Un Madrazo más

Roberto Madrazo, mis valedores. Desprestigiado en el juego y rejuego politiquero del 2006, la claque política lo daba por muerto como daño colateral de las urnas. Yo entonces, profeta de pacotilla, le predije que a su hora volvería a figurar en el herradero político. Y sí, ya el difuntito comienza a aparecerse en público, y a manifestarse en los “medios”. Porque el político lo es de toda la vida por más que no esté en activo y cargue el desprestigio de traicionero y ladrón. Comienza usted a enredar los hilos de la tenebra. A enredarse en ellos, tal vez, le digo.

¿Cartucho quemado? Quien eso diga ignora las reglas politiqueras y la labor de usted mismo desde que se inició como dirigente del sector juvenil del Revolucionario Ins.. ¿Usted, un cadáver político? ¿No fincó su currículo y escaló posiciones a punta de transas, cesiones, claudicaciones y arreglos que lo llevaron a realizar el trabajo sucio para los que estaban en el candelero? Ya trepado al poder, ¿no lo amacizó a fuerza de corruptelas y compinchajes? ¿No aprovechó el puesto para aventarse sobre los dineros públicos? ¿No robó, depredó, derrochó y compró voluntades y complicidades? ¿Entonces..?

Recuerdo el derroche demencial que perpetró para llegar al sillón de Tabasco. Una docena de cajas repletas de documentos originales certificaron que por encima de los menos de cinco millones de pesos que le autorizaba la ley se fue usted sobre más de 230 millones que salieron de nuestros bolsillos,  con los que compró votos y compinchajes y cuyas migajas repartió entre periodistas chayoteros y clérigos regalones, cáfila de poca-verguenzas que agradecieron a usted a su modo, por ejemplo: cada que alguno documentaba sus robos, los de sotana, porque no saben crear, salían con la muletilla:

– El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

No, y el congreso local, domesticado: “El señor gobernador no cometió el ilícito que se le imputa, y de haberlo cometido eso no representa, según los códices vigentes, una falta grave”. Y désele el carpetazo, y aquí no ha pasado nada. Es la impunidad. Es México

De su riqueza ilícita. ¿No asombró al mundo la lista de casas, departamentos y vehículos de lujo que aquí, allá y acullá, adquirió usted cuando funcionario público? ¿No fue un escándalo internacional como las depredaciones de sus congéneres Salinas, Montiel, Fox y Cía?

Pero genio y figura:  usted mismo, ¿no abochornó al país y al resto del mundo cuando, corredor en algún torneo de Alemania, mientras los competidores arrojaban los bofes hizo parte del recorrido en un autobús y llegó a la meta tan fresco como lo que es, un desvergonzado?

Que como político está usted desahuciado. Que abominan de usted tanto el PRI como las demás siglas compinches, mientras que el paisanaje nada más lo desprecia. ¿Y? ¿Qué con eso, mi señor? ¿No era Hank, cuando murió, político en activo? ¿No es la Gordillo voto de calidad y fiel de la báscula? ¿Cree usted que Calderón va a tocarla con el pétalo de una ley, cuando ella fue, junto con Washington, la TV, 30 mega-ricos y el clero político,  la palanca que encaramó a Calderón para que viva, si eso es vivir, en Los Pinos?

Usted, si en este mundo hay justicia, políticamente va a resucitar. ¿Que cómo si es un perfecto mediocre? ¿Y no es un mediocre perfecto, por más que imperfecto, todo el gobierno, de Calderón al último de sus personeros? ¿No es el Cordero hacendario un mediocre aplastante?

Usted resucitará, señor. ¿Nosotros? Bah. Después del Verbo Encarnado un Madrazo más… (Lástima.)

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