México y Cuba, un pueblo

«El diario cubano Granma lamenta el fallecimiento ocurrido el domingo anterior (accidente automovilístico)  del disidente histórico Oswaldo Payá, crítico de la jerarquía católica por su acercamiento al gobierno de Raúl Castro».

Esos contrarrevolucionarios no tienen el valor para luchar con las armas en la mano. Lo que están haciendo, conspirar contra nosotros, les debe costar millones de dólares. Su propaganda contra nosotros, sus viajes, su sostenimiento: ¿de dónde sale tanto dinero? ¿De las compañías yanquis afectadas por nuestra revolución? ¿De la CIA? ¿Del Depto. de Estado? En Cuba hay pocos contrarrevolucionarios, y son impotentes para reunir alrededor otros elementos (W. Mills: Escucha, yanqui.)

Mis valedores: ¿cuál de tantas versiones de adictos y malquerientes es Cuba? Leo las crónica del combatiente de Sierra Maestra que a descargas de fusil forjó Cuba libre y de un Armando Valladares, poeta desfalleciente en las “cárceles políticas” de Cuba, que en medianejos versos –júzguenlos- lo asienta en el documento humano:

Me lo han quitado todo – las plumas, los lápices – pero me queda la tinta de la vida – mi propia sangre – y con ella escribo versos todavía.

Y en el 2010 la muerte de Orlando Zapata, opositor al régimen, después de 85 días en huelga de hambre. ¿Cuál de todas es Cuba? ¿Cuál habrá de sobrevivir? Leo esto, leo aquello, e ignorante del actual momento político de la Isla termino como empecé, preguntándome: ¿cuál de todas es Cuba? ¿Todas a una? De algo estoy cierto: su destino y el de nuestro país marchan paralelos así en los días fastos como en los infaustos; en las duras, tantísimas, y en las maduras, unas cuantas apenas. Esto nada ni nadie lo va a separar. Cuba y  México, presente en la revolución de los barbones de Sierra Maestra.

Con la Revolución Cubana todavía en la cartuchera, Juan Almeida, uno de los Doce que encendieron la mecha: “En México me encontré con Efigenio, que llegaba de San José de Costa Rica, parado en un puesto de tacos. ¿Sabes lo que es taco?»

Ya de regreso en su tierra –en su Sierra– y en plena revolución, Manuel Fajardo: “Una de las medidas más valientes de la guerra fue capturar como a   38 marines de EU. Los traté personalmente. No tengo nada contra ellos. El problema político lo separo de mi opinión personal.  Son  la gente más despreciable que puede haber en el mundo. No he visto seres humanos más corrompidos que esos”. (¿Por qué se me vinieron a la mente  ¿Guantánamo y Abu Grahib?)

Armando Valladares, poeta: “No podía ponerme en pie y me movía sentado, arrastrándome sobre las nalgas. El ensañamiento de los guardias no hay cómo narrarlo. Uno de ellos llevó una lata a los presos para que orinaran y defecaran. Cuando la tuvo llena hasta la mitad de esas inmundicias, les agregó agua y subió al techo de malla de las celdas. Fui el primero en recibir el impacto. Recuerdo a los fusilados. Pensé en Julio y en su desprecio por la vida, defendiendo sus criterios de Libertad y Patria, y pensé en todos aquellos que con una sonrisa en los labios marchaban a los paredones, pensé en la integridad de aquellos mártires que morían gritando: ¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Cristo Rey! ¡Abajo el comunismo!”

La Cuba de Fidel, la de los exiliados, la que resiste terrorismo, bloqueos  y sabotajes: ¿cuál de todas es Cuba? Todas ellas, por supuesto. La Cuba de Fidel y la de Oswaldo Payá.  Pero entre tanto, y esto no admite duda: de pueblo a pueblo México y Cuba uno solo. México y Cuba por siempre jamás. (Vale.)

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