¿Quién es el verdugo? Los eventos de sangre y muerte que han venido ocurriendo desde el sexenio anterior crisparon el ambiente y lo electrificaron hasta el punto de que la exasperación de las masas ha rebasado la marcha, el plantón y otras formas rutinarias de protesta para pasar a la etapa del bloqueo de aeropuertos y edificios federales. ¡Ese atentado contra la puerta principal del Palacio de Gobierno! Mis valedores: ¿cuál ha sido hasta hoy el beneficio que tales protestas reportan para todos nosotros? Médicos, maestros, ferrocarrileros, fines de los 50s, ¿qué nos dice la Historia? E. Fromm:
Si queremos combatir algo debemos entenderlo. El pensamiento que se deja engañar a sí mismo, guiándose por el deseo, no nos ayudará, y el reclamar fórmulas optimistas resultará anticuado e inútil como lo es la danza india para provocar la lluvia.
Las advertencias del maestro:
– El revolucionario ejerce la práctica de pensar. Tras el ejercicio de la autocrítica desecha el recurso de la guerrilla y crea la verdadera organización ciudadana. Para contrarrestar esas tácticas y estrategias con las que el Poder ha derrotado las protestas ciudadanas su obligación es mantener el corazón caliente, pero la cabeza fría.
En el pasado (años 70 del siglo anterior) el Estado logró destruir a la mayor parte de la verdadera izquierda mexicana, la que tenía de base el Comunista Mexicano, cuyo espacio fue llenando con una falsa izquierda que desde dentro y con el trabajo sucio a cargo de los falsos sindicatos se ha encargado de someter a las masas sociales al proyecto neoliberal.
Esa falsa izquierda que se apropió el nombre y fue promocionada por el Sistema como la única y verdadera izquierda, ha llevado a cabo una tarea que consiste en hacer desaparecer de la conciencia social esa memoria histórica en la que el pueblo mexicano depositó su experiencia y sus enormes avances táctico-estratégicos acumulados en su proceso de lucha emancipadora (en la lucha de la corriente proletario-estudiantil de 1968, por ejemplo.)
De forma aviesa, consciente y a nombre del Poder, la falsa izquierda introdujo el «virus» de las formas de lucha obsoletas e ineficaces, y a través del manipuleo psicológico las elevó a rango de dogma secular. Con ello las tornó incuestionables.
Cuando nos convocan a la lucha con esas formas obsoletas e ineficaces, los dirigentes nos conducen indefectiblemente a la derrota, pero como tales formas de lucha fueron convertidas en dogmas, y por eao mismo incontrovertidas, no nos atrevemos a pensar si esa actividad sirve, y cuándo y cuánto, o no sirve en lo absoluto para alcanzar las metas sociales y superar los retos que enfrentamos en el avance social.
Cuando se logra elevar la mentira al rango de dogma (las marchas como instrumento eficaz de lucha contra el enemigo histórico), esa mentira cobra vida propia y se apodera de la mente humana, determinando la conducta de los sujetos. A semejante fenómeno se le denomina enajenación, que significa pensar en base a una serie de ideas que no nos pertenecen y que el enemigo nos inculca para así dominarnos. (El maestro.)
Leo el catálogo de protestas contra la violencia que se vienen sucediendo desde Zedillo y Fox y las marchas por los miles de muertes, desapariciones, desplazamientos y pueblos fantasmas cuando Calderón. Hoy, el delirio aberrante de Tlatlaya e Iguala, con Ayotzinapa como fuente abastecedora de víctimas. ¿Y nosotros? ¿Pólvora en infiernitos como el del basurero municipal de Cocula? Ah, México. (Este país.)
Un dogma: es una proposición que se asienta como firme como cierta y como principio o conjunto de hechos. Y como principio inegable de una ciencia o de una doctrina religiosa que se le atribuye a Dios. Es un principio o conjunto de hechos establecidos por una autoridad como incuestionables. El término puede referirse a opiniones aceptadas por filósofos, autoridades políticas o religiosas. Pero para unas masas apáticas, flojas , inconcientes, irresponsables y desinteresadas o que solo se interesan en comer, dormir, el butbol, las comedias y las funsiones fisiológicas, ya puede usted maestro quedar afónico de tanto hablar o manco de tanto escribir pero por favor no déje de seguir quizas veamos el comienzo del cambio que tanto necesita nuestro México.