Mucha basura, mis valedores, recibo en mis correos electrónicos, desde ofertas de multimillonarias herencias llegadas de Zambia hasta ataques furibundos y delirantes defensas de Juanito, López Obrador y el de Los Pinos. Como en el juego de cartas paso sin ver, y me duele la fracción de segundo que invierto en borrar semejante basura Pues sí, pero hoy mismo, yo que de la TV nada sé porque no estoy dispuesto a entregarle mi tiempo de vida recibo un recado sobre cierta engañifa que apodan Teletón, denuncia que firman Estudiantes organizados UNAM-1, Estudiantes de Contador Público de la Esc Tepepan IPN y de la FCA UNAM Porque me parece de interés para quienes soltaron o piensan soltar unos pesos para engordar ese que los estudiantes acusan de fraude, van aquí sus conceptos, palabra a palabra y respetando su propia sintaxis:
«Desde hace doce años ese monstruo de la desinformación que es Televisa a través de su Fundación, se ha encargado de realizar distintas acciones de supuesta ‘asistencia social’, como el programa de donación de computadoras, de trasplantes de córneas y subproyecto más fuerte y redituable económicamente y que ha encabezado su ‘altruismo’ empresarial. Sí, el Teletón.
Intentaremos recrear sus características más sobresalientes: imaginen un bombardeo de anuncios viscerales que explotan las discapacidades físicas de cientos de niños como si éstos fuesen objeto de exhibición (claro, esto sin la finalidad de crear conciencia alguna acerca de una cultura de inclusión, no discriminación, etc.), haciéndote sentir mal porque tú que eres ‘afortunado’ al poder tener un trabajo donde te pagan un salario de miseria para medio comer, porque siendo afortunado teniendo seguro social y una casa (rentada prestada de cartón o de las que le compras con crédito que pagarás durante toda tu vida), o tienes el ¡privilegio! De ir a la escuela, o no teniendo nada de esto ‘no donas dinero a esos niños’.
No obstante eso, dos días enteros de transmisión ininterrumpida por donde circulan ‘comunicadores’, actores y actrices, cantantes, políticos, empresarios, etc., que lloran a moco tendido, ‘conmovidos’ con los temas que al mero estilo de Mujer casos de la vida real (especialidad de la empresa), vuelven a mostrar y exhibir a manera lastimera a personas con alguna enfermedad o que en algún momento de su vida sufrieron un evento inesperado.
Todo eso para vender la idea de que con el dinero que se junte se construirán hospitales y centros de rehabilitación (obligación del Estado) donde se atenderá a toda esa gente (que de hecho deben ser construidos por el Gobierno con el dinero que. pagamos miles y miles de personas de impuestos).
Pero… si son taaan buenos los señores televisivos que idearon este mesiánico acto, ¿por qué no hacen estas obras (de las ‘benéficas’, no de teatro) sin pedirle un peso a la gente? Obvio, pues porque ¡no sería negocio para ellos! Sucede que el segundo párrafo del artículo 31 del Reglamento de la Ley del Impuesto sobre la Renta dice que ‘Asimismo, se considerarán deducibles los donativos que se otorguen a asociaciones, instituciones u organizaciones que destinen la totalidad de los donativos recibidos y, en su caso, sus rendimientos, para obras o servicios públicos que efectúen o deban efectuar la Federación, Estados, Distrito Federal o Municipios’. Esto significa que cuando se hace una donación a una institución que otorgue, sin fines de lucro, un servicio que debe otorgar el Estado, la persona que realizó la donación puede decirle a Hacienda que no le cobre los impuestos equivalentes a la cantidad que dio, pues ya hizo una ‘buena obra’. El truco que utiliza Televisa como otra empresa cualquiera debe pagar impuestos. $1,000.00, por ejemplo. Pero, como su negocio es obtener más ganancias y menos pérdidas, el pagar esos $1,000.00 no le conviene, así que crea una institución ‘aparte’: Fundación Teletón, la cual se dedica a…» (Sigo mañana)