Cachivaches mágicos

“Un pueblo ignorante, afirma Simón Bolívar,  es un instrumento ciego de su propia destrucción. Los ignorantes adoptan como realidades lo que son puras ilusiones”. Por su parte, La Biblia: “No os volváis a los encantadores y a los adivinos: no los consultéis ensuciándonos con ellos (…) No serás practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni fraguador de encantamientos, ni quien pregunte a pitón ni mágico, ni quien pregunte a los muertos. Es abominación a Jehová cualquiera que hace estas cosas”. Mis valedores:

Exhaustos hemos llegado a la punta opuesta de un año más, que como los anteriores hemos vivido en el cogollo de crisis de todo tipo y tamaño. Como los anteriores, el santo y seña del año pasado fueron el desengaño, la desesperanza, la desilusión. Al débil de espíritu lo doblegó la realidad objetiva y, falto de temple y carácter por carecer de un verdadero sentido de su existencia, por conjurar el mal fario de los nuevos tiempos vuelve los ojos a “sobrenatural”. Falto de fuerza propia recurre a las “fuerzas astrales” que le han de descorrer el telón del arcano y procura el cobijo del conjuro, el ensalmo, el amuleto, el talismán y toda la sarta de cachivaches “mágicos” que le vende la “bruja blanca”. Lo irracional, y no más; pero esas ganas de creer: en algo, en alguien, porque no se cree en sí mismo. Y a comprar raciones de la esperanza en la medalla milagrosa o algún otro cacharro que se cuelga al pescuezo…

¿La astrología una ciencia? El científico: “Según la astrología el sol, la luna, las estrellas y los planetas, pueden influir en lo que sucede en la tierra, pero las propiedades zodiacales de las diversas constelaciones son pura imaginación. Los astrólogos primitivos no sabían nada de Urano, Neptuno o Plutón, que fueron descubiertos cuando se inventó el telescopio. Entonces, ¿cómo se trató de sus influencias en las tablas astrológicas trazadas siglos antes? Además, el tiempo de viaje del Sol entre las constelaciones, como lo ve un observador en la Tierra, está atrasado por aproximadamente un mes desde que se trazaron las tablas astrológicas, hace dos mil años. ¿Y por qué debería ser buena o mala influencia de planetas, cuando la ciencia sabe ahora que los planetas son acumulaciones de rocas o gases inanimados en viaje por el espacio? La astrología no tiene ningún fundamento racional ni científico”.”

El semanario católico “Desde la fe”: “La astrología, creencia antigua planteada en nuestros días como ciencia no es más que charlatanería Si fuera científica, si fuera cierta, si fuera ciencia arrojaría predicciones con cierto grado de precisión, como las ciencias naturales, para un mismo signo en un mismo día, pero  vemos que no es así”.

Y que tal como el esclavo es víctima del amo tirano, el supersticioso lo es de las engañifas del brujo y demás charlatanes que medran con la ignorancia del mal católico. “Al dar cabida a tales manifestaciones, algunos medios de comunicación se encargan de reafirmar las prácticas supersticiosas. Así, incluyen en sus programas a astrólogos, horóscopos, recetas mágicas, etc., así como a comerciales donde se anuncian brujos y brujas que dicen solucionar problemas que van desde el trabajo hasta conyugales”. Y el pecado mayor: echar mano de métodos supersticiosos para tratar de obtener favores celestiales. “Y estos van desde poner veladoras de determinados colores, según el favor solicitado. ¡Eso es un fraude!”, clama el Arzobispado de México.  ¿Habrán escuchado ustedes cierto programa de radio donde una “bruja blanca”  trafica con veladoras, y untos, aceites, aromas y demás zarandajas “mágicas”? Acusa una de las “videntes”:

En radio muchos charlatanes dicen adivinar. Son manipuladores oportunistas que desorientan, y por vender su libro, un talismán o un pedazo de cuarzo, son capaces de cualquier patraña.

La “bruja blanca”, en la radio:  La Luna entró en su signo a las 22 horas y eso ha exaltado tu tenacidad en el terreno profesional.  (¡!)

Por cuanto a los fementidos horóscopos: ¿hay entre ustedes algún católico? ¿Buen católico? Porque la Arquidiócesis Primada de México lo advierte a sus feligreses: “La consulta de horóscopos y la lectura de cartas están prohibidas por la Iglesia Católica”. Y que  “el cardenal Juan Sandoval Iñiguez alerta a la población sobre la proliferación de grupos que promueven  la astrología. Condenó la superstición, la idolatría la magia y la quiromancia, prácticas que en el católico suponen una aberración y una gran ignorancia religiosa que los lleva a experimentar con la hechicería y la lectura de las cartas, las manos o el café. La Iglesia Católica rechaza con firmeza toda clase de magia, superstición, idolatría e adivinación”.

El semanario Desde la Fe: “El pretender conocer el futuro mediante los horóscopos, lo único que se consigue es poner la vida en manos de simples suposiciones”.Y esta verdad, para que la mediten los “religiosos” practicantes de una fe meramente milagrera: “Ni siquiera Dios quebranta la libertad, mucho menos lo pueden hacer un planeta o una estrella”.

Los muladares del pensamiento mágico: que Walter Mercado, astrólogo, gana miles y miles de dólares diarios con su compleja red de servicios telefónicos, en la que sus psíquicos predicen el futuro, todo a costillas, a bolsillos del pobre de espíritu.

Eso mientras que aquí, que desde alguna estación de radio de la ciudad capital, una tal  “bruja blanca” lo anuncia: “Predominan las ganas de divertirte. Ya te cuesta poner los pies en la tierra”. (¡Bruja!)

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