Y no pequen más…

La nota de hoy, en la voz de Carlos Aguilar Retes, obispo y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano: Narcos piden orientación a los obispos. La Iglesia católica se ha beneficiado de los acercamientos. No voy a decir nombres de obispos ni de narcotraficantes.

La nota de ayer, en la voz del cardenal Norberto Rivera: Al cardenal Juan Sandoval Iñiguez nada le encontrará la PGR. Los obispos y yo lo apoyamos totalmente…

La afirmación es de hace algunos años, cuando el cardenal de Guadalajara andaba en sospechas de enredos con el narcotráfico. Nada ilegal pudo hallársele gracias a un oportuno milagro de San Cristóbal, no el santo descontinuado, sino el rancho de Fox, a donde el purpurado en entredicho fue en romería. Al asunto se le propinó fulminante carpetazo. Laus Deo.

Sobre oscuras ligas de ciertos tonsurados con los narcos y el lavado de dinero afirma el clérigo Leonardo Boff, teólogo impulsor de una Teología de la Liberación que Juan Pablo II no logró aniquilar, ni lo ha logrado Ratzinger.

Es profundamente antiético que jerarcas de la Iglesia Católica Mexicana se haya visto envueltos en problemas con el narcotráfico. El poder religioso entra siempre en articulación con el poder político y el poder económico. Si el poder religioso no es vigilado, controlado, y si no mantiene su altura ética, hace negocios….

Sergio Obeso, obispo: «Yo rechazo que la Iglesia esté utilizando dinero del narcotráfico. Se pueden decir tantas cosas, pero no basta con decirlas, hay que probarlas también».
Probarlas. Palabras más o menos, por aquel entonces lo aseguraba Ramón Godínez, obispo de Aguascalientes: Aquí, en el templo, se purifica el dinero del narcotráfico que recibimos en calidad de limosnas…

Carlos Quintero, obispo de Hermosillo, Son.-. «Bueno, sí, en Tijuana existen familias que han sostenido parroquias con dinero del narcotráfico. Seamos realistas. Sí, no podemos ocultar el mal, pero tampoco debemos omitir las cosas buenas del mal. En Tijuana hemos encontrado familias buenas que han ayudado a sostener el seminario y muchas otros que han aumentado el número de parroquias. Acepto que recursos provenientes del narcotráfico han llegado hasta las arcas de la Iglesia, particularmente en esta frontera».

Un José Raúl Soto, profesor de la Univ. Pontificia de México: Aquí, en la basílica de Guadalupe, se los digo como párroco, los narcotraficantes son muy generosos. Sin dejar de ser traficantes de drogas, ayudan y dan limosnas que nosotros ya las quisiéramos hacer. Los más generosos hasta hoy han sido Rafael Caro Quintero y Amado Carrillo, particularmente…

Alberto Athié, sacerdote: «La Iglesia Católica Mexicana se mantendrá siempre abierta a los narcotraficantes. Los jerarcas católicos estarían dispuestos a reunirse con ellos, sí, pero sólo para pedirles que abandonen su actividad. Ellos, los narcotraficantes, son vistos como los más malos entre los malos, aunque en algunas ocasiones son diferentes. No podemos identificarlos como personas esencialmente malas…

Feligreses de Malpaso, Ags., acusan al sacerdote Samuel Jara Acuña de que «mantiene relaciones con narcotraficantes. Ellos le obsequiaron una camioneta y una arma de fuego. Este sacerdote maneja una sola capilla en una población de 3 mil habitantes, pero ahora tienen dos cuentas bancarias, una de ellas de un millón 310 mil pesos…»

El cura católico Gerardo Montaño Rubio: «Reconozco que recibo donativos de la familia Carrillo Fuentes«. (Lo acompañaba el cura Ernesto Álvarez, amigo de la familia Carrillo Fuentes, que lucía costoso reloj de oro y manejaba lujoso automóvil. Que fue él quien viajó con el narcotraficante en un recorrido por Tierra Santa y celebró, en Guamuchilito, Sin., la misa de cuerpo presente en el sepelio del apodado Señor de los Cielos«)

Gerónimo Prigione cuando nuncio apostólico del Vaticano en México: «El padre Montaño fue el enlace entre los Arellano Félix y yo. pero no volveré atener contacto alguno ni a entrevistarme con narcotraficantes».

El golfista, empresario taurino, bont vivant y obispo Onésimo Cepeda:

Nosotros los clérigos les decimos a Amado Carrillo y demás narcotraficantes: Váyanse, hijos, el Señor los perdona y no pequen más.

El resto es silencio. (Dios…)

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