Un genocida ajusticiado por un gobierno pelele al servicio del genocida mayor; parientes ahorcados, descabezados, regazón de civiles destrozados a estallidos de pólvora. ¿Cómo llegó a perpetrar el Imperio semejante carnicería? ¿Cómo llegó a tolerarla un mundo «civilizado», un mundo al que se le ha cegado su capacidad de asombro, de indignación? Bagdad.
¿Advertencias previas contra la guerra en Iraq? Muchas y de muchos países, incluyendo del país invasor. Advertencias que a su hora formularon humanistas como Noam Chomsky, el primero de tantos, él que negaba una razón objetiva por la cual Estados Unidos debería tener más miedo de Saddam Hussein que de los kuwaitíes, pongamos por caso. Pero sí, por supuesto que existía un motivo para la invasión al país de Saddam. Desde septiembre del 2001 se instrumentó una aviesa campaña en los medios de condicionamiento de masas que logró manipular a la comunidad acerca de un tema central:
Saddam no sólo era un personaje siniestro y terrible, sino que «mañana mismo va a venir por nosotros si no le detenemos hoy». Y eso llega a la gente. De modo que para comprender la oposición actual a la guerra en Estados Unidos «debemos extraer ese factor, el factor del miedo irracional creado por la propaganda masiva..»
Lo que esos «medios» ocultaron fue lo evidente: que en Estados Unidos había una oposición generalizada a la invasión de Iraq. No era sólo una oposición a la guerra, sino que existía, además, una falta de confianza en los líderes. «Quizá ustedes hayan visto un estudio publicado hace tiempo por el Foro Económico Mundial que analizaba la confianza en los dirigentes; la más baja es la que se refiere a los líderes de Estados Unidos. Sólo tenían y tienen la confianza de poco más que la cuarta parte de la población, y creo que eso refleja la preocupación por la temeridad, la violencia y las amenazas que se desprenden de las acciones y los planes de la actual administración.
Recordemos que quienes llevan ahora las riendas en Washington son en su mayor parte reaganianos reciclados que están reviviendo básicamente el guión de los años ochenta, cuando impusieron programas de política interna muy dañinos para la población en general, que fueron muy impopulares. La gente se opuso a la mayoría de sus programas internos, y la manera como consiguieron implantarlos fue manteniendo a la población en un continuo estado de pánico. Recordemos también que en 1981 esos mismos reaganianos declararon una guerra contra el terror que se iba a convertir en el núcleo central de la política exterior estadounidense enfocada básicamente en Centroamérica. En esa su guerra contra el terror acabaron matando a unos 200,000 civiles y dejaron cuatro países devastados. Desde 1990, esos pueblos se han hundido aún más en una pavorosa pobreza. Hoy, estos funcionarios están procediendo igual y por los mismos motivos: llevar a cabo programas de política interna en EE.UU. a los que la población se opone de manera contundente por tanto como la perjudican.
Y el vaticinio del analista, no del todo certero: «Es posible que ocurra lo que los halcones de Washington esperan o sea una victoria rápida, con una ausencia casi total de combates, la imposición de un nuevo régimen con fachada democrática, y la seguridad de que EEUU, va a contar con grandes bases militares en Iraq, y sobre todo el control efectivo del petróleo. Esto buscamos al invadir Iraq…
Pero eso de las aventuras internacionales y la invención de supuestos enemigos que están a punto de destruirnos no es algo nuevo; a los estadounidenses nos es familiar. Todos nuestros gobiernos lo han practicado a lo largo de la historia Lo que ocurre es que los de hoy se han convertido en maestros en el arte del engaño y las campañas del terror. Es lo que están haciendo ahora mismo para invadir Iraq sin costo político». (Volveré con el tema)