Vientos electrizados

«Manifiesto a la Nación 2 de Octubre: Las perspectivas que se ofrecen al movimiento consisten en organizar, a niveles cada vez más elevados, la protesta y la oposición a un régimen cada vez más renuente a satisfacer las justas reivindicaciones populares. En adelante y para ser eficaz, esta organización deberá contar no sólo con los estudiantes, sino sobre todo con los sectores productivos de nuestra sociedad…»

Así es, mis valedores. Las aguas bajan turbias. Como en 1968, como después del 2 de julio del 2006, las masas se polarizan, se radicalizan, y un ambiente electrizado presagia tormenta, que ojalá no rebase los límites del presagia A propósito…

En las ruinas de Tlatelolco-1968 la vertiente proletaria-estudiantil fue capaz de crear unas formas de lucha que nos redituaron avances sociales, desde sindicatos independientes hasta la edificación de vivienda popular y una efectiva unión de diversos sectores productivos. Iba a ser LEA presidente, iba a ser el trabajo sucio de los colaboracionistas destructores del Comunista Mexicano los que lograrían destruir los logros del 68. Pero hoy los aires de Tlatelolco soplan, ominosos, y el conflicto del SME con el Poder electriza el ambiente. Viene aquí, pertinente, la herencia proletaria-estudiantil del 68. Que la estudien los electricistas, que rebasen la protesta multitudinaria. Los documentos de época:

Una de las tareas básicas del movimiento estudiantil es aunarlo con el movimiento obrero en las fábricas, sindicatos y empresas, por lo que esto ha de representar en el proceso democrático del país y como estímulo para otros movimientos de carácter igualmente popular o gremial. Lo más apremiante ha de ser estudiar las formas más adecuadas para articular de manera estable la acción de los estudiantes y la de los obreros.

Han funcionado las brigadas políticas de cada una de las diversas escuelas o facultades, cuya misión es informar directamente a la población, por medio de volantes, publicaciones y sencillos mítines, del significado del movimiento y acontecimientos que se vayan sucediendo a lo largo del proceso, a fin de contrarrestar la campana tendenciosa en relación al propio movimiento que llevan a cabo los medios de condicionamiento de masas, la gran prensa al servicio de los diversos intereses de la burguesía en el poder.

Los comités de Fábrica o de Sindicato de ayuda al movimiento estudiantil ha sido otra de las formas de actuar de los jóvenes. Los dichos comités están constituidos por grupos de obreros de las propias factorías o agrupaciones gremiales, las cuales mantienen informados del carácter y fines del movimiento al resto de los agremiados, ya sea por medio de volantes y de manera oral. En ocasiones son los propios estudiantes quienes explican a los obreros en las fábricas o en los sindicatos, de modo directo y de forma personal, acerca del objeto de su lucha y la razón por la que todo el pueblo debe participar, de forma preponderante la clase obrera.

Se planea integrar los comités populares (autogestionarios, digo yo): campesinos, estudiantiles, obreros o de grupos de la gente que habite en determinadas zonas urbanas. Se trate de que los proyectados comités sean como pequeñas semillas de una organización popular, nacional e independiente, que en el futuro pueda ser creada por la población. (Esa es mi propuesta hoy día. Pero unas masas apáticas, desidiosas, enajenadas…)

La acción del estudiantado ha centrado su expresión en las brigadas políticas, en los comités de fábricas y sindicatos, en los comités de defensa y autodefensa, etc. Infinidad de brigadas en toda la ciudad, realizan una intensa campaña de difusión del movimiento por medio de mítines relámpago de 150 brigadas políticas formadas por estudiantes de todas las escuelas en paro.

Del Manifiesto a la Nación 2 de Octubre: «Los estudiantes nos aliaremos de manera definitiva a los sectores productivos, destinados a promover los cambios en verdad revolucionarios que nuestra patria requiere. La organización estudiantil debe concluir necesariamente en la organización popular que, oponiéndose a las trabas que frenen el desarrollo histórico del país, convierte en realidad el objetivo de nuestro movimiento».

Objetivo, mis valedores electricistas, que sintetizó el clásico: un gobierno al que obedecer como sus mandantes. Sin más. ¿O que nos venzan las beatas del Verbo Encarnado? (México.)

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