Primero rompió a patadas una puerta del Palacio Legislativo, después tuvo un enfrentamiento verbal con un asambleísta del PRD, más tarde golpeó a dos trabajadores y se apoderó de una bicicleta. Tiene cuatro averiguaciones previas (sobreseídas) vinculadas con actos de violencia. Es Cristian Vargas, priísta, representante popular en la Asamblea Legislativa del DF.
Tertulia de anoche. Rencorosa voz, don Tintoreto:
– Cómo tiznaos puede ocurrir que fulanos de esa ralea puedan pisar un recinto legislativo. Cómo soportar que yo mismo les pague para que en representación mía se atrevan a cometer semejantes barbajanadas.
Habló la Jana Chantal «¿Y los partidos políticos? ¿Esos cuándo habían postalado individuos más alejados de la vocación de servicio a sus votantes? Pásenme por ái el gordolobo para calentármelas antes de irme a hacer esquina.
– Pero sí, los partidos se han atrevido a postular para candidatos a especímenes de la calaña de esos que propusieron en el 2006. ¿Recuerdan ustedes a algunos de ellos? (El maestro, su libreta de las pastas negras.)
– Aquí están. Hijos de tigre, pintitos los dos: Cirilo Vázquez, hijo de su padre, cacique de Veracruz. Carlos Mario Villanueva, hijo del priísta Mario Vilanueva, narco y ex gobernador, hoy en El Altiplano.
Ahí la lista del esperpento político, y válgame: Paquita la del Barrio, Yuri, cantante, o casi, Rogelio Guerra, actor, ¡Eric del Castillo…!
– De entre estos saldrían los agraciados de «encuestas de opinión», componendas, alianza y vil dedazo, que llevaron sobre sus lomos la responsabilidad de crear, aprobar o, en su caso, rechazar el entramado de leyes y reglamentos que norman la vida del país. Un desprecio para nosotros, ¿no?
Alguno aquel amamantón al gordolobo. Otro más se rascó la nuca. Alguien (¿fui yo?) suspiró. «Sigue la lista: María Novaro, cineasta, Ruiz Esparza y Mejía Barón ex futbolistas. ¿Ana Guevara? No, que ella aspiraba a la gubernatura de su entidad, Sonora. Este año fracasaría como delegada en la Miguel Hidalgo.
Pensé: ya nos tomaron la medida Nos vencen por nuestra pura ignorancia dejadez, dependencia desidia. (Muy quedo, Bach. Una cantata)
– Y si alguno de ustedes, todavía despistadón, preguntase por «el perfil» de los tales, y qué tan aptos pudieran haber resultado a la hora del trabajo legislativo, y si entre los tales se coló algún político de carrera que con algún derecho corretease la curul, sigo aquí con el nombre y la profesión de algunos que ustedes van a reconocer de inmediato. Tomar nota.
La tomamos. «El militar insubordinado Basilio Gómez, con quien aquí nuestro Valedor se entrevistó cuando el teniente andaba a salto de mata.
– Me acuerdo, sí, ¡y las opiniones que vació sobre mi grabadora! ¡De preescolar en materia política!
– También fueron propuestos el curandero Sergio Castro, la «Miss» Tabasco Janet Hernández, Manuel Bribiesca, padre de presuntos delincuentes, el sexólogo Rubén Carvajal y, sin ánimo de ironizar porque fuera de sus aspiraciones como representante popular me merece un respeto absoluto, alguien a quien no atino a nombran si Jorge Gómez Regalado, como aparece en su credencial de elector o sólo Amaranta, nombre que designa su vocación, preferencia sexual, atuendo y actividades laborales.
Silencio. Nomás me quedé pensando, y entre mí decía «cuántas opciones sugiere el surtido rico de presuntos padres patricios. Cuánta paz el saber, en el 2006, que en la Cámara velarían por mis intereses un actor, una cantante, el ex goleador o la preciosa Amarante, si desestimo el pequeño detalle (o a lo mejor ni tan pequeño, vaya uno a saber, aunque mejor quedarse en la ignorancia) de que se trata de uno de mi mismo género. El maestro siguió con su choricera de nombres: caciques, sexólogos, cantantes y futbolistas, reliquias del clásico pasecito a la red, Bribiesca. Esos, ¿el Legislativo de mi país…?
– De semejante diputación alguno de sus voceros: Reconocemos que fue una de las más improductivas que ha habido en las últimas décadas.
Apreciación corroborada por el catedrático Javier Santiago Castillo, de la Univ. Autónoma Metropolitana: «La mayoría de los legisladores llama la atención por su falta absoluta de preparación. No conocen ni la historia de México. No son capaces de hilar tres frases seguidas. Son cantinflescos. Cantinflas tomó su estilo y su forma de expresión de los diputados de época. Le daban vueltas a las cosas sin decir nada Así son estos y aquellos». Lóbrego. (Sigo mañana)