Perro de guerra, Bush

¡Adelante, mis queridos estadounidenses! Conduzcan sus caballos más allá -¡excitación! ¡dinero! ¡políticos!-. ¡Abran todas sus válvulas y dejen que prosiga, columpiándose y exprimiendo a los demás..!

De ese calibre fueron las ironías que en el siglo XIX les endilgó su poeta, el cantor de su democracia Qué reproches pudiese lanzarles hoy día, cuando su genocida mayor, Learjet 45 en picada rumbo al desván de la Historia, dejó a su paso zonas en llamas y comunidades devastadas en su economía y sus finanzas. De qué tamaño serían los reproches que al final del gobierno del perro guerrero les lanzaría Walt Whitman, su poeta mayor. Qué irá a ser de esa «nación de lunáticos», si es que su nuevo dirigente no endereza el rumbo de un imperio que, según todos los indicios, comienza a conocer los crujidos de la decadencia A propósito: ¿esos «queridos estadounidenses» tendrán en cuenta a estas horas las advertencias de su analista Noam Chomsky?

Recordemos que quienes llevan ahora las riendas de Washington son en su mayor parte reaganianos reciclados que están reviviendo el guión de los años ochenta, cuando impusieron programas domésticos muy dañinos para la población en general, y que fueron muy impopulares. ¿Como consiguieron implantarlos? Manteniendo a la población en un continuo estado de pánico…

Recordemos que la misma gente que hoy gobierna el país declaró en 1981 una guerra contra el terror que se convertiría en el núcleo central de la política exterior estadounidense, por aquel entonces enfocada fundamentalmente en Centroamérica. Entonces llevaron a cabo una guerra contra el terror en América Central donde acabaron matando a unas 200 mil personas, y dejando cuatro países devastados. Desde 1990, cuando Norteamérica se hizo con ellos de nuevo, se han hundido más aún en una profunda pobreza Ahora están haciendo lo mismo por los mismos motivos: están llevando a cabo programas domésticos a los que la población se opone de manera contundente, porque los perjudica..

Por lo mismo, fijémonos en el momento actual: es realmente chocante que la avalancha de propaganda se iniciara en el momento en el que comenzó la campaña para el congreso y estaba claro que los republicanos no iban a ganar dejando que dominaran los asuntos sociales y económicos. Hubieran sido arrollados. Tenían que hacer exactamente lo mismo que hicieron en los ochenta: sustituirlos por asuntos de seguridad, y en el caso de una amenaza a la seguridad, la gente tenderá a cerrar filas en torno al presidente, una figura fuerte que nos protegerá de horribles peligros…»

Y la radiografía del imperio, mis valedores, en la justipreciación de un hombre de talento, lucidez y honestidad Henry Miler, autor de los Trópicos, La Crucifixión rosada, etc.,que antes de su muerte en 1980, así de actual y certero trazó el retrato hablado de su país:

«En dos breves centurias nos estamos yendo por el caño del desagüe. Y nadie se va a entristecer por eso; ni siquiera esos a los que hemos ayudado a sobrevivir. En el breve instante de nuestra historia nos las hemos ingeniado para envenenar al mundo. Lo hemos envenenado con nuestras ideas de progreso, eficiencia mecanización. Hemos convertido en robots a nuestros esforzados pioneros. Hemos deshumanizado al mundo en que vivimos.

Al principio pudimos haber sido vistos como dioses por los nativos del Continente. Pronto se desilusionaron. Pronto aprendieron a tenernos miedo y odio (¡nosotros, los cara-pálidas, fuimos quienes enseñamos a los indios a cortar las cabelleras a los enemigos!) Nosotros suprimimos la maravillosa Comunidad Oneida y otras comunidades religiosas. A los indios les robamos su territorio e hicimos todo lo posible para aniquilarlos. Y nunca intentamos darles ninguna retribución. Tal parece que fuimos concebidos entre la violencia y el odio, como si hubiéramos nacido para saquear, violar y asesinar. Nuestros libros de historia barnizan las crueldades, las abominaciones y la conducta inmoral de nuestros líderes. Está claro que, con toda nuestra palabrería sobre el progreso, tenemos una mente estrecha, somos prejuiciosos y tenemos sed de sangre como siempre ha sido. Sólo con referirnos a la situación militar -¡el Pentágono!-, es suficiente para sentir escalofrío».

¡Adelante! Sólo dejad provisiones (viejos y nuevos estados) para manicomios. Porque estáis en el camino de crear una nación de lunáticos…

¿Obama?(Después.)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *