Catálogo de agravios

Todas las contra-reformas y medidas tienen su origen y sustento ideológico en las recomendaciones que hacen organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a nuestro gobierno y que éste acata sin reservas debido al compromiso que tiene con ellos luego de recibir cuantiosos préstamos que sólo endeudan más y más al país y lo orillan a la pérdida de su autonomía… (M.A. Ramírez Z.)

¿Cómo ven, mis valedores, cómo perciben ustedes el presente sexenio? El tal, para los observadores, ya se ha definido como el régimen de gobierno que habrá de prolongar seis años más el proyecto neoliberal implantado por Washington a partir de 1983 y que (la frase se toma lugar común), prolonga y acentúa la desigualdad social entre la riqueza y el poder, por una parte y, por otra, las masas empobrecidas cada vez más por la acción del susodicho modelo político, económico, cultural y social. Es así como el gobierno de Calderón, gobierno y funcionario de la ideología ultraderechista, arranca bajo signos ominosos para las masas sociales. Y como no, si se estrena con un fulminante encarecimiento de los productos de consumo popular. Tétrico.

– Es por esa grave situación que atraviesa el país, me decía hace días mi maestro de teoría política; es por ello que hoy, como nunca antes, a las masas sociales nos resulta imperativo y de vital importancia abocarnos ahora mismo al ejercicio de la autocrítica, única vía para que podamos avanzar a la siguiente etapa, que es la creación, urgente de veras, de esas estrategias con las que entre nosotros, verdadera y adecuadamente organizados, lograremos revertir una situación que tan desfavorable resulta a las grandes mayorías a las que el Poder obliga a pagar la factura del modelo neoliberal. Si no hoy, cuándo. Si nosotros no, quiénes. ¿O qué? ¿Ya nos resignamos a seguir delegando en el enemigo histórico de nuestro cambio, ese que habrá de ser obra de nosotros, o de nadie va a ser y no habrá cambio benéfico para nosotros..?

Nomás me quedé pensando. Luego se me ocurrió decir: «una megamarcha, posiblemente…»

Una mega-marcha Sí, exactamente como la mega-marcha de miércoles del 31 de enero del presente año. Escuché al maestro: «Esa manifestación tumultuaria quedó atrás, pero las enseñanzas que ofrece al estudioso siguen vigentes. Por supuesto que siguen vigentes, porque vamos a ver. ¿Es esta la primera alza de precios que registra la historia contra los sectores más desprotegidos del país?»

– No, por supuesto, ni creo que vaya a ser la última.

– Y sin necesidad de remontarnos hasta el medio siglo de distancia respecto a la respuesta que los mega-manifestantes han recibido como resultado de tal estrategia de protesta multitudinaria, ¿qué fue lo que aconteció en 1987, al término del sexenio de Miguel de la Madrid, en relación a la carestía y la respuesta popular?

Lo recordé: antes de dejar el gobierno y para proporcionar un margen de maniobra al sucesor impuesto, Carlos Salinas, De la Madrid encareció en un alto porcentaje la gasolina y productos diversos de consumo popular. «Con estas alzas, afirmó De la Madrid, se podrá abatir la inflación y beneficiar a los que menos tienen». Qué bien.

– Ni tan bien ¿Recuerda usted el eufemismo que De la Madrid inventó con ánimo de anestesiar a los afectados de semejante hachazo, me refiero a las clases más necesitadas? Le llamó Pacto de Solidaridad. Y nos juró que esa medida era estrictamente coyuntural, de tal manera que una vez cumplido su propósito de abatir la inflación iba a desaparecer para que los productos que ahora encarecían, abatieran su precio. ¿Resultó verdad el dicho de Miguel de la Madrid?

Tuve que contestarle que no, por supuesto, y que en la naturaleza del gobernante está el de mentir y engañar a los gobernadores para medro personal y de toda la denominada súper-estructura

– ¿Recuerda usted cuál fue la reacción de las agrupaciones obreras, del sector popular y el campesino ante las brutales alzas que dictaban los organismos del agio internacional?

– Lo recuerdo; tomaron la calle y con acciones multitudinarias exigieron que el gobierno anulara medidas tan lesivas para la economía popular. Miles, cientos de miles salieron a protestar. Su causa justa, justísima tanto como ahora mismo, ante la presente carestía de los productos de consumo generalizados.

– Justísima ¿Y? ¿Se abatieron maniobras tan impopulares?

Tuve que reconocer que no. Ni entonces, ni todavía antes, ni tiempo después.

2 opiniones en “Catálogo de agravios”

  1. Como dice el maestro Mojarro, solo queda trabajar, estudiar teoría política y organizarnos en células. Un abrazo al Valedor.

  2. Lo dijo: Salinas y lo han repetido hasta la nausea, De la Madrid, Zedíllo, Fox, Calderón y Peña Nieto. Con éstas alzas en la gasolina se podrá abatir la inflación y van a beneficiar a los que menos tienen. Y si, la solución es estudiar teoría política y la organización pero somos tan pocos. Las grandes mayorías no tiene memoria de ¿quienes nos han empobrecido una y otra vez y cada vez más, no tienen memoria histórica ni reciente siguen en el pensamiento mágico de que alguien va hacer, a hacer el milagro de transformar lo que si no lo hacemos nosotros nadie lo va hacer.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *