¿Crisis en Estados Unidos?

¿Cuál crisis?, se preguntarán muchos cuando se enteren de que el Partido Republicano gastó tan sólo en septiembre la friolera de 150 mil dólares en la imagen de Sarah Palin. De ellos, 75 mil y 41,850 dólares se han invertido en trajes, faldas y blusas de marca. Sarah Palin se está gastando una fortuna del cofre republicano tan sólo para maquillado y peinado…

A propósito, señor John McCain, candidato del Partido Republicano a la presidencia de EU: antes de tomar la decisión de incorporar a Sarah Palin a su campaña presidencial, ¿calculó los riesgos que de llegar a La Casa Blanca va a enfrentar con la gobernadora de Alaska en su gabinete? Yo, mexicano de mí, con conocimiento de causa le puedo señalar algunos de los más virulentos:

Ya en La Casa Blanca, señor, la Palin va a comenzar a arrimársele lo más cerca posible, y va a tornarse su vocera oficial y a cautivarlo con sus artes de hembra complaciente, y a terminar como su pareja sentimental. Ya lo oigo, irónico: «Ándale, tú, ¿no sabes que yo tengo hijos y que Sarah es casada?» Lo sé, señor, pero habrá divorcio a tiempo, y aun si hubiese matrimonio por la iglesia de Roma, la Palin va a mover sus influencias para que los Norbertos Rivera y Onésimos gringos echen a andar influencia y dineros con Ratzinger, y rápido: nulos «fast track» ambos matrimonios, y a formalizar la pareja ¿Los hijos? Por que no estorben, a vivir con su respectiva madre Señor McCain:

Cuidado: señoras del calibre de la Sarah, vidas oscuras de amas de casa hasta que un ramalazo de la fortuna las eleva hasta el poder, maniobreras se tornan para trepar hasta emparejarse al presidente en turno y enloquecerlo con sus minifalditas, y sollamarle sangre y redaños, y tomarle la medida y entonces… ¡piedra de escándalo el Salón Oval..! La presidencia se tornará «la pareja presidencial», y a la desmesura Tal como ocurre con todo mediocre, si hoy ya saqueó 150 mil dólares de las arcas partidarias tan solo para calzones, corpiños, refajos y colorete, imagínesela ya en una recámara de La Casa Blanca (Algo hay que abonar a su favor: en naguas no gastó tanto, que apenas le llegan abajito del calzón.) Lo que la Palin va a costarle al contribuyente: un hovo de la cara, y con la crisis económica que badajea a su país, imagínese. (Un hovo, sí, no me equivoqué.)

Ya en su despacho del Salón Oval es previsible que Sarah Palin, como todo arribista logrero y aprovechado de la ocasión, pierda las proporciones y se atragante de poder, y se engolosine con las candilejas, y tome por asalto cámaras y micrófonos, y se ponga a pontificar de todo los temas que no conoce. ¿Cree usted que los gringos soportarán el tener que tragarse en la tele, la radio y la prensa escrita, la facha de la Palin cuatro, ocho años seguidos? ¿Quiere dar a sus compatriotas semejante flagelo..?

De llegar a Los Pinos de Washington, mucho cuidado con que a la Palin se le ocurra tramar un «Vamos, Estados Unidos«, que le permita enriquecerse hasta la indignidad. ¿Tienen ustedes una lotería nacional según esto para la asistencia pública? Cuidado, señor, que la Palin no se le acerque. Ella ahora mismo, piojo resucitado, ya ha mostrado su tendencia al lujo, a los derroches, al protagonismo y a aparentar. Ya con el poder en sus manos, ¿se imagina?

¿La familia de Sarah? En la Zamora de Alaska, si es que allá exista semejante ciudad, debe tener padre, madre, tíos, primos y demás parentela Tiene, al menos, un marido y una hija que va para mamacita soltera Ah, pues entonces cuídense, que ya instalada en el poder, la Palin pudiera arrojarse sobre los dineros públicos. En una brama de codicia rapaz, la arribista va a atragantarse de lujos, joyas, viajes, perfumes, pantaletas de marca y cuentas personales en bancos diversos. Para atascar a su parentela de dólares va a recurrir al tráfico de influencias; en un par de años, INFONAVIT y PEMEX gringo mediante, van a hincharse de dineros mal habidos, bienes raíces y avión particular, y páguenlo los contribuyentes. Señor McCain:

Ya veo a la Sarah en La Casa Blanca, acaparando las revistas del corazón, desde donde escandalice a los puritanos y a los onanistas deleite con la relación de sus intimidades de catre con el ex-marido, al que habrá de acusar de garañón insaciable, un macho que la maltrataba a lo sádico hasta ponerla así, mire, detrás del mostrador de una farmacia veterinaria a vender preservativos para burros y sementales. El pobre ex-marido, ruñendo su frustración, se habría quedado por allá en la Zamora de Alaska, rumiando rencores y resentimientos. Cuidado, señor, con la Palin, yo sé lo que le digo. Si lo sabré yo, mexicano de mí. (Vale.)

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