Lésbico amor

Transcribí ayer para ustedes retazos de la relación histórica que formula cierto defensor de los derechos del homosexual. Hoy van aquí mis parabienes para las compañeras lesbianas en razón de que la Asamblea Legislativa del DF ha aprobado, por fin, la Ley de Sociedades de Convivencia. Sí se pudo, digo con todas ustedes, y para el efecto convoco el espíritu de Safo, la poeta griega nacida hace alrededor de 26 siglos en Lesbos que tantos himnos y elegías le escribiera al lésbico amor, como ese poema dedicado «A una que nació en Lesbos», que así comienza:

Corriendo por mis venas – llama vivísima – no bien te miro, siento. – Y en mi inmensa delicia – a los dulces transportes-que siente el alma mía – la lengua a hablar no acierta – la voz juzgo perdida

Yo, en tanto, brindo por la mujer, en este caso por la sota moza cuya preferencia sexual es distinta a la de las heterosexuales y es, por lo mismo, señalada y marginada por una sociedad de tartufos providas, de prejuicios y doble moral a la manera de Norberto Rivera, cardenal de la iglesia católica y protector de curas paidófilos. Yo, amador amante de mi amantísima, aquí me permito nombrar, saludar y entregar toda la solidaridad de que soy capaz a las mujeres que, por cuestión de sus preferencias sexuales, integran (con el indígena, la trabajadora doméstica y el inválido, qué vergüenza para las autoridades que en este país se la viven loando el respecto irrestricto a los derechos humanos y las garantías individuales); que integran, repito, un grupo aparte: el de las compañeras del lésbico amor. Estoy mirando la foto del matutino fechado hace apenas un año. ¿La vería alguno de ustedes? ¿Le provocaría desagrado, como a las pías sociedades de padres de familia, lo que en ella miró? El pie de foto: «Homosexuales ven de cerca la oportunidad de unirse en pareja y contar con los mismos derechos (salvo adoptar) que las uniones tradicionales. Para ello, ayer se manifestaron frente a la ALDF para presionar y que la Ley de Sociedades en Convivencia sea aprobada».

En la foto, dos sotamozas garridas, las manos de esta en la cintura de esta otra, se repegan labio a labio y pecho a pechos, qué bien. Pues sí, pero en nuestro México el derecho ajeno de los grupos marginados se mienta, sí, pero no se respeta, y es por tan intolerable situación que algunas de las víctimas de la discriminación, concretamente las «disidentes sexuales», eligieron una fecha, la de la entrada de la primavera, para tomar la calle y hecerse oír. Algunas de sus demandas: Para empezar, creación de instancias legales contra delitos derivados de la discriminación sexual y que para ello se difunda el Art 206 del Código Penal del DF., que así lo determina: «De uno a tres de prisión, así como de cincuenta a doscientos días de salario mínimo, como multa, al que provoque o incite al odio o a la violencia, excluya a algún usuario, o niegue o restrinja los servicios a personas que se distingan por su orientación sexual».

Amor, de tus transportes – librar quiero a mi alma: – En otro tiempo Athis – por ti sufrió mil ansias… (Safo.)

Y así siguieron las exigencias de las sotamozas del amor amoroso de las parejas pares: respeto a la diversidad sexual, no intolerancia, no dogmatismo ni cerrazón, o el país va a desbarrancarse en esa lóbrega zona que preludian las palabras de la psicóloga de la Preparatoria 6 frente a dos jovencitas alumnas que se demostraban amor: ¡Esas son una verdadera enfermedad..!

Cuidado, mis valedores, mucho cuidado. No vayamos a caer en situación como la de Nigeria, de la que podemos tomar dos ejemplos: el de Safiya, en primer lugar: divorciada, al parir a su hijo estuvo a punto de sufrir una condena semejante a la de Amina, el segundo ejemplo, a quien el Tribunal Supremo de aquel país condenó, y esto apenas hace muy pocos ayeres, a una sentencia que le fue pospuesta, como «permiso de lactancia», por un par de meses. Después, a Amira la enterrarían hasta el cuello para luego irla matando a pedradas, con piedras «que no sean tan chicas para que no le hagan daño, ni tan grandes que le provoquen la muerte demasiado pronto». Nigeria.

Feliz quien a tu lado-por ti solo suspira-y el hondo placer goza-de oír tu voz divina…

Safo, sí, que trova a la bienamada y en la vieja Grecia (cultura y refinamiento) a pocos escandalizaba, como hoy a las buenas conciencias. Vicios privados y virtudes públicas es condición de tartufos, señalé alguna vez aquí mismo, y apuntaba al gobierno blanquiazul por su brama moralista que alzó pústulas en Querétaro, Guanajuato, Nuevo León, en fin, y entonces ándenle, a tarascadas, contra anuncios de ropa interior, minifaldas, escotes, «malas palabras» y hasta limosneros, «por el mal aspecto que dan a la vía pública». Ah, esos panistas providas, opusdeístas, caballeros de Colón y paidófilos Legionarios de Cristo… (Laus Deo.)

Un comentario en “Lésbico amor”

  1. ¡Qué valiente por su apuesta a la tolerancia sin hipocresías! Por la convivencia y estas nuevas leyes, México se pone a la vanguardia de las sociedades más avanzadas. Los felicito de todo corazón y felicito mucho más a hombres como Mojarro. Congratulo asimismo a los grupos sociales y todxs aquellxs mujeres y hombres dignxs que hicieron posible que una ley como ésta.

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