Arremetida neoliberal.

¡Fue una embestida neoliberal!

A la nefasta acción del neoliberalismo en México se refiere Alejandro Nadal, articulista de La Jornada: “Los crímenes en contra de los estudiantes normalistas rurales de Ayotzinapa tienen la huella de un modelo económico en el que los jóvenes campesinos y su cultura son redundantes”.

Y ay de quien se atreve a rebelarse, que en sus lomos van a sentir la fuerza del proyanki Sistema de  poder, desmesura que hizo explosión durante la masacre (no genocidio, como quieren algunos) de 1968 en Tlatelolco, fecha luctuosa que acabamos de conmemorar, como antes recordamos, asimismo,  la masacre del 10 de junio de 1971 en la Ribera de San Cosme y anexas. Atroz.

El movimiento del 68 fue internacional, que abarcó países distintos, aunque tan sólo en el nuestro afloraron la barbarie y el horror del encharcamiento de sangre inocente en la Plaza de las Tres Culturas. Es México.

La magnífica rebeldía de los preparatorianos hoy día me recuerda la de los estudiantes de París, cuya lucha tomó la vía pública e hizo oir sus reclamos y dibujó sus consignas en los muros de la ciudad. Yo dije a ustedes en un octubre como el actual, pero del 2005, y lo recuerdo hoy, en el horror alucinante de Tlatlaya, de Iguala  y Ayotzinapan:

Las paredes hablan. Así es, mis valedores. Todo consiste en saberlas escuchar. Con cuánta elocuencia suelen expresarse, y sus mensajes qué de enseñanzas  nos llegan a troquelar. En el año crucial de 1968, pongamos por caso, cuando la rebeldía estudiantil del mundo hizo explosión y se manifestó a base de consignas como esta que estalló en algún recinto universitario de París y restalló en todos los rumbos de la rosa: “¡Prohibido prohibir!” Sus retumbos  se perciben todavía hoy. “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, por más que yo, atenido al imperativo de asumir en lugar de seguir delegando, modifico la consigna: “Seamos realistas, hagamos, lo imposible.

La respuesta del Sistema de poder fue instantánea, y se manifestó con grados diversos de crueldad en Praga, en París, en Washington, en Tlatelolco…

A propósito: conmemoramos hace una semana el aniversario No. 46 de la masacre perpetrada por un gobierno autoritario y sin autoridad que de repente se sintió acorralado y disparó plomo contra el pecho joven de la sociedad civil. Yo, más allá de la crónica y los consabidos comentarios que nos provoca la sangre del 2 de octubre, ofrezco aquí a todos ustedes una colección de grafitos de autores anónimos y reconocidos que fueron recogidos en los muros de París y recopiló  hace algunos años Héctor B.A. Su previa explicación:

“Durante la revuelta estudiantil de Mayo del 68, en París (esa revuelta que fue el punto culminante de un año en el que la juventud marcó el mundo como nunca antes lo había sido), un medio eficaz para la difusión de las ideas fueron los muros de la ciudad. Algunas de tales frases las conocemos hasta el día de hoy, porque han quedado en la memora colectiva como signo de esperanza, de voluntad libertaria, de energía joven;  cosas que nosotros botamos a la basura. Te propongo echar un vistazo a una pequeña selección de graffitis (grafitos, digo yo) que un buen libro trajo a mis manos”. Van.

La barricada cierra la calle, pero abre el camino – El levantamiento de los adoquines de las calles constituye la aurora – ¡Te amo! Oh, dímelo con adoquines – El que habla destruye el amor – Abraza a tu amor sin dejar de abrazar tu fusil – La belleza será convulsiva o no…

Más de tan soberbias consignas, el lunes. (Vale.)

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