Felicidades. Su candidato marcha adelante en las preferencias de los votantes con una ventaja que parece definitiva, y esto se explica por el carisma de Obama, su arrastre popular y ese proyecto de gobierno que las mayorías esperaban después de la gestión de un personaje nefasto como ha sido Bush. Barack Obama les promete el cambio y expone con claridad y contundencia su programa de gobierno. Felicidades.
Pues sí, pero mucho cuidado, no celebrar por anticipado ese triunfo, no confiar en eso obvio, contundente: que el contrincante es un individuo plano, zafio, vulgar, falto de ideas y de brillantez, torpe en su discurso político y tan ayuno de carisma y atractivo personal que su poder de convocatoria es nula. Cuidado. Si advierten ustedes que McCain es errático e inseguro, que ya desde ahora desbarra y que como candidato ya ha cometido todo un catálogo de desaciertos que lo descalifican para la Casa Blanca, cuidado, porque mediocre, torpe y vulgar, puede terminar en Los Pinos, así tenga que protegerse de la iracundia popular por haber sido impuesto a la viva fuerza, y no sea dueño de cruzar una calle sin que lo protejan miles de guardias contra los gritos acusadores de ¡espuriooo..! Mucho cuidado, partidarios de Obama. (¿Dije Los Pinos? La Casa Blanca, quise decir.)
Por acá tenemos un dicharajo que a la letra dice: del plato a la urna se cae la presidencia Muy cierto, señores, y si no, mírense en este espejo: cuando aquí todo estaba dispuesto para que el candidato popular fuese declarado gobernante de los mexicanos, de repente tíznale, se desbozaló una campaña innoble, de albañal y lodo biológico, que manipuló a los pobres de espíritu y aniquiló al seguro triunfador, para imponer al McCain cimarrón en Los Pinos. Y qué clase de McCain impusieron a los mexicanos, Dios, qué versión de McCain, señores partidarios de Obama..
Que ustedes no vayan a experimentar el choque traumático que aquí padecieron y padecen hoy todavía los partidarios del Obama perdedor, puntero en las preferencias de este país porque él también proyectaba liderazgo y carisma y prometía un discreto cambio en las horrorosas condiciones en que el Bush con tufo a El Tamarindillo dejó al país. Pues sí, pero tomen nota..
Con el candidato de las mayorías no estuvieron de acuerdo Washington, los empresarios y los grandes capitales de allá y de por acá, el alto clero católico, mafias ultra-derechistas como El Yunque, Los Legionarios de Cristo y, voceros y parte medular del Sistema, los medios de condicionamiento de masas, el duopolió de televisión como punto de lanza Sí, en mi país los monopolios están prohibidos por ley, ¿y.? Es México.
¿Que quién fue tal individuo que esos cuantos del poder impusieron a la ley del hovo, «haiga sido como haiga sido»? De no creerse, señores. Seguro estoy de que llegan a su país, así sea en páginas interiores o de relleno en sus programas de noticias, retumbos del tiempo calamitoso que vive el nuestro. Ah, pues todo se debe a que una vez allá arriba, el hombre impuesto a la pura ley de los compañones no supo qué hacer, que no nació ni estaba educados para estadista y los ventajistas y ocasionados que a la ley de las criadillas impusieron al que parece no tener las suyas le han estado cobrando carísima la factura mientras él se vive y desvive en plena verborrea (¡esa vocecita!) atragantándose de cámaras y micrófonos, y los mexicanos padeciendo un terrible vacío de poder, donde cada quién hace lo que sus hovos le dictan. Ustedes mucho cuidado, partidarios de Obama Ya desde ahora cuídense de elementos como el filibustero Sola, experto en campañas fecales. Ah, pero lo más importante…
Cuídense, sobre todo, del partido Demócrata Cuídense de él. Con lupa examinen a los políticos del partido de Obama, ¿y saben por qué? Ahora mismo puede ocurrir que ahí, agazapados y con disfraz de aliados, los colaboracionistas de Bush estén perpetrando su labor de zapa contra Barack Obama ¿No han descubierto en el Demócrata a alguna mafia que se firme New Left, o como se diga? Cuidado, que ahí puede acechar un Mr. Ortega, que con su cáfila de chuchos, a cual más de colaboracionista y migajero, todos ellos expertos en salir gananciosos de las derrotas partidarias (que ellos mismos tramaron), esté ya fraguando la entrega de casillas en obsequio de McCain y provecho propio. Mucho cuidado, señores partidarios de Obama. Si lo sabré yo, mexicano de mí. Por lo demás… (Es cuanto.)