¡Reelección de Salinas!

Es el contexto moral de los chuchos del chucho mayor, ese Chucho Ortega que

fue amamantado por el mercachifle alquilón de conciencias Aguilar Talamantes, del Frente Cardenista de Renovación Nacional (PFCRN, apodado “El ferrocarril”). En el matutino:

Jesús Zambrano, ex dirigente nacional del PRD, se reunió con José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, para planear su fuga, acusó ayer Dolores Padierna, senadora perredista. Zambrano afirmó que ese encuentro tuvo como propósito pedirle a Abarca que solicitara licencia a su cargo.

De tal contexto moral son los chuchos, duchos en el zigzagueo dentro de las tripas de las movedizas arenas del alquiler y la compraventa de conciencias en la politiquería nacional, donde al presidente en turno le ejecutan el trabajo sucio.  Entre ellos son mayoría los cooptados de Echeverría que en los tiempos de la guerra sucia le desmantelaron la única izquierda que ha existido en el país: el Comunista Mexicano.

Chuchos dialoguistas y migajeros son estos de “nueva izquierda”, profesionales de la derrota y colaboracionistas del Poder del que forman parte. Aquí, denunciada en el matutino, la logrera maniobra con la que los cupulares del PFCRN,  planeaban hace décadas su nuevo negocio:

Están dadas las condiciones para la reelección, asegura el PFCRN.

En el diario del 26 de agosto de 1992 aparecía la foto de tres dirigentes del Ferrocarril: Tomás Correa de este lado, Héctor Delgado del otro, y en el centro, de lentes,  bigotazos, chamarra negra y corbata a rayas, el declarante, y secretariogeneral del Ferrocarril,  Jorge Amador Amador: “Están dadas las condiciones  para la reelección. Hay que promoverla”.

Era el sexenio de Carlos Salinas y México estaba en plena etapa de Solidaridad y “liberalismo social”. Fiel a su querencia, el talamantero clamaba para hacerse oír del “compatriota”:

“La no reelección no es un dogma. Se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna”.

Todo esto para reforzar las declaraciones de un cierto Jesús González, por aquel entonces presidente de una tal Confederación Nac. de la Pequeña Propiedad (CNPP), quien afirmó que  “sería muy sano una reelección en el país”.

Ahí la reacción de los  partidos PAN, PARM y PPS: “Nosotros no cederemos ante el intento del PFCRN de modificar la Constitución para permitir la reelección de Salinas. ¿Justificaba tal negativa el talamantero Jesús Ortega? “No desechemos esa posibilidad.  Ya hay muchos gobernadores, como Francisco Ruiz, que también están promoviendo la reelección”.

Jorge Amador  insistía en su dicho: “La  no reelección no es un dogma, se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna que propicien la reelección del  Presidente Salinas de Gortari. Sería en bien de todos nosotros y de todo el país”.

Acompañado por los dirigentes del PFCRN Tomás Correa y Héctor Delgado,  el talamantero Amador juraba que “los tiempos están convocando a que se reinicie un proceso histórico para mejorar las condiciones políticas del país y entrar a una fase de modernización y reestructuración”.

En tanto, el hoy ex perredista Ramón Sosa Montes (aún no caía en la coquetería de machihembrar sus dos apellidos) advertía que “El tema de la reelección es muy delicado; sería traicionar los principios que dieron libertad y justicia al país, aunque, después de todo…”

Y ahora, ante la sangre, la muerte, el dolor y las lágrimas, el chucho Zambrano: “Sí, fui  a comer con Abarca, pero sólo  para pedirle…” (Asqueante.)

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *