Y lo ignoramos…

Tiempos difíciles vive el obrero, decíamos ayer, y que en su lucha contra el Sistema siempre sale derrotado porque después de los logros que en el movimiento de 1968 obtuvo la corriente obrero-estudiantil, Echeverría corrompió a los líderes sindicales y logró borrar de la memoria histórica del trabajador las experiencias ganadoras para sustituirlas por esquemas derrotistas que hoy mismo aplica el trabajador, con las cuales afirma su vencimiento frente al Sistema de poder. Antes de asestar su golpe letal contra el obrero, Calderón analizó la correlación de fuerzas y midió los costos de esa batalla. La planea y proyecta hasta estar seguro del triunfo. Es hasta entonces cuando procede a ejecutar su ofensiva. Hoy mismo envía con carácter de «preferente» su iniciativa de  reforma laboral, cuyas propuestas más perjudiciales para el obrero, según el análisis del Lic. Oscar Alzaga, de la Barra de Abogados Democráticos, son las siguientes, que ignora el 87 por ciento de la población:
1.- Es la reforma más agresiva para el trabajador. Si se aprueba lo daña con un efecto dominó.
2.- Con ella se pierde el contrato colectivo en el momento en que se dé la contratación individual y temporal: pago por horas laboradas.
3.- Lógicamente habrá de modificar la Ley del ISSSTE y la del Seguro Social.
4.- Se torna imposible alcanzar la pensión o la jubilación; el trabajador tendría que laborar cincuenta años para alcanzarla.
6.- Quedarían erradicados los contratos de planta.
7.- El trabajador y su trabajo dejarían de ser un derecho humano para degradarse a simple mercancía.
8.- Prevalecerían los intereses patronales por encima de los del gremio trabajador.
9.- El proyecto de reforma a la ley laboral establece contratos a prueba por seis meses si se es técnico o profesionista, y por un mes si se es obrero.
10.- Capacitación inicial de tres a seis meses si es técnico o profesionista.
11.- Con la reforma laboral desaparece el salario mínimo porque es lo mínimo que se le debe pagar al trabajador. Ahora el monto del salario queda a criterio del patrón, pudiendo ser una cantidad más reducida.
12.- El patrón podrá facilitar el despido del trabajador. El aviso no sería obligatorio. El juicio ya prácticamente no proyecta salarios caídos.
13.- También se podrá despedir a quienes tengan veinte años de laborar en la empresa.
14.- La estabilidad del trabajo tiene derechos, y con esta reforma la pierde el trabajador. La regla de oro con la que hoy cuenta el obrero: que cuando tenga seis meses continuos de laborar en la empresa tiene derecho a la planta de trabajo.
Frente al ominoso panorama de la reforma laboral calderonista  las actuales formas de defensa de la verdadera izquierda democrática son de modo tal obsoletas  que ni siquiera llegan al nivel que ya tenían las fuerzas democráticas de los años cincuenta; mucho menos se pueden comparar con los avances que se lograron en los años sesenta y principios de los setenta. De entonces hasta fines de los ochentas del siglo pasado se creó un periodo de oscurantismo político que sepultó la experiencia acumulada por muchas generaciones. Esa situación todavía la carga a cuestas el trabajador y se niega a reconocer que sus teorías políticas están enajenadas a la ideología del Sistema. Parafraseando a José Revueltas:
«Somos un gran coloso, pero sobre nuestro cercenado cuello se ha colocado la cabeza de nuestro enemigo, y por ello nuestro cuerpo se mueve bajo las órdenes que manda ese enemigo nuestro».
(La estrategia obrera, después.)

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