Dijo Jesús: dejemos que alguno de ustedes con (fuerza suficiente) entre los seres humanos muestre al humano perfecto y se levante delante de mi…
Y quien se alzó, según su propio evangelio, fue Judas Izcariote…
Sigo aquí el intento insensato de reivindicar públicamente, hasta donde ello me sea posible, al traidor de las 30 monedas. Remato la comparación del Izcariote con los licenciados Jerásimos del Tricolor, hoy descompuestos hasta el grado de afianzar sus alianzas con el desacreditadísimo Acción Nacional.
El Izcariote traicionó a Cristo en un momento de debilidad. Su nefanda acción fue tramada con un día, dos, unas semanas de premeditación, luego de que el demonio de la ruindad codiciosa se le enroscó en los entresijos. Los Fox, por contras, en compinchaje con la Gordillo y los Chuchos, Espino y los Azuela de la Suprema Cort(a), los Ugalde del IFE y Flavio Beltrán de TRIFE, planearon fríamente sus aviesas campañas de desafuero y descrédito contra ese que, de haber llegado a presidente del país, probable es que los hubiese exhibido de corruptos tanto o más que los propios licenciados Jerásimos de su aliado logrero y oportunista, el Revolucionario Ins.
Dijo Jesús: tú superarás a todos ellos porque tú sacrificarás ai hombre que me viste.
Tal asegura Judas Izcariote que le juró Jesús, y yo digo, mis valedores: ¿será reivindicado el traidor por antonomasia? Yo no tengo en mis planes vivir tanto tiempo como para atestiguar semejante experiencia, pero tantos de ustedes, hoy jóvenes todavía, ¿llegarán a la aventura de orar ante el altar de San Judas Izcariote? ¿Hasta ese punto pudiese llegar la reivindicación del traidor luego de ser ponderado como el elegido para que el drama del Cristo culminase en el Gólgota? ¿El evangelio del Izcariote será incluido entre los canónicos del Nuevo Testamento? Tendrían que caber varios más, entre ellos, principalísimo lugar, el de mi tocayo Tomás, poesía pura, lirismo, humanismo, filosofía y altura de conceptos. En fin
A esto quería yo llegan de ser elevado a los altares el Izcariote, ¿de quién o quiénes pudiese ser santo patrón, santo de cabecera? ¿De Vicente Prozac, ese desvergonzado que cobró puntualmente sus 30 monedas multiplicadas hasta la náusea luego de ventosear aquella declaración digna del Izcariote: ‘Yo soy el único presidente que ha ganado dos elecciones presidenciales, la del 2000 y la del 2006″? Fue el mismo Judas cuyas 30 monedas supo multiplicar hasta la náusea por medio de excedentes petroleros y atroces desfalcos, mientras propiciaba las sinvergüenzadas de su segunda esposa y de todos los hijos de toda su reverenda Marta, esos Izcariotes de la corrupción que fue lucrativa, y que gracias a Juditas Calderón continúa impune hoy todavía. ¿De Mariano Azuela, que como presidente de la Suprema Cort(a) de Justicia fue a acordar en Los Pinos el desafuero, en primer término, y más tarde el dictamen que impedía al candidato del fregadaje llegar a Los Pinos?
¿De los Ugaldes del IFE y los indecorosos de la ralea de ese Flavio Galván, titular del TRIFE, Tribunal Electoral Judicial de la Federación, que a los paisas nos cobró no 30 monedas, sino 8 millones 400 mil
en un solo año, todo esto tan sólo por los servicios prestados a la «pareja presidencial» para impedir que llegara a Los Pinos el «peligro para México», vale decir para Marta, su segundo marido y los hijos e hijastros del par de corruptos..?
¿De ese Manuel Espino que tan leal le resultó al entonces candidato del partido del que él es presidente, que se refirió al tal como «uno chaparrito, peloncito, de lentes?» ¿De Chucho Ortega y el resto de chuchos bravos, chuchos del mal, que acá bajita la garra tantas simpáticas trampas unipersonales colocaron a López Obrador cuando enfilaba rumbo a Los Pinos? De las treinta veces treinta monedas que obtuvieron por el servicio, ¿alguna de ellas irán a depositar en el cepo de su santo patrono, el Judas Izcariote..?
¿De la versión femenina del propio San Judas, esa Gordillo que engordó con las gordas cuotas del gordísimo sindicato de maestros y que como «líder moral» del magisterio fue uno de los factores determinantes para que instalara sus reales en Los Pinos aquel chaparrito, jetoncito, etc.?
De algunos estoy seguro que han adoptado al Izcariote como el santo de su devoción los cardenales y obispos Norberto Rivera, Sandoval Iñiguez Onésimo Cepeda y algunos más, junto con esos mexicanos, que han logrado crear la estrategia del reniego, la ¡exigencia! y la mega-marchita. En fin
Aquí me arrodillo, alzo al cielo los brazos y clamo, estremecido de fervor: tú, San Judas Izcariote, santo de todos nosotros, mira por unas criaturas que nos negamos a crecer, a madurar, a pensar, a la autocrítica..
Porque en verdad os digo, mis valedores: cada comunidad tiene el Izcariote que se merece Sin más. (Ah, México)