Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra e hizo señas que el Almirante habla mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana…
Un aniversario más del descubrimiento del mundo nuevo se acaba de conmemorar. Yo preparé el ánimo para presenciar el sainete anual de esos zafios amantes del protagonismo barato que buscándole reversa a la historia tratan de befar el monumento a Cristóbal Colón. Ello no ocurrió, que la fecha transcurrió en la indiferencia de la comunidad. Y a propósito del encuentro o encontronazo de los dos mundos: estas nuestras (¿nuestras?) tierras de nuevo (¿nuevo?) mundo, que tantas ovejas iba a dar al redil de la iglesia de Roma y tantas arrobas de oro a sus Católicas Majestades, ya en Platón quieren insinuarse entre las nieblas de la fantasmagoría y el realismo mágico. Un sacerdote egipcio hace la revelación que recoge el filósofo griego:
«Los escritos dicen que una gran fuerza domeñó en cierta época vuestra ciudad de Atenas; esta fuerza se dirigía osada a toda Europa y Asia desde el mar Atlántico (…) Delante de su desembocadura, que vosotros llamáis Columnas de Hércules, había una isla mayor de Libia y Asia juntas, desde la que se abría a los navegantes el paso a las otras islas, y desde estas islas, a todo el continente de allende este verdadero mar…»
Y todavía más del realismo mágico en la alucinación del Almirante, cuyo perfil psicológico se insinúa en sus memorias: «Cansado me adormecí gimiendo: una voz muy piadosa oí (…) Dios (…) maravillosamente hizo sonar tu nombre en la tierra Las Indias, que son parte del mundo, tan ricas, telas dio por tuyas (…) De los atamientos de la mar Océana, que estaban cerrados con cadenas tan fuertes, te dio las llaves, y fuiste obedescido en tantas tierras (…) Y es que yo vide en esta tierra de Veragua mayor señal de oro en dos días primeros que en la Española en cuatro años (…) De allí sacarán oro (…) que es excelentísimo (…) y con él, quien lo tiene, hace cuanto quiere en el mundo, y llega a que echa las ánimas al paraíso…»
En eso que llega un fraile, Bartolomé de Las Casas, y su índice flamígero apuntando hacia el saqueador extranjero: ‘La causa porque han muerto y destruido tan infinito número de ánimas los cristianos, ha sido solamente por el oro y henchirse de riquezas en muy breves días…»
La pitañosa mirada de un Almirante insensible: «Ellos andan todos desnudos como su madre los parió (…) muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras (…) Les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor con que hobieron mucho placer…»
Muy otra iba a ser la visión del teólogo, abogado, humanista y fraile de Santo Domingo: «Todas estas universales e infinitas gentes creó Dios sin maldades ni dobleces (…) sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas que hay en el mundo…»
La mirada de un rapaz Almirante, enclavándose en los tejos de oro con que los isleños se adornaban la nariz: «No puedo errar en el ayuda de nuestro Señor que yo no les falle adonde nace este otro…»
El fraile dominico: «En estas ovejas mansas y de las calidades susodichas (…) entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos y tigres y leones crudelísimos, de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de 40 años a esta parte hasta hoy, y hoy en este día no hacen sino despedazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas (…) que en la isla Española no quedan 200 personas…» :
Pero esclavista además, el dicho Almirante: «Diréis a Sus Altezas qu’ el provecho de las almas de los dichos Caníbales que quantos más allá se llevasen serian mejores (…) que otros ningunos esclavos». (¿Le erró Don Cristóbal?) Dolorimiento e indignación, Las Casas: «Andaban los Españoles con perros bravos aporreando los indios, mugeres y hombres. Una india enferma viendo que no podía huir de los perros que no la hiciesen pedazos como a los otros, tomó una soga, y atóse al pie un niño que tenía de un año, y ahorcóse de una viga; y no lo hizo tan presto que no llegasen los perros, y despedazaron al niño: aunque antes que acabase de morir lo bautizó un fraile».
Y las expectativas del mundo nuevo en la visión de Marx y Engels: «El descubrimiento de América y la circunnavegación de Africa ofrecieron a la burguesía en ascenso un nuevo campo de actividad. Los mercados de las Indias y de China la colonización de América el intercambio con las colonias, la multiplicación de los medios de cambio y de las mercancías en general, imprimieron al comercio, a la navegación y a la industria un impulso hasta entonces desconocido…» (Es la historia)
asi es valedor y todavia hay quien piensa que «que bueno que fueron los españoles porque sino los ingleses nos hubieran exterminado o mandado a reservaciones» !!!!!!!!!!!! yo creo que esta idea la implantaron los mismos gallegos que no tuvieron empacho en violar a nuesras mujeres y «cristianizarnos a palos de santa inquisicion» y que despues de 500 años vuelven a colonizarnos ahora en lo economico ¿verdad joven mouriño? a cambio de cuentas de vidrio