¿A nosotros por qué..?

¡Asombro, estupor, escándalo! Con esta frase inicié mi colaboración de ayer, lunes, alusiva al plantío de víctimas que arrojó el atentado terrorista del pasado jueves en Londres. Escándalo, asombro, estupor, me provocaría semejante reacción de las masas si no conociera su debilidad ante la manipulación de los medios: del cinescopio, concretamente. Preguntaba ayer:

Los ataques de los grupos terroristas («terrorismo al por menor», le nombra el analista norteamericano Noam Chomsky), ¿son causa o son efecto del terrorismo de Estado que perpetran los perros de guerra, comenzando con Bush y Blair, o más propiamente, con los grupos de poder y toda la industria de guerra que los manipula? Transcribo la aseveración del analista:

Para gran parte del mundo, Estados Unidos es considerado ya como un estado criminal y el mayor peligro para su existencia…

¿Tiene o no tiene razón Samuel Huntington, comentarista de Foreign Affaires, cuando afirma lo anterior? Por cuanto a los medios de condicionamiento de masas, principalmente la televisión, ¿tiene o no tiene razón Noam Chomsky, especialista norteamericano en asuntos de su país?

¿La prensa de Estados Unidos? No contar la verdad, sino servir al sistema. Tal es la función de la prensa norteamericana.

Y el estudioso John Prados, citado por Chomsky: El esquema usado por Bush para convencer a Estados Unidos y al mundo de que la guerra contra Irak eran necesaria y urgente fue un modelo de deshonestidad.

Y que tanto Bush como su aliado Tony Blair comenzaron su guerra contra Irak no en marzo de 2003, como se le hizo creer al mundo, sino desde seis meses antes de que el Congreso aprobase la acción militar contra Irak. Y que «para los planificadores de Estados Unidos y el Reino Unido invadir Irak fue una prioridad más alta que su pretexto: la guerra contra el terrorismo. Esto, revelado por sus propias agencias de inteligencia» Y ahora el mundo se escandaliza y se rasga los párpados contra la barbarie de los grupos terroristas. Ya desde el XVII, al advertir la vocación de perros de guerra de los gobiernos de su país, lo advertía el poeta cantor de la democracia y el humanismo Walt Whitman:

Adelante, estadounidenses. Sólo dejen provisiones a tiempo (viejos y nuevos estados) para construir algunos miles de manicomios. Porque estáis en el camino propicio para crear toda una nación de lunáticos…

En el preludio del desgarramiento de Irak por tropas inglesas y de EU, los estudiosos analizaban la situación. Noam Chomsky: «En Estados Unidos Saddam Hussein no sólo es criticado y despreciado, sin además, temido. La población piensa literalmente que Hussein representa un peligro inminente para su supervivencia…»

No hay razón objetiva por la cual Estados Unidos debería tener más miedo de Saddam que, digamos, lo kuwaitíes. Pero existe un motivo: que desde el 11 de septiembre (2001) se ha producido un incremento en la propaganda que hace creer a la gente que Saddam no sólo es una persona terrible, sino que, además, si no lo detenemos hoy, va a venir por nosotros mañana. Y eso llega a la gente. Ese es el miedo irracional creado por la propaganda masiva.

Recordemos que son ellos los mismos que en 1981 declararon una guerra contra el terror que se convertiría en el núcleo central de la política exterior estadounidense enfocada fundamentalmente en Centroamérica. Llevaron a cabo una guerra contra el terror en América Central, donde acabaron matando a unas 200 mil personas y dejando cuatro países devastados. Desde 1990, cuando Estados Unidos se hizo con ellos de nuevo, se han hundido aún más en una profunda pobreza…

Pero en sus aventuras internacionales, la invención de enemigos que están a punto de destruirnos, no son nuevas, nos son familiares. No lo inventaron ellos, otros han hecho lo mismo a lo largo de la historia. Pero estos se han convertidos en maestros de este arte y lo están volviendo a hacer ahora. Recordemos que las personas que llevan ahora las riendas en Washington son en su mayor parte reaganianos reciclados, que básicamente están reviviendo el guión de los años ochenta, cuando impusieron programas domésticos muy dañinos para la población en general y que fueron muy impopulares. La gente se opuso a la mayoría de sus programas domésticos, y la manera como consiguieron implantarlos fue manteniendo a la población en un continuo estado de pánico. Ejemplos: Panamá, Granada, Nicaragua, etc..

(Más de terrorismo, un día de estos.)

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