Verdulería y lavadero…

El ejercicio de la nostalgia, mis valedores. Frente al herradero en que los candidatos han convertido la sucesión presidencial, me pregunto: ¿Todo tiempo pasado (todo dedazo pasado) fue mejor? ¿Peor? Del proceso electoral, ¿qué se decía en los tiempos del PRI-Gobierno? Las observaciones expresadas por analistas extranjeros hace más de tres décadas hoy guardan asombrosa actualidad. Y si no, juzguen ustedes. RE. Scott en su obra Gobierno mexicano en transición (¿en transición, durante el sexenio de Echeverría? En fin):

«Después de un análisis profundo de los candidatos, el presidente en turno, en Los pinos, selecciona a su sucesor». Y S.P. Huntington: «Los presidentes mexicanos son seleccionados a través de un complejo y misterioso proceso dentro del partido oficial, al que se le denomina auscultación. Aquí entran recomendaciones, consultas, discusiones y el consenso general del actual presidente, quien desempeña el papel principal».

La revista Look: «Este arrogante cambio de un gobierno nacional tiene lugar dentro de uno de los instrumentos políticos más deformes e intangibles, pero disciplinado y efectivo que haya ideado hombre alguno: el PRI…»

La revista francesa América Latina: «La diversidad de las corrientes políticas que se sienten en el seno del PRI no impide una absoluta solidaridad en el momento de decisiones capitales. La nominación de un candidato es hecha en forma ardua, proceso que provoca muchas veces profundas tensiones internas. Pero cuando la decisión se ha tomado, la unidad se acentúa en torno del hombre que deberá ser el candidato del PRI a la presidencia de la república, con objeto de obtener el mejor de los éxitos…»

Huntington: «El alcance más importante del sistema partidista mexicano ha sido el de resolver pacíficamente la sucesión presidencial. Aunado a los requerimientos legales, el candidato debe poseer otras cualidades que lo hagan aceptable desde un punto de vista político, que no legal. Ellas son:

L- El candidato deberá contar con la aceptación del presidente en turno. 2-Deberá encontrarse en perfecto estado de salud, tener mucha energía y no ser violentamente feo. 3.- A pesar de que se le considere muy hombre, no deberá ser muy macho. 4.- Deberá ser un hombre de familia, con una esposa que se interese en los asuntos públicos y políticos del país, pero que no llegue al extremo de interferir predominantemente en ellos. 5.- La esposa no deberá ser extranjera, y mucho menos norteamericana. 6.- La religión del presidenciable podrá variar desde el catolicismo romano a la del libre pensador; pero en ningún caso podrá ser un religioso fanático. 7.- Tendrá alguna clase de currículo revolucionario. 8.- Deberá tener la educación suficiente para entender la escena nacional y poder operar efectivamente en ella El nivel aconsejable es el universitario, particularmente poseer estudios de derecho. 9.- Por lo general deberá pertenecer a la clase media si no en origen, por lo menos en apariencia 10.- Generalmente, los candidatos han nacido en estados de la república situados en la Mesa Central o cercanos a ésta, o de estados económicamente importantes.

11.- Invariablemente, el candidato deberá tener profundas experiencias electorales y políticas adquiridas en pasadas campañas presidenciales. 12.- El candidato deberá ser conocido nacionalmente, y tener el consenso de los principales grupos políticos y sociales de México. Asimismo, no podrá identificarse profundamente con alguna de las alas extremistas del PRI, ni con la derecha, ni con la izquierda Un joven mexicano que diga que quiere ser presidente algún día, es juzgado no como un patriota, sino como un tonto. Si abriga esa ambición debe guardarse sus pensamientos, ingresar a la burocracia del PRI, trabajar con obediencia y confiar en la suerte…»

No previeron los analistas que el PRI iba a ser expulsado de Los Pinos, y que de la sucesión presidencial sólo quedaría la elección de estado como en los tiempos del Tricolor, ahora haciendo a un lado las formas, el disimulo y un cierto aire de decoro y dignidad. No olvidemos lo que dijo don Jesús Reyes Heroles, priista e ideólogo de la «Revolución», vocablo hoy arrumbado en el desván de los cachivaches: «En el ejercicio político la forma es fondo».
Y eso es lo que Fox desfondó: la forma, el decoro, la dignidad debida a la investidura presidencial y el comportamiento de los candidatos. A Huntington le faltó el requisito 13.- El candidato no debe convertir la justa electoral en pleito de verdulería y lavadero. No debe vomitar contra el adversario ofensas y vituperios. No debe arrojarle a la cara ventosidad de calumnias y diarrea de descalificaciones. A las masas no debe convencerlas con esos recursos de tan baja ley y tan mala leche Total, que el voto de calidad ya ha sido otorgado, y viene de uno de los votantes del exterior. De Washington. ¿Entonces? (En fin.)

Un comentario en “Verdulería y lavadero…”

  1. su fabulilla , Valedor , me recuerda algunos personajes que mostraron gran admiración por el sistema priista , Charles De Gaulle fue uno de ellos que incluso envió a México especialistas para estudiar al PRI y analizar la posibilidad de implantar algo similar en Francia . Los chilenos que mandó para acá Pinochet decían :olvídense del futbol, para lo que los mexicanos son buenos es para la política , el PRI es lo más chingón que han logrado.. Otro chileno dijo: Todos los mexicanos reniegan del PRI y no se dan cuenta que todos los mexicanos son priistas Refiriendose a la manera de actuar del mexicano.
    También recuerdo que el General Cárdenas en su testamento político después de enunciar las bondades del sistema que el ayudó a forjar sentenció que ya era tiempo de abrir esas decisiciones que el partido tomaba en secreto a la participación del pueblo. en fin .

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