Ku-Klux-Klán

América ¿qué imagen crees que damos cuando jóvenes protestan sin violencia pidiendo que el país de los libres y la patria de los valientes escuche su grito, y pones francotiradores en el tejado y les apuntas con armas?”( Rev. Al Sharpton, en el sepelio del negro asesinado.)

Así fue, mis valedores. Policías blancos ultimaron el pasado  9 de agosto al  negro Michael Brown, infamia que se perpetró ¡en un país gobernado por un negro! Con el sepelio finalizan dos semanas de protestas y disturbios  que regresan al país vecino a los tiempos de la esclavitud y la segregación de la negritud en todos los sitios públicos. No han sido erradicadas, al parecer,  las manifestaciones raciales de un país marcado por las capuchas blancas y las cruces en llamas que alumbraban el linchamiento del infeliz negro caído en desgracia de los “arios puros”. Puro racismo, sin más.

El árbol de la horca. Tal puede nombrarse el árbol blanco destinado en Jena, Lousiana, para gente de raza blanca bajo el que varios estudiantes negros se atrevieron a sestear hace algún tiempo.

.        Aquel crimen desató un conflicto de racismo e injusticia que generó una tumultuosa movilización de protesta “que parece marcar el arranque de un movimiento nacional semejante al de los años 60 por cuestión de derechos civiles en los Estados Unidos”, dije entonces. Cuándo iba a imaginar que a la vuelta del tiempo, con un afroamericano en  La Casa Blanca, seguirían perpetrándose crímenes de odio como el que ocurrió en 1992 en la Cd. de Los Angeles, donde unos policías blancos propinaron salvaje golpiza a un negro de nombre Rodney King, con el resultado de media ciudad incendiada y un reguero de más de medio centenar de cadáveres.

Conflictos raciales. En un principio fue la rivalidad entre los confederados esclavistas sureños y los yankis del norte de Estados Unidos, que los llevó a la Guerra de Secesión de 1861-65. Los esclavos negros intuyeron la gran oportunidad para luchar por su libertad e igualdad mientras en el norte los negros libres intentaron enlistarse con las fuerzas de la Unión. Su entrenamiento militar fue prohibido por la policía. El gobierno federal evitó el alistamiento de negros en el ejército. Lincoln los rechazó en 1861 y en los años siguientes.

La presencia activa y la agitación de las masas negras preocupó al gobierno, que creó un Depto. de Colonización con el plan de retornarlos a Africa o a alguna una isla del Caribe. Fracasó tal política.

“El negro, por fin, logró enlistarse en el ejército, pero fue objeto del encarnizamiento sureño, que se negó a tomarlos prisioneros; los heridos eran asesinados; el ejército los discriminaba; se les cerraba la posibilidad de ascenso a cualquier rango militar y se les pagaba la mitad del salario que al soldado blanco. Muchas compañías de combatientes negros, ante el problema de la paga,  adoptaron la digna postura de no aceptarla.

Se gestarían nuevas formas de explotación de los campesinos negros, quienes fueron forzados a regresar a las plantaciones. Ante su resistencia se emplearon métodos represivos de enorme violencia.

El ejercicio del sufragio lo ejercieron los negros bajo el terrorismo racial de los oligarcas que, para mantenerlos alejados de las urnas, emplearon argumentos engañosos, propagaron atemorizantes amenazas, a lo subrepticio organizaron y armaron bandas y crearon sociedades secretas para imponerse y coaccionar, mediante la tortura, la violencia y el crimen, tanto a los negros como a los simpatizantes blancos”. En fin. Todo eso sucedió ayer. ¿Y hoy?

(Obama.)

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