Donde dormía el pavo real

¿Con que estadista el burócrata que durante toda una carrera de maniobras politiqueras logró pepenar el poder? ¿Con que estadistas ésos tales  que lograron llegar como quintacolumnistas de intereses ajenos? ¿Estadistas, cuando  a la hora de las verdades fallan si no por falta sí por excesos? ¿Estadistas los de Los Pinos? Mis valedores:

El estadista es el que hace el poder, pero viene siendo el poder el que deshace a los pequeñajos. Hijos los dos de su tiempo (y cada tiempo trae consigo exigencias, formas y costumbres), el estadista construye su tiempo, cuando es su tiempo el que al mediocre lo destruye.  Uno es el pobre país del pobre monigote al que todos befan, increpan, desprecian y chamaquean, como pobre es el país gobernado por el monigote  infatuado al tamaño de una mediocridad que lo torna grandilocuente y sonoro, tanto más sonoro cuanto más vacío, gusanillo que se siente crisálida. Y hablando del tema:

Calderón fue sólo un mediocre cero a la zurda (de la botella, acusa Castillo Peraza),  pero hace un par de años, observando al sucesor, me atraganté: ¡muy a la tradición tricolor se nos vino encima una nueva versión de monarca a la  López Portillo, por más que aquél nos salió más culto y mucho menos dañino! ¡Este ya mueve a México, y con el pago anticipado de la riqueza petrolera del país ha sido apodado estadista por los grandes consorcios petroleros! Y aún  faltan cuatro años, y ya los mapaches del Tricolor preparan pepsilindros, gorras y camisetas para garantizar con el voto del pobre y del ignorante su permanencia  en Los Pinos. Trágico.

Pues sí, pero de repente explotó la pútrida herencia del matancero zurdo: soldados carniceros, estudiantes a los que se les pierden los rastros, policías que se concretan a cumplir órdenes del capo del narcotráfico,  un gobernante bicolor (tricolor y amarillo) con pestilencia  de cómplice por comisión, omisión o ineptitud. Tlatlaya, Iguala, fosas clandestinas, México.

Y fue entonces: ni el estar removiendo a México, ni el sartal de reformas que de algún modo irán a mermar lo que aún resta de soberanía y recursos naturales, ha valido para que el flamante hombre de Estado pudiese mantenerse en su nube color de rosa, rosa mexicano. En esta atmósfera crispante, electrizada y enrarecida. Peña ha sido regresado a su lugar, y aquel López Portillo culto y dañino se nos queda como el máximo estereotipo del monarca sexenal que produce el subdesarrollo. López Portillo.

Sí, aquel de la(s) pompa(s) y circunstancias. El garañón de tamaños con su mundo de ser-viles (no corregirlo)  y cortesanos, desde los politiqueros y los intelectuales orgánicos que nunca faltan y siempre salen sobrando (bécame – bécame mucho, – como si fuera esta noche la última etc.) hasta los voceros oficiosos de todos los medios de acondicionamiento social.   Y si no, calculen ustedes el tamaño de la adulación a ese que fue, por fortuna, uno de los postreros burócratas injertados de monarca que pare el surrealismo tropical. Aquí el reportaje que se publicó en el matutino donde se reseñaba el retorno triunfal de López Portillo luego de su viaje a Washington:

“¡Y Tláloc también quiso recibir a Quetzalcóatl! Se negó a permanecer al margen de la fiesta de bienvenida. Desde una hora antes mandó a sus húmedas huestes… Tláloc quiso decir al Señor Presidente Don José López Portillo que también él  quiere participar en el desarrollo del país. Y por eso ordenó a sus huestes que regaran el Valle de…

Más de este melcochoso condumio, mañana. (Vale, pues.)

Un comentario en “Donde dormía el pavo real”

  1. Hay una expresión que tal vez sea válida, a unos el poder los engrandece, a otros los envilece y a otros más los vuelve locos; en México si quitamos a Lázaro Cárdenas y a Benito Juarez con sus asegunes. Los otros presidentes ¿que han hecho por el bien de todos los mexicanos?, ¿hay alguno que no haya robado y matado? ¿hay alguno que no haya usado la demagogia para tratar de desubicarse, tender cortinas de humo para tratar de hacernos tragar piedras de molino en lugar de ostias?, ¿hay alguno que no le haya echado la culpa al entorno mundial de las devaluaciones?, ¿hay alguno que no haya dicho que los problemas de México no se van a resolver de la noche a la mañana?, haciendo como que olvida que va a ocupar el cargo por seis años? claro está cualquiera puede decir el catálogo de agravios.

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