Náusea me provoca desde que la conozco, señora Por qué tuvo que salir de su discreta condición de ama de casa, digo yo. Por qué su marido y un bandazo de la adversa fortuna la vinieron a encaramar en la cresta de la ola política, donde usted exhibió el metal del que está forjada, de bajísima ley. Y páguelo todo el pueblo, páguelo la nación. Funesto.
Como ama de casa sólo por referencias la llegué a conocer. Por fortuna. Pero cuando se nos exhibió allá arriba, señora, más me valía no haberla conocido, que en usted vine a entender cabalmente lo que significa el arribismo de los logreros, el ventajismo de los oportunistas, de esos seres pequeñajos que, al no lograr ser, se obsesionan por tener. Y usted tuvo; todo lo efímero, lo ostentoso y superfluo. Me enfurece usted…
Porque una vez allá arriba, señora, se nos vino a revelar como lo que son todos los mediocres con un trozo de poder en sus dos manos: prepotente, soberbia, arbitraria que a lo estridente ejerció el mando y reafirmó el sentimiento de la propia insignificancia al someter a su arbitrio caprichoso a una corte de incondicionales que se vieron forzados a obedecerla Porque ah, que un mediocre con poder constituye una plaga para el mundo en que vive; y lo dicho: me repugna usted…
No sólo me indigna la forma en que se ha conducido, sino, asimismo, la avaricia que mostró durante los años que, con el poder, tuvo acceso a los grandes dineros, de los que se aprovechó hasta la náusea y páguelo el pueblo, páguelo la nación. Y es como para preguntarse: ¿un retazo de influencia tanto así llega a obnubilar al desdichado que no estaba preparado para ejercerlo? Y a su edad, señora..
Porque ya es usted una dama crepuscular a la que se supone que el tiempo le hubiese otorgado un adarme de buen sentido para el ejercicio de la autocrítica, y entonces intentar conducirse con el decoro que exigía su investidura Pero, no. Cuán cierto es que los dioses enloquecen a quien piensan perder. A usted, pongamos por caso. A usted, reina de opereta ama y señora del esperpento surrealista que se genera bajo el candente sol de los trópicos…
Y lo que más me enardece: que no entiende, al parecer, que su tiempo ya pasó, que ya va en pleno derrumbe rumbo al desván de la historia Que ya no es ni puede ser protagonista de la vida pública del país. Que ya su influencia se diluyó. Que al polvo sólo le queda volver al polvo de donde vino, y que usted debe dar gracias al cielo de que aún ande libre y no ya encerrada en una celda del reclusorio. Pero como logró que un pelele del poder político se las cuide, señora, me refiero a sus espaldas…
No, la prudencia no es cualidad de los insensatos. Como usted misma pobre reina de sololoy. Nadie puede agregar a su estatura un codo, dice la Biblia, y dice bien. Ni rodeándose de su corte de estridencia y bisutería señora que al pueblo le salió tan costosa Y lo que me exaspera aún más: que la veo desalada desbozalada, intentando todavía influir en el rumbo político del país, y yo aprovecho este espacio para exigirle: cálmese ya señora, enfríe esos excesos de adrenalina que su tiempo pasó, y que sus días de poder atrás han quedado, para nunca más.
Saque de donde pueda esa discreción de la que siempre ha prescindido desde que el chiripazo la tornó figura pública y no trate de seguir influyendo en los procesos electorales del país. Ya el trozo de poder que le dio un golpe de suerte -buena para unos, mala para los más- la llevó a la desmesura de alterar el rumbo de la nación cuando puso el poder al servicio de las causas y los sectores más dañinos de la comunidad: reaccionarios, antipatriotas y vendepatrias. Cálmese ya, señora.
Deje ya su campaña delirante e irracional, contra el varón de virtudes cívicas, el hombre de trayectoria política y revolucionaria el conductor de ejércitos y dirigente de unas masas que lo reconocen de Adelantado y lo siguen porque confían en él como en nadie más en el plano político, y a quien usted ha tomado de enemigo personal porque llegando, si llega, a la presidencia del país, de inmediato le exigirá cuentas como también al grueso de su familia señora, y adiós la libertad de que ahora goza de forma inmerecida Por lo aquí dicho, entonces…
Déjese ya de politiquerías, que su tiempo ha pasado. Pare de infundir miedo a las masas con la sañuda satanización de candidatos a la presidencia del país. Deje de ventosear frases como aquella de que «en las urnas se elige un cambio para progresar en paz». Ya absténgase de obstaculizar al candidato de las mayorías a la presidencia de Nicaragua el sandinista Daniel Ortega, para impulsar al Edmundo Jarquín reaccionario, mediocre y neoliberal, uno chaparrito, peloncito, de lentes. Viva y muera en paz, Sra Violeta Chamorro, ex-presidenta de Nicaragua (Vale.)
copia al carbón de… ¿quién?, me suena, me suena.
mira valedor para evitar que me demanden, solo te dire las iniciales de alguien que conozco de vista y que es peor de la que describes marta sahagun dueña de fox