México, Cuba, Estados Unidos

Absorción, no anexión. Absorción de México a los Estados Unidos.

Tal es la nueva política imperial después de aquel 16 de septiembre de 1847, cuando la bandera invasora iba a ondear en el palacio de gobierno de esta ciudad capital. Anexión, era entonces la política de EU para México, pero años más tarde el cambio de estrategia para seguir medrando de y en nuestro país:Absorción,  A propósito, conceptos de F. Engels:

Hemos presenciado con la debida satisfacción, la derrota de México por los EEUU. También esto representa un avance. Pues cuando un país embrollado hasta allí en sus propios negocios, perpetuamente desgarrado por guerras civiles y sin salida alguna para su desarrollo (…) cuando este país se ve arrastrado forzosamente al progreso histórico, no tenemos más remedio que considerarlo como un paso dado hacia adelante. En interés de su propio desarrollo, convenía que México cayese bajo la tutela de los Estados Unidos.

De Marx a Engels, 30-XI- 1854, tomado de K. Marx, F. Engels, Materiales para la historia de América Latina, Cuadernos Pasado y Presente, Siglo XXI Editores:

“Los españoles están completamente degenerados. Pero, con todo, un español degenerado, un mexicano, constituye un ideal. Todos los vicios, la fanfarronería, bravuconería y quijotismo de los españoles a la tercera potencia, pero de ninguna manera lo sólido que éstos poseen. La guerra mexicana de guerrillas, una caricatura de la española, y aun las huidas de los regular armies infinitamente superiores. En esto, empero, los españoles no han producido ningún talento como el de Santa Anna”.

Un gringo  legislador: “Como en los Estados Unidos de América nos es dable producir casi todo lo que la imaginación puede abarcar, con excepción de ciertos artículos valiosos que se dan en la tierra y en el océano y son producto exclusivo de la zona tórrida, de México los extraeremos en propiedad (…) En especial oro, plata y cobre, pero fundamentalmente petróleo”.

Aquí, Enrique Peña y la tesis de R. Lansing, que fuera Sec. de Estado del Pres. W. Wilson:

México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre, el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo por educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.

Aquí, ¿lo dije antes? Peña, que esta noche, a todo pulmón, va a proclamar la independencia de México. Mis valedores: más allá de claudicaciones y fingimientos, la voz cubana que alude al México bienamado del genio americano:

José Martí amaba a México, su segunda patria, la de Zapata, Villa, Juárez y Cárdenas. Hoy,  ¿dónde está ese México libre y pasional que nos envuelve con su incontenible espíritu de combate? No en Los Pinos. En el alma del sus mestizos.

Muy cierta, a mi juicio, la expresión de Celia Hart, escritora cubana que con nosotros celebra… (Esto sigue mañana.)

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