Finaliza aquí el documento con el que la voz cubana de Celia Hart irrumpe en las fiestas patrias del “México inmutable y eterno”, para repasar vínculos históricos que más allá de gobiernos proyanquis mantienen a México y Cuba amarrados “con ñudo ciego”. Celia Hart:
“La revolución mundial le debe a México su propia supervivencia. La consecuencia inigualable de Don Lázaro Cárdenas no sólo recuperó la vergüenza que parecía se perdía en el país, sino que le abrió las puertas a León Trotsky cuando nadie tuvo el valor de hacerlo. En México se escribieron varios de los libros más importantes del mejor leninista, y desde allí se empezaron los intentos de retomar la Internacional. Allí yace el gran revolucionario ruso.
Ahora, ¿dónde está ese México libre y pasional que nos envuelve con su incontenible espíritu de combate? Está en el alma de mestizos. Desde siempre, los del Norte estuvieron confundidos con el gigante México que elevará su vuelo para la resurrección de América. Como cubana revolucionaria junto hoy las manos recordando la bandera del águila vencedora y agradezco a ese pueblo por contener al mejor amigo de José Martí. México dio espacio para la brillante carrera política de nuestro Julio Antonio Mella, que se integró a ese país con fervor total y donde escribió sus más hermosos trabajos. Fue en ‘nuestro’ México donde este baluarte del comunismo internacional dijo: Muero por la revolución. Mella.
México recibió a Fidel cuando tenía que preparar la guerra necesaria, la última de ellas. Un mexicano bondadoso le vendió el yate Granma, creo que no cobra todavía su dinero a no ser los millones de besos de mis compatriotas. El yate Granma sólo podía salir de México. (Yo, además, en México he amado como no creo que lo vuelva a hacer…)
Los sucesos recientes, las marchas multitudinarias me hacen olvidar el dolor de las actitudes de esos (Fox, digo yo, y también el matancero Calderón), que por horror a la corrupción de sus partidos sentó el pueblo mexicano en la silla presidencial. Parece que poco a poco ese pueblo, que es mi pueblo, comienza a exigir altura a sus gobernantes. (Y por ahí anda quien fue su alcalde que aún hoy puede convertirse en un verdadero líder de América. Su valentía, su compromiso y decoro decidirán si, finalmente, merece o no merece participar con México en su porvenir.)
Los últimos incidentes con Cuba fueron protagonizados por cualquier otro, pero nunca por auténticos mexicanos. Los de Los Pinos (Fox y el carnicero Calderón) nunca serán mexicanos. México no toleró ser colonia, no toleró emperadores europeos, no toleró dictadores. De igual manera México no tolerará el raquitismo gubernamental. ¡Esperen que los volcanes hablen!
Pero México se renovará. No podrán vencer a sus mujeres hermosas, su música, su poesía donde parece que el machismo se sostiene por hombres de verdad, tan hombres que se quiebran ante una palabra de amor. Los murales de Diego Rivera, donde parece que vuelve a nacer el mundo con esa inmensidad y la frágil Frida de pasión inconfundible. Esa leyenda de México no nos la van a robar. Pero para eso necesitamos gritar más, gritar el 15, el 16 el 17 de septiembre y todos los días del año. El grito del padre Hidalgo fue nuestro grito.
¡Viva la independencia revolucionaria de este querido México lindo que todos los americanos estamos necesitando!”
(Pues sí, pero este es el mismo México que permitió el arribo de Peña, reforma energética en mano. Atroz.)
México, Cuba, país uno y múltiple. (Vale.)