Este empeño de hacer de la política exterior una especie de trampolín de prestigio para el Pres. Fox le costó muy caro a México, porque también supuso la negación de toda la tradición y de toda una larga historia de la diplomacia mexicana.
Tal acaba de expresar Bernardo Sepúlveda, él sí de excelente trayectoria como embajador mexicano, que de manera implícita reprobó la política del presidente Fox frente a los gobiernos de Cuba, Argentina, Venezuela y Bolivia. Y es que, de repente, chivo no precisamente expiatorio sino chivo en cristalería, Vicente Fox acaba de befar a los bolivianos: «Total, que se coman su gas», en la misma forma zafia y grotesca en que sugirió al comandante de Cuba: «Comes y te vas». ..
Semejante conducta, mis valedores, exhibe al débil, sobre todo de espíritu: cortesanía con el poderoso y prepotencia con el que cree inerme. Con Fidel soberbia, con Bush sumisión. Altanero con Fidel y con Bush servil. Allá, en Cuba, el estadista; acá, entre nosotros, el cocacolero. Y no más. Es así como hoy día, a contracorriente de la mejor tradición de política exterior (no olvidar la Doctrina Estrada), Vicente Fox ha logrado distanciar los gobiernos, que no los pueblos, de México y Cuba. Esto, mientras los protagonistas del MERCOSUR se congregan en torno de La Isla y al comandante Fidel. ¿Y México? ¿Con qué gobiernos se alía o refuérza las necesarias alianzas? Si dando la espalda a los hermanos del centro y el sur, ¿con Bush, que se niega a saber de Vicente Fox? ¿Con el emporio caracolero? ¿Un salto al vacío? Fox.
¿Pero en la América mestiza qué pueblos pudiesen estar más atados por toda suerte de lazos que los de México y Cuba? Fue apenas el viernes pasado, 28 de enero, cuando se cumplió un aniversario más del nacimiento en La Habana de José Martí, el genio americano que de segunda patria reconoció a nuestro país. ¿Y cómo pudiese ser de otro modo, si aquí entre nosotros vivió, escribió, conoció los más amigos más entrañables y, lo más importante, en México amó a la mujer mexicana? México y Cuba, Cuba y México amarrados de «ñudo» como allá decimos…
A propósito: allá también, y cómo pudiese ser de otro modo, celebran nuestras fiestas patrias, y fue un 16 de septiembre, pero de hace un par de años, cuando lo expresó la escritora cubana Celia Hart:
«Cuanto me hubiese gustado estar con el padre Hidalgo el 16 de septiembre de 1810. Nunca se tuvo más fe en Dios que en aquel día. Aquel sacerdote brillante y culto, no fue una excepción de la regla: El talento, la virtud y el compromiso se dieron la mano para saber querer más que ningún otro hombre a México y a la Revolución. Estas dos palabras no debieron jamás separarse (México y Revolución) Sí, porque es imposible que la independencia de un pueblo se gane sin dosis elevada de revolución…
El siglo de las luces cayó en mis tierras americanas como música para la libertad. Hidalgo ya era bastante viejo para la lucha, pero ¿quién dice que para amar y construir se es demasiado viejo jamás? Con Allende y Abasolo y un grupo de jóvenes valientes decidió que la Patria Mexicana tiene demasiado empeño para no ser libre. Que ya en Francia se habían librado del Rey y de su cabeza y México era de los mexicanos y no de España,que fue incapaz de liberarse de su propio rey. Así nació aquella mañanita de septiembre el camino de la revolución en México.
Si existe un país autóctono que logró mantener sus tradiciones, donde los hombres guardan todavía aquellos recuerdos en la piel de cuando eran felices, ese es México. Taciturno e inmenso como sus volcanes, México está apunto de estallar. Empezó desde el inicio a dar batalla en la misma conquista. Al llegar Cortés se encontró una ciudad luz que no tenía nada que envidiarle a las bellas ciudades europeas ni el valor de sus hombres a los soldados españoles.
El grito de Dolores le confirió la mayoría de edad a ese pueblo nuevo que no necesitó ayuda de nadie para liberarse de una monarquía estúpida y sórdida, sólo procuró del valor de sus hombres y del amor de sus mujeres.
La historia de México es imprescindible para entender al mundo. Coexisten sin detrimento las antiquísimas costumbres y el modernismo más audaz. El que haya visitado esa ciudad misteriosa una sola vez la sigue necesitando para siempre. En México el color es protagonista de todo, de las comidas, de los vestidos, del lenguaje musical. Tengo la premonición que no logro explicar bien, que cuando México despierte vamos a despertar todos. México es la Frontera de Nuestra América con los Estados Unidos, frontera que el gobierno norteamericano establece con una rudeza increíble. Por el solo hecho de robar más de la mitad de su territorio deberían los EUA ser más tolerantes con la nación que levanta con sus manos y su sudor el País del Norte.
i José Martí no se cansó de adorarlo! En una crónica sobre ese país decía entre frases gloriosas y sentidas que «ya los mexicanos sabían amar cuando los europeos se desplomaban en las guerras» y que «ya hablaban de la Via Láctea como del camino al espíritu». (Sigo mañana.)
¿y luego ese afán de querer ocupar todas las vacantes de organismos internacionales ? Que el consejo deseguridad , que la OMC , que la Oraganización Mundial de Salud , que la OEA. ¿a poco eso es estar en las Grandes Ligas?
Celia Hart escribe con mucho sentimiento.