreros troyanas un ato de ovejas , a las que acometió con su espada . Carnicería. Trágico doblemente , por la suprema crueldad con que se refina el castigo: tal como siglos más tarde Cervantes a don Quijote y con la aviesa intención de que se avergonzara de su hazaña ridícula ,los dioses devolvieron la razón al troyano. Refinado sadismo.
Y si no, ¿cómo procedió , ya cuerdo , el héroe? caminó hasta la playa , y en la arena enterró su espada y se recostó en ella. Del lado del corazón. ¿Don Quijote? Derrumbado en su cama , desencantado y agónico , renegó de sus pasadas locuras . A Sancho , que lo excitaba a levantarse y echarse a andar detrás de endriagos y dulcineas , respondió el cuerdo , y aquí lo patético de la razón recobrada , que ya no se deja llevar por el fulgurante idelismo:
??No , Sancho amigo: en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño?.
Triste , sí , mas no importa; se perdió un idealista y un soñador , pero esa bella locura es contagiosa: el Sancho Panza que fue zafio y vulgar es ahora el iluminado que anhela volver a los caminos del ideal ( a abrir esos caminos) y enfrentar a gigantes , endriagos y dulcineas, y entre los astros volar a lomos de Clavileño. La locura del ideal no muere con el claudicante , que otro tenderá el ala rumbo a ??esa excelsitud inasible?. Pero me estoy desviando , y a mi edad…

Existe en la historia patria un personaje de la vida real , trágica mujer que desde el palacio de gobierno tedjió un poder de pacotilla y , con el marido de cómplice , se atragantó de honrar y titulillos honoríficos efímeros y deleznables. Esta reina de opereta llegó al gobierno famélica de fama , riquezas , poder. En su alucinante protagonismo llegó a tales límites de presión , tensión y ansiedad , que su car´cter falto de reciedumbre no logro resistir. ¿Su nombre? Ustedes bien lo conocen , tanto como sus robos (escándalo del palacio y de todo el país) y desarreglos de conducta propiciados por su posición como mujer del gobernante y gobierno ella misma tras del poder. Viciosa de lujos , derroches y protagonismos , sus joyas , riquezas , ostentación , desmedida avaricia y compulsión por el poder , le acarrearon el odio de los nativos , sus vítimas. Pero para ese poder de la pareja real se acercaba el término, y la desdichada temía que sus depredaciones fuesen castigadas por quien venía a echar del palacio al par de depredadores. ¿El nombre de la rapaz? Lo conocen ustedes , ¿o no..?

María Carlota Amalia era su nombre, y se embarco´en la aventura de convertirse en emperatriz e inventar , con Maximiliano , un imperio de pacotilla que iba a re-matar en el Cerro de las Campanas , donde terminaría la locura imperial , aunque la locura de Carlota venía con ella . Presionada al máximo e intentando salvarse de la justicia , la infeliz se lanzó hasta París y encaró a Napoleón III , y le recordaba acuerdos que él se negó a reconocer . Anhelante, Carlota acudió a su última carta : Pío Noveno , ??Sálveme , Su Santidad. Los esbirros del tabasqueño me van a hacer una auditoría!?

-Cálmate , hija , que ese impío nunca llegará al gobierno.
-Garantizadme , por el Redentor , que pondreís en el trono a Calderón . Porque las noches me paso aterrorizada de que sea el tabasqueño
-¡Jamas! Los mexicanos no van a ser de veras tan agachones como para dejar que triunfe Madrazo.
-No , si el Madrazo me viene por otro lado . ¡El Peje, Su Santidad! Llegue ése y lo primero que haga será revisar las cuentas de mi marido , de la familia , las mías , las de mí Manolo . ¡Con vuestro permiso , Su santidad..!
-¡Hey , qué haces!( Extraviada ya del todo su razón , Carlota introducía su diestra en el chocolate de Su Santidad , y lamía):?¡Las Gacelas del Peje me siguen el rastro y me quieren envenenar!? Trágico. (¿No?)

De la Biblia apócrifa

Ciudad de Jerusalén . Media tarde. Por la calleja se acerca el Ungido , paz en el rostro y en las sandalias el polvo de los caminos . Antes de despedir a Pedro y demás discípulos , les daba su bendición , y así les decía:

-A mis criaturas prediquen la viva palabra de Dios.

Y que ??Aquel que busca a mi Padre nada suyo tendrá , y antes habrá de repartir sus bienes entre los pobres para luego seguirme?, y que ustedes son la sal de la tierra , y que … Ya cae la tarde cuando los discípulos se dispersan sobre el haz de la tierra. Solo y su alma. Jesús el Cristo siguó su andar hasta que allá , en la distancia , se columbraron las techumbres de Jerusalén y la silueta del tempo de salomón. En la hornaza del crepúsculo se incineraba el sol mientras que el romero alcanzó las goteras de Jerusalén y por aquella calleja se encaminó al templo. Y fue entonces:

De repente , en la explanada de la casa de oración , Jesús el Maestro se da el encontronazo con la arribazón de los mercachifles que saquean la casa de Dios . Semejante chusma de griegos , romanos , fenicios y bárbaros , a lo sañudo se afana en desmantelar el templo de Salomón . Gentualla innoble del trato , de mano en mano los traficantes se van pasando paños , vasos y candelabros que tasan en tejos , talegos y monedas exóticas como la algarabía de su lenguaje , cimarrón y extranjero . El innoble espectáculo del toma y daca escandalizó al Nazareno , y su pecho conoció la iracundia:

-¿Y esa depredación? ¿ Y esos mercachifles? ¡Dios, los propios levitas , los sacerdotes del templo metidos a traficantes , execrable espectáculo!

Prendió del manto a ese que pasaba con su cargamento de cofres y candelabros . El rezongo , y el del tráfico dice al que resopla bajo su carga de paños, que aun algunos va arrastrando por el suelo:

-¿Lo oyes tú? ¿El loco este de dónde salió, por qué estos jaloneos , digo?

-¡Mi casa es casa de oración , y ustedes la han convertido en cueva de mercachifles , que es decir de bandidos! E interceptaba al fenicio.

-Bueno,¿ y ese? ¿Cuál es su fumarola? ¿ Es , acaso , inspector del romano? ¿Qué ganas de venir nomás a estorbar la honesta labor de la iniciativa privada , ¿no , tú , Ben Sirá?

-No le hagas caso , Habacuc , ha de ser uno de esos locos que se creen santones , iluminados . Ya mero llamo a la patrulla.

-Hey , tú , ¿por qué la agresión , por qué nos interpelas? ¿Eres de la comptencia y ya mercancía no alcanzaste? Para todos hay , pero tienes que negociar con aquél , mira. ??Y señalaba al hombre alto , de botas , bigotón. Jesús abrió su boca: ??¡Judas! ¡Tu´, cerrando trato con el publicano..!

-Maestro , ¿tú aquí? Pero no , cuál publicano , es japonés , y paga en euros , y al chas-chas. Me acaba de mercar oro , incienso y mirra.

-Ya miro; tu comercio es repugnante.

-Dije mirra , no mira. Y candelabros , lámparas , gobelinos . Barata de quemazón . Hasta agotar existencias . Ese güerito ya me dio un adelanto por PEMEX y la Federal de Electricidad. ¿Sabes , maestro? En España, ora que fui a la Cumbre , las anduve ofreciendo , las paraestatales que se salvaron de los tres anteriores sexenios . Gringos , alemanes y franceses se interesan por ellas.

-Te envié a predicar la virtud y hacer el bien a mis criaturas.

-¿Y no es lo que estoy haciendo? ¿No estoy agenciándoles un fregadal de divisas? No , y en Salamanca ofrecí CINTRA, ISSSTE , Seguro Social y la educación pública ya las tengo apalabradas para el güerito. Oye , acomídete , ¿sabes hacer cuentas? Mira estas facturas , ¿traes sumadora?

-¡Una hipoteca!¡Judas , hipotecaste el templo de Salomón!¡Espíritu de vendepatrias , vocación de entreguista! ¡Qué es lo que llevas ahí , bajo el manto?

-Artesanía popular . Tengo al cliente esperando . Gringo también , como el de la hipoteca. Paga en dólares la artesanía popular.

-¡El Tabernáculo del templo!

-¿Y? ¿Es acaso , recurso estratégico?¿No representa divisas? De aquí tú te llevas tu buen porcentaje , y una tajada más para Marta y sus hijos.

El Primogénito de los Muertos se volvió a los muertos que iban pasando , abrio los brazos , clamó a toda voz : ??¡Gentes de Jerusalén!¡Que los Judas les saquean sus riquezas! ¡Deténganse, escúchenme! ¿Acaso no les improta que una cáfila de sinvergüenzas les hurte su patrimonio??

Qué les iba a importar , qué se iban a detener; ellos, (ausentes , enajenados) pasaban aprisa rumbo a la pitanza , la sangranza de la nota roja en la TV., las pestíferas deyecciones de Lauras , Origeles y Chapoyas en ese su excusado electrónico, y a fornicar con la gorda( las nalgas de Niurka en la mente) , a morirse en sueños . Y fue entonces : Jesús , iracundo , alzó el látigo.(Ira de Dios.)

¡A implantar un orden social-cristiano!

¡Vamos a imponer la contra-revolución! ¡ Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva Cristo Rey!
Y la razón de la ??cristera! De 1926-29 contra el gobierno del ??impío? Calles: el haber implantado la Carta Magna de 1917, que así juzgaron los constitucionalistas: ??La constitución de 1857 y ahora la vigente de 1917 establecen el laicismo de la enseñanza primaria , sentando un principio de libertad de conciencia y destruyendo los exclusivismos que necesariamente tendrían que aparecer como consecuencia de las creencias de los maestros o directores de colegios a donde concurren niños de todos los credos. Además de que verdades fundamentales de la ciencia , son negadas por creyentes de estrecho criterio , que privarían de ellas a los educandos (…) Las leyes no prohíben que enseñe religión en donde verdaderamente debe impartirse : en el templo , que es donde radica la cátedra religiosa , o en el hogar?.

La réplica , en 1927 , del obispo de Tabasco y futuro arzobispo de México: ??¡Esa Constitución no es sino la incoherente y audaz expresión de una teoría política bárbara! Fue puesta en vigor por una oligarquía despótica , únicamente para dar apariencia de legalidad a sus actos (…) Y en todo caso , no siendo la llamada Constitución más que una doctrina de piratería , mientras que esa doctrina no sea repudiada , cada proposición podrá traducirse así: ¡Sí , somos piratas, pero si ustedes reclaman fuertemente no os robaremos inmediatamente..!? Desde Nueva York, el obispo de Tabasco aleccionaba al gobierno de Norteamérica, y así lo alertaba:
??Qué si hay un posible arreglo entre vuestro país y el gobierno de México , así como encontre éste y la Iglesia Católica? ¡No! Ningún arreglo es posible entre ningún pueblo conciente y una tiranía irresponsable..?

Ya alzados los cristeros , desde su resguardo en Roma así instigaba a la rebelión de católicos un José María González , Arzobispo de Durango: ??Ya que en nuestra arquidiócesis muchos católicos han apelado al recurso de las armas , y piden una palabra de su Prelado , palabra que Nos no podemos negar desde el momento que se nos pide por nuestros propios hijos , creemos nuestro deber Pastoral afrontar de lleno la cuestión, asumiendo con plena conciencia la responsabilidad ante Dios y ante la Historia , les dedicamos estas palabras: Nos nuenca provocamos este movimiento armado , pero una vez que , agotados los medios pacíficos , este movimiento existe , a nuestros hijos católicos que andan levantados en armas por la defensa de sus derechos sociales y religiosos , después de haberlo pensado largamente ante Dios y de haber consultado los teólogos más sabios de la ciudad de Roma , debemos decirles : estad tranquilos en vuestras conciencias y recibid nuestras bendiciones…?
Semanas más tarde , el resultado: ??Alsaltan los cristeros , dirigidos por los presbíteros Reyes Vega , Pedraza y Angulo , el tren de Guadalajara al norte de la Barca , Jal. Poco después de la noche , el tren sufrió una brusca sacudida que hizo que todo quedara a oscuras , mientras cerradas descargas llovían de uno y otro lado de la vía . El pánico cundió. Las plegarias se alzaron y fueron a confundirse con los lamentos de los heridos , con el estruendo de las balas , con las vivas y blasfemias anónimas a la Virgen de Guadalupe y a Cristo Rey. Uno de los pasajeros perdió la razón al ver morir a sus cinco hijos y a su suegro, y al contemplar a su madre atravesada por las balas. La escolta sucumbió después de tres horas de combate. Los cristeros entonces se abalanzaron al interior de los carros y se dedicaron al saqueo y a buscar armas y parque. Se apoderaron de 60 mil pesos y luego incendiaron el convoy . Los carros fueron incendiados sin haberse retirado de ellos a los heridos?. (Dios…)

Pero para unas masas desmemoriadas y apáticas qué valen las lecciones históricas. Querétaro, Qro.: Rodrigo Guerra , asesor de la Conferencia del Episcopado Mexicano , llama a los cristianos laicos a defender a Obispos acusados de violar la ley: ??Los cristianos tenemos que aprender a decir , independientemente de lo que digan nuestras leyes , ese que nos propone estos valores está declarando a los laicos que tenemos que aprender a decir con valo: ¡Los católicos votamos así…!? . México 1987: ??A todos los párrocos , presbíteros , vicarios , capellanes y seglares mexicanos que fueron sacrificados durante el movimiento revolucionario y la guerra cristera se les inicio ya su proceso de beatificación ??. Año 2000. ??Luego de desalojar a los vecinos de un predio de varias hectáreas, el cardenal Juan Sandoval y el Gobernador Alberto Cárdenas colocaron la primera piedra de lo que será el Santuario de los Mártires ( de la guerra cristera), en Santa María Tequepexpan. El desalojo tuvo lugar por objeto beneficiar a los Ramírez Rábago , quienes con la donación de 10 hectareas al Arzobispo de Guadalajara pretenden regularizar 18 hectareas?. (Cristo…)