Veo en tu futuro

Las supersticiones perpetúan el odio y la injusticia. Son residuos fósiles de creencias ya extinguidas; del remoto pasado, inmenso sepulcro, se levantan sus fantasmas para cruzar el paso a los que investigan la verdad. Son males que en el porvenir no tendrán remedio si es irreparable la mentira que esclaviza a los hombres y la ignorancia que los doméstica.
(J. Ingenieros.)

La industria de la superstición, mis valedores, esa plaga recurrente, esa grotesca superchería que vive su época de oro a principios de cada año, cuando florece y echa su fruto mostrenco. ¿Los logreros? Los de cada día y cada año.- brujas blancas, brujos «mayores» y las falsas pitonisas del cinescopio. ¿Sus víctimas? Los pobres de siempre, sobre todo de espíritu, que se niegan a crecer, a madurar y, criaturas irremediables, andan en busca de la teta materna y la protección del padre castigador. Son esos crédulos que, impotentes para enfrentar por sí mismos los coletazos del áspero oficio del diario vivir, buscan la protección de la «limpia», el tarot y demás zarandajas de las que medran los charlatanes. El amuleto y el talismán, el tarot y la lectura de la mano. Los mensajes «estrelleros…»

– Pero no me admiro de tales crédulos, dijo el maestro en la tertulia de anoche. Lo que me asombra es que las víctimas voluntarias de las Amiras y demás brujas blancas de radio y televisión se digan católicos. Cómo admitir que quienes se afirman católicos que guían su conducta por las enseñanzas de la Biblia puedan creer en semejantes supercherías. ¿No, acaso, se los prohibe la Biblia? ¿No se los prohiben el Papa y los cardenales ? ¿Qué clase de catolicismo es el de esos pobres de espíritu que así recurren a aberraciones tales como el ensalmo y los amuletos de brujos, videntes y demás charlatanes…?

Silencio. «La religiosidad del católico:¿creer en su Dios, confiar en él o en Venus cuando anda en la cuarta casa de Júpiter y demás embustes? ¿Qué dice, al respecto, la Biblia, señor Valedor?»

Yo, amador y adicto al Libro, me encaminé al librero donde guardo mi colección de biblias en tanto a la mente se me venía el caso patético de aquel Manasés aturdido, un ignorante de porquería, que con su afición al horóscopo y el talismán, irritó injustamente a Jehová (¡sí el católico quisiera entender!) Regresé con la antigua versión de Casiodoro de Reina. A la indicación del maestro leí, del Levítico, esto que continúa de advertencia para el católico:

«No os volváis a los encantadores y adivinos.- no los consultéis ensuciándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios». Y entonces, en Crónicas, el caso del crédulo, ignorante rey de los descendientes de Abraham:

«De 12 años era Manasés cuando comenzó a reinar, y 55 años reinó en Jerusalén. Mas hizo lo malo en ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las gentes que había echado Jehová delante de los hijos de Israel. Porque Manases (…) adoró a todo el ejército de los cielos, y a él sirvió (…) Y miraba en los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba pitones (pithones, estúpida computadora. No pitones, como tú te empeñas en corregirme. ¿Quién va a saber más de pithones, tú o Jehová?) Consultaba pithones y encantadores, y subió de punto en hacer lo malo en ojos de Jehová para irritarle».

Vi que el maestro desplegaba un añejo ejemplar de Desde la fe, vocero oficial del Episcopado Mexicano, que es decir de Norberto Rivera, político y cardenal de la Iglesia Católica. Lo oímos leer en voz alta:

El acudir a prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo, aunque sea para procurarle su salud, además de ser gravemente contrarias a la virtud de la fe, son un fraude…

Un fraude, sí, contertulios, delito en el que caen esos charlatanes que desde la radio y el cinescopio inducen al pobre de espíritu a creer en los astros, someterse a «limpias» y, por salir del bache económico, hundirse más al echarle dinero bueno al malo. A ver, señor Valedor: así como tantos ejemplares de la Biblia, ¿tendrá también el Código penal?

Lo tengo. «Busque el delito de Fraude«. Lo busqué. En su artículo 386, lo advierte el Código.- «Comete el delito de fraude el que engañando a uno o aprovechándose del error en que éste se halla se hace ilícitamente de alguna cosa o alcanza un lucro indebido».

Y que el delito de fraude se castigará, según el monto de lo defraudado, con penas que van desde la multa en metálico a los días, meses o años de prisión, que pueden llegar a 12. La tía Conchis, su mirada incisiva; y es que al siguiente día, por culpa de Fox, yo tendría que involucrar el país en un rito mágico. (El tal, pronto.)

¡?ste es un asalto!

Exacto, la inseguridad pública, ese problemón y uno de los principales factores de desgaste que a los ciudadanos nos mantiene entre la zozobra, la angustia y el pánico, el sistema nervioso hecho trizas y en un permanente estado de crispación. Y cómo pudiésemos evitarlo si todos, o casi todos, alguna vez hemos sido víctimas de la delincuencia. Porque, mis valedores: ¿quién no pudiera referir un hecho violento perpetrado en su campo familiar, laboral o del vecindario? Horroroso. Pero entonces, a lo instintivo y visceral:

– ¡Joel Ortega y Bernardo, ineptos! Que renuncien, si tienen vergüenza!

A lo estéril e irreflexivo, sin más. Pero un momento: ¿nos hemos puesto a pensar en cuál puede ser la fuente, la ubre de esa violencia, y cómo hoy día es punto menos que imposible la solución? Mientras tanto, ¿no podríamos poner en práctica, nosotros, un plan defensivo contra las embestidas de la delincuencia? Uno como este que propone el especialista («si los asaltantes y los secuestradores tienen un plan, ¿nosotros por qué no tenerlo?»):

Para empezar, las zonas de más asaltos son, tomar nota: el Zócalo, la Zona Rosa, las colonias Del Valle y Polanco, Guerrero y Cuauhtémoc. El plan:

Precauciones generales.- Cuidarnos de los limpiavidrios y no permitirles que se trepen al cofre. Casi siempre es una maniobra para observar lo que traemos en el vehículo – Cargar con nosotros por lo menos mil pesos, para tener algo que entregar en caso de asalto. Portar una sola tarjeta de crédito. Tener en cuenta que por cada tarjeta se pueden retirar 4 mil pesos. Si se trae por lo menos 3, representa una pérdida de 12 mil pesos, que se pueden convertir en 24 mil si se retienen esas tarjetas hasta el siguiente día.

A menos de que se tenga que llevar a cabo algún trámite bancario o de índole semejante, donde sea indispensable, no traer consigo la credencial de elector – No portar tarjetas de presentación ni fotografías de familiares en la cartera – No mostrar en la calle el teléfono celular – Si suena y vamos caminando por la calle, pegamos a la pared, observar hacia ambos lados, contestar y pedir que quien llama que marque después – Observar siempre manos y ojos de cualquier extraño que camine hacia nosotros. Si oculta las manos en los bolsillos posiblemente traiga un arma.

Cuando se aborda un taxi.- verificar placas. Si corresponden a la Ciudad de México tienen una banda verde. No abordar aquellos taxis que tengan vidrios polarizados o los que no tienen placas. – Una vez en el taxi, verificar que la foto del tarjetón esté actualizado y coincida con la persona que conduce el vehículo. Enseguida llamar a casa por el celular, para decir el número de las placas y la descripción del vehículo, así como en cuánto tiempo se piensa llegar. De no haber nadie en casa, fingir la conversación. -No esperar taxi en la calle – De preferencia usar taxis de sitio.

Cajeros automáticos.- No acudir solos a retirar dinero – Evitar los cajeros que se ubican en rumbos solitarios o desconocidos – Cuando retiramos dinero pedir al cajero que cuente nueva-
mente en forma lenta el dinero. No es recomendable volverlo a contar frente a los demás.

En un restaurante.- Sentarse en un lugar que se encuentre cerca de una salida de emergencia y en donde simultáneamente tengamos a la vista la entrada principal. Estacionamos lo más cerca posible de los centros comerciales. – Al salir y abrir el vehículo, no apuntar con el control a más de 50 centímetros de distancia. Alguien puede estar observándonos y aprovecharse de que el vehículo queda abierto.

En la calle.-
Caminar lo más despegados posible de la pared. No transitar por calles oscuras. Cuando en la calle nos pidan la hora, seguirnos de frente. No sabemos cuáles pueden ser sus intenciones.

Factores de riesgo.-
Persistir en las mismas rutas – Viajar solo – Frecuentar áreas inseguras. Exhibir objetos de alto valor: joyas, laptops, celular, etc. En caso de ser asaltados mientras abrimos el auto.- Levantar las manos, nunca ver de frente al asaltante: mirar hacia abajo y escuchar lo que nos demande. Las alternativas en esta emergencia son: no permitir que nos suba al auto (98 por ciento de las personas que son levantadas mueren en el intento de escapar), sino tratar de negociar: «Llévate el auto, mi dinero, la cartera, etc.». Ser siempre claro en los movimientos y efectuarlos con lentitud. Facilitarle la maniobra. Por ejemplo, «Tranquilo, voy a hacer todo lo que me dices. Tengo mi cartera en la bolsa derecha y la voy a sacar. Tranquilo».

En caso de que insista en subir al auto a la víctima, fingir un desmayo o un ataque de asma. Tal vez se reciba un par de patadas, pero el asaltante podrá desistir de la maniobra y se retire. – Si el asaltante logró subir al auto a la víctima: no verlo. ¿Medidas preventivas contra secuestros «express»? (Pronto.)

En este pueblo sí hay ladrones

Un boquiflojo seré, y un imprudente, pero no un rencoroso. Ya perdoné a los contertulios. ¿El incidente? Anoche, cuando la tertulia degeneró hasta enlodarse en el tema (¡imagínense!) del residente de Los Pinos, nada menos que Fox, con todo y familia: sus pros, sus contras, sus asahagunes. Macabrón…

(La tertulia se inició con el tema humanísimo de cierta varona que en vida y muerte fue espejo y flor de virtudes cívicas, ella que con su pasamontañas y colorido huípil se nos quedó como seña de identidad de la lucha civil contra el Sistema de poder. La Lichona remató la apología de la Comandanta Ramona con la respuesta de la indígena al gobierno de Zedillo, que ofreció trasladarla desde su Chiapas hasta el DF para curarla de una enfermedad mortal de necesidad: «Nosotros nos levantamos en armas para que todos nuestros pueblos tengan salud, no para que ustedes me curen a mi…»

Silencio. Yo pensé en Leónidas, el espartano mientras moría por su patria frente a los guerreros persas de Jerjes.) Mozart en el aparato. El réquiem, a media voz. Cómo fue que, imprudente, salió ahí el joven juguero:

– Bueno, ¿y ora con quién fregaos va a dialogar Fox, si desde Bush el gringo hasta Evo el boliviano juran preferir una mentada de madre a hablar con él? ¿Qué se va a hacer con Fox ora que le zafen la banda presidencial?

– Ese, derechito a La Palma o al desván de la historia, dijo don Tintoreto, y La Maconda, neo-panista y adoradora de Diego el barbón: » ¡A reelegirlo! Yo coincido con El Chavo del Ocho: Vicente Fox es el mejor presidente que los mexicanos hemos tenido en los últimos cien años».

– Para mí (¡cómo fui a abrir la boca!), Fox es el indicado para presidir la Secretaria de Educación Pública. (¿Que qué? ¿Fox? ¡No lo hubiera dicho!)

Fue el maestro; el benemérito logró arrancarme de fauces y garras de la jauría. «Hablando de educación pública y la mega-biblioteca que tanto cacarea Fox, ¿sabe alguno cómo marchen los planes para fomentar la lectura en las masas? Ah, si las masas leyeran. Poema, cuento, novela. Sensibilidad, imaginación, vida interior. Oigan La oveja Negra, de ítalo Calvino, y adviertan lo que un relato puede ilustrarnos en torno a la realidad mexicana de hoy día.

La lectura amansó a mis verdugos-. «En aquel país todos eran ladrones. Por la noche cada uno de los habitantes salía con una ganzúa y una linterna sorda y saqueaba la casa del vecino. Al regresar, cargado, encontraba su casa desvalijada. Y todos vivían en concordia y sin daño, porque uno robaba al otro y éste a otro, y así hasta llegar al que robó al primero. El comercio sólo se practicaba en forma de fraude del que vendía y del que compraba. El gobierno era una asociación creada para delinquir en perjuicio de sus gobernados; éstos, por su lado, sólo pensaban en defraudar al gobierno. La vida transcurría sin tropiezos, y no había ricos no pobres. Pero apareció un hombre honrado».

Y que él, por la noche, en lugar de salir a robar, se quedaba en casa, leyendo. Llegaban los ladrones, veían luz y no subían. Esto duró un tiempo; después hubo que darle a entender que si él quería vivir sin hacer nada, no era una buena razón para no dejar hacer a los demás. Cada noche que pasaba en casa era una familia que no comía al día siguiente. Frente a estas razones el hombre honrado no podía oponerse. También él empezó a salir por la noche para regresar al alba, pero no iba a robar. Era honrado. Iba hasta el puente y se quedaba mirando pasar el agua. Volvía a casa y la encontraba saqueada.

En menos de una semana el hombre honrado se encontró sin un céntimo, sin tener qué comer, con la casa vacía. Pero lo malo era que su conducta provocaba un gran desorden-, él se dejaba robar todo y entre tanto no robaba a nadie; de modo que había siempre alguien que al regresar al alba encontraba su casa intacta: la casa que él hubiera debido desvalijar. El hecho es que al cabo de un tiempo los que no eran robados llegaron a ser más ricos que los otros y no quisieron seguir robando. Y por otro lado, los que iban a robar a la casa del hombre honrado la encontraban siempre vacía; de modo que se volvían pobres. Así, los que se habían vuelto ricos se habituaron a ir también por las noches al puente, a ver correr el agua. Esto aumentó la confusión, porque hubo muchos otros que se hicieron ricos y muchos otros que se hicieron pobres.

«Había ricos tan ricos que ya no tenían por qué robar o mandar a robar para seguir siendo ricos, pero si no robaban empobrecerían porque los pobres les robaban. Así, pagaron a los más pobres de los pobres para defender sus casas de los otros pobres, y así inventaron la policía y las cárceles. Pocos años después del arribo del honrado ya no se hablaba de robar o de ser robados, sólo de ser ricos o pobres, pero todos seguían siendo ladrones. El único honrado no tardó en morirse de hambre». ¿No resulta elocuente, ilustrativa, la ficción? ¿No valdría la pena que las masas leyeran? ¿Cuál sería el país, cuál la moraleja? (Pues…)

Zoología Fantástica

Los osos panda esta vez. De Chía-Chía me preguntaba hace hoy sus buenos diez años (aunque viéndolo bien, ¿qué de buenos han tenido, con animales de esta ralea en el zoológico de los pinos?) Qué habrá sido del panda Chía-Chía, me preguntaba. Qué habrá sido de él. Por qué lejas tierras arrastre a estas horas a su estigma de judío errante. Execrado, vilipendiado, expulsado no nomás de su jaula sino del zoológico, de los pinos, de Chapultepec, del país, ¿dónde le vino a amanecer el sol esta mañana? Mis valedores: es muy posible que en sus tiempos de honras, gloria y besamanos, algunos de ustedes lo hayan ido a visitar al zoológico, y que tras la visita de rigor (rigor mortis en Colosio, Ruiz Massieu y cientos de perredistas), el panda dijera la frase del ritual:

– Pase con Justo Ceja, compatriota.

El sobrecito, sí, y a administrar la abundancia, como prometía el panda Pepe-Pepe. ¿Yo? Nunca visité al Chía-Chía ni a alguno de sus pandeados congéneres. Yo a los tales ni verlos, menos unirme a su corto temporalero de cortesanos y ventajistas serviles. Yo, al tal Chía-Chía con más razón detestarlo, porque su pase al zoológico se dio a trasmano, al trascuerno, con los terrenos cambiados, a lo camandulero y de mala ley, pregúntenle a Cárdenas. A mí, desde que el bicho se apoderó de una jaula que no le pertenecía, y en las fotos lo miré instalado en terreno de ahuehuetes y pinos (pequeñajo él, tan sin gracia, sin merecimientos, tan sobrevaluado), me dio en el caracol del ombligo, que decía aquél. Chía-Chía, con su vocecita: «¡Compatriotas, política motherna!» Y todo lo acabó de mother-nizar, y páguenlo 100 millones de paisas. Ah.pandas.

Y aquí el homenaje a los artistas de la cámara, sea de fotos fijas, de cine o de televisión. Qué maestría la de estos esforzados, que el Chía-Chía les salió siempre gallardo, con su rostro de estadista, de visionario, como para quedarse en el mármol per secula seculorum. Pues sí, pero qué les ocurrió a los fotógrafos, que años más tarde hoy la foto del secula les sale con rostro de seculorum. ¿Las cámaras se les estropearon, la destreza menguó, faltó Justo Ceja? ¿Por qué a la distancia de años ya la vera efigie del panda inmortal se nos metamorfoseó en un rostrín ridiculillo que así afea y macula planas interiores del matutino al tiempo que el panda hijoesú vuelve a tomar en sus manos la manija del cilindro mientras que quien debiera oficiar de cilindren) se la pasa mendigando monedillas a cuando gringo le pasa enfrente.. ?

Por cuanto al colega: quién como tú, oficiante del periodismo, para tornar un gusanillo en crisálida, un fiambre en Adelantado Inmortal, un cerillo en relumbre de Quinto Sol. Quién como tú para crear y criar, como en el páramo rosas y fuentes de vivas aguas, carisma, personalidad, magia y encanto en el más mediocre de los osos panda, sólo para seis años después y regresar al polvo y la basura al redrojo que brotado de polvo y basura asaltó la efímera inmortalidad. Quién como tú, mago de computadora o cámara fotográfica, para pintar el retrato de Dorian Gray, para luego tornarlo a la escoria de donde vino. Tú, mago del periodismo. «Pase con Justo Ceja, compatriota…»

Pero, en justicia, no sólo tú: desde que Chía-Chía se enjauló en el zoológico, veterinarios y guardabosques agarraron por su cuenta imagen y fama pública del invasor y ándenle, a delinear en el engendrillo un halo de Divino Rostro, y arrodillándose después ante el milagrero de pacotilla. Fue así como el panda, fantasmón fachendoso, figurón de utilería, gesticulador del lenguaje, veneno dulzón, durante seis años justos (de Justo Ceja) se alzó en el zoológico sobre serpientes y cocodrilos, orangutanes y dinosaurios y jilguerillos cantores, y fue rey del bosque y reinó sobre garras y picos, uñas, colmillos y lenguas bífidas. Tiempos calamitosos, me acuerdo. ¿Y ustedes? Sí, que Chía-Chía tuvimos todos los días y en todas partes, menos en la sopa, que nos la escamoteó, el muy jijodiún. «¡Solidaridad, compatriotas. Pronasol..!»

En esto pensaba la tarde del sábado, que se me volvía penumbrosa y, ardilla hipnotizada, iba siendo engullida por la culebra pitón de la noche recién llegada. Reflexionaba en lo candido que soy, porque recuerdo que hace diez años, leyendo en el matutino la tocata y fuga hasta Dublín del «compatriota», me vino aquel a manera de orgasmo mental: «Ese panda dañero se fue para nunca más. Atrás ha dejado, entre tufos de azufre y ventosidad, un reguero de hambre, muerte, peste y pestes, guerras intestinas allá arriba y acá abajo puros intestinos vacíos. Pero muerto el panda se acabó la rabia, y el renegar y el crujir de dientes. Este de la foto se fue para nunca más». De repente leí la noticia y…

– ¡Friégale! Perdón, quise decir: ¡híngale! ¿Nunca más? ¿Pues qué? ¿No acaba de colocar todos sus peones para la nueva partida de ajedrez, una partida que será para todos nosotros, pero de madre? ¿No se anda posicionando por la vía del Madrazo? ¿Ese madrazo, no será para todos nosotros, el paisanaje? Más, un día de estos. (Fox.)

Pinos, pandas, zoológico

Tarde friolenta, con amagos de llovizna, que me contristó el ánima y la orilló al suspirillo, la laxitud y el oficio de los viejos (no «tercera edad», no «adultos en plenitud», no practiquemos el arte hipócrita del eufemismo); tarde, decía que me orilló al oficio de los viejos: recordar, entre pesadumbres. Tarde que fue la del sábado, pizarrosa y con amagos de viento chivero. A mi oído Bach; allá, por los rumbos de Chapultepec, aquellos vapores neblinosos que difuminan el verde y los ocres. En silencio contemplé los enhiestos, álamos, los ahuehuetes vetustos y unos pinos atacados ya de incurable mal, ya irremediablemente decrépitos, carcomidos de polilla. A la mente se me vino cierta evocación, al ánimo la tristura y al pecho el suspiro tengo ese don, el de los suspiros. Contemplé los piños ya cancerosos, y resfriado el espíritu dije entre mí, ensombrecido: «Así pasan las glorias de este mundo…»

Sí, que entremirando el zoológico y la ruina de los pinos, carcomidos de corrupción, depredación impune y descrédito total, a la mente se me vino la evocación de una familia, en un tiempo privilegiada hasta lo demencial, que la habita desde hace lustros: la de los panda, animalejos que en su momento han disfrutado la tumultuosa popularidad de un paisanaje manipulado, y una atención, unas honras, un protagonismo y unos gastos de mantenimiento que considero inmerecidos. Semejante familia de osos panda ha habitado entre los pinos a cuerpo de rey, de caudillo, de sátrapa, de dictador, de Quetzalcóatl y Quinto Sol, de diosecillo de pacotilla sometido a su Primera Panda (pareja de pandas que de quedar una migaja de Justicia en el mundo, de la jaula de oro que hasta hoy ocupa deberá ser cambiada a la que se han ganado en La Palma).

Uno es el primero de la runfla de pandas que se me viene a enjaular a la mente. El PepePepe mentado, ¿lo recuerdan ustedes? ¿Lo habrán podido olvidar? PepePepe, al que lo hicieron creer Quetzalcóatl. ¡Y se lo creyó!

Musito ese nombre y me llega la evocación del berraco que en derredor congregaba torrentes y contingentes de Rosa, Luz, Alegría y muchedumbres de aturdidos que le aplaudían dichos, gracias y carantoñas de irracional. En el zoológico los Ratones Verdes no tendrían delanteros, pero sí el PepePepe en los pinos aquellos traseros que se tornaron andancia, con sus andares de gracia, salero y fiebre hormonal. Pompa(s) y circunstancias se nos volvió aquel zoológico; los visitantes, aquella fascinación. De repente, el panda se nos pandeó; la embolia le torció el hocico y le engarrotó los músculos que antes tuvieron movilidad, y le movilizó los que se vivían engarrotados, y entonces…

La jaula, entonces, vendría a ser ocupada no por otro oso panda, sino por un oso gris, y tanto, que en el zoológico mal se recuerda, y de malas, al que nos resultó gris, pero gris rata, que no se fue con las garras vacías, sino al contrario, cambió sus garritas de recién llegado por casimires gris Oxford. Un verdadero mátalas-callando, que nos trajeron de (la) Madrid. Jijodiún…

Después del gris rata, ¿se acuerdan ustedes? hasta la jaula mejor del zoológico nos acarrearon al más desagradable de ver, un panda pelón, orejón y cascorvo, como comprado en barata de saldos, mothernizador. Así anunció el matutino la llegada del nuevo plantígrado:

El gran movimiento en el aeropuerto fue motivado por el arribo del oso panda ChíaChía, que llegó en un vuelo comercial desde Chicago.

(Sabríamos después que de Chicago se acarreó la mafia y las mañas más perniciosas de los Al Capone y compinches. ¡Solidaridad, compatriotas..!)

«La comitiva de recepción del panda estuvo encabezada por la directora del zoológico de Chapultepec, quien comentó que Chía-Chía viene a México para contraer nupcias con Tohuí, la osa mexicana».

(¿A contraer nupcias? ¡A violarla, a vejarla, a saquearla el tanto de seis años, a ensombrecerla todavía más, padrotillo esperpéntico, valido de la ocasión! Discúlpenme, y sigo.) «Chía- Chía fue transportado inmediatamente al zoológico de Chapultepec, donde fue colocado en un albergue aislado en tanto se aclimata y se acostumbra a sus nuevos compañeros…»

(Los que no se pudieron aclimatar ni acostumbrarse al nuevo plantígrado fueron Colosio, Ruiz Massieu, 400 y tantos perredistas y cosa de 100 millones de mexicanos.) Al dañero, años más tarde, se lo llevarían a Dublín, y ahora mueve el pandero político desde su cubil de Dulce Oliva. No lloro, nomás me acuerdo. Leí la nota del matutino, suspiré un par de veces que tengo ese don, les dije antes, me puse a reflexionar, y meditando en el destino del hoy sucesor de osos panda y de color gris, ala memoria me llegó, lamentoso:

«Aprended, pandas, de mi -que en este ostracismo estoy- que ayer presidente fui y hoy sombra de mí no soy…»

Mañana, pandas rapaces como la Primera Panda. (Con todo y sus asahagunes.)

Pero tenemos «democracia»…

Las masas se niegan a escarmentar. Una «democracia» nos impone el Sistema de poder, costosísima, que en cinco minutos y con tan sólo cruzar una papeleta nos otorga la facultad de elegir un proyecto de gobierno, pero que nunca, en ninguna forma, nos faculta para hacer que ese proyecto se lleve a cabo. De ejemplos, los gobiernos priistas y los que más tarde llegaron a reemplazarlos. Hoy es el gobierno de Enrique Peña en el Edo. de México, del que da cuenta la nota que apareció en Reforma del pasado martes:

Peña Nieto presume obras fantasmas. Presenta como logros obras que apenas (se) inician o del gobierno anterior. No cumple sus promesas.

Y yo les digo, mis valedores: candidas estas y aquellos simuladores, las masas y los políticos se dan a engañados, y se lamentan y se asombran de que el gobernador del Edo. de México deseche por ya inservible la escalera de promesas con la que logró encaramarse al poder, y se generen entonces noticias de esta ralea: «Dirigentes del PAN y el PRD condenan que el gobierno de Peña reporte obras en proceso como ya terminadas». Clama el perredista:

«Los compromisos del señor gobernador han sido en general incumplidos, basó su campaña en un exceso de demagogia, a sabiendas de la imposibilidad material para poder resolver los problemas del estado».

Y que para ejercer algún procedimiento contra el gobernador no existe el procedimiento, y «los exhortos son como las llamadas a misa». Sí, que en eso consiste la «democracia» que Fox no se apea de los labios, «democracia» que con absoluta falte de pudor nos mienta a todas horas de todos los días y con cualquier pretexto, sin que nunca explique a las masas en qué consiste la tal «democracia» que produce gobernantes como él mismo y como Peña Nieto.

Y es aquí donde se advierte el papel protagónico que en todo proceso electoral (electorero, deberíamos decir] desempeñan los medios de condicionamiento de masas, que así fuerzan a los posibles votantes a la desmemoria de los anteriores fracasos y al efímero fervor por este o aquel candidato no de nosotros, sino del Sistema de poder. A propósito, aquí la opinión del historiador Montanelli, citado por el periodista Federico Arreola:

«Cuando se acercan las elecciones la política entra en celo y los políticos se animalizan. Nada atienden que no sea el orgasmo electoral».

Y con ellos las masas, prodigio de una industria del periodismo que así manipula hasta la exaltación a unos votantes crédulos, que ya en plena exaltación hormonal, claman su adhesión por este o aquel candidato para que todos, a madrazo limpio (sucio), «se disputen a la hembra electoral» en esa liza política que tornaron herradero y corral, potrerillo y chiquero para morderse, patearse, forrarse de miércoles y violar lo que agarraron descuidado, todo al desfogue, el orgasmo, la compulsión por el voto que les de acceso a los comederos y bebederos del presupuesto. Las destemplanzas de los Fox y Peña Nieto que, apuntalados por sus fanáticos manipulados, se desbozalan a la brama por la querencia gubernamental. Por cuanto a los «medios».

«Las élites de poder los monopolizan para formar la opinión pública y legalizan ante la comunidad el sistema político para que no estallen con violencia los antagonismos de clase. Por ese medio las élites del poder económico y político logran los votos de apoyo de la comunidad mientras la excluyen del poder directo empresas, instituciones, gobierno. Hacen creer al pueblo que con su voto es el sujeto de todo, pero lo es el Sistema, y asi la democracia prometida con palabras nos estará negada en los hechos».

Porque cuando un sistema socio-económico no le da más que el proceso electoral, esa comunidad a la que consulta por medio del voto pero no le permite autogobernarse, tiene que darle lasensación de que, porque vota, vive en un sistema democrático. Mentira: «En los hechos nunca se supera la autocracia. Para que el pueblo crea en el espejismo de la democracia y entregue pasivamente la plusvalía, las clases dirigentes inventan ideologías populistas que juran gobernar para el pueblo, pero sin el pueblo, y mucho le prometen, pero nada le dan». Así nunca las mayorías oprimidas podrán liberarse de las minorías opresoras. ¿Democracia?

«Para que la democracia sea verdadera (¡no eso que mienta Fox!) tiene que serlo política, económica y socialmente; debe basarse en la libertad y en la igualdad; ha de rendir tributo a la dignidad del hombre; propagar la cultura, la ciencia, el arte y la educación, siempre al servicio de la colectividad y no en contra de ella bajo gobiernos que usan la prensa, la radio y la televisión para desinformar al pueblo para perpetuarse en el Poder». ¿La solución? Organizarnos en células auto-gestionarias. ¿Así de fácil? Así de fácil, así de casi imposible con unas masas que se niegan a crecer, a madurar… (Seguiré con el tema.)

Ese trágico esperpento…

Novelista soy, mis valedores. Por achaques del oficio me aplico al estudio del ser humano desde ángulos sociológicos, psicológicos, fisiológicos, etc. lector por oficio, intento bucear en aguas profundas de personajes como Hamlet, Macbeth, Lear y Ricardo III, o tan esperpénticos como El Lazarillo, El buscón, La celestina, el diablo cojuelo o La picara Justina. Trágicos unos, esperpénticos los más, por ellos me asomo al tamaño de reacciones, pasiones y sentimientos desmesurados: amor y celos, odio y crueldad, avaricia, terror y las desbozaladas venganzas junto a la farsa, el astracán, el ridículo. Tales vidas y milagros tomo de espejo (distorsionado) donde mirar mi humana estatua e intentar la hazaña de conocerme, reconocerme, según la clásica exhortación del oráculo de Delfos que Sócrates tomó de divisa: «Conócete a ti mismo».

Conócete y busca la salud mental, que has de conseguir con arraigo, identidad, vinculación y varios otros elementos, uno de ellos imperativo: la trascendencia-, si no por lo que construyes, sí por lo que logres destruir. De lahumana necesidad de «no morir del todo» sirva de ejemplo cierto individuo que en Efeso practicaba el oficio de borreguero y, según calculaba su aplastante mediocridad, poco margen tenía de conseguir la tan anhelada trascendencia. Pero sí, la logró cabalmente, ¿y saben ustedes cómo logró trascender? La misma noche en que nacía Alejandro Magno, el borreguero incendiaba una de las siete maravillas del mundo: el templo de Artemisa, la Diana Cazadora. ¿Que si el borreguero logró a trascender? Búsquenlo por su nombre en todos los diccionarios y en todas las enciclopedias: Eróstrato.

Pero el estudio de lo humano no se reduce a los entes literarios o a los de la antigüedad: comienzay termina con seres reales del diario vivir, donde se incluye la fauna que gesticula en ese submundo del surrealismo y el esperpento que es la política del país. Uno de ellos observo, de la vida real, que reputo ala medida de la ficción, así para el drama como para la farsa, y que con holgura pudiese hermanarse con entes de la picaresca como con los condenados del Dante. ¿Es un ser trágico? ¿Un conchudo y baquetón? ¿Un inconsciente, un irresponsable? Porque el varón de vergüenzas en su nidal trae el pudor, la vergüenza y el decoro a flor de conciencia, y tiene en tanto su imagen y fama pública, que mucho se cuida de mantener en recato como salvaguarda de la propia dignidad, o cómo lo van a recordar cuando fallezca si es que no consiguen olvidarse de él. Y a esto, mis valedores, quería yo llegar: el presidente de mi país, ese personaje de nombre Vicente Fox…

Sus limitaciones en cuanto al estadista que requiere (hoy, hoy, hoy) el país, como aquellas de que no cumplió sus promesas de campaña y ha arruinado la política exterior al enemistar su gobierno con los de tantos pueblos hermanos mientras que su vida pública, nada edificante, despide tufillos de descomposición dentro de la vida familiar. Por cuanto a su disparatario personal, ese lo conocemos todos, que anda en boca de todos y todas las bocas lo escupen, tanto como las reiteradas evidencias de su incultura y zafiedad. Y es como para preguntarse:

¿Cómo entender al Fox humano? ¿Tanta insensatez cabe en un individuo, que así aporta a las masas renovados motivos de queja, desánimo, frustración y burletas? ¿Tiene conciencia de que la comunidad lo ha erigido como rey de burlas? ¿Es él quien se burla de la comunidad? ¿Es inmune a los aletazos de la humillación? ¿Tiene un formidable sentido del humor? ¿Lo tiene del ridículo? ¿Es un conchudo de siete suelas? ¿Cómo resiste la cargazón de un ridículo que que así le desgarra su fama pública? ¿Fuerza de carácter? De ser este el caso, ¿de dónde saca tal fuerza? ¿De su pura enjundia? ¿Del Prozac y demás pastillas tranquilizantes? Uno que no fuera Foxy en tanto las comunidades de aquí y allá lo señalan de insensato, ¿dónde ocultaría lacabeza? ¿Es Vicente Fox personaje trágico, o no pasa de ser uno más de los hilarantes protagonistas de la picaresca de rompe y rasga de mi país? Mis valedores:

Aquí dejo de teclear, miro hacia el frente y la mirada se me extravía más allá de esos árboles, de la ermita, de un firmamento gris, pizarroso. Mirando sin ver (viendo sin mirar), pienso y medito: sea el caso que sea, yo tengo la requemante sospecha de que a uno de la alzada de Vicente Fox no lo merecían las masas, no lo merecía mi país, no lo merecía yo, que nunca de los nuncas, ni por mal pensamiento ni por aviesa intención, voté por el susodicho. Pero achaques de la democracia burguesa, la liberal, la del IFE y su embustera y costosísima «llave de la democracia»: pienso, medito y de algo estoy cierto-, esta noche va a ser de insomnio. Y qué hacer, si las masas se niegan a madurar, y como adolescentes siguen e-xi-gien-do y forjando mega-marchitas, en lugar de, como adultos, asumir, ante esto qué diablos hacer con los de la alzada de Fox. (En fin.)

¿Infancia es destino..?

Corazón del barrio bajo, vivienda de vecindad. Hambre, incuria, abandono, promiscuidad. Y aquella corazonada…
No fue más que eso, mis valedores, un presentimiento, pero ya desde entonces supe que aquel adolescente iba a terminar mal, como en tiempos recientes lo he comprobado. Yo lo observaba hace décadas y meneaba la testa: «Ese desdichado va a rematar mal: en secuestrador, narcotraficante, policía». Resultó peor. No me equivoqué, lástima. Peor de lo que temía resultó ahora que ya es un viejo entrado en años, kilos, decrepitud, flacidez, desvergüenza, impudor; uno que ni la gracia ha mostrado de envejecer con dignidad.

¿Culparlo de su actual degradación? No soy tan drástico, tan radical, si considero cómo ha transcurrido la vida del infeliz, de la cual es la hechura lógica, y su degeneración un resultado previsible. Porque vamos a ver: su vida de adolescente: un cuarto de vecindad. Desamparo. Orfandad descobijada de un padre, una madre o algún familiar que viera por él en materia de afecto, ternura, amor, guía, consejo. Nada. Valimiento de padres no conoció, pero sí, en cambio, los rostros desencajados del hambre, la necesidad, y aquellos amaneceres del fogón apagado, y aquellas noches del estómago vacíos, y el jergón inhóspito frente a cualquier amago de sueño, de sueños…

Suyos fueron la soledad, la desesperanza, la falta de un futuro, de una esperanza, así fuese en cuarto menguante. Como animalito mostrenco transcurrieron sus años primeros en aquella vecindad, en la vecindad de seres tan negativos (por zafios, agresivos, egoístas) que más acentuaron los tintes oscuros de su existencia de solitario. Porque esos fueron los habitantes de la vecindad: palurdos todos, agresivos por insensibilidad, síntesis de la mediocridad, la incomprensión y la incapacidad de valimiento. Con los tales convivió a todas horas, y de todos recibió sólo violencia, rechazo, burletas y zafiedad. ¿No iba a terminar como terminó, en cortesano y servil? Pero no, que lo dice el filósofo: el hombre se prueba con el obstáculo, del cual sale aniquilado o robustecido. Cuestión de temple.

¿Qué llevó al de marras a envilecerse de viejo, cuando el humano se pone a reflexionar en asuntos del espíritu, en la trascendencia y la Gran Interrogante? ¿Sería una educación deficiente, que impartía un profesor tan bonachón cuanto ineficiente? ¿Los condiscípulos, cabezas de piedra que rechazaban todo lo que oliese a instrucción, guía, principios morales y de cualquier otra índole? ¿Serían los tantísimos golpes en la cabeza que le asestaba la frustración de un vecino ruin, pequeñajo, y sobrón? ¿Tantos golpes me lo atontarían? ¿La falta de alimento, la sobra de soledad? ¿El desamparo? ¿El haberse criado como falderillo sin dueño, al que cualquiera se cree con derecho a propinar puntapiés? ¿Una absoluta carencia de valores, de principios, de convicciones? Su orfandad, ¿también en el plano de la ciencia política? Su destreza para culimpinarse y besar los zancajos del de más arriba, ¿resultado de su patética niñez? Misterio. El indigente de ayer es hoy el ahijado de la fama,el dinero, la posición social. ¿Tenía la necesidad de arrastrarse a lo servil y lamer las botas del prepotente? Ah, los misterios del ser humano…

Del tal observo en la foto (Reforma) su aspecto para mi levemente repugnantón: tan grueso de vientre como ñengo de zancas, en su ejercicio de servilismo aún se atreve a sonreír, aún tiene el descaro de mirar de frente a la cámara que captó su efigie de lambiscón, y antes de ventosear el lugar común del «granito de arena» dibuja el cuché de la Ve de la Victoria (índice y medio) mientras, sentado a dos nalgas, mira la cámara a lo desfachatado para luego ventosear por la boca unos desatinos que, al leerlos, me produjeron la pestilencia de un cuesco muchas horas atorado en el grueso, el intestino. A ustedes, mis valedores, ¿qué efecto les producen las declaraciones que el pasado jueves arrojó, diarrea nauseabunda, este tal Roberto Gómez Bolaños? Sí, por supuesto, el mismo que comenzó exitosa carrera de cómico y escritor en la serie de televisión como el personaje de El chavo del 8.

«Ha tenido fallas, pero no se comparan con las de los anteriores. Estoy orgullosísimo de haber ayudado con un granito de arena a la campaña, es el mejor Presidente de México en los últimos cien años».

¡Esto, porca miseria, en alusión a Vicente Fox! ¡A Fox, nada menos! ¡Nada menos que a Fox! ¡Los últimos cien años! ¿Conocerá el menguado chavo la historia de este país? Porque en su boca de lambiscón Fox nos resultó mejor estadista que Lázaro Cárdenas; ese Fox cuya gestión presidencial corre en desventaja frente a la del Nopalito Ortiz Rubio. Ah, los serviles…

¡Y no te doy otra nomás porque…! Y la vocesita mensa, fingida, del futuro lambiscón: «Es que no me tienen paciencia». (Dios.)

¡Abominación..!

Tras 10 años de noviazgo, Elton John y su novio David Furnish se casan en el mismo lugar que Camila y Carlos. – Reforma, 21 de dic. 2005.-

Con este documento intentamos iluminar a los políticos católicos y darles líneas de conducta coherentes con la conciencia cristiana.

– El Vaticano, contra la legalización del matrimonio homosexual-.
El Vaticano, mis valedores, ese demoledor: «La condena papal ha aumentado las críticas a la decisión de Ottawa de autorizar las bodas gay y amenaza el futuro de la ley respectiva». Del tema muchos y en muchos «medios» han opinado, pero qué comentario mejor que este de un homosexual que por añadidura reside en Canadá: José Francisco Gilberto Escobedo:

«Este país presenta el problema intestino de si se nos confiere el derecho de casarnos en matrimonio o no a los homosexuales y a las lesbianas, asunto de importantes consecuencias para nosotros, nuestros hijos y la sociedad en general, pues ponernos en igualdad no gusta a las iglesias ni a las religiones y a las sectas quienes se encargan de ponernos en calidad de parias.

Hoy en el Canadá hay la probabilidad que se nos confiera el matrimonio a los homosexuales, yo creo que se nos da pues es ya una institución que está en franca decadencia esto es que pierde importancia, al menos
en los países boreales debido a que, cada vez es menor el número de la gente que se casa y, por contrapartida, cada vez es mayor el número de las parejas que se unen en concubinato o amasiato. Así y todo el matrimonio sigue siendo importante por su poder de reconocimiento legal, político y social.

Son ya algunos milenios que las religiones monoteístas, milenarista y mesiánicas nos condenan y tildan de anormales y enfermos; por ello se nos odia y se nos persigue (en general a los enfermos no se les persigue para matarlos ni se les odia); el origen de este odio llamado homofobia son mitos, ideas y creencias de las religiones monoteístas, milenaristas y mesiánicas, las que finalmente no tienen base científica alguna pero que el ochenta por cien de las culturas del mundo validan como genuinas y verdaderas.

En un país pobre no es visto igual un hombre soltero(n) que un hombre casado, el hombre casado evidencia su virilidad, su potencia sexual la que como en toda especie animal lo presenta en preeminencia, lo posiciona en superioridad de los enfermos, los jóvenes, los viejos y los menos fuertes de su misma especie.

A la mujer casada se le presenta como virtuosa pues es la paridora de robustos bebés que van a nutrir las sociedades, las que por cierto hoy están sobrepobladas a niveles delirantes al grado de ya haberse perdido el control en muchos casos dicho sea de paso.

El matrimonio es una institución sagrada entre un hombre y una mujer y no transigirá en la cuestión del matrimonio entre homosexuales

(Scott McClellan, de la Casa Blanca)
En la realidad en la antigüedad se concibió la homosexualidad como una práctica sexual más, hoy se le considera como fuente de debilitamiento de las sociedades y el inicio del fin de éstas, la causa es muy elemental: el ser pasivo se cree que siempre es la mujer y como físicamente en general la mujer es menos fuerte que muchos hombres y de menor tamaño hablando de estatura en sistema métrico decimal y, además que su miembro viril está atrofiado pues sus erecciones son flebes pues, se cree que si el hombre juega el rol de pasivo se deviene flebe y por ende pierde valor, pues pierde la erección y como consecuencia lógica ya impotente no engendrará bebés tan aparentemente necesarios para nutrir los países, en la realidad el matrimonio nació en el tiempo pasado como una estrategia política para poblar y controlar los reinos.

El argumento es poblar y con el matrimonio se fomentaba antes la reproducción pues, con las infinitas guerras era necesario engendrar guerreros que reemplazaran los padre y abuelos muertos en campañas militares; hoy siguen siendo fuertes China e Iberoamérica por su enorme población que invade los EEUU y otros países, pero si antes era una fuerza la población hoy es un galimatías que nadie puede parar y por ello la gente de esos países emigra por no decir huye. Hoy se sigue temiendo a la homosexualidad, se sigue creyendo que es la decadencia de las sociedades por el temor de que baje el ritmo de producción: en la realidad ya no es tan cierto eso pues si bien la mitad de los homosexuales se siguen casando y teniendo hijos, también lo es que las parejas homosexuales y lésbicas también los tienen o los adoptan, con la explosión demográfica ahora venimos a resultar más benéficos a las sociedades que maléficos. A eso obedece que los gobiernos ya no ven con tan malos ojos el matrimonio homosexual». (Seguiré con el tema.)

Yo, que esto escribo…

Aquí y ahora declaro: para mí, Vicente Fox es el estadista que requiere el País. Recio defensor de la soberanía nacional, enfrenta las medidas lesivas de la Casa Blanca para el indocumentado y, cumplidor de sus promesas de campaña, ha hecho efectivo ese «cambio» que en su campaña prometió a los mexicanos.

A su conducta personal no se le pudiese enderezar reproche alguno. De él no sé que continúe casado legalmente con la señora Lilián de la Concha. Cuando se desposó con su cónyuge actual nada le impedía ni legal, ni moral, ni religiosamente el casamiento en segundas nupcias. Que se le tachase de bigamo me repugna. Tocante a su patrimonio personal: para mí nada existe de turbio en Tamarindillos ni prestanombres, ni hay bienes raíces ocultos ni remodelaciones de ranchos con financiamiento de dineros públicos.

Por cuanto a la honorable Marta Sahagún: hasta donde yo sé, la señora es una excelente católica. De dicho y obras. Cuando contrajo matrimonio con Vicente Fox no existía impedimento religioso de ningún tipo. Rechazo que la señora pudiese sacar ventaja de una circunstancial y efímera posición de poder para enganchar la complicidad de unos representantes del clero católico para mí integérrimos como lo son Norberto Rivera, Onésimo Cepeda y Marcial Maciel, esos profetas del evangelio que viven cada día de la doctrina que predican, sobre todo en lo que se refiere al buen ejemplo («dejad que los niños», al César lo que es de Dios) y a habitar, como su maestro jesús, en la almendra de la pobreza. Para mí Su Ilustrísima Cepeda es parigual del «poverello» Francisco de Asís. Con reverendos de ese calibre en calidad de valedores, el matrimonio de doña Marta Sahagún y Vicente Fox es impoluto en lo moral, lo civil y lo religioso. Bien aplicado, a fe mía, el tratamiento que en los Estados Unidos (mexicanos) se le confiere, de «Primera Dama».

Por otra parte, y hasta donde yo sé, la señora Marta nunca ha caído en descrédito alguno ni por delito alguno debería responder ante la Justicia, esa que (honor a magistrados del fuste de Azuela Guitrón) se aplica fielmente en México. La señora Marta mantiene incólume su buena fama de persona intachable, nunca involucrada en la corrupción lucrativa e impune porque nunca ha recurrido a su posición familiar para beneficiarse económicamente ni enriquecer el patrimonio familiar de toda su parentela. ¡Vamos, México, que la señora nunca ha generado escándalo ni el desprecio popular porque su figura pública se hubiese encenagado aquí y de fronteras afuera! Yo rechazo, además, que se haya visto involucrada en escándalos donde salgan a relucir lujos, joyas, derroches de nueva rica que serían vejatorios para un pueblo ya empobrecido por toda la corrupción impune de sus operadores públicos. No me consta que ella padezca el desbozalado protagonismo de los mediocres, esos que sabiéndose insignificantes, al impredecible coletazo de la fortuna utilizan su retazo de poder para, a lo oportunista, atraer todas las candilejas en el lucimiento personal. La señora Marta es prudencia, ponderación, decoro personal y recato, como cuadra a una «Primera Dama». ítem más:

Yo a los hermanos Fernando y Manuel Bribiesca Sahagún no les reconozco negocios ilícitos, ni en modo alguno me consta que se hayan beneficiado con el tráfico de influencias de su madre (que entonces no la tendrían) para redondear con PEMEX, INFONAVIT y otros organismos públicos una riqueza ilícita fincada en contratos ventajosos, que serían ventajistas. ¿Que a Manolo su fortuna le alcanza para avión propio? ¡Mentira! Una comunidad adulta como es la de México no lo permitiría. ¿Que en este país las leyes han sido emasculadas para beneficio de sinvergüenzas de la talla de los Sahagún? ¿Que unos jueces aún más emasculados permitan la impunidad a esa cáfila de predadores? ¡Imposible! De permitirlo, el pueblo de México sería su alcahuete. Pero no, imposible; yo conozco a los mexicanos, y tan orgulloso estoy de ellos como del propio Manuel Bribiesca Sahagún…

¿Paidófilos en mi país? ¿ Cuáles paidófilos? ¿Pederastas? ¿En dónde? ¿Proxenetas? ¿Para qué proxenetas? En este país los maquiladoras no precisan de sus servicios, ni la conducta personal de los industriales de la mezclilla merece reproche ninguno de ningún periodista como de ningún escritor. Entre los jerarcas de (la) mezclilla no existen sicópatas ni desviados sexuales, ni explotan a sus empleadas, y menos a las menores de edad. Varones de pro son los de la mezclilla. Lo afirmo y firmo para constancia. Mis valedores:

Después de la presente declaración de fe estoy bien seguro de que yo, a diferencia de Lidia Cacho, colega mía, sí dormiré esta noche el sueño de los justos (de los justos que no padezcan insomnio). De aquí en adelante, con tan sólo mantener amansada a la jauría de bribiescas y sus ashagunes, noche por noche, descansaré a gusto, sin el temor de descansar en paz. (Vale.)

Si yo nunca muriera

De pronto salimos del sueño – sólo venimos a soñar – no es cierto, no es cierto – que venimos a vivir sobre la tierra…

Con la desalentada filosofía del rey poeta Nezahualcóyotl y reflexiones en torno a la fugacidad de la vida que a su hora han formulado poetas de la hondura y reflexión de Ornar Khayyam y Manrique, aquí entrego a todos ustedes, al igual que cada fin de año por estos días, este mi mensaje de fin de año que se nos torna tradición, y que procura interrumpirles el ritmo desalado de las fiestas decembrinas con la secreta esperanza de que a alguno sea de provecho con la meditación de lo efímero de tales festividades dentro de la fugacidad de una vida que se nos huye en estampida para nunca más. Y qué hacer. Clama, a su Hacedor, un abatido Job:

Tus manos me hicieron y me formaron – ¿y luego te vuelves y me deshaces? – Acuérdate que como a barro nos diste forma – ¿Y en polvo me has de volver..?

Mis valedores: el cuerpo todavía fatigado después de la celebración navideña, y estragado todavía el gaznate por el regusto a festividad y derroche imprudente, y una vez que a regocijos y litros de alegría embotellada se habrán deseado felicidades y parabienes para el año que está ahí nomás, acechando tras lomita, ¿me permiten, como cada año por estas fechas, que desentone del ánimo colectivo y los invite a frenarnos el tanto de un suspirólo para reflexionar sobre el tiempo que pasa para nunca volver? Por desdicha…

El hombre nacido de mujer – corto de días y hastiado de sinsabores – sale como una flor y es cortado – y huye como la sombra y no permanece…

Mis valedores: estamos a la vuelta de un año más, que a la hora de hacer las cuentas resulta que fue uno menos. Contradictoria, la aritmética de nuestro humano existir. Andamos, dos o tres de nosotros, doblando ya el Cabo de Buena Esperanza, o casi. Será por eso que, al menos de forma inconsciente, alienta dentro de nosotros la sentencia inmortal de Manrique:

Nuestras vidas son los ríos – que van a dar a la mar – que es el morir…

¿El por qué de mi ánimo ceniciento, cuando todo en derredor es el tiempo de júbilos, azucarillos y aguardiente? Será, tal vez, porque a algunos se nos quebranta el ánimo, se nos resfría con la certidumbre de que vivimos en el cogollo de lo fugaz, lo finito, lo perecedero; de que existimos en la sustancia misma de nuestra muerte propia y particular, intransferible, a la que vivimos alimentando día a día con el tiempo de nuestro cotidiano existir. Será por eso. Job, su clamor dolorido:

Y mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor – y fenecieron sin esperanza…

Acá, en el otro polo del mundo, Nezahualcóyotl : ¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra? – No para siempre en la tierra – Sólo un poco aquí – Si yo nunca muriera – Si nunca desapareciera…

¿No es verdad, mis lectores de METRO, que tal sentimiento de lo finito y lo transitorio; que semejante sensación de errabundaje y romería, viene a depositar al cabo del año y a principios del nuevo, en el ánima del ánima, un regustillo así como que a ceniza, a terral, a aliento de despedida apenas postergada? Pero bueno, qué hacer con esta tristura que se nos aposenta aquí, miren, en lo más blando de una corazonada, por cuestión de este otro año que se nos ha ido para nunca más. Y qué hacer. Mis valedores:

No por estropearles su gusto, sino porque lo miro correr a lo desalado rumbo a ninguna parte, hoy invoco para ustedes la voz de algunos poetas filósofos que, de repente, perciben el aletazo del tiempo que pasa para nunca más retornar; voz que es sabiduría quintaesenciada que provoca serenidad y quebranto machihembrados, y un como regustillo a lejanía y desprendimiento del ánimo bien dispuesto en el final de un año más, que afín de cuentas vino a ser uno menos. Tiempo que pasa dije antes, y por tacharme de equivocado, de siglos atrás me llega la décima anónima:

Si quiero, por las estrellas – saber, tiempo, dónde estás – miro que con ellas vas – pero no vuelves con ellas – ¿En dónde imprimes tus huellas – que con tu rastro me doy? – Mas ay, qué engañado estoy – que giras, corres y vuelas – Tú eres, tiempo, el que te quedas – y yo soy el que me voy…

O aquel sabor de amargura en el villancico que entonamos apenas la medianoche del pasado sábado:

La Nochebuena se viene – La Nochebuena se va – y nosotros nos iremos – y no volveremos más…

Dije a ustedes ayer: es más tarde de lo que suponemos, créanme. A vivir. Qué más. (Qué mejor.)

Cenizas que el viento dispersa

Habrás de morir, no soñarás más, y los gusanos de la tumba se disputarán tus despojos…

Muy cierto, y como defensa no utilices tu mucha o tu poca edad. Reflexiona, mejor, en tu tiempo de vida, en el grado de intensidad con la que vives hoy día y el provecho que día con día obtienes a nivel de espíritu. Para tan loable ejercicio qué tiempo mejor que el presente, cuando se nos fue de las manos, para nunca más, un año más, que se nos tornó uno menos. ¿Me permites, a propósito, las siguientes reflexioncillas? Porque hoy, a fines de un año y a comienzos del siguiente, es más tarde de lo que piensas, créemelo…

El calosfrío del tiempo que pasa. El aletazo de un tiempo de vida que se nos fue para no volver, y que en los espíritus sensibles provoca esas vagas tristuras en la medianía del comelitón y los brindis. Uno anda por estos días cargado de vagas melancolías, con el ánimo encogido a la meditación del tiempo que nos enfrenta, a querer o no, con la Gran Interrogante. Yo, entonces, me di a leer al filósofo de la brevedad de la vida, el absurdo de los afanes terrenos y la fugacidad del placer. La amargura, sí, el fatalismo y la exhortación a vivir cada día en el cogollo de cada minuto. ¿El poeta? Omar Khayyam…

El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio. Toda la ciencia de los hombres: palabras. Los pueblos, los animales y las flores: sombras. El resultado de tu perpetua meditación: nada…

La poesía del persa Khayyam, agridulce, se nos entrega desnuda de galas, directa, el puro hueso y el fatalismo, que para el filósofo del desencanto y la sensualidad machihembrados no existe más placer que el de los sentidos, ni más vida que la del instante: que, en derredor, la naturaleza sigue su curso, muy por encima de nuestros dramas personales, tan pequeñajos, y la angustia vital ante el tiempo que pasa: que es vano empeño la rebeldía ante el dolor y la muerte; que no nos resta más recurso, acá abajo, que exprimir el zumo de la vida y la sangre de la uva, y existir dentro de la almendra del instante, y no más; que a manera de las mejores voces del Siglo de Oro español, la existencia del hombre acá abajo no es más que sueño, polvo, sombra, olvido. Nada, pues. Soñemos, alma, soñemos, dice Segismundo entre dientes, y el mexicano:

¿Para qué contar las horas? – No volverá lo que se fue, y si lo que ha de ser ignoras, -¡Para qué contar las horas! – ¡Para qué..!

En fin. El Rubaiyat constituye toda una sucesión de conceptos filosóficos hermosamente armados en el molde del poema donde Khayyam alude a esos elementos que desde siempre y hasta el último día serán preocupación de lo humano: el tiempo en cuanto demoledor de la vida y los goces de los sentidos que, aunque efímeros, son el único medio de lograr el espejismo de
vencer al tiempo, a la muerte, a la eternidad.

Si yo nunca muriera si nunca desapareciera…

El Rubaiyat: poesía pura, que es decir la más alta expresión del espíritu; aportación a la cultura universal de un ser extraordinario, de una inteligencia viva y sutil, de un soterrado sentimiento y una exacerbada sensibilidad; de un poeta que crea su poesía -filosofía del fatalismo, pagana religiosidad en la entraña de una civilización de refinamiento y decadencia, la de Persia de mediados del XII; de un poeta apasionada, visceralmente vivo, creador de una obra que es hoy día nueva y deslumbrante, de acentos desesperados.

Que Omar Khayyam era un sabio versado en matemáticas y astronomía en ciencias filosóficas y otras disciplinas. Que para algunos el poeta no pasa de ser «un degenerador de toda creencia moral, místico sólo en apariencia, disipado en realidad, que mezcla a la blasfemia el himno místico». Válgame.

La vida no es más que un juego monótono en el que estás seguro de ganar dos cosas: el dolor y la muerte…

Esto leyendo me da por pensar en Job, porque cuánta desesperanza se advierte en tales conceptos, cuántas ansias de permanecer, cuánta zozobra mal sofrenada por la se renidad que da la sabiduría: cuan desalentada búsqueda de la verdad y qué apasionado inquirir sobre el sentido de la vida que se nos escurre para nunca más. Esto, mis valedores, es el Rubaiyat: un tratado poético de moral y metafísica y filosofía en donde Khayyam expresa su visión muy particular de la vida y la humanidad; de las exigencias del destino y de las humanas rebeldías, tan magníficas cuanto ociosas, a fin de cuentas…

Embébete bien de esto: un día tu alma caerá de tu cuerpo, y serás empujado tras el velo que flota entre el universo y lo cognoscible. Mientras tanto…¡sé dichoso! No sabes de dónde vienes. No sabes a dónde vas.

Y este estremecimiento… Tú, yo, todos, a vivir. Qué más. Qué mejor. Vivir, que es más tarde de lo que supones. Y el aletazo del tiempo… (En fin.)

Inocente palomita…

Las supersticiones perpetúan el odio y la injusticia. Son residuos fósiles de creencias ya extinguidas. Del remoto pasado, inmensos sepulcro, se levantan sus fantasmas para cruzar el paso a los que investigan la verdad. Son males que en el porvenir tendrán remedio, si no es irreparable la mentira que esclaviza a los hombres ni a la ignorancia que los domestica…

Exacto, mis valedores: la industria del pensamiento mágico, esa superchería que ofician videntes y brujos, santones y augures, chamanes y demás cáfila de vividores que medran con la ignorancia del crédulo, del pobre de espíritu necesitado de creer, a lo irracional y desatinado, pero creer en algo que sea él mismo ni un gobierno de tantas promesas incumplidas. Lóbrego.

Ayer les hablé de los adivinos que, fiados en nuestra mala memoria, a fin de año predicen lo que ha de ocurrir en el próximo. Fue así como un Tirso Vázquez anunció el triunfo inminente de Vázquez Gómez en Guanajuato y de Francisco Labastida a nivel nacional, y un Román López la candidatura de Arturo Núñez para Tabasco, y para Los Pinos a Labastida. Una vidente Mezquina, mientras tanto, columbraba en los astros que el actual gobernador de Morelos sería Becerril Straffon, priista. ¡Brujos..!

Hablado de charlatanes: en 1987, el reportero se acercó a una tal Amira Cervera, yucateca y astróloga y tarotista del encierro de Televisa, y le interrogó sobre el posible sucesor de M. de la Madrid. Contestó la adivina:

– Ya lo predije, y no fue nada fácil. Para lograrlo tuve que hacer tres tendidos de cartas con arcanos mayores del tarot.
Y que los arcanos eran una especie de astrología política, donde cada «casa» corresponde a una instancia gubernamental. Ayer nos quedamos en la Octava casa, relacionada con «la deuda, los impuestos, el tesoro».

– La Novena casa se encarga de los asuntos trascendentales de la comunicación con el extranjero: Relaciones Exteriores. Décima casa.- El monarca del país, el honor y el prestigio nacional. Undécima (sic) casa.- Aquí se incluyen los anhelos de felicidad del pueblo para su bienestar, los proyectos e ideales. La Constitución y la Cámara de Diputados y Senadores. Duodécima casa.- Abarca los hospitales, la beneficencia pública y las cárceles: el Poder Judicial y la Secretaría de Salud. ?sa es la astrología política, señor reportero.

– ¿Así que el tarot no falla, señora?

– No sabe fallar.

– Y para el tarot, después que hizo usted tres tendidos de cartas con arcanos mayores, ¿cuál resultó que será el designado por Miguel de la Madrid para la sucesión presidencial, señora?
Pausa. Un instante de silencio. Luego, con tono decidido y firmeza en la voz, lo afirma Amira Cervera, astróloga y tarotista yucateca:

– El bueno para la sucesión presidencial de 1988, según la astrología política., .¡ese el señor licenciado don Manuel Bartlett! Y el tarot, señor reportero, ¡el tarot no sabe fallar..!

Todo esto, mis valedores, encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál…?
Y ocurrió hace un año por estos días, cuando el psíquico Dagoberto Sandoval dio a conocer sus predicciones para el año que terminaba, pronósticos que abarcaron sólo tres áreas muy específicas: la nacional, la internacional y la universal. De esta última destacan las siguientes:

«Se descubrirán dos nuevos planetas, en uno se asegura que existe vida, y se determinará la construcción entre la tierra y la luna de una ciudad en forma de estación espacial». En lo internacional: «Los países del Medio Oriente tendrán un respiro y habrá cordura. México: «Gran parte de las familias mexicanas dejarán de emigrar. El trato con los migrantes será más humano. Habrá nuevos empleos. El problema de Chiapas se solucionará políticamente. Se descubrirá una gran veta de oro y uranio, y yacimientos petroleros más ricos que los existentes». Válgame.

Por último, Antonio Vázquez, que a lo modesto se autonombra «Brujo Mayor de México». El reportaje, en Reforma:

– Se acaban las cartas, don Antonio, y no ve usted a un candidato que pueda ser el Presidente para el 2000.

– Bueno, haberlo preguntado antes. Sí que lo veo.

Una pausa. Se mesa la espesa barba que le llega al vientre y deletrea un nombre y un apellido. Y así, con la ayuda de los astros y la propia fuerza astralrel brujo mayor va deletreando el nombre del sucesor de Zedillo:

Mi-guel-A-le-mán…

¡Brujo! Mis valedores: ¿este fin de año también? ¿También ahora acudir, recurrir a esa recua de charlatanes? ¿Seremos tan pobres sobre todo de espíritu? (En fin.)

¡Ahí vienen los brujos..!

«Si 2005 no fue muy bueno, 2006 será buen año, porque termina en 6, y ese es el número del corazón, el cariño y el afecto, y con las emociones de buscar la felicidad y encontrarla. La suma del 2 y el 6 es 8, el número del infinito, lo que significa que habrá altos y bajos, pero esos bajones serán positivos porque se podrá salir hacia arriba…» (El vaticinio del brujo, esperpéntico. Cuando menos.)

Y qué tiempos más a propósito para inmaduros y charlatanes que los del fin de año. «El ignorante vive tranquilo en un mundo supersticioso, poblándolo de absurdos temores y de vanas esperanzas; es crédulo como el salvaje o el niño. Si alguna vez duda, prefiere seguir mintiendo lo que ya no cree; si descubre que es cómplice de mentiras colectivas, calla sumiso y acomoda a ellas su entendimiento…»

El oráculo frente al arcano, mis valedores. La inquietud del humano por columbrar el futuro lleva a algunos ansiosos y compulsivos a la insensatez de interrogar al tarot, la lectura del café y de la mano, de la bola de cristal y el horóscopo. Es entonces la hora del brujo y el adivino, el chamán y ralea de vividores oficiantes de la esperpéntica industria de la superchería que medra con la ignorancia del inmaduro, el esperanzado (esperanza irracional) y el pobre, sobre todo de espíritu. Y entonces, mis valedores, por conjurar las malas influencias y tornar propicias las fuerzas astrales, préndete aquí este amuleto, y cuélgate el talismán, y ejecuta este ritual, y compra (en mi establecimiento) la vela, el aceite milagroso, la piedra imán. Con mis poderes astrales, el tarot te va a revelar el futuro. Y esto sobre todo al fin del año y principios del siguiente. Mis valedores: ¿qué nos depara el destino para 2006? Por que alguno escarmiente y no caigan en las prácticas aberrantes del ignorante y el crédulo, del inmaduro, del débil y el pobre de espíritu, van aquí predicciones diversas que en su momento ventosearon los engañabobos. De asuntos políticos:

En 1995 lo vaticinó un Tirso Vázquez, brujo de una Gloria Trevi:

– El candidato triunfador para la gubernatura de Guanajuato será… el priista Ignacio Vázquez Torres. (¡Brujo…!)
Y tiempo después: «Aquí veo que si Zedillo llega al poder, a los dos años va a dejar la presidencia, dando paso a un interinato o a una Presidencia colectiva entre las principales fuerzas políticas…»
En 1999, los astros revelaron a la vidente Elizabeth Mezquita:

– El próximo gobernador de Morelos es nada menos que… ¡Rodolfo Becerril Straffon, priista!
Román López Madrigal, brujo de Huimanguillo,en l999:

– Sí, miren: en su selección interna para elegir candidato a la gubernatura de Tabasco, los astros dicen que el PRI va a elegir a… Arturo Núñez. Vislumbro también al próximo presidente del país: ¡Francisco Labastida!

«Las supersticiones: he ahí el yugo de los humanos…»

Así pues, los videntes. A propósito: días antes del 4 de octubre de 1987, fecha en que
el índice de Miguel de la Madrid señaló como sucesor a Carlos Salinas (¿lo recuerdan ustedes? ¿Habrán podido olvidarlo?), el reportero de algún diario capitalino entrevistó a la vidente, astróloga y tarotista yucateca Amira Cervera, que hoy, desde el cinescopio, se dedica a engañar cándidos. ¿Habrá humanos pensantes y racionales tan descerebrados que la tomen en serio y se dejen esquilmar? Allá ellos. Parte de la entrevista con la Cervera:

– Señora, ¿qué métodos utiliza para adivinar el futuro?

– El tarot. Es lo más acertado.

– Puede usted predecir el nombre del próximo candidato del PRI a la presidencia de la república?

– Ya lo predije, pero no fue nada fácil, créeme. Para lograr ver en el arcano el nombre del próximo candidato priista tuve que hacer tres tendidos de cartas con los arcanos mayores del tarot. Los arcanos son cartas que representan símbolos secretos. Cada uno de ellos es una tarjeta de computación con diversos códigos que forman un programa total de significados. Es una especie de astrología política. Primera casa.- Gobiérnalos asuntos internos que podrían ser, por ejemplo, el Depto. del DF. Segunda casa.- Esta está relacionada con la riqueza del país; Programación y Presupuesto. Tercera casa.- Se refiere a la comunicación interna. Cuarta casa.- Esta se denominará el patrimonio nacional, donde está Del Mazo el de la Secretario de la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal. Quinta casa.- En esta se ubica todo lo que va en función de la educación del pueblo. Sexta casa.- Relación laboral, o sea Trabajo. Séptima casa.- Aquí se incluye la unificación del esfuerzo común, o sea Gobernación, Bartlett. (La Octava casa mañana, día de los inocentes.)

Madre de héroes, heroína

A 25 años de la desaparición de Alaíde Foppa, traductora y feminista, poeta, y critica de arte, secuestrada en la ciudad de Guatemala el 19 de diciembre de 1980, los culpables del crimen permanecen impunes…

Yo conocí a Alaíde Foppa, mis valedores. Hoy, a 25 años y 7 días de su secuestro, voy a traer hasta aquí la memoria de la luchadora civil. Trasterradade su Guatemala por afanes de defensa de la mujer indígena, conmigo vino a compartir micrófonos y cabina de Radio UNAM. Un día, de repente (la nostalgia, que suele ser mal consejera), se atrevió a retomar, de entrada por salida, a aquella su Guatemala tan apacible que «se oye cuando una garza cambia de pie», pero trampa mortal para quien osara enfrentar a los Romeo Lucas García y congéneres de uniforme que la malgobernaban, esos de quienes clama el poeta a quien arrancaron la existencia en plena tortura:

¡ Ay, Guatemala, ellos conocerán la muerte de la muerte hasta la muerte..!

Fue un diciembre como este, pero de hace ya todo un cuarto de siglo. En algún punto de la ciudad, Alaíde subía a su automóvil cuando acribillaron al chofer, y a ella se la llevaron para nunca más. No se volvió a saber de su paradero, y hasta el día de hoy, en que acá, en el México de los exiliados guatemaltecos, aún recordamos a la cálida voz y, según la evoca A. Rossi, «aquel hermoso rostro melancólico de grandes ojos castaños que se iluminaban con su espléndida sonrisa y revelaban su luz interior». Alaíde Foppa.

Fue un 19 de diciembre, y de eso hace ya 25 años y una semana, y como si fuese apenas ayer, cuando por los pasillos de aquella nuestra Radio UNAM.. .

Tal es la seña de identidad de Alaíde y sus hijos, a tres de los cuales la dictadura forzó a convertirse en guerrilleros al igual que a Otto René Castillo, Rodrigo Asturias, Danilo Rodríguez, amigos míos de cuando exiliados.

Ay, Guatemala – cuando digo tu nombre retorno a la vida – Me levanto del llanto a buscar tu sonrisa…

Hoy, aquí, frente a todos ustedes, me he puesto a recordar a esa Hécuba de su Guatemala: el temple, la mística, la heroicidad, y con ellos la lucha, la cárcel, la sangre. Alfonso, el marido de Alaíde, y el hijo Juan Pablo, y más tarde Mario, y la propia luchadora civil, de la que nunca más se ha sabido. De Alfonso y Juan Pablo yo poco sé. Por cuanto a la muerte de Mario lo revela cierta asociación guatemalteca de periodistas democráticos:

«Mario Solórzano murió asesinado. Nada se supo de su muerte porque el régimen de Romeo Lucas García ocultó la información por conveniencia política. Pero Mario Solórzano fue descubierto por las fuerzas represivas del régimen en un apartamento de la ciudad capital. Acorralado, sin oportunidad de escapatoria y ante la disyuntiva de entregarse o morir, optó por la resistencia hasta el fin, sabiendo de la brutalidad con que sería torturado. Su decisión evidenció, además, su firmeza de resguardar, a cualquier costo, la vida de compañeros suyos en la vida revolucionaria y, sobre todo, la información que el enemigo requiere para golpear las organizaciones del pueblo».

Vámonos, patria, a caminar, yo te acompaño – Yo me quedaré ciego para que tengas ojos – Yo me quedaré sin voz para que tú cantes – Yo he de morir para que tú no mueras -Tiene que ser asi, indiscutiblemente…

«Es un hecho que la familia Solórzano Foppa ha entregado a la causa libertaria del pueblo de Guatemala el generoso sacrificio de varios de sus integrantes. Juan Pablo, hermano de Mario, había muerto combatiendo contra el ejército de la tiranía en El Quiché. Meses adelante, Alaíde Foppa, madre de ambos, sería capturada y desaparecida en la ciudad capital por agentes de la sección de inteligenciadel Ejército.

Luego de la muerte de Mario Solórzano Foppa vemos con gran esperanza que la lucha del pueblo se agiganta cada día, se generaliza y se profundiza, incorporando alas amplias masas de obreros, campesinos e indígenas. También observamos que la crisis económica y política de las clases dominantes en el poder se agudiza irresolublemente, a pesar de las maniobras del presidente norteamericano por paliar la inestabilidad del régimen y contener los avances de la guerra popular revolucionaria, proceso que se ha consolidado con la unidad de las cuatro organizaciones político militares y con la definición de los cinco puntos programáticos del futuro gobierno revolucionario, patriótico, popular y democrático.

Mario combinó la máquina de escribir y el libro con el fusil. Hay seres que nunca mueren. Mario, por ejemplo, Juan Pablo, Alaíde». Pero la hierba renace de los carbones – y el héroe nace cuando muere…
(A su memoria.)

Aleluya

(De rito anual para todos ustedes, el presente retablillo navideño.)

– Por fin has vuelto, José. Toma mis manos…

Engarruñada sobre el montón de paja, María la doncella se cimbra a los espasmos de las entrañas, tiritando al viento decembrino que se cuela por entre las piedras mal asentadas. Belén.

– Cuánto tardaste, José…

– Perdonarás la tardanza, mujer. ¿Sabes? los pies se me fatigaron del mercado al tianguis en procura de ese elemento extranjero que es el arbolillo de Navidad, y de luces y esferas, y musgo, y harta escarcha. Los ojos se me iban tras de confites y canelones, y cacahuates y colación, y un par de regalitos, el tuyo y el de ?l. Pero María, si hubieses visto los precios. ¿Pues a qué ciudad de rapaces hemos venido a parar? ¿En manos de qué mercachifles vino a parar el misterio santo de la Navidad? Si hubieses visto los precios. ¡Y en dólares..!

– Siéntate aquí. Pon mi cabeza en tu pecho. Dime que aguardas con júbilo la llegada del Niño.

– ¿Por quién, sino por ustedes dos, intenté entibiar este pesebre? Por ti, María; por El, para que El no se hiciera una idea demasiado lóbrega de esta que vendrá a ser si tierra hasta el día del Carmelo.

– El frío, José, para las carnes desnudas del que está por llegar.

– Y ni cómo proporcionarle una chispa de calor, porque en la ciudad: ¿arbolitos? Ni de plástico vil. Carísimos. ¿Pelo de ángel? «Qué bicho es ese», y se mofaron. Y que la escarcha es importada (escarcha en el trópico, mentes colonizadas), y foquillos y esferas, costosísimos, y una triste estrellita de sololoy haz de cuenta que les pedía la estrella del Oriente.

– Pon aquí tu mano. ¿Sientes la llegada del Niño? ¡Está por llegar a este mundo, compañero! Creo que voy a gritar un poco. Quedo…

-Ánimo, aprieta mi mano, resuella hondo. Llámalo por su nombre. -Jesús, Unigénito…

– Y fue así como tuve que renunciar a los entrañables símbolos de Navidad y resignarme al recurso de los pobretes: el nacimiento.

– ¡Jesús, Jesusillo, ven ya, ven…

– Pero ni para un pobre nacimiento pudieron alcanzar los dineros. De comercio en comercio todo se me fue en suspirar. María, ¿sabías que en este país ya todo es importado? ¿Pues qué fue de Galilea, que así se ha dejado enajenar al Imperio Romano? ¿Qué ralea de desenraizados es esta de los galileos, que así han vendido o dejado que les enajenen su tierra? Dios…

– ¡Llega, Jesús, ven con los tuyos. Allá en . las alturas, suspensa en ese cacho de firmamento, la estrella del Oriente aguarda por ti, y por ti tronos y potestades afinan arpas y cítaras. Ven, y en tu busca llegará la arribazón de cristianos a la gloria de Dios…

– No, María, de ellos ya nada esperes. En este mundo, mujer, el espíritu de la Navidad ha sido trocado por el espíritu del vino. Con los vapores vinosos qué puede interesarles un simple recién nacido entre paja y pasturas de un pesebre de Belén.

– ¡Ya llega, José! ¡Ya el Ungido se acerca..!

– Mira a lo lejos el reguero de luces: Belén. Música, luz, alegría. Alegría, sí, pero embotellada. Pobre Galilea, Jesús. ¿Valdrá una gota de tu sangre…?

– Está por llegar. Ya llega. Siento que toda mi carne se transfigura…

– Ya los cielos afinan celestas y virginales y flautas dulces. Arcángeles y serafines se aprestan a entonar la gloria del que se desasosiega en tu vientre, María; del León de Judá, que viene a instaurar en las Galileas de este mundo la Palabra Nueva y la Paz, y el amor de todos para todos. Hosanna en las alturas.

– Ah, los desgarramientos…

– Ánimo, María, respira hondo, llámalo por su nombre, ayúdalo a bien nacer como a bien morir habrás de ayudarlo.

– Jesús, hijo, pequeñín. ¡Hijo del Hombre..!

– ¡Cristo ha nacido! ¡Aleluya! ¡Emmanuel! ¡Dios con nosotros! Y el milagro nuevo, ¿los oyes? Por los caminos resuenan los guaraches de pastores y rabadanes, y vagabundos y trashumantes. ¡Vienen a la adoración..!

– Por qué tan pronto esas lágrimas, Niño…

– Si al menos un poco de infusión para con algo tibio recibir a los cristianos, muertos de frío. Pero tú reposa, que el Niño ya está contigo. Ya en las alturas se delinea la escala de Jacob. Ya paren los cielos, y la tierra se cimbra en estremecimientos por más que en Galilea no los percibían. ¡Gloria al Chamaco que arrullas entre tus brazos! Anda, María, ábrete la túnica y dale tu leche, que Jesús el Niño comienza a llorar. (¡Aleluya..!)

Hoy recuerdo a los mártires de Acteal

Y cómo no recordar tan horrenda masacre, si fue perpetrada un día como hoy, pero de hace 8 años, en la comunidad de Acteal, municipio de San Pedro Chenalhó, Chiapas.

Los hoy muertos y heridos se encontraban ayer aquí, a orillas de Acteal, rezando. Estaban rezando. Asi, de rodillas, los balacearon por la espalda. Jesucristo Nuestro Señor, Principe de la Paz, el Verbo que vino a poner su morada entre nosotros, fue recibido por algunos y rechazado por las tinieblas…

-Navidad anticipada para todos ustedes, aquí les hago llegar, como año por año por estas fechas, las vivas palabras de Mons. Samuel Ruiz García, que así lo expresaba en su carta pastoral de la Navidad de 1997:

«A todo el pueblo de Dios que peregrina en nuestra sufrida Diócesis de San Cristóbal de las Casas. A todos nuestros hermanos. Agentes de pastoral:

Por si acaso hubiéramos olvidado que la verdadera Navidad se da en un contexto trágico de opresión y dominio de inseguridad y puertas cerradas, de persecución y exilio y aun de verdadero genocidio, los acontecimientos de estos días en Chenalhó nos lo vienen a recordar. La dicha más grande que el mundo ha conocido: el nacimiento de nuestra carne del Verbo de Dios, aconteció en el marco doloroso del mayor sufrimiento. La luz verdadera irrumpe en medio de la más densa niebla. La Navidad de este año es para el pueblo cristiano de nuestra Diócesis, de nuestro estado y del país entero, una Navidad luctuosa. No sólo es ignominioso el número comprobado, hasta el día de hoy, de muertos (45) y de heridos (25), muchos de ellos menores de edad, sino sobre todo el clima de violencia creciente e impune denunciado acuciosamente a las autoridades que lo podían haber frenado, con anterioridad a este indignante desenlace.

Son tantas las circunstancias que hacen de este doloroso acontecimiento un verdadero crimen contra la humanidad. El hecho de que el ataque fuera perpetrado por hombres adultos, armados, contra un grupo mayoritariamente de mujeres y niños desarmados. El hecho de que ese grupo victimado -«Las Abejas»-sea precisamente uno que ha hecho profesión pública y desde hace tiempo de su opción por los medios civiles, pacíficos y no violentos para la consecución de sus demandas, aun cuando viven y trabajan en el corazón de una zona donde la violencia se ha enseñoreado.

El hecho de que las víctimas fueran un grupo de personas recientemente hostigadas hasta el punto de ser obligadas a abandonar sus casas y poblaciones, pues en Acteal se encontraban ya en calidad de desplazados.

El hecho de que el ataque se haya verificado precisamente en un momento en que estaban reunidos en la ermita del poblado, orando por la Paz; y seguramente orando por quienes les perseguían. Conocemos que tal es la calidad cristiana de esos hermanos y hermanas. ¡Qué horrible paradoja que el mismo día en que pudieron ser abiertas algunas ermitas que habían estado cerradas y ocupadas por grupos armados de civiles y de policías, en este mismo día, en una ermita de la zona de Los altos hayan sido masacrados todos estos cristianos! En el espacio de lo sagrado irrumpe la violencia. ¡Y para este pueblo tan hondamente religioso! Toda la tradición judeo-cristiana, secular, de que los templos son Santuario para los perseguidos, ha sido aquí pisoteada.

El hecho de que hoy, a muy temprana hora, las autoridades del estado hayan ordenado recoger todos los cadáveres, quizá con argumentos jurídicos o sanitarios funcionales (podrán hablar de la necesidad de practicar autopsia o evitar una peste) viene a convertirse en un agravio más, y no menor, a los sobrevivientes de la masacre. Ellos han venido hasta nosotros, suplicantes:

– ¡Queremos enterrar a nuestros muertos! ¡No dejen que se los lleven..!

Quien conoce el alma indígena sabe hasta qué punto es existencialmente indispensable hacer el duelo, llorar a los muertos. ¿Será que hasta ese consuelo les va a ser arrebatado? Sólo son la fe y con la ayuda de la revelación podemos comprender que así es la Navidad verdadera. Esta, y no la de la sociedad de consumo, es la que permite entender a fondo el misterio de la Encarnación. Aquí, en Chiapas, algo nuevo está naciendo, y no concluirá el parto son estas dosis estrujantes de dolor…

Cuánto trabajo nos cuesta, en este momento, decir: ¡Feliz Navidad! A nuestra sensibilidad humana nos parece que el Niño nace muerto…»

Chiapas, Chenalhó, Acteal. Mujeres, hombres, niños masacrados, un crimen hasta hoy impune, mientras en horroroso lugar común fanfarronea el Presidente del país: » ¡Para aplicar la ley no me temblará la mano! » Mis valedores: que la memoria no muera, que en nuestras mentes pueda sobrevivir. Comunidad Las Abejas. Los masacrados de Acteal. (A su memoria.)

¡Arre, mula traicionera…!

N. McCrea, chofer de un camión, frustrado por los reglamentos del gobierno, abandonó su oficio y se compró una mula. Prefiero las mulas, dijo.

La nota, mis valedores, fechada hace tiempo en algún diario de Sandpoint, EU., me llamó la atención tanto como la réplica que la completa, y que aquí reproduzco:

«Leve escozor me produjo su decisión, Mr. McCrea. Si a usted la experiencia con los camiones le fue negativa, a mí la de una mula me resultó catastrófica, por lo que yo le aconsejo: cuídese de un camión, pero más de una acémila, traicioneras como son todas las de su ralea. Aquí, por si algo pudiese aprovecharle, mi mala experiencia con una mula de esas:

Mexicano soy. Mucho tiempo viajé a los lomos de mi animal. Largo era el tramo por recorrer, tortuoso y plagado de dificultades, pero la montura me llevaba a buen paso, y todo iba bien. Graneada y robusta, la acémila que le cuento parecía ser de condición, muy distinta a las mulas con las que el paisa se topa todos los días; broncas las demás, la que yo montaba era mansa y de trote fiel; resabiadas la otras, atravesadas, alebrestadas y levantiscas, esta era fácil de rienda y leal a su jinete; matreras las otras, que avanzan pajareando ya a la derecha o ya a la izquierda, la acémila que le cuento parecía ser derecha y avanzaba sin corcovos, en rectitud. Esto, al menos, hasta hace cosa de algunas semanas. Pero mulas vemos, defecciones no sabemos…

Porque ocurrió, Mr. McCrea, que, de repente, sin más ni más, la mula dio el chaquetazo; lo dio cuando yo más confiado iba a lomos del animal, y cuando más le había soltado la rienda y abandonado todo a su instinto, a su leal saber y entender. Un mal día, sin previo aviso, que se da el sacón y pega el reparo, aventándome al vil suelo la mula vil. » ¡Jija de tu mal dormir! ¿Y eso? ¿Qué jicotillo te fue a picar en medio de las verijas, que así chaquetas?» Ah, condición de las mulas…

De no creerse, Mr. McCrea: apenas pude alzarme del suelo, quebrantado todo de cuerpo y ánimo, ahí vi que la acémila me observaba con ojos burlescos, y que en silenciosa carcajada pelaba aquella hilera de dientes amarillosos, de animal bien graneado, y que, de súbito, me plantó ante el resuello su cuartos traseros -transeros-, y que alza la cola, toma una tarascada de aliento, y entonces, en mis puras narices… ¡rájale!, la ventosidad corrompida y aquella coz que, si no me agacho…

Allá va la acémila después la defección, trotando, toda jocundia, en dirección contraria a la del principio. Yo, por entender conducta tan aberrante, investigué, y entonces… ¡mamá Tula! ¿Sabe, Mr. McCrea, lo que ocasionó la defección de la acémila? ¿Me lo va a creer? ¡Fue un puñado de mazorcas! ¡Unas tristes mazorcas que le badajeó ante los ojos cierto fulano de un ajeno maizal! ¡Unas mazorcas compraban principios, varonía, dignidad, ética, conciencia, vergüenza, todo! Unas mazorcas del maizal ajeno, cuando a estas alturas del camino más fácil hubiese sido conservarse enhiesto que culimpinarse y chaquetear. ¿Porque no es cierto, Mr. McCrea, que honra, dignidad, conciencia y fidelidad a principios e ideología valen tantito más que un montón de mazorcas y la promesa de harinolina y salvado tres veces al día? ¿0 me equivoco, tal vez? ¿Tan deleznable es la condición de las mulas? ¿Así son todas? ¿De nacimiento lo son, o se envician? ¿Las envician los tiempos dificultosos que vive el pesebre? ¿Cuestión de la presente crisis de valores? No lo entiendo, Mr. McCrea, y me resisto a creer que mulas de esta padezcan un hambre tan compulsiva que un talego de mazorcas las lleve a defeccionar. En fin. Pero ah, mulas…

Golpeado y adolorido, asqueado y colérico, reflexiono y digo entre mí: y pensar que a lomos de mula tan traicionera creí que podría llegar a tierras de la querencia; y pensar que en noches cerradas avancé a ciegas, confiado en el puro instinto y en la supuesta nobleza del animal: y pensar que bordeando barrancas y desfiladeros en noches de cerrazón la dejé suelta de rienda, atenido nomás a su honesta lealtad. Hoy, aunque tarde, me explico la causa de que el camino fuese un puro fracaso y una pura decepción: ya la acémila, ‘ para aquel entonces, saboreaba mazorcas de ajeno maizal. Ah, baquetona mula…

Una pregunta final, N. McCrea: hoy, que a medio camino me encuentro rabioso, golpeado y desencantado: ¿cree usted que aún pueda confiar en mulas de la catadura de esa pragmático-utilitarista que por rastrojo y mazorcas se vendió al establo del PRI, y más tarde al PRD, y que ahora traga en el machero del Blanquiazul, pero que, traicionera de nacimiento, ya prueba a estas horas los moloncos de otra alternativa? Por que de semejante mula se cuide, Mr. McCrea, ese animal entiende por un alias:

«Demetrio». (¡Arre.Sodi..!)

Dios, el de Onésimo Cepeda

Moxtla fue quemado en la plaza pública, bajo el cargo de «hereje», el 30 de noviembre de 1539. Hoy, la figura del principe texcocano nos parece altiva y digna de respeto. (Edmundo O’Gorman: La Inquisición en México.)

Moxtla (Dn. Carlos, para el español), probable nieto de Nezahualcóyotl, tuvo el lóbrego honor de encabezar la lista de víctimas nativas del primer inquisidor efectivo de México-Tenochtitlan, un Juan de Zumárraga. El edicto:

«Será condenado a ser llevado por las calles públicas desta ciudad y con voz de pregonero que manifestase su delito, al tianguis de San Ipolito y en la parte y lugar que para esto está señalado sea quemado en vivas llamas de fuego hasta que se convierta en ceniza y del no haya ni quede memoria…»

Y acaeció, mis valedores, que aquel día aciago amigos, dolientes y familiares se acercaban a Moxtla, y mirando al citado que una mula torda conducía al quemadero, con lágrimas en los sus ojos ansina le suplicaban:

– Conviértete al catolicismo y salva tu vida. Di que adoptas por tuyo al mesmo Dios de Norberto Rivera y Onésimo Cepeda, y aquí don Zumárraga te perdona la vida. ¿Verdad que se la perdonáis, Su Ilustrísima?

– Bueno, sí, aunque una multilla por gastos de arrastre…

– De dientes pa afuera di que eres católico. Total, ¿no lo son de ese pelo todos en la Nueva España, que de se lo de dicho y acciones no viviría la sociedad tan huérfana de valores morales? Grave sería que te quisieran hacer cristiano, lo que tendrías que certificarlo con obras, ¿pero católico, Moxtla?

El cual, rebelde magnífico, con la testa negaba; atado como iba de manos y pies a la bestia, acicateábala con talones y suave meneo de las zancas. Alguno advirtió un amago de sonrisa en el rostro del penitente.

– ¡No seas penitente, no te quemes! ¿Avara y media del quemadero sonríes? ¿Acaso no amas tu vida? Anda, abjura de Huitzilopochtli y orita mesmo te desamarran y nos vamos directamente a conseguirte la llave…

– ¿La del cielo? (Don Zumárraga.) Antes tendrá que abjurar de su herejía y jurar que Dios es grande y la iglesia su profeta. Así tendrá la llave del cielo.

– Cuál llave del cielo, nosotros nos referimos a la llave de la democracia que tiene el IFE. Ya con su credencial de elector, a elegir candidato pal 2006.

– El relapso salvará la cuera si jura por Dios Uno y Trino que se lo va a dar, su voto, a Calderón, bienamado de Dios y aun mejor: de la Casa Blanca.

– Sálvate, y luego de la recogida, la de tu credencial de elector, nos vamos a otras recogidas, como la de la bilis. Buches de cacardí. ¡Salva tu vida!

Habló el rebelde magnífico: «¿Que salve mi vida? ¿Acaso es vida la que está viviendo bajo estos virreyes el jodidaje de mi México-Tenochtitlan? ¿Es vida la que se vive como campesino y asalariado, como artesano o desempleado aspirante a indocumentado? ¿Es vida sobrevivir bajo el peso de una deuda externa que así acogota a la indiada tanto como el Fobaproa, fruto mostrenco de las depredaciones de unos virreyes apátridas, amátridas y vendepatrias? ¿Es vida la del virreinato del embuste, la demagogia, la simulación, las riquezas ilícitas? ¿Es vida vivir en la almendra de la injusticia, en la entraña de una desaforada corrupción lucrativa e impune? ¿Es mucha merced seguir viviendo en mi tierra de Anáhuac.. ?

– Para eso debes vivir, para votar y con tu voto instaurar la democracia.

– ¿Son o se hacen, manipulados del Sistema de poder? ¿Saben siquiera lo que es «democracia» ? ¿Es tan sólo votar, y ahí termina? ¿Y votar por quién?

– Pues por Calderón, el candidato del Dios Uno y Trino.

– ¡Arre, mula! A ese precio, ¿conservar la vida? ¡Arre, mula..!

– La conservará con ciertas condiciones: que ante la cruz jure que el mejor virrey de esta Nueva España ha sido Vicente Fox, el católico protector de la iglesia, y todo un espejo de virtudes su beata Marta Sahagún.

– ¿Vivir pa mercarle a esa dama, con los tlacos de mi renta, su ropita interior Oscar de la Renta? ¡Vamos, México! ¡Arre, mula! Conservar mi vida…

– El condenado la conservará si en público de la gente jura que los Manolos Bribiesca son un dechado de honradez, tanto como el PEMEXGATE y los Amigos de Fox; si el relapso, besando la cruz, jura creer que ni la Santa Iglesia, ni el PRI, el PAN, los medios de condicionamiento de masas y los grandes capitales de aquí, allá y acullá, están amafiados para hundir a ese diabólico que Satán confunda, al que con ayuda de Azuela, el de la suprema Corta, en un descuido hemos de quemar con leña verde. ¡Arde, Peje-satánico..!

– ¿Mi vida depende del voto al yunquero, mediocre y ultraconservador de vocación vendepatrias? ¡Arre, mula! Y usté, mula, quíteme de enfrente su cruz.

Carbonizado murió, sin tornarse católico ni rendirle al virrey de la Nueva España, mucho menos al Dios de Onésimo Cepeda. Dios lo haya perdonado. No a Moxtla. (A Onésimo.)

Los Hombres del Maíz

El muro, que data del año 100 a.C. recrea el nacimiento, la muerte y la resurrección del hijo del dios del maíz, al tiempo que ofrece el sacrificio de sangre de sus genitales. (Con esa sintaxis, La Jornada del pasado miércoles.)

Y créanme, mis valedores: tal descubrimiento, que tanto me conmovió, tiene o debiera tener para todos nosotros una importancia fundamental, porque narra el origen mitológico de nuestra raíz aborigen. Tras de leer la noticia revisé los conceptos que escriben estudiosos diversos acerca de Quetzalcóatl y la ceremonia de creación del hombre americano. La síntesis:

En el principio era el verbo, son las primeras palabras del evangelio de Juan, y la leyenda de la creación del hombre americano: en el principio era el Principio Supremo, que se nombra Ometeotl y participaba de lo masculino y lo femenino. Este Principio es el resultado de la unión de dos esencias integradas de polaridad opuesta: Ometecutli y Omecíhuatl, pareja inicial nombrada también Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl.

De Ometeotl se gestaron los cuatro Tezcatlipocas, que son el obscuro, el rojo, el azul, Huitzilopochtli y el blanco, Quetzalcóatl. Este héroe mítico fue el creador del hombre americano y guarda reminiscencias del Prometeo griego, que a esa Humanidad regaló el fuego, principio de civilizaciones, culturas y bombas de hidrógeno. En fin. Quetzalcóatl.

En su empresa de formar al hombre americano descendió el Progenitor hasta el Mictlán, asiento del eterno reposo, «donde todo se regenera para ser trasmutado en nuevas formas de vida». En el inframundo recogió los componentes necesarios para forjar una nueva generación humana con los huesos de las humanidades pasadas, que mezcló hasta formar cuatro masas y los cinco atoles creados con el maíz de cinco colores que previamente había sustraído de la entraña de unos denominado «Cerro de los Sustentos».

Lo del maíz se le vino a ocurrir cierta vez en que observó a una hormiga negra en el instante en que se internaba en un agujero del «Cerro de los Sustentos». Metamorfoseado en «hormiga roja, Quetzalcóatl la siguió hasta dar con la oquedad donde las hormigas guardaban granos de tlayolli. Tomó cinco granos de colores diversos, y al regresar a la superficie los sembró en el regazo de la madre de las diosas, Tonantzin, a quien también se nombra Cihuacóatl, mujer serpiente.

Ya con las cuatro masas y los cinco granos de maíz, el Formador los mezcló con los huesos molidos de las generaciones predecesoras, y enseguida sangró su miembro y con la sangre dotó a las masas del líquido precioso de la vida. Así, con el amasijo de color rojo formó el licor sanguíneo que anima a los hombres; con la masa de maíz blanco creó los huesos, y los tejidos con el maíz amarillo. La masa de maíz azul fue la materia prima del espíritu. Así, relata la leyenda, fue creado por Quetzalcóatl el Hombre Americano, y ha sido así y desde aquel entonces como la diosa madre Tonantzin, con los cinco atoles, alimenta a la nueva humanidad, y esto porque en el maíz se amalgaman las siete serpientes, que vienen siendo las formas
de energía de todos los elementos de la naturaleza.

Tal era el principio de la nueva humanidad, cuyo conocimiento los hombres se transmitían, en códices y de forma oral, de una generación a la siguiente, y esto hasta aquel día aciago para los meshicas, cuando un día de agosto, de repente, en la cuenca de México-Tenochtitlan se produjo la demoledora irrupción de quinientos y tantos españoles y miles de indígenas de Chalco, Tlaxcala, Zempoala y anexas, todos afiebrados a la compulsión de vengarse de los imperialistas que por aquel entonces encabezaba Moctezuma Xocoyoltzin. Y fue así como estalló una violencia que al final llevó a los vencidos a clamar, doloridos dolientes: «Y fue nuestra herencia una red de agujeros.. «Así fue, mis valedores, como nuestra raíz indígena es abatida a golpes de sangre, fuego, espada y cruz, por nuestra raíz conquistadora, y como se iba a desbozalar el genocidio más estrepitoso que registre la historia de las atrocidades de toda la humanidad.

Y en la tragedia, lo trágico: por el temor de que soliviantaran con sus «artes diabólicas» a unos indígenas aún conscientes de su raíz, sus orígenes y sus dioses tutelares, el conquistador español fue extirpando del altiplano de México a todos los hombres que detentaban los valiosísimos conocimientos que habían dado cimiento a la antigua sabiduría, fundamentada en la ciencia matemática, principalmente. «Y quien tiene mentalidad matemática, afirma el mitólogo, actúa en la vida con tales principios, y difícilmente puede tener una mentalidad de dogmático, fanático y supersticioso».
¿Para el indígena qué representaron la Conquista y la era colonial? (Volveré al tema.)