Perros de guerra

¡Asombro, estupor, conmoción mundial! ¿Por qué? ¿A nosotros por qué? ¿Por qué el terrorismo nos agrede a nosotros? ¿Por qué se nos toma (¡a nosotros!) como objetivos de semejante barbarie, si nosotros no hemos ido más allá de invadir países, culturas, sistemas políticos, sociales y financieros, y tradiciones y soberanías para supeditarlos al capitalismo imperial?

¿Sólo por eso la barbarie terrorista nos toma como sus víctimas? ¿Tan sólo porque nuestras invasiones se perpetran a sangre, fuego, mutilaciones, descuartizamientos, devastación, tortura, saqueos, empobrecimiento y dolor colectivo? ¿Y sólo por eso se nos ataca de forma brutal? ¿A nosotros? ¿Y a nosotros por qué? Con toda razón el dolor y la frase solidaria de un cierto Bertrand Delanoe, alcalde de París:

Hoy todos somos londineneses…

Y ante el reguero de cadáveres y sobrevivientes, mutilados algunos de ellos, que ha producido el atentado terrorista en la ciudad de Londres, la ministra de Defensa, Michelle Alliot-Marie:

Todos los países, como el nuestro, que encaran valores de libertad y respeto hacia los hombres, son objeto de los terroristas. Ningún país está al abrigo…

Pues sí, pero no, mis valedores, que eso de la libertad y el respeto hacia los hombres por parte del capitalismo imperial es una mentira vil, y esto lo proclaman la Historia y la realidad objetiva hoy día. Dígalo, si no, la lógica que nunca miente: ¿respeto a los hombres, por parte del Imperio? ¿Libertad? ¿No petróleo, no ganancias económicas? ¿Quiénes son los perversos que han iniciado las guerras de conquista, de saqueo y depredación en prácticamente todos los países del orbe? ¿Bin Laden, acaso? ¿Al Qaeda, tal vez? ¿La OLP, el IRA irlandés? ¿La ETA, vasca? ¿Fueron ellos, o han sido los imperios, en este caso Francia, Inglaterra y Estados Unidos?

A siglos de distancia clama el trágico: ¿quién es la víctima, quién es el verdugo? ¿Qué contestan la Historia, la lógica y la realidad objetiva? Y mientras esto redactaba, mis valedores, en La Jornada aparece un artículo de Noam Chomsky en donde cita al periodista británico Michael Smith, que alude a cierto memorando de Downing Street, donde el secretario de Defensa británico, Geoff Hoon, reveló que «Estados Unidos ha iniciado estímulos de actividad para presionar al régimen de Saddam Hussein». Para provocarlo, sí, y entonces justificar una guerra de agresión. Y entonces:

«Los cazas comenzaron a bombardear el sur de Iraq en mayo de 2002. Bush y Blair comenzaron su guerra no en marzo de 2003, como todos suponen, sino al final de agosto de 2002, seis meses antes de que el Congreso aprobara la acción militar contra Iraq«. ¿Por qué el terrorismo contra nosotros, por qué? Mis valedores…

Hoy nuestro mundo se cimbra a los estremecimientos de una compasión mañosamente inducida por el imperio y sus aliados y voceros fieles, los medios de condicionamiento de masas, cuando por culpa de tal manipulación el mundo se mantiene indiferente a la sangre, el horror, la devastación que tropas inglesas y norteamericanas causan un día sí y al siguiente también en un Iraq donde su población civil está siendo sañudamente ensangrentada por las tropas invasoras, y es como para preguntarse: ¿los de Londres son cadáveres humanos y los de Bagdad no lo son? ¿Hay diferencias entre un humano desgarrado en El Líbano y uno despedazado en Londres o en Madrid?

Pues qué: ¿no vivimos exigiendo justicia, no invocamos la justicia, no nos mostramos hambrientos de justicia? ¿Somos justos al dolernos por la víctima londinense mientras permanecemos impávidos al horror que producen los invasores londinenses vestidos de uniforma militar? ¿Es esto justicia..?

Y lóbrego: unas masas enajenadas se dan el lujo de escandalizarse porque el terrorismo «al por menor», como lo denomina el citado Noam Chomsky, responda al «terrorismo de Estado» que al pretexto de la libertad, la democracia y demás vocablos tan altisonantes cuanto embusteros porque el objetivo real se llama petróleo, perpetran los Bush y Blair en Líbano, en Irak, en Afganistán, en el mapamundi. ¿Por qué las torres gemelas, claman las masas: por qué el transporte público de Madrid, por qué el de Londres? ¿Por qué los Al Qaeda y Bin Laden? ¿Por qué..?

A mí otras preguntas me parecen mucho más importantes: ¿por qué de manera tan dócil y mansa nos dejamos manipular por la compasión inducida de los perros de guerra? Porque vamos a ver, y de nuevo convoco a la lógica: ese terrorismo que se perpetra en Washington. Madrid y Londres, ¿es terrorismo causa o es terrorismo efecto? (Sigo mañana.)

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