El hoy y el ayer en la sucesión presidencial, mis valedores. Hoy, a resultas del reciente proceso electoral, el clima político comienza a descomponerse mientras que los protagonismos florecen por los rumbos de IFEs, TRIFEs y cortes supremas,jóvenes descontentos y comentaristas de todos los medios de condicionamiento de masas, las susodichas incluidas. La verborrea en pleno. El cortoplacismo. México.
Pero, según todos los indicios el PRI, irremediablemente, regresa a Los Pinos, y es como para preguntarse: ¿tornará el estilo tricolor de gobernar? ¿Volverán traiciones, venganzas, resentimientos? ¿El monarca en turno designará a su sucesor? Aquí, a modo de muestra, el testimonio de cómo se ejecutó el relevo de gobierno de Echeverría al último tlatoani de la era «revolucionaria» del país. Cuenta López Portillo en Mis tiempos, su libro de memorias:
“El 17 de septiembre de 1975. Brusca, aunque no inesperadamente, LEA me dijo algo como esto: Señor licenciado López Portillo, el Partido me ha encomendado preguntarle si aceptaría usted la responsabilidad de todo esto, y con un gesto envolvió el ámbito del Poder Ejecutivo, concentrado allí en el despacho de Los Pinos”:
– Sí, señor Presidente. Acepto.
– Bien. Entonces prepárese usted, pero no se lo diga a nadie, ni a su esposa ni a sus hijos.
“Otro día: ¡Te felicito, Pepe! Me dio un abrazo y me condujo al salón contiguo (…) Yo me sentía fuerte, poderoso, capaz…”
“Debo destacar un punto especialmente doloroso para mí, lleno de recuerdos, lealtades y afectos para LEA. Las autoridades de Gobernación (…) me pasaban información inquietante sobre las actividades que se concentraban en el ex presidente y que se vinculaban con las de quienes habían sido sus colaboradores, especialmente Muñoz Ledo y Gómez Villanueva (…) Por primera vez en mi vida, iba, poco a poco, asumiendo guardia frente a un viejo amigo. Mantenía abiertas sus relaciones públicas con mucha gente, entre la que se contaban muchos resentidos, desencantados, desubicados, que vaciaban en él angustias y rabias.
“Dentro de su función y su historia, (como candidato) respeté a LEA y estuve atento a sus problemas y decisiones, políticas y aspiraciones, y los respaldé. (…) En todo participé, espontáneamente, o a su petición, incluso y contra mi opinión…
El día 8 de abril anoté: Ayer solicité a Luis Echeverría que aceptara la Embajada en París (…) Se disciplina (…) Culminó, junto con una magnífica amistad, el problema de la difícil relación con él».
Y la conclusión referida a De la Madrid, que hoy pudiera aludir a algún beato del Verbo Encarnado:
“México, desde 1982, ha hecho todo lo que los acreedores extranjeros han solicitado. Ha adquirido más deuda, reducido los salarios, contraído el presupuesto de operación del gobierno, comenzado a vender empresas referida a De la Madrid, pudiera hoy aludir a algún devoto del Verbo Encarnado:estatales, devaluado la moneda, reducido las tarifas, suavizado las restricciones en la inversión extranjera y estimulado las exportaciones no petroleras para compensar el descenso en los ingresos petroleros (…) De la Madrid trató de hacer que la economía pareciera saludable antes de las elecciones presidenciales en México”.
Y ahora pronto, nube negra en este que el de Los Pinos convirtió en un Estado de excepción por espionaje, derroches demenciales de los dineros públicos y una democracia de simulación, nos avientan encima al PRI. ¿Y nosotros, mientras tanto? Ah, México. (Qué país.)