Es México

Así que atentados de narcos obligan a cancelar campañas políticas. Conque  en Sinaloa matan a hijo de coordinador de coalición y a sobrino de algún candidato, mientras que en Saltillo ejecutan a ex-diputado y en Oaxaca emboscan a abanderada del PRI y asesinan a su marido. Todo esto es México, sin más.

Pero el plomo no es la única arma de control con que cuentan los narcotraficantes. Con el plomo la plata también, y esto lo  saben sus reverencias de la Iglesia Católica. Juan Sandoval, por ejemplo, cardenal arzobispo emérito de Guadalajara, que en el sexenio de Fox fue acusado de complicidad con jefes del narcotráfico. La PGR le abrió el respectivo expediente, lo que encrespó a Norberto Rivera:

– Los obispos del Episcopado y yo apoyamos totalmente al cardenal  Sandoval. Nada le encontrará la PGR.

Nada ilegal pudo encontrarle, y esto gracias a un oportuno milagro de San Cristóbal, no el santo descontinuado sino el rancho de Fox, a donde el purpurado acudió buscando el carpetazo de su expediente. Y la paz.

Norberto Rivera. A su hora doce obispos del Episcopado se solidarizan con el susodicho por las agresiones que recibió de “enemigos políticos»:

“Como colaboradores estrechos de Su Eminencia le mostramos nuestra plena comunión y reconocimiento a su valiente ministerio pastoral”. (De su presunta protección al sacerdote paidófilo Nicolás Aguilar, ni una palabra.)

Narcotráfico y lavado de dinero: el negocio de narcos y jerarcas del dinero sucio (dinero socio) ha corrompido y ha sido corrompido por magistrados, policías y políticos, pero siempre ha estado corrompido  por los altos clérigos de basílicas y catedrales. José Raúl Soto, de la Univ. Pontificia de México:

– Aquí, en la Basílica de Guadalupe, como párroco se los digo, los narcotraficantes son muy generosos. Sin dejar de ser traficantes ayudan y dan limosnas que nosotros ya quisiéramos hacer. Todos han sido muy generosos, desde Rafael Caro Quintero y Amado Carrillo hasta hoy.

Años después  Ramón Godínez, obispo que era de Aguascalientes:

– Aquí en el templo se purifica el dinero del narcotráfico que recibimos en calidad de limosnas.

En la revista Proceso  Gonzalo Guízar, hermano de monseñor Jesús Guízar (¿asesinado?): “A la Basílica de Guadalupe la han convertido en una cueva de Alí-Babá”. (Diego Monroy, su abad, enriquecido de forma “inexplicable”.)

Cuando obispo de Hermosillo, Son., Carlos Quintero:

– Admito que recursos provenientes del narcotráfico han llegado a las arcas de la Iglesia, particularmente en esta frontera. En Tijuana hay familias que han sostenido parroquias con dinero del narcotráfico. Seamos realistas. Sí, no podemos ocultar el mal, pero tampoco debemos omitir las cosas buenas del mal. En Tijuana hemos encontrado familias buenas que han ayudado a sostener el seminario y muchas otras que han aumentado el número de parroquias.

Sergio Obeso, obispo: Yo rechazo que la Iglesia esté utilizando dinero del narcotráfico. Se pueden decir tantas cosas…

G. Prigione, cuando nuncio apostólico del Vaticano en México: “El padre Montaño fue el enlace entre los Arellano Félix y yo, pero no volveré a hablar con narcotraficantes”.

Mis valedores: omito nombres de más “religiosos” coludidos con el narco (se habla de Emilio Berlié Belauzarán) para terminar con la frase del empresario taurino y bont vivant Onésimo Cepeda, obispo emérito de Ecatepec en sus ratos perdidos:

Nosotros los clérigos les decimos los narcos: váyanse, hijos, el Señor los perdona y no pequen más”. El resto es silencio. (Dios…)

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