Aberrante

El PAN, junto con el PRI, aprobó reformas para flexibilizar la contratación y el despido de los trabajadores. No son cambios menospreciables. Se aprobaron disposiciones tan importantes como el outsourcing (subcontratación de empleados); los contratos temporales de 30 días a prueba y de tres meses de capacitación sin que, al final de éstos, el patrón esté obligado a indemnizar al trabajador en caso de finiquito de la relación laboral; la limitación a 12 meses del pago de salarios caídos cuando haya un conflicto entre trabajador y patrón. Estos cambios, por sí solos, son una buena noticia para el país. (Sic. en el matutino.)
Y a mí, en leyendo lo anterior, se me vinieron a la mente los casos de los siameses Chang y Eng que, unidos por un cartílago de 15 centímetros a la altura del esternón, entre l811 y 1874 vivieron, si aquello se pudo llamar vivir, dentro de la carpa de su hogar consecuente:  el circo.
Un purgatorio significó para los de Siam su malformación física. Una gloria representa para los siameses Acción Nacional y el Revolucionario Institucional su trabazón aberrante. Juntos acaban de tramar una maniobra más en favor de hijos y entenados del Capital-imperialismo y en agravio de unas masas sociales que habremos de pagar la factura. Es México.
«Ya estamos a punto de enloquecer», se quejaban los desdichados de Siam. «Dormir juntos, defecar juntos, juntos cohabitar con nuestras esposas, juntos abominar nuestro aliento bilioso, nuestros humores, esta forzada compañía. Separarnos o enloquecer. ¡Sepárennos!».
El PRI y el PAN, por contras: pragmático-utilitaristas, desde el 1988 de Salinas, el «jefe» Diego y Luis H. Alvarez, viven su condición de siameses defecando juntos, juntos respirando sus emanaciones nocturnas y juntos  tramando unas medidas de gobierno que han de representar un nuevo beneficio para el Sistema de poder del que forman parte y un perjuicio más  para todos nosotros, la comunidad. Trágico.
Y en Chang y Eng el terror ante la más leve enfermedad del compañero. “Tiene que haber un médico que nos logre separar sin matarnos».
Pero no hubo médico tal. En un doble camastro finalizaba el errabundaje que a los dos desgraciados los llevó desde Siam hasta Carolina del Norte, en EU. Los siameses originales terminaron su vida una noche de 1874. El  PRI y el PAN coexisten todavía, y con cada medida perjudicial para las masas el par de pragmáticos sale fortalecido, sin que a su condición de logreros afecte el repudio de la comunidad. Aquí, a manera de ejemplo, una somera lista de acuerdos que en nuestro perjuicio han venido tramando los siameses pragmáticos de la politiquería nacional:
En 1989 PRI y PAN votaron juntos la legislación electoral salinista para eliminar las coaliciones y candidatos comunes de los partidos. En 1991 juntos votaron la quema de los paquetes electorales de 1988 para eliminar la evidencia del fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas. En 1992 votaron juntos un resolutivo para apoyar la elevación de cuotas en la UNAM y reformaron el 27 Constitucional para privatizar el ejido. 1993. Juntos votaron  la reforma al Código Penal para permitir la libertad bajo fianza a los servidores públicos corruptos. 1998. Redujeron el presupuesto del DF y las universidades públicas, y aprobaron el Fobaproa.
Y este leñazo más contra las mayorías: luego de maquillarla apenas en un 20 por ciento, los diputados envían al Senado, para su aprobación, el ponzoñoso documento del de Los Pinos. Así se escribe la historia en este país. (México.)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *