Perro que da en tragar huevos…

Vicente Fox, por ejemplo. Ya abrió la boca ¡y no se atragantó!

Luego de 10 años de vacas gordas con mucho crecimiento, el país entra en una temporadita de vacas flacas, pero de la violencia vamos a salir muy bien, con el carácter y la fuerza que está imprimiendo el Presidente Calderón.

Ante tal despropósito, ¿por qué mejor no dedicarle a Calderón hoy, hoy, hoy, las ironías que hace 20 años al presidente electo Salinas? El incidente:

«En pleno recinto legislativo y en la sesión del Colegio Electoral han ocurrido desórdenes sin cuento. Para aumentar el caos, el c, diputado Vicente Fox se levanta y con dos boletas electorales improvisa unas orejas, que exhibe ante el escándalo general…»

Para hechos, el diputado Fox pide la palabra y en su perorata pone en labios de Carlos Salinas ironías ofensivas. El C. Presidente del Colegio Electoral, Miguel Montes: «Con todo respeto se ruega al orador aclare los hechos que solicitó el uso de la palabra en su intervención (sic)»
Terco, obcecado, Fox simuló ser Salinas hablando a sus hijos con ironías que 20 años más tarde cuadran mucho más a Calderón. Juzguen si no:

– Yo, Salinas, tengo que cuidar, hijos, que por la vía democrática no llegue al poder la amenaza de la desordenada y anárquica izquierda.Ni tampoco, hijos, que participe el poder la reacción; pero mucho menos, hijos, podemos entregar el país a nuestros enemigos, quienes de llegar al poder, impedirían que todos mis amigos priistas, quienes viven holgadamente en sus posiciones políticas, puedan continuar sacando a México del barranco.

Aludía a lo dicho por De la Madrid, que entre todos sacaríamos a México del barranco. Sigue el imaginario parlamento de Salinas:

– Por otro lado yo, Salinas, siento miedo de no poder cumplir con México; miedo, porque la verdad es que la gente no votó por mí, sino mis amigos tuvieron que llenar las urnas; miedo, porque acabo de ver que Miguel, para poder informar al pueblo, tuvo que instalar el primero de septiembre un dispositivo de seguridad que abarcó más de ocho cuadras a la redonda del Palacio Legislativo, porque la situación es extraordinariamente critica…

Intervino el presidente de la Mesa Directiva: «Ruego a la asamblea guardar atención, pero ruego también al orador que el uso de la tribuna para hechos, no sea un pretexto para desviar el debate ni para hablar en contra del dictamen, sino estrictamente para lo que señala el artículo reglamentario».

Irónico, Fox: «¿Quién juzga eso, señor presidente?»

Montes: – La presidencia, señor diputado, la que conduce la asamblea

Siguió Fox: Yo, Salinas, tengo miedo, hijos. Miedo, porque la situación extraordinariamente crítica de la economía pone en entredicho el futuro y la viabilidad de esta nación; miedo, porque el pueblo no tiene qué comer y qué vestir, ni tiene cómo satisfacer sus más mínimas necesidades. Miedo, porque no puedo evitar cargar a mis espaldas la pesada y nefasta carga que se llama PRI. Estos momentos de reflexión, antes de enfrentar el triste destino que me espera, quiero recomendarles a ustedes que vivan una vida con verdad, que sean congruentes consigo mismos, que rijan sus vidas bajo principios sólidos, metas claras y honestidad en todas sus acciones. Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales…

Impaciente, el C. Montes García:

– ¡Ciudadano diputado Fox! Con todo respeto le ruego que no sea esto un pretexto para hacer el estudio literario que usted está intentando; refiérase por favor a los hechos para los que pidió el uso de la palabra. Se lo suplico.

Exasperado, Fox.- «¡Me está usted quitando mi tiempo!» Y siguió la farsa de que hablaba Salinas: «Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales, sino que en apoyo a la Constitución y al derecho pudiera legitimar y aclarar ante todo el pueblo mi triunfo electoral, o que de no haber sido un proceso electoral limpio se me relevara de la obligación de tomar este trago amargo de gobernar contra la voluntad del pueblo, y sobre todo se me relevara de tener que dar la cara a ustedes, mis hijos y mi esposa Pero todo esto, claro, es un sueño». Y así sigue Salinas soñando y soñando. Yo les pido que aunque tenga él que ser el Presidente de México, lo legitimen haciendo siquiera un buen dictamen, de acuerdo a la Constitución, a la ley, a los reglamentos y a la lógica Muchas gracias.

El Fox de las ironías contra Salinas alaba el carácter y la fuerza de un Calderón que, si hablamos de presidentes impuestos… (Ah, deslenguado.)

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