¡Ah changarro..!

Yo tengo un pecado nuevo, mis valedores: que si comí hasta hartarme, y con manteca, fue gracias a Manuel Bribiesca y demás hijos de Marta Sahagún. Aquí me dispongo a contar la historia, que tal vez me descargue de encima este peso mortificante. Por luchas no ha de quedar. Fue así:

Tarde lluviosa de ayer. Yo, desde mi ventana, miraba que la vida me pasaba por enfrente; dentro de mí lloviznaban vagorosas tristezas y un como amago de depresioncilla. La soledad, sí, esa menopausia de mi espíritu. En su duermivela el Rosco, pacífico en su vejez, parecía añorar aventuras eróticas de azotea al tiempo que tristón y como doliéndose de achaques de sordera, angustia y soledad, el Sordo infinito desgranaba las frases de su septeto. Yo, oyéndolo, aquella pinción, como en el pueblo decimos a la nostalgia. De súbito, ¿y eso? Al ruidajo de los recién llegados, la estampida del Rosco, que huyó por la ventila rumbo a los lavaderos, la azotea, a saber. Yo pistojeaba.

– ¡Mire a quienes le traje, mi querido bigotón!

Discretamente eludí el ósculo en la mejilla que me disparaba la Jana Chantal (travestí Es el Taño de día, vulcanizador de repelos de llantas que en plena cara nos avienta Texas). » ¡Y vienen los muchachos de la vulcanizadora! ¡Mire cuánto changarrero se vino a verlo! Acérquense, chamacones, que aquí el bigotón es manso. Domesticado. ¿No, queridito mío?

Con su sudada me la iban apretando (la mano). Los reconocí: vecinos míos todos ellos, todos dueños de changarros de las calles cercanas. «Soy el veterinario y me pongo a su disposición. No es porque yo lo diga, ¿verdad? pero tengo muy buena mano para capar. Sin dolor. A sus órdenes».

Entendí entonces. Mis valedores: ¿de qué sentido dotó Madre Natura al Rosco, que a los humanos no? El captó la presencia de un veterinario y rápido, la estampida Pero a nosotros nos cayeron los veterinarios priistas, nos llegó Fox, está por llegarnos alguno más.y nosotros sin detectar al enemigo histórico, y al contrario: a enfervorizarnos con él: «¡Con Montiel sí!» (0 con Calderón, el Bebeto, el Peje.)» ¡Con este Madrazo nos vamos pa’ arriba!» Dios…

– ¡Y mire por acá, a las muchachas de la estética unisex!

Mis valedores, una vez más: ¿por qué a mí Madre Natura no me concedió ese olfato (¿Olfato para eso? Toco madera) para detectar que del trío de estilistas: la chaparrita flaca, la chaparrita obesa y la alta, espigada, mini-mini de lcra con la que al ir a comprar mis huevines entrecruzaba ardorosas miradas (con la hembra, no con la licra) era no la Maude Minelle, sino un tal Romualdo Rendón, travestí?

– Le presento aquí a Chayito, de La Chorreada, donde compra usted sus chorreados, me refiero a sus huevitos.

Y así pasaron lista el de la tapicería, los cerrajeros, el de la pollería, el del tenderete de aretes y collares de fantasía, la del super-chiquito (changarro), el sastro (zurcidos invisibles) y el ropavejero (su pregón antes de Fox:» ¡Ropa usada que vendan!» Su pregón en Foxilandia:» ¡Ropa usada que compren!»)

– ¡Y la delicia! ¿No le hace agua, o sea la boca, mi querido bigotón?
Doña María Cristina destapó aquel platón que hagan de cuenta el lago de Janitzio, por la cantidad de chalupas que navegaban en él. Del changarro de fritangas. «Estilo Puebla las chalupas. Picositas. ¿Usté aguanta el chile.. ?»

– Pues mucho gusto, pero como que no entiendo todo esto…

La explicación: que hay una especie de inspector de mercados que a los changarreros del barrio los trae asoleados. Y que yo las interpusiera, mis influencias (¿influencias â?¢ yo?) para que se los quiten de encima. Y cor mo para ablandar la cerrazón de las autoridades correspondientes: «Venimos a que publique usted, ¿verdá? que en nuestros negocios no está metido capital cual ninguno de los hermanos Bribiesca, y que ni les estamos lavando dinero ni…»

– ¡Sh..! ¿Quieren que les caiga encima una terrible demanda? ¡Meterse con los Bribiesca es casi tan peligroso como ser ecologista!

-Ah, ¿pues qué no se ha enterado de que otros changarros como ora Hacienda, la PGR, el cartel del Golfo y la Presidencia, Wal-Mart y Waldo’s Mart acaban de declarar que los hijos de Marta no tienen inversiones en sus negocios? ¿Y si Construcciones Prácticas SA de CV ya anda en lo mismo, nosotros por qué no? Y en prueba de nuestra buena voluntad para con usted…

La fritanguera me las puso enfrente, y lo bien que olían (sus chalupas), pero reaccioné a tiempo:» ¡María Cristina me quiere sobornar!» Primero me negaba, luego ofrecí pagar el precio de la docena y media de chalupas. Regaladas me las tuve que comer. Dejé una en el platón. Mordisqueada. Lástima: después de comer a costa de los Bribiesca tenía la esperanza de que este peso de encima se me bajara. Pero no. Ruda, esta indigestión. A ver a qué horas. (Marta…)

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