¿Libertad de expresión..?

El Día de la Libertad de Expresión y de Prensa, mis valedores, una celebración hoy totalmente obsoleta, apestosa a formol. Obsoleto a estas horas aparece el rimbombante ritual donde los periodistas aliadas al sistema de poder ventoseaban alabanzas como la de aquel Manuel Lebrija, periodista, que así quemaba copal ante el presidente en turno:

Al cumplir fielmente con los mandamientos de la ley, usted, señor presidente, ha sabido convertirse en un centinela que mantiene viva la tea luminosa de la libre expresión del pensamiento que arde sobre todos los caminos de la república… (Mira, mira.)

Años después lo iba a jurar un Jorge Calvimontes, otro que tal:

El periodista es el cerebro, brazo y acción de la sociedad. Es el espejo de nuestro caos y de nuestra imposible ubicación sobre la certidumbre…

¿Que qué? ¿Que es qué? Mira, mira, tú también. Con toda razón lo advierte, a propósito, el matutino:

La monotonía de la adulación y el invariable optimismo de los diarios serviles, acabaron por hacer que sus opiniones sean rechazadas, sus palabras desconocidas, sus mismas informaciones tenidas por falsas o adulteradas. Está unánimemente condenado por su opinión, que al condenarlo condena naturalmente al gobierno que la inspira. En vez de amigos, el periódico de esta categoría sólo concita malas voluntades ai Poder Público. Sólo en defensa de las leyes y al amparo dé ellas un periódico se hará respetable y hará, por lo tanto, sus opiniones dignas de respeto…

Hermosos conceptos, y tan actuales, ¿no les parece? Pero qué lástima: se publicaron en el periódico Excélsior no hoy, sino en 1917, y más lástima aún: que aquel Excélsior haya venido a caer en ese de hoy día, 91 años más tarde, donde el articulista pondera «la sonrisa de Calderón«. Lóbrego, pero en fin, van aquí opiniones diversas sobre la industria del periodismo, tema polémico, controvertido que inicio con la visión de Roberto Zamarripa, en Reforma:

Los medios de comunicación están atravesados por la corrupción. Es un problema general que va de los chayos, entregados a los reporteros, hasta las componendas entre los empresarios de la prensa y el poder político…

La compra-venta de conciencias que conmigo, mi gran fortuna, topó en hueso, en tepetate, en pedernal. Otras opiniones: Los «medios» son industria y comercio. Una industria y un comercio tan costosos que su creación exige recursos económicos fuera del alcance del periodista. No hay uno, ni un grupo de periodistas, que sean los dueños de una industria, impresa o electrónica; de existir, su sobrevivencia dependería, a su vez, del Sistema de poder. El periodista no es más que un asalariado al servicio del dueño del diario o la estación de radio o de televisión, una industria, con intereses comerciales.

En tanto instrumentos, los «medios» no juegan otro papel que el que le asignen sus dueños. Así, podrán ser instrumentos de cultura o instrumentos de incultura; medios de dominio o medios de liberación; elementos para unir a un pueblo o para desorganizarlo; para elevarlo o para hundirlo. Es la propiedad sobre el medio de comunicación la que determina al servicio de quienes éste se coloca, a favor de qué causa, de qué valores, de qué clase social.

No existe la información por la información Se informa para orientar en determinado sentido a las diversas clases y capas de la sociedad, y con el propósito de que esa orientación llegue a expresarse en acciones determinadas. Es decir se informa para dirigir. En ese sentido, el mimetismo de periodismo y política llega a ser total. El grueso de las ganancias de la prensa escrita, radio y TV no proviene de la «venta de noticias», sino de las ventas de espacio para la publicidad a las otras empresas, principalmente al gobierno. Ellos le darán o negarán subvención mediante publicidad y otras concesiones, en la medida que prensa escrita, radio y TV defiendan los intereses de los anunciantes.

Al seleccionar las noticias que apoyan su propia política y omitir otras, los ‘medios’ producen en la mente de las masas una impresión totalmente alejada de la verdad, lo cual se realiza dentro de la exactitud más minuciosa para reproducir los hechos. El dueño del «medio», por interés económico y para privilegiar el de los patrocinadores y someter al usuario, su enemigo histórico, lo atiborra de crimen, sexo, deportes, telenovelas, escándalos y todo lo que alimentan a las masas del ombligo hacia abajo.

¿Libertad de prensa, libertad de expresión libertad de.? Es México. (Este país.)

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